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sábado, mayo 17, 2025
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Y al fin, Colapinto debutó en Alpine: calma en el garaje, progreso en la pista y la palmada bendita del “Tío Flavio”

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ÍMOLA.- Cuando, unos días después del Gran Premio de Miami, daba de baja al australiano Jack Doohan y se anunciaba la titularización de Franco Colapinto como piloto, Alpine declaraba que iba a evaluar el desempeño del joven piloto al cabo de cinco carreras. Aquí y ahora, ese límite acaba de desaparecer: conviene empezar por allí el comentario en clave argentina de la primera jornada del Gran Premio que se corre en el circuito italiano. Sin haber empezado a acelerar, el muchacho ya sabía que contaba con el voto de confianza de su nueva escudería.

Franco ya gira con su A525 en la Fórmula 1. Se pasa de las ansiedades a la presión de las expectativas. Seguramente, como ya lo manifestó el miércoles en el autódromo Enzo y Dino Ferrari, Franco tiene sus propias expectativas y objetivos. Flavio Briatore, que lo “rescató” de Williams para hacerlo correr, ha cumplido al sacar a Doohan de la segunda butaca del equipo Alpine para sentar a Franco.

Y este mismo viernes, Briatore dio la noticia que evidentemente tranquilizó a su joven descubrimiento: con los cristales espejados del hospitality de Alpine por detrás, estrenado el año pasado antes del GP de Bélgica, Flavio acababa con ese bendito e inquietante límite de cinco carreras que se había anunciado al comunicar la titularidad de Franco. “He leído por ahí que Franco tendrá cinco carreras, pero no, no hay límite de carreras. Si es rápido, no choca y suma puntos, va a manejar para siempre”, declaró a los medios “Tío Flavio”.

Ya lo había anticipado Colapinto el miércoles cuando decía: “Es cierto que el domingo no se acaba la temporada, pero tampoco significa que me van a bajar después. Hay muchas cosas que veremos, ¿no? Y que se valorarán, supongo. Me gusta este circuito. He ganado aquí en la Fórmula 3 y la Fórmula 2. Vamos a ir paso a paso”.

Así que no será el GP de Austria la fecha del examen final de Colapinto. Aun así, está claro que Briatore es el máximo censor que tiene el poder de juzgar sin contestación en el equipo. Se le conoce por ser un tipo de drásticas medidas cuando cree que corresponden. Y cuando los autos se aprestaban a salir a pista por primera vez este viernes, en el fondo del garaje, casi apoyado en la valla que separa el taller de una zona para privilegiados invitados VIP del equipo, observaba las acciones del máximo director ejecutivo del grupo Renault-Alpine, el italiano Luca De Meo.

Como dice Colapinto, la Fórmula 1 es cruel, y cualquier piloto novato sabe que, si el jefe considera que no da el rendimiento suficiente (resultados, velocidad, dinero —esto siempre está presente de manera directa o sobreentendida—), uno se queda afuera. Hoy sale reforzado, pero tiene que cumplir con su parte.

Una fuente con acceso a Briatore contó para LA NACION que el cuatro veces campeón como jefe de equipo le dijo: “Estoy seguro de que Franco será más rápido que Jack [Doohan], pero si por la razón que fuese no da el nivel, tendré que actuar. Primero está el rendimiento del equipo”.

A las 13.30 de Italia, Franco salió a la pista a cumplir con su misión. ¿Y cuál es su misión? ¿Ser más rápido o mejor que Pierre Gasly, su experimentado compañero, ganador de un Gran Premio? No. Simplemente, ser mejor que Doohan. Esto, para comenzar, implica mantener su coche intacto y en movimiento con suficiente velocidad para estar ahí, muy cerca por detrás (y por delante en cuanto gane confianza) de su compañero francés.

Avanzar a la Q2 y a la Q3 será una exigencia permanente, porque al menos en Ímola, el viernes, el A525 con Gasly al volante acababa tercero en la segunda tanda de entrenamientos, a 0,276 segundos del más rápido del día, Oscar Piastri. Una posición realmente auspiciosa que se debería reafirmar el sábado en la prueba de clasificación.

Por su parte, Colapinto realizó una labor in crescendo con un programa de exploración de puesta a punto, cambiando la incidencia del alerón delantero dos veces. En la primera sesión había quedado a algo menos de seis décimas de Gasly tras 21 giros. Como en Monza 2024, tuvo una ligera salida de pista en una curva rápida, pero a partir de ese momento, mostró absoluta seguridad.

