El argentino que fue bendecido por el Papa, habló en la ONU y creó una empresa de 50 millones de dólares

Tras una de las tragedias más devastadoras en la historia de la localidad bonaerense de Bahía Blanca, un proyecto novedoso que busca ayudar a los sobrevivientes y evacuados que se quedaron sin hogar llegó por primera vez a la Argentina: se trata de Cmax, un sistema de viviendas móviles utilizado en zonas de guerra y regiones afectadas por desastres naturales.
Creado por el diseñador industrial bahiense Nicolás García Mayor, estas estructuras habitacionales portátiles son también resistentes y autosuficientes. “Diseñé Cmax cuando tenía 21 años porque sentía que el mundo tenía que estar preparado para lo inesperado. Nunca pensé que lo usaríamos un día en mi propia ciudad. Y, sin embargo, aquí estamos”, dijo García Mayor, exalumno de la Universidad Nacional de La Plata, en donde ideó el proyecto como parte de su tesis para recibirse.
Actualmente, Cmax System tiene sede en Washington, Estados Unidos, exporta a más de 12 países y está valuada en más de 50 millones de dólares. Asimismo, es utilizada por gobiernos, ONGs, fuerzas armadas y organismos humanitarios de todo el mundo, además de en el sector privado y en rubros como minería, glamping y eventos.
Las inundaciones de marzo de este año en Bahía Blanca dejaron un saldo de 18 personas muertas, 270 mil afectadas y daños materiales gravísimos. En este marco, las unidades Cmax fueron instaladas como refugios, puestos médicos y centros de contención.
“Pensé Cmax como una respuesta a lo inesperado, y nunca creí que lo usaríamos alguna vez en mi ciudad”, admite hoy, con emoción, mientras supervisa la llegada de los primeros módulos a su ciudad natal.
Para el 2026, la empresa tiene un horizonte aún más ambicioso: colaborar con SpaceX -la empresa perteneciente al magnate de los negocios Elon Musk- en el desarrollo de soluciones habitacionales plegables adaptadas al espacio. “La lógica que permite desplegar una vivienda en una zona de desastre también puede servir para construir hábitats en Marte”, explicó su creador.
Una idea bendecida por el Papa
El proyecto tuvo un recorrido insólito: nació en un hospital abandonado en La Plata, en donde García Mayor vivía mientras estudiaba; luego fue reconocido y patentado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el Banco Mundial y el BID;y su presentación oficial ocurrió en la propia Asamblea General de Naciones Unidas.
Sin embargo, un encuentro fue el que marcó un antes y un después en su creador: el momento en que conoció al papa Francisco. “¿Lo tenés patentado?”, le preguntó el sumo pontífice, a lo que el joven le respondió afirmativamente.
“Dios te dio la inspiración a vos y no a otro para crear este refugio. Te lo encomendaron para que lo protejas y para que hagas tu obra a través de este proyecto”, le dijo Francisco, al mismo tiempo que le entregó un rosario bendecido. “Eso hago. Cada vez que una unidad se despliega, esa obra sigue viva”, consideró el joven.
Un modelo internacional
El sistema Cmax se extiende cada vez más alrededor del mundo. Ahora pasó a formar parte de políticas de prevención en países en los cuales es habitual que ocurran desastres naturales, como es el caso de Japón.
En los próximos días, se instalarán 1200 unidades en tres puntos estratégicos de la ciudad de Fukuoka, como parte de un plan de seguros habitacionales ante emergencias. En un país donde terremotos, tifones y tsunamis son parte de la vida cotidiana, la anticipación es clave.
“No se trata solo de reconstruir después, sino de estar listos antes”, sostuvo García Mayor, en línea con el principio del “Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres“ que aplica el país asiático, y que reza que “cada dólar invertido en prevención ahorra siete en reconstrucción”.
Tras una de las tragedias más devastadoras en la historia de la localidad bonaerense de Bahía Blanca, un proyecto novedoso que busca ayudar a los sobrevivientes y evacuados que se quedaron sin hogar llegó por primera vez a la Argentina: se trata de Cmax, un sistema de viviendas móviles utilizado en zonas de guerra y regiones afectadas por desastres naturales.
Creado por el diseñador industrial bahiense Nicolás García Mayor, estas estructuras habitacionales portátiles son también resistentes y autosuficientes. “Diseñé Cmax cuando tenía 21 años porque sentía que el mundo tenía que estar preparado para lo inesperado. Nunca pensé que lo usaríamos un día en mi propia ciudad. Y, sin embargo, aquí estamos”, dijo García Mayor, exalumno de la Universidad Nacional de La Plata, en donde ideó el proyecto como parte de su tesis para recibirse.
Actualmente, Cmax System tiene sede en Washington, Estados Unidos, exporta a más de 12 países y está valuada en más de 50 millones de dólares. Asimismo, es utilizada por gobiernos, ONGs, fuerzas armadas y organismos humanitarios de todo el mundo, además de en el sector privado y en rubros como minería, glamping y eventos.
Las inundaciones de marzo de este año en Bahía Blanca dejaron un saldo de 18 personas muertas, 270 mil afectadas y daños materiales gravísimos. En este marco, las unidades Cmax fueron instaladas como refugios, puestos médicos y centros de contención.
“Pensé Cmax como una respuesta a lo inesperado, y nunca creí que lo usaríamos alguna vez en mi ciudad”, admite hoy, con emoción, mientras supervisa la llegada de los primeros módulos a su ciudad natal.
Para el 2026, la empresa tiene un horizonte aún más ambicioso: colaborar con SpaceX -la empresa perteneciente al magnate de los negocios Elon Musk- en el desarrollo de soluciones habitacionales plegables adaptadas al espacio. “La lógica que permite desplegar una vivienda en una zona de desastre también puede servir para construir hábitats en Marte”, explicó su creador.
Una idea bendecida por el Papa
El proyecto tuvo un recorrido insólito: nació en un hospital abandonado en La Plata, en donde García Mayor vivía mientras estudiaba; luego fue reconocido y patentado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el Banco Mundial y el BID;y su presentación oficial ocurrió en la propia Asamblea General de Naciones Unidas.
Sin embargo, un encuentro fue el que marcó un antes y un después en su creador: el momento en que conoció al papa Francisco. “¿Lo tenés patentado?”, le preguntó el sumo pontífice, a lo que el joven le respondió afirmativamente.
“Dios te dio la inspiración a vos y no a otro para crear este refugio. Te lo encomendaron para que lo protejas y para que hagas tu obra a través de este proyecto”, le dijo Francisco, al mismo tiempo que le entregó un rosario bendecido. “Eso hago. Cada vez que una unidad se despliega, esa obra sigue viva”, consideró el joven.
Un modelo internacional
El sistema Cmax se extiende cada vez más alrededor del mundo. Ahora pasó a formar parte de políticas de prevención en países en los cuales es habitual que ocurran desastres naturales, como es el caso de Japón.
En los próximos días, se instalarán 1200 unidades en tres puntos estratégicos de la ciudad de Fukuoka, como parte de un plan de seguros habitacionales ante emergencias. En un país donde terremotos, tifones y tsunamis son parte de la vida cotidiana, la anticipación es clave.
“No se trata solo de reconstruir después, sino de estar listos antes”, sostuvo García Mayor, en línea con el principio del “Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres“ que aplica el país asiático, y que reza que “cada dólar invertido en prevención ahorra siete en reconstrucción”.
Nicolás García Mayor desarrolla habitáculos móviles que sirven para zonas de guerra y desastres naturales; el producto se exporta a muchos países y ahora por primera vez llegó al país; más del 10% se dona LA NACION