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jueves, mayo 15, 2025
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El hobby impensado que mejora la concentración y la creatividad

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Los científicos aseguran que la cerámica fue creada de manera espontánea y simultánea en diferentes civilizaciones del mundo. La pieza más antigua localizada en la cueva de Xianrendong, en la provincia de Jiangxi, China, data de entre 20 mil y 19 mil años. Algo más jóvenes, (de aproximadamente 13 mil años de antigüedad), las vasijas del período Jōmon de Japón, también revelan el modo en que estos elementos han acompañado a los humanos desde la prehistoria. En los inicios los habitantes descubrieron que la arcilla se endurecía al exponerla al fuego. Durante el neolítico se empezaron a crear piezas con fines culinarios y en la Mesopotamia se descubrieron las primeras siluetas no utilitarias. El término cerámica proviene de la palabra griega keramos, “arte de trabajar la arcilla”.

Dani Mazzei nació en Buenos Aires y estudió publicidad. Trabajó durante 5 años en una agencia de marketing digital hasta que decidió seguir sus sueños. Comenzó Pangea Cerámicas en 2015 luego de graduarse en el Instituto de Ceramología Condorhuasi, un emprendimiento que le permite expandir su creatividad. Al comienzo trabajando literalmente en un garage, hasta que, respondiendo a pedidos, decidió armar talleres para todo público. Una actividad que hoy la toma por completo. ¿De dónde viene la avidez por la disciplina? “Vivimos tiempos donde la ansiedad –explica–, la incertidumbre y el ritmo frenético del día a día nos agotan. Encontrar un momento para desahogarnos y recargar energías se hace difícil a veces, pero es fundamental para mantener el equilibrio. En una práctica de este tipo, el mundo exterior se detiene, y el aquí y ahora se vuelve lo más importante, dejando que el arte y la creatividad hablen por sí solos”.

@theturmerictimes

#potterytiktok #potteryvideo #potterywheel #ceramicsfyp #ceramicartist

♬ In the Bosom – Sweet After Tears

La OMS emitió durante 2024 un informe de recomendación para incentivar la práctica de la cerámica como una alternativa de actividad diaria para mejorar la calidad de vida. Según indica el documento, se trata de una disciplina que promueve la empatía y la comprensión, dos condiciones para potenciar la conciencia y la salud comunitaria.

Margarita C., 74, hizo su primer taller hace una década. “Fui para acompañar a una amiga que no se animaba a ir sola –relata–. Ella dejó y yo seguí. Me enganché primero con aprender lo básico, pero poco a poco me fui animando a más, a medida que tomé confianza. Una vez al mes hago un encuentro con mis amigas y conocidas en casa y pongo a la venta piezas que hago porque produzco tanto, que no puedo conservarlo. Me hice de un grupo social nuevo, me di cuenta de que puedo seguir aprendiendo y que la imaginación no se aplaca con la edad si la dejás emerger”.

Los especialistas de la OMS indicaron en su documento que la cerámica aumenta la concentración porque compromete los niveles de atención. “La necesidad de focalizarse en la tarea exige abandonar otras distracciones mentales, lo que implica alejarse de pensamientos negativos –explica Sendaia Laiol, neurocientífica abocada a la investigación del ocio en la Universidad de California–. Este ejercicio permite compensar el estrés. En una realidad sobreestimulada como la era de las pantallas, la cerámica desvincula de ese proceso e invita a la introspección, ofreciendo una oportunidad meditativa en lo cotidiano”.

“Personas cortisol”. Cómo son y qué dice la psicología sobre quienes te hacen sentir mal con su mera presencia

Luna tiene 11 años. Su mamá, Alba, quería unir algunas puntas: una actividad en grupo, que fuera creativa, que estuviera alejada de lo físico y abocada a la labor con las manos. Así llegó la cerámica a la vida de su hija. “Luna se apasionó –explica Alba–. Tiene ganas de empezar a hacer collares con sus propias creaciones. Ahora es común que pase tiempo en su cuarto creando sus piezas y alejada de las pantallas. Incluso, mejoró su vínculo con ellas porque suele utilizar su teléfono para buscar tutoriales o modelos para inspirarse”.

“Un momento para vos a solas es algo que muchos necesitamos. Lejos de las preocupaciones, del stress, de las corridas. Una pausa para bajar revoluciones, despejar la cabeza, y conectar con el aquí y ahora. Pero no solo se trata de eso, también es una fuente de desarrollo de bienestar emocional”, sigue Mazzei. También agrega que la cerámica es una terapia creativa que al trabajar con las manos e ir viendo cómo las ideas toman forma, brinda una sensación de logro y satisfacción, promoviendo la autoexpresión y el equilibrio anímico.

Para todas las edades, según Laiol, se produce una estimulación cognitiva y manual: “Aprender nuevas técnicas y experimentar con materiales estimula la mente y potencia habilidades motoras finas. Este tipo de actividad no solo mejora la concentración, sino que también activa la creatividad y la resolución de problemas”.

La OMS suma a estos potenciales el ejercicio de la paciencia y la persistencia, dos condiciones en extinción en el medio de un mundo en exceso vertiginoso. A la par de proponer la creación de metas a largo plazo: esperar que seque, que se hornee… Un ejercicio útil para volver a poner en perspectiva el tiempo.

