El nuevo plan de Trump contra la migración ilegal: un pago de US$1000 para fomentar la “autodeportación”

WASHINGTON.- El presidente Donald Trump tomó una nueva decisión que muestra su determinación para avanzar en la dura agenda migratoria que se planteó en campaña. El Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) anunció que le pagará a los indocumentados en Estados Unidos que regresen a su país de origen voluntariamente 1000 dólares, a medida que avanza con sus planes de deportación masiva en medio de las trabas en los tribunales.
En un comunicado difundido este lunes, el DHS -a cargo de la secretaria Kristi Noem- señaló que también pagará por la asistencia de viaje y que aquellos migrantes que usen una aplicación llamada CBP Home para notificarle al gobierno que planean regresar a su lugar de origen dejarán de ser prioridad para la detención y expulsión por parte de la aplicación de inmigración.
If you are here illegally, self-deportation is the best, safest and most cost effective way to leave the United States to avoid arrest.
DHS is now offering illegal aliens financial travel assistance and a stipend to return to their home country through the CBP Home App.
This is… pic.twitter.com/2f02wLWQi5
— Secretary Kristi Noem (@Sec_Noem) May 5, 2025
“Si usted está aquí ilegalmente, la autodeportación es la mejor, más segura y más rentable manera de salir de Estados Unidos para evitar el arresto. El DHS ahora está ofreciendo a los extranjeros ilegales asistencia financiera para viajar y un estipendio para regresar a su país de origen a través de la aplicación CBP Home App”, publicó en sus redes sociales Noem, que es una de las caras visibles de las políticas migratorias de Trump.
De hecho, Noem visitó recientemente el Centro de Reclusión de Terroristas (Cecot) en El Salvador, un lugar al que el gobierno de Estados Unidos envió en marzo a cientos de deportados, como parte de un acuerdo con el presidente Nayib Bukele.
Funcionarios informaron que un inmigrante de Honduras ya aceptó la oferta y voló de Chicago a su país de origen, según informó The New York Times.
En sus primeros 100 días de gobierno, Trump hizo de la deportación masiva de migrantes y el refuerzo en la frontera con México para evitar ingresos de ilegales a Estados Unidos un eje central de su gobierno, aunque se ha topado con resistencias judiciales y de organismos de defensa de los derechos humanos y civiles.
Ayer, Trump había vuelto a generar revuelo en Estados Unidos al argumentar en una entrevista que cumplir su ambiciosa promesa de campaña de llevar a cabo rápidamente deportaciones masivas podría tener prioridad sobre dar a los inmigrantes el derecho al debido proceso según marca la Constitución.
“No lo sé”, respondió Trump cuando la periodista Kristen Welker, de NBC News, le preguntó en una entrevista grabada sobre si creía que debía defender la Constitución durante su presidencia. El mandatario dijo que era inconcebible escuchar millones de casos en los tribunales para frenar las deportaciones, e insistió en que necesita el poder para expulsar rápidamente a personas que, según sostiene, son asesinos y traficantes de drogas.
La administración Trump ha elevado su presión al Congreso para lograr un fuerte aumento de recursos para el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), responsable de expulsar a los ilegales del país.
Trump había insinuado el mes pasado una política de incentivos a los viajes de regreso de migrantes ilegales en una entrevista con Fox News.
“Lo que queremos implementar es un programa de autodeportación, que ni siquiera hemos anunciado todavía”, dijo en ese momento en la cadena. “Lo único que no he determinado es, ¿qué vamos a hacer? Vamos a darles un estipendio, vamos a darles algo de dinero y un pasaje de avión, y luego vamos a trabajar con ellos, si son buenos, si queremos que vuelvan, vamos a trabajar con ellos para que vuelvan tan rápido como podamos”, añadió.
WASHINGTON.- El presidente Donald Trump tomó una nueva decisión que muestra su determinación para avanzar en la dura agenda migratoria que se planteó en campaña. El Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) anunció que le pagará a los indocumentados en Estados Unidos que regresen a su país de origen voluntariamente 1000 dólares, a medida que avanza con sus planes de deportación masiva en medio de las trabas en los tribunales.
En un comunicado difundido este lunes, el DHS -a cargo de la secretaria Kristi Noem- señaló que también pagará por la asistencia de viaje y que aquellos migrantes que usen una aplicación llamada CBP Home para notificarle al gobierno que planean regresar a su lugar de origen dejarán de ser prioridad para la detención y expulsión por parte de la aplicación de inmigración.
If you are here illegally, self-deportation is the best, safest and most cost effective way to leave the United States to avoid arrest.
DHS is now offering illegal aliens financial travel assistance and a stipend to return to their home country through the CBP Home App.
This is… pic.twitter.com/2f02wLWQi5
— Secretary Kristi Noem (@Sec_Noem) May 5, 2025
“Si usted está aquí ilegalmente, la autodeportación es la mejor, más segura y más rentable manera de salir de Estados Unidos para evitar el arresto. El DHS ahora está ofreciendo a los extranjeros ilegales asistencia financiera para viajar y un estipendio para regresar a su país de origen a través de la aplicación CBP Home App”, publicó en sus redes sociales Noem, que es una de las caras visibles de las políticas migratorias de Trump.
De hecho, Noem visitó recientemente el Centro de Reclusión de Terroristas (Cecot) en El Salvador, un lugar al que el gobierno de Estados Unidos envió en marzo a cientos de deportados, como parte de un acuerdo con el presidente Nayib Bukele.
Funcionarios informaron que un inmigrante de Honduras ya aceptó la oferta y voló de Chicago a su país de origen, según informó The New York Times.
En sus primeros 100 días de gobierno, Trump hizo de la deportación masiva de migrantes y el refuerzo en la frontera con México para evitar ingresos de ilegales a Estados Unidos un eje central de su gobierno, aunque se ha topado con resistencias judiciales y de organismos de defensa de los derechos humanos y civiles.
Ayer, Trump había vuelto a generar revuelo en Estados Unidos al argumentar en una entrevista que cumplir su ambiciosa promesa de campaña de llevar a cabo rápidamente deportaciones masivas podría tener prioridad sobre dar a los inmigrantes el derecho al debido proceso según marca la Constitución.
“No lo sé”, respondió Trump cuando la periodista Kristen Welker, de NBC News, le preguntó en una entrevista grabada sobre si creía que debía defender la Constitución durante su presidencia. El mandatario dijo que era inconcebible escuchar millones de casos en los tribunales para frenar las deportaciones, e insistió en que necesita el poder para expulsar rápidamente a personas que, según sostiene, son asesinos y traficantes de drogas.
La administración Trump ha elevado su presión al Congreso para lograr un fuerte aumento de recursos para el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), responsable de expulsar a los ilegales del país.
Trump había insinuado el mes pasado una política de incentivos a los viajes de regreso de migrantes ilegales en una entrevista con Fox News.
“Lo que queremos implementar es un programa de autodeportación, que ni siquiera hemos anunciado todavía”, dijo en ese momento en la cadena. “Lo único que no he determinado es, ¿qué vamos a hacer? Vamos a darles un estipendio, vamos a darles algo de dinero y un pasaje de avión, y luego vamos a trabajar con ellos, si son buenos, si queremos que vuelvan, vamos a trabajar con ellos para que vuelvan tan rápido como podamos”, añadió.
Lo anunció el Departamento de Seguridad Nacional, que también pagará una asistencia para los viajes de migrantes a su países de origen LA NACION