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miércoles, mayo 14, 2025
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Cuáles son los siete objetos que deben estar alejados de la señal Wi-Fi para no interferir

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En la mayoría de las casas, bares o comercios de todo el mundo se volvió indispensable tener un módem con WiFi. La razón es sencilla: este artefacto nos da la señal de internet para comunicarnos. De allí surge una pregunta elemental, que es dónde ubicar este artefacto para no sufrir interferencias y así tener una experiencia gratificante.

La calidad de la señal WiFi depende de muchos factores, según indican especialistas. Lo primero a tener en cuenta es la ubicación: debe ser en un lugar con altura de la casa para que pueda distribuirse de manera uniforme.

Uno de los electrodomésticos que obstaculiza la señal de WiFi es el microondas, ya que funcionan a la misma frecuencia (2.4GHz) y utilizan la energía electromagnética.

Cabe destacar en este caso que el problema será cuando el microondas esté en uso: en ese momento, la señal se verá interrumpida y, por ende, no se podrá navegar por internet de manera fluida en los dispositivos móviles que existan dentro del lugar.

También, los teléfonos inalámbricos -en especial, los más antiguos- y los monitores de bebé -llamados también, baby call-, al estar cerca del módem, obstaculizan la señal por la misma razón que el microondas: tienen una frecuencia de 2.4GHz y saturan la conexión.

Otro consejo de los expertos en tecnología es no ubicar un enrutador de WiFi cerca de un espejo. El problema en este caso es el rebote de la señal, que se vuelve inconsistente o inestable, generando microcortes.

En esa misma lógica, el módem deberá estar lejos y nunca ubicado sobre una superficie metálica, sea una mesa de acero inoxidable u otros artefactos que obstaculizan la frecuencia y se suman a los anteriormente mencionados.

Por último, tené en cuenta no acercar el módem a la zona donde están ubicadas la heladera y el lavarropas. Estos dos electrométricos, que, generalmente, están en la cocina y el balcón, atentan contra la señal del aparato.

Los componentes metálicos de las heladeras y lavarropas, sumado a los motores de cada uno de ellos, atentan contra el flujo de la señal y de esta forma, la frecuencia será completamente escasa, impidiendo la libre navegación de los dispositivos móviles.

En conclusión, para un óptimo rendimiento del WiFi, el módem tendrá que alejarse de estos siete artefactos y ubicarse en un estante elevado, alejado de paredes gruesas que también son enemigas de la señal.

La ubicación también es primordial: de estar ubicado en una zona central del hogar -de acuerdo a la distribución, podría ser en el comedor- la señal se podrá distribuir de manera más equitativa, sin perjudicar a quienes tengan una habitación lejana al módem.

En caso de no tener las condiciones necesarias para que la señal llegue de manera uniforme a cada rincón, existen repetidores o extensores de red que posibilitan la reproducción de esta frecuencia. Los mismos se deberán colocar en posiciones estratégicas para tener una satisfactoria experiencia con la conexión a internet.

En la mayoría de las casas, bares o comercios de todo el mundo se volvió indispensable tener un módem con WiFi. La razón es sencilla: este artefacto nos da la señal de internet para comunicarnos. De allí surge una pregunta elemental, que es dónde ubicar este artefacto para no sufrir interferencias y así tener una experiencia gratificante.

La calidad de la señal WiFi depende de muchos factores, según indican especialistas. Lo primero a tener en cuenta es la ubicación: debe ser en un lugar con altura de la casa para que pueda distribuirse de manera uniforme.

Uno de los electrodomésticos que obstaculiza la señal de WiFi es el microondas, ya que funcionan a la misma frecuencia (2.4GHz) y utilizan la energía electromagnética.

Cabe destacar en este caso que el problema será cuando el microondas esté en uso: en ese momento, la señal se verá interrumpida y, por ende, no se podrá navegar por internet de manera fluida en los dispositivos móviles que existan dentro del lugar.

También, los teléfonos inalámbricos -en especial, los más antiguos- y los monitores de bebé -llamados también, baby call-, al estar cerca del módem, obstaculizan la señal por la misma razón que el microondas: tienen una frecuencia de 2.4GHz y saturan la conexión.

Otro consejo de los expertos en tecnología es no ubicar un enrutador de WiFi cerca de un espejo. El problema en este caso es el rebote de la señal, que se vuelve inconsistente o inestable, generando microcortes.

En esa misma lógica, el módem deberá estar lejos y nunca ubicado sobre una superficie metálica, sea una mesa de acero inoxidable u otros artefactos que obstaculizan la frecuencia y se suman a los anteriormente mencionados.

Por último, tené en cuenta no acercar el módem a la zona donde están ubicadas la heladera y el lavarropas. Estos dos electrométricos, que, generalmente, están en la cocina y el balcón, atentan contra la señal del aparato.

Los componentes metálicos de las heladeras y lavarropas, sumado a los motores de cada uno de ellos, atentan contra el flujo de la señal y de esta forma, la frecuencia será completamente escasa, impidiendo la libre navegación de los dispositivos móviles.

En conclusión, para un óptimo rendimiento del WiFi, el módem tendrá que alejarse de estos siete artefactos y ubicarse en un estante elevado, alejado de paredes gruesas que también son enemigas de la señal.

La ubicación también es primordial: de estar ubicado en una zona central del hogar -de acuerdo a la distribución, podría ser en el comedor- la señal se podrá distribuir de manera más equitativa, sin perjudicar a quienes tengan una habitación lejana al módem.

En caso de no tener las condiciones necesarias para que la señal llegue de manera uniforme a cada rincón, existen repetidores o extensores de red que posibilitan la reproducción de esta frecuencia. Los mismos se deberán colocar en posiciones estratégicas para tener una satisfactoria experiencia con la conexión a internet.

 La velocidad del módem puede verse afectada por la proximidad de electrodomésticos u otro elementos del hogar  LA NACION