Princesa Amalia. Tuvo su primera cita oficial en solitario y su look hizo recordar al estilo de su madre, la reina Máxima

Amalia escribió un nuevo capítulo en su camino hacia el trono de los Países Bajos y tuvo su primera cita oficial en solitario. La hija mayor de los reyes Guillermo Alejandro y Máxima viajó a la localidad de Vlissingen para bautizar el buque de apoyo de combate. “Te bautizo Den Helder y te deseo a vos y a tu tripulación buen viaje”, dijo la princesa, que se encargó de golpear la nave con una botella de champagne y cortar los cabos con un hacha, lo que simboliza soltar amarras y salir a navegar.
La princesa Amalia en el bautismo del buque de apoyo de combate Den Helder
Después, sonó la sirena del barco, se escuchó el himno de los Países Bajos y una nube de humo roja, blanca y azul –colores de la bandera nacional neerlandesa– cubrió el cielo. Tras la inauguración, la futura Reina recorrió las instalaciones del Den Helder y conversó con los miembros de la tripulación y los encargados de su construcción. Al igual que su madre, que se caracteriza por su estilo cercano y relajado, Amalia se mostró muy cálida en todo momento y hasta se animó a hacer bromas, como cuando se sentó frente a los comandos del buque y, entre risas, aseguró que no iba a tocar nada para no provocar desperfectos.
Amalia escribió un nuevo capítulo en su camino hacia el trono de los Países Bajos y tuvo su primera cita oficial en solitario. La hija mayor de los reyes Guillermo Alejandro y Máxima viajó a la localidad de Vlissingen para bautizar el buque de apoyo de combate. “Te bautizo Den Helder y te deseo a vos y a tu tripulación buen viaje”, dijo la princesa, que se encargó de golpear la nave con una botella de champagne y cortar los cabos con un hacha, lo que simboliza soltar amarras y salir a navegar.
La princesa Amalia en el bautismo del buque de apoyo de combate Den Helder
Después, sonó la sirena del barco, se escuchó el himno de los Países Bajos y una nube de humo roja, blanca y azul –colores de la bandera nacional neerlandesa– cubrió el cielo. Tras la inauguración, la futura Reina recorrió las instalaciones del Den Helder y conversó con los miembros de la tripulación y los encargados de su construcción. Al igual que su madre, que se caracteriza por su estilo cercano y relajado, Amalia se mostró muy cálida en todo momento y hasta se animó a hacer bromas, como cuando se sentó frente a los comandos del buque y, entre risas, aseguró que no iba a tocar nada para no provocar desperfectos.
La futura reina de los Países Bajos fue la encargada de bautizar el buque de apoyo de combate Den Helder en la localidad de Vlissingen LA NACION