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sábado, mayo 3, 2025
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Cómo es la parrilla de Palermo donde comieron Luisana Lopilato y Michael Bublé

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La noche del miércoles 30 de abril arrancó con flashes y besos en la alfombra roja de DOT Baires Shopping, donde Luisana Lopilato, Benjamín Vicuña, Marina Bellati, Luciano Cáceres, Gabriel Corrado y Benjamín Amadeo acompañaron la proyección de la nueva comedia romántica dirigida por Daniel Nesci, que narra cómo Denise, una sommelier, descubre por azar la posibilidad de enviarse mensajes al pasado para alterar su presente LA NACION.

Tras los aplausos en sala y las fotos acarameladas de Lopilato con su esposo, el cantante Michael Bublé, el grupo se desplazó a Hierro, la parrilla de Costa Rica 5602, Palermo, que también abrió una sucursal en Nordelta.

Desde el umbral, el local impone su estética de vigas de madera a la vista y paredes de ladrillo, con mesas sin manteles que dejan al descubierto el espíritu de casa de fuego. Lámparas de filamento y barriles reciclados sirven de apoyo a los distintos espacios, logrando una atmósfera que conjuga lo industrial con la calidez de las cantinas porteñas.

La oferta gastronómica retrata el pulso de la parrilla argentina sin desgajar la experiencia en secciones rígidas. Empanadas de carne, cordero y humita se presentan junto a morcilla vasca y mollejas reinterpretadas, mientras la chuleta de berenjena frita y la provoleta con ananá grillado ofrecen su contrapunto vegetal.

El corazón de la carta late en cortes de Angus Black—bife de chorizo, asado banderita y entraña—madurados al vacío y cocinados sobre brasas de quebracho colorado, y se amplía con apuestas como el T-Bone y el ojo de bife de Wagyu.

Completan el menú especialidades de terrina ahumada de cordero, salmón a las brasas y ribs de cerdo con barbacoa de la casa, mientras guarniciones de milhojas de papa, zanahorias rostizadas, repollo blanco a la parra, brócoli asado y ensalada de palta y mango con tomates cherry y aros de cebolla aportan frescura y color.

El recorrido se prolonga en la bodega, donde tintos, blancos y rosados de etiquetas tanto consagradas como emergentes de distintas regiones argentinas aguardan para maridar cada bocado.

La coctelería, por su parte, despliega creaciones de autor con nombres que rinden homenaje al espíritu local—Sandro, Gauchita y Malandra—y remata en dulce con las creaciones de Clara María Gimenez Haupt: flan casero con dulce de leche y crema, volcán de dulce de leche con “vauquita” casera, semifreddo de dulce de leche y un tiramisú cien por ciento artesanal.

La noche del miércoles 30 de abril arrancó con flashes y besos en la alfombra roja de DOT Baires Shopping, donde Luisana Lopilato, Benjamín Vicuña, Marina Bellati, Luciano Cáceres, Gabriel Corrado y Benjamín Amadeo acompañaron la proyección de la nueva comedia romántica dirigida por Daniel Nesci, que narra cómo Denise, una sommelier, descubre por azar la posibilidad de enviarse mensajes al pasado para alterar su presente LA NACION.

Tras los aplausos en sala y las fotos acarameladas de Lopilato con su esposo, el cantante Michael Bublé, el grupo se desplazó a Hierro, la parrilla de Costa Rica 5602, Palermo, que también abrió una sucursal en Nordelta.

Desde el umbral, el local impone su estética de vigas de madera a la vista y paredes de ladrillo, con mesas sin manteles que dejan al descubierto el espíritu de casa de fuego. Lámparas de filamento y barriles reciclados sirven de apoyo a los distintos espacios, logrando una atmósfera que conjuga lo industrial con la calidez de las cantinas porteñas.

La oferta gastronómica retrata el pulso de la parrilla argentina sin desgajar la experiencia en secciones rígidas. Empanadas de carne, cordero y humita se presentan junto a morcilla vasca y mollejas reinterpretadas, mientras la chuleta de berenjena frita y la provoleta con ananá grillado ofrecen su contrapunto vegetal.

El corazón de la carta late en cortes de Angus Black—bife de chorizo, asado banderita y entraña—madurados al vacío y cocinados sobre brasas de quebracho colorado, y se amplía con apuestas como el T-Bone y el ojo de bife de Wagyu.

Completan el menú especialidades de terrina ahumada de cordero, salmón a las brasas y ribs de cerdo con barbacoa de la casa, mientras guarniciones de milhojas de papa, zanahorias rostizadas, repollo blanco a la parra, brócoli asado y ensalada de palta y mango con tomates cherry y aros de cebolla aportan frescura y color.

El recorrido se prolonga en la bodega, donde tintos, blancos y rosados de etiquetas tanto consagradas como emergentes de distintas regiones argentinas aguardan para maridar cada bocado.

La coctelería, por su parte, despliega creaciones de autor con nombres que rinden homenaje al espíritu local—Sandro, Gauchita y Malandra—y remata en dulce con las creaciones de Clara María Gimenez Haupt: flan casero con dulce de leche y crema, volcán de dulce de leche con “vauquita” casera, semifreddo de dulce de leche y un tiramisú cien por ciento artesanal.

 En la carta hay empanadas de carne, cordero y humita que se presentan junto a morcilla vasca y mollejas reinterpretadas, mientras la chuleta de berenjena frita y la provoleta con ananá grillado ofrecen su contrapunto vegetal  LA NACION