En la segunda sesión, Franco se concentró en preparar el coche para tandas largas. Entró cuatro veces a boxes, hizo algunos ajustes aerodinámicos y, con neumáticos medios, en una tanda larga de 15 vueltas mostró que podía girar a un ritmo parecido al de coches a priori más rápidos, como el Red Bull de Max Verstappen (quinto en el día, a poco más de tres décimas por delante de Colapinto, que marcó 1m16s44/1000 con neumáticos blandos). Incluso tuvo un momento especial con MadMax, cuando éste iba a superarlo y Franco activó el sistema DRS, que hizo reaccionar al neerlandés: “¿Qué está haciendo este muchacho usando el DRS?“, preguntó por la radio al box de Red Bull. La respuesta de su ingeniero fue igual de desconcertante: ”No tengo idea”.

Para hacer su mejor tiempo, Franco puso los neumáticos C6, los superblandos del rango de Pirelli, y logró su mejor vuelta quedando a 4,75 décimas de Gasly. Los microsectores en las curvas rápidas revelaban una cierta falta de confianza, porque costaba hilvanar varios de color verde (más rápidos) en los registros.

En el garaje, entre las sesiones, se lo vio bastante tranquilo y solo enfocado en el trabajo, no en lo que pudiera pasar este viernes en Ímola. Ya cuando debutó en Monza el año pasado, causando muy buena impresión, la presión que podía sentir era mayor que la que hoy afirma él ya no siente, al menos no de manera que afecte su rendimiento. En la zona de atención a los medios de TV oficial, una vez culminada la jornada, mantuvo el tono sobrio: “Fue un buen primer día. Hay que seguir progresando, entender muchas cosas en la data [la telemetría del auto] hoy a la noche. Y volver un poco más fuerte mañana. Pero bueno, adaptándome al auto… al equipo, a los ingenieros. Y seguramente que vamos a dar un pasito mañana [por el sábado]“, auguró.

Por lo visto hasta ahora, el A525 tiene un gran potencial para puntuar el domingo. Pensando en la prueba de clasificación de este sábado, Gasly puede aspirar a meterse entre los mejores diez, y Franco, pasar a la Q2. Si se trata de una comparación con el cronómetro, tras los ajustes que estaban realizando en su coche antes de caer la noche, la diferencia con Pierre debería reducirse a tres décimas.

Colaboración: Jaime Pintanel

ÍMOLA.- Cuando, unos días después del Gran Premio de Miami, daba de baja al australiano Jack Doohan y se anunciaba la titularización de Franco Colapinto como piloto, Alpine declaraba que iba a evaluar el desempeño del joven piloto al cabo de cinco carreras. Aquí y ahora, ese límite acaba de desaparecer: conviene empezar por allí el comentario en clave argentina de la primera jornada del Gran Premio que se corre en el circuito italiano. Sin haber empezado a acelerar, el muchacho ya sabía que contaba con el voto de confianza de su nueva escudería.

Franco ya gira con su A525 en la Fórmula 1. Se pasa de las ansiedades a la presión de las expectativas. Seguramente, como ya lo manifestó el miércoles en el autódromo Enzo y Dino Ferrari, Franco tiene sus propias expectativas y objetivos. Flavio Briatore, que lo “rescató” de Williams para hacerlo correr, ha cumplido al sacar a Doohan de la segunda butaca del equipo Alpine para sentar a Franco.

Y este mismo viernes, Briatore dio la noticia que evidentemente tranquilizó a su joven descubrimiento: con los cristales espejados del hospitality de Alpine por detrás, estrenado el año pasado antes del GP de Bélgica, Flavio acababa con ese bendito e inquietante límite de cinco carreras que se había anunciado al comunicar la titularidad de Franco. “He leído por ahí que Franco tendrá cinco carreras, pero no, no hay límite de carreras. Si es rápido, no choca y suma puntos, va a manejar para siempre”, declaró a los medios “Tío Flavio”.

Ya lo había anticipado Colapinto el miércoles cuando decía: “Es cierto que el domingo no se acaba la temporada, pero tampoco significa que me van a bajar después. Hay muchas cosas que veremos, ¿no? Y que se valorarán, supongo. Me gusta este circuito. He ganado aquí en la Fórmula 3 y la Fórmula 2. Vamos a ir paso a paso”.

Así que no será el GP de Austria la fecha del examen final de Colapinto. Aun así, está claro que Briatore es el máximo censor que tiene el poder de juzgar sin contestación en el equipo. Se le conoce por ser un tipo de drásticas medidas cuando cree que corresponden. Y cuando los autos se aprestaban a salir a pista por primera vez este viernes, en el fondo del garaje, casi apoyado en la valla que separa el taller de una zona para privilegiados invitados VIP del equipo, observaba las acciones del máximo director ejecutivo del grupo Renault-Alpine, el italiano Luca De Meo.

