“Un año muy difícil”: un informe dice qué deberán hacer los productores para no sufrir quebrantos con sus cultivos

CÓRDOBA.- En la nueva campaña 2025/2026 los rindes de indiferencia -cantidad de producción necesaria para cubrir los costos totales de un cultivo- necesarios para que cierren los números tanto en soja, como en trigo y maíz deberán estar por encima de los promedios nacionales, según un estudio privado. Si se saca el promedio nacional, la pérdida está entre US$75 y US$170 por hectárea.
La estimación incluye costo de las labores, de insumos, indirectos (cosecha, flete y comercialización) y de alquiler (15 quintales por hectárea) en un campo a 300 kilómetros del puerto. Néstor Roulet, productor y exfuncionario, es quien realizó el trabajo sobre el rinde de indiferencia para esta cosecha considerando el precio futuro a mayo del 2026.
“Será un año muy difícil en la toma de decisiones -dice Roulet a LA NACION-. Para tener rentabilidad habrá que producir por encima de los rindes promedio nacionales. En maíz menos de 75 quintales por hectárea no se pueden sacar, hay que superar la media nacional para estar hechos”. Trigo y soja son los cultivos que menos negativos se presentan.
Para Roulet el camino, en estos casos, es “bajar la presión impositiva” para que los rindes de indiferencia sean menores. Por eso, es clave saber qué pasará con las retenciones a partir de julio.
Si el campo tiene el rinde promedio estimado por la Bolsa de Comercio de Rosario para la campaña 2024/25, el productor perdería plata en la nueva.
En el caso del maíz 2025/26 los costos de labores por hectárea son de US$119; US$507 los de insumos; US$384 los indirectos y US$412 el alquiler, con lo que suman por hectárea US$1422 con lo que el rinde de indiferencia -para no perder plata- es de 75 quintales por hectárea. Con un rinde promedio calculado en 69,2 quintales por hectárea, si no se producen 5,8 más para llegar a los 75 quintales, se perderían US$110 por hectárea.
Mensaje contundente: una entidad del agro pidió terminar de manera “urgente” con las retenciones
Para la soja de primera la estimación es de 34 quintales por hectárea de rinde de indiferencia computando US$124 de labores; US$238 de insumos; US$178 por costos indirectos y US$412 de alquiler. En total, US$947 por hectárea. Si se considera la soja de segunda, el rinde cae a 24,7 quintales por hectárea y el costo total es de US$679. En el primer caso, con un rinde promedio calculado en 27,8 quintales por hectárea, si no se producen 6,1 quintales más para llegar al nivel de indiferencia, se perderían US$170 por hectárea.
En trigo el desglose muestra: US$90 de labores; US$290 de insumos; US$157 de indirectos y US$225 de alquiler. Así, con un total de US$762 por hectárea, el rinde de indiferencia es de 38,1 quintales por hectárea. Con un rinde promedio calculado en 30,2 quintales por hectárea, sino se producen 7,9 más [para el rinde de indiferencia], se perderían US$75 por hectárea.
CÓRDOBA.- En la nueva campaña 2025/2026 los rindes de indiferencia -cantidad de producción necesaria para cubrir los costos totales de un cultivo- necesarios para que cierren los números tanto en soja, como en trigo y maíz deberán estar por encima de los promedios nacionales, según un estudio privado. Si se saca el promedio nacional, la pérdida está entre US$75 y US$170 por hectárea.
La estimación incluye costo de las labores, de insumos, indirectos (cosecha, flete y comercialización) y de alquiler (15 quintales por hectárea) en un campo a 300 kilómetros del puerto. Néstor Roulet, productor y exfuncionario, es quien realizó el trabajo sobre el rinde de indiferencia para esta cosecha considerando el precio futuro a mayo del 2026.
“Será un año muy difícil en la toma de decisiones -dice Roulet a LA NACION-. Para tener rentabilidad habrá que producir por encima de los rindes promedio nacionales. En maíz menos de 75 quintales por hectárea no se pueden sacar, hay que superar la media nacional para estar hechos”. Trigo y soja son los cultivos que menos negativos se presentan.
Para Roulet el camino, en estos casos, es “bajar la presión impositiva” para que los rindes de indiferencia sean menores. Por eso, es clave saber qué pasará con las retenciones a partir de julio.
Si el campo tiene el rinde promedio estimado por la Bolsa de Comercio de Rosario para la campaña 2024/25, el productor perdería plata en la nueva.
En el caso del maíz 2025/26 los costos de labores por hectárea son de US$119; US$507 los de insumos; US$384 los indirectos y US$412 el alquiler, con lo que suman por hectárea US$1422 con lo que el rinde de indiferencia -para no perder plata- es de 75 quintales por hectárea. Con un rinde promedio calculado en 69,2 quintales por hectárea, si no se producen 5,8 más para llegar a los 75 quintales, se perderían US$110 por hectárea.
Mensaje contundente: una entidad del agro pidió terminar de manera “urgente” con las retenciones
Para la soja de primera la estimación es de 34 quintales por hectárea de rinde de indiferencia computando US$124 de labores; US$238 de insumos; US$178 por costos indirectos y US$412 de alquiler. En total, US$947 por hectárea. Si se considera la soja de segunda, el rinde cae a 24,7 quintales por hectárea y el costo total es de US$679. En el primer caso, con un rinde promedio calculado en 27,8 quintales por hectárea, si no se producen 6,1 quintales más para llegar al nivel de indiferencia, se perderían US$170 por hectárea.
En trigo el desglose muestra: US$90 de labores; US$290 de insumos; US$157 de indirectos y US$225 de alquiler. Así, con un total de US$762 por hectárea, el rinde de indiferencia es de 38,1 quintales por hectárea. Con un rinde promedio calculado en 30,2 quintales por hectárea, sino se producen 7,9 más [para el rinde de indiferencia], se perderían US$75 por hectárea.
Un estudio del productor y exfuncionario Néstor Roulet advierte sobre la necesidad de obtener mayores rindes en el actual escenario LA NACION