Los científicos aseguran que la cerámica fue creada de manera espontánea y simultánea en diferentes civilizaciones del mundo. La pieza más antigua localizada en la cueva de Xianrendong, en la provincia de Jiangxi, China, data de entre 20 mil y 19 mil años. Algo más jóvenes, (de aproximadamente 13 mil años de antigüedad), las vasijas del período Jōmon de Japón, también revelan el modo en que estos elementos han acompañado a los humanos desde la prehistoria. En los inicios los habitantes descubrieron que la arcilla se endurecía al exponerla al fuego. Durante el neolítico se empezaron a crear piezas con fines culinarios y en la Mesopotamia se descubrieron las primeras siluetas no utilitarias. El término cerámica proviene de la palabra griega keramos, “arte de trabajar la arcilla”.

Dani Mazzei nació en Buenos Aires y estudió publicidad. Trabajó durante 5 años en una agencia de marketing digital hasta que decidió seguir sus sueños. Comenzó Pangea Cerámicas en 2015 luego de graduarse en el Instituto de Ceramología Condorhuasi, un emprendimiento que le permite expandir su creatividad. Al comienzo trabajando literalmente en un garage, hasta que, respondiendo a pedidos, decidió armar talleres para todo público. Una actividad que hoy la toma por completo. ¿De dónde viene la avidez por la disciplina? “Vivimos tiempos donde la ansiedad –explica–, la incertidumbre y el ritmo frenético del día a día nos agotan. Encontrar un momento para desahogarnos y recargar energías se hace difícil a veces, pero es fundamental para mantener el equilibrio. En una práctica de este tipo, el mundo exterior se detiene, y el aquí y ahora se vuelve lo más importante, dejando que el arte y la creatividad hablen por sí solos”.

@theturmerictimes

#potterytiktok #potteryvideo #potterywheel #ceramicsfyp #ceramicartist

♬ In the Bosom – Sweet After Tears

La OMS emitió durante 2024 un informe de recomendación para incentivar la práctica de la cerámica como una alternativa de actividad diaria para mejorar la calidad de vida. Según indica el documento, se trata de una disciplina que promueve la empatía y la comprensión, dos condiciones para potenciar la conciencia y la salud comunitaria.

Margarita C., 74, hizo su primer taller hace una década. “Fui para acompañar a una amiga que no se animaba a ir sola –relata–. Ella dejó y yo seguí. Me enganché primero con aprender lo básico, pero poco a poco me fui animando a más, a medida que tomé confianza. Una vez al mes hago un encuentro con mis amigas y conocidas en casa y pongo a la venta piezas que hago porque produzco tanto, que no puedo conservarlo. Me hice de un grupo social nuevo, me di cuenta de que puedo seguir aprendiendo y que la imaginación no se aplaca con la edad si la dejás emerger”.

Los especialistas de la OMS indicaron en su documento que la cerámica aumenta la concentración porque compromete los niveles de atención. “La necesidad de focalizarse en la tarea exige abandonar otras distracciones mentales, lo que implica alejarse de pensamientos negativos –explica Sendaia Laiol, neurocientífica abocada a la investigación del ocio en la Universidad de California–. Este ejercicio permite compensar el estrés. En una realidad sobreestimulada como la era de las pantallas, la cerámica desvincula de ese proceso e invita a la introspección, ofreciendo una oportunidad meditativa en lo cotidiano”.

“Personas cortisol”. Cómo son y qué dice la psicología sobre quienes te hacen sentir mal con su mera presencia

Luna tiene 11 años. Su mamá, Alba, quería unir algunas puntas: una actividad en grupo, que fuera creativa, que estuviera alejada de lo físico y abocada a la labor con las manos. Así llegó la cerámica a la vida de su hija. “Luna se apasionó –explica Alba–. Tiene ganas de empezar a hacer collares con sus propias creaciones. Ahora es común que pase tiempo en su cuarto creando sus piezas y alejada de las pantallas. Incluso, mejoró su vínculo con ellas porque suele utilizar su teléfono para buscar tutoriales o modelos para inspirarse”.

“Un momento para vos a solas es algo que muchos necesitamos. Lejos de las preocupaciones, del stress, de las corridas. Una pausa para bajar revoluciones, despejar la cabeza, y conectar con el aquí y ahora. Pero no solo se trata de eso, también es una fuente de desarrollo de bienestar emocional”, sigue Mazzei. También agrega que la cerámica es una terapia creativa que al trabajar con las manos e ir viendo cómo las ideas toman forma, brinda una sensación de logro y satisfacción, promoviendo la autoexpresión y el equilibrio anímico.

Para todas las edades, según Laiol, se produce una estimulación cognitiva y manual: “Aprender nuevas técnicas y experimentar con materiales estimula la mente y potencia habilidades motoras finas. Este tipo de actividad no solo mejora la concentración, sino que también activa la creatividad y la resolución de problemas”.

La OMS suma a estos potenciales el ejercicio de la paciencia y la persistencia, dos condiciones en extinción en el medio de un mundo en exceso vertiginoso. A la par de proponer la creación de metas a largo plazo: esperar que seque, que se hornee… Un ejercicio útil para volver a poner en perspectiva el tiempo.

 Esta actividad aleja los pensamientos negativos, invita a la introspección y promueve la empatía  LA NACION