Como dice Colapinto, la Fórmula 1 es cruel, y cualquier piloto novato sabe que, si el jefe considera que no da el rendimiento suficiente (resultados, velocidad, dinero —esto siempre está presente de manera directa o sobreentendida—), uno se queda afuera. Hoy sale reforzado, pero tiene que cumplir con su parte.

Una fuente con acceso a Briatore contó para LA NACION que el cuatro veces campeón como jefe de equipo le dijo: “Estoy seguro de que Franco será más rápido que Jack [Doohan], pero si por la razón que fuese no da el nivel, tendré que actuar. Primero está el rendimiento del equipo”.

A las 13.30 de Italia, Franco salió a la pista a cumplir con su misión. ¿Y cuál es su misión? ¿Ser más rápido o mejor que Pierre Gasly, su experimentado compañero, ganador de un Gran Premio? No. Simplemente, ser mejor que Doohan. Esto, para comenzar, implica mantener su coche intacto y en movimiento con suficiente velocidad para estar ahí, muy cerca por detrás (y por delante en cuanto gane confianza) de su compañero francés.

Avanzar a la Q2 y a la Q3 será una exigencia permanente, porque al menos en Ímola, el viernes, el A525 con Gasly al volante acababa tercero en la segunda tanda de entrenamientos, a 0,276 segundos del más rápido del día, Oscar Piastri. Una posición realmente auspiciosa que se debería reafirmar el sábado en la prueba de clasificación.

Por su parte, Colapinto realizó una labor in crescendo con un programa de exploración de puesta a punto, cambiando la incidencia del alerón delantero dos veces. En la primera sesión había quedado a algo menos de seis décimas de Gasly tras 21 giros. Como en Monza 2024, tuvo una ligera salida de pista en una curva rápida, pero a partir de ese momento, mostró absoluta seguridad.

En la segunda sesión, Franco se concentró en preparar el coche para tandas largas. Entró cuatro veces a boxes, hizo algunos ajustes aerodinámicos y, con neumáticos medios, en una tanda larga de 15 vueltas mostró que podía girar a un ritmo parecido al de coches a priori más rápidos, como el Red Bull de Max Verstappen (quinto en el día, a poco más de tres décimas por delante de Colapinto, que marcó 1m16s44/1000 con neumáticos blandos). Incluso tuvo un momento especial con MadMax, cuando éste iba a superarlo y Franco activó el sistema DRS, que hizo reaccionar al neerlandés: “¿Qué está haciendo este muchacho usando el DRS?“, preguntó por la radio al box de Red Bull. La respuesta de su ingeniero fue igual de desconcertante: ”No tengo idea”.

Para hacer su mejor tiempo, Franco puso los neumáticos C6, los superblandos del rango de Pirelli, y logró su mejor vuelta quedando a 4,75 décimas de Gasly. Los microsectores en las curvas rápidas revelaban una cierta falta de confianza, porque costaba hilvanar varios de color verde (más rápidos) en los registros.

En el garaje, entre las sesiones, se lo vio bastante tranquilo y solo enfocado en el trabajo, no en lo que pudiera pasar este viernes en Ímola. Ya cuando debutó en Monza el año pasado, causando muy buena impresión, la presión que podía sentir era mayor que la que hoy afirma él ya no siente, al menos no de manera que afecte su rendimiento. En la zona de atención a los medios de TV oficial, una vez culminada la jornada, mantuvo el tono sobrio: “Fue un buen primer día. Hay que seguir progresando, entender muchas cosas en la data [la telemetría del auto] hoy a la noche. Y volver un poco más fuerte mañana. Pero bueno, adaptándome al auto… al equipo, a los ingenieros. Y seguramente que vamos a dar un pasito mañana [por el sábado]“, auguró.

Por lo visto hasta ahora, el A525 tiene un gran potencial para puntuar el domingo. Pensando en la prueba de clasificación de este sábado, Gasly puede aspirar a meterse entre los mejores diez, y Franco, pasar a la Q2. Si se trata de una comparación con el cronómetro, tras los ajustes que estaban realizando en su coche antes de caer la noche, la diferencia con Pierre debería reducirse a tres décimas.

Colaboración: Jaime Pintanel

 Briatore, el jefe del equipo francés, refuerza al argentino, que acabó 13º en su primer día como piloto titular de la escudería  LA NACION