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lunes, mayo 19, 2025
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La Ciudad quedó partida en dos entre el norte y el sur y mostró un viraje de votos para Adorni y Santoro

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En solo dos años, el mapa electoral de la ciudad de Buenos Aires hizo un vuelco tan grande que el partido mayoritario en 2023, Pro, no ganó una sola comuna. Es más, tampoco lo hizo en ningún barrio. Desapareció el amarillo. Ahora, es como si una línea hubiese dividido en dos a la Capital, en términos geográficos pero también socioeconómicos.

En el norte, la zona más rica de la ciudad, la hegemonía fue libertaria. Allí “las fuerzas del cielo” le comieron poder de fuego a los amarillos del oficialismo local. Así dieron el gran batacazo, quedándose con el primer lugar de la elección, con la candidatura del vocero Manuel Adorni, que logró 30% de los votos. Además de ser el alfil del presidente Javier Milei, su portavoz -que también tiene la confianza de Karina Milei- es el primero que logra cosechar la fuerza electoral del líder de La Libertad Avanza (LLA), que no había tenido eco en las elecciones de otras provincias. Fue efectiva la campaña “Adorni es Milei”. Cerca de Santiago Caputo, el estratega del Gobierno, hablaban de una “derrota catastrófica” para Mauricio Macri, líder político máximo hasta ahora de la Ciudad.

En el sur, la zona más humilde, se sintió la pisada fuerte del peronismo, el principal espacio opositor, que logró un segundo lugar aunque aparecía como el favorito para esta contienda su cabeza de lista, Leandro Santoro.

El dirigente de origen radical pero virado al kirchnerismo había enrollado las banderas históricas del Partido Justicialista (PJ) y se había distanciado de sus principales figuras para mostrarse como una opción vecinal y medida que capturara voluntades anti-Milei, pese a que contenía en sus filas y en su armado al tradicional espacio. Con el color verde de su Es Ahora Buenos Aires alcanzó 27% de los sufragios, un porcentaje en el que supo rondar el peronismo en lo últimos enfrentamientos a nivel capitalino.

Cambios de colores: el norte

En 2023, Pro -el espacio dominante dentro de Juntos por el Cambio- ganó todas las comunas menos una, la 8, donde se impuso Santoro. El predominio de la candidatura de Jorge Macri a jefe de Gobierno se mostró sobre todo en la zona norte, donde influye fuerte la derecha y la centroderecha, que ahora dejó de acompañar a los amarillos y viró al violeta.

“La Libertad Avanza se quedó con la disputa de ese voto”, arengaban en el búnker del Hotel Libertador, donde volvieron a montar su sede los hermanos Milei y Caputo.

Adorni ganó la Comuna 1 (con Retiro, San Nicolás y Puerto Madero), la 2 (Recoleta), la 14 (Palermo), la 13 (Núñez, Belgrano y Colegiales), la 12 (con Coghlan, Saavedra, Villa Urquiza), la 11 (con Villa Devoto y Villa del Parque), la 10 (con Villa Real, Monte Castro, Versalles y Villa Luro), la 6 (con Caballito, donde la oposición montó el búnker) y la 7 (con Flores).

Hubo en esas comunas que trazaron su zona de influencia algunos barrios que le fueron desfavorables al vocero-candidato, como Liniers, Villa Riachuelo y Balvanera.

Entre las ganadoras, en las que Adorni tuvo más presencia quedaron la 1, la 2, la 13 y la 14. En ellas se ubica el sector de mayor poder adquisitivo de la Capital. Estas tres, en 2023, fueron justamente aquellas en las que Pro cosechó mayor cantidad de votantes y su núcleo de apoyo histórico.

La más taquillera para el vocero: Recoleta, donde sumó casi 38%.

Cambio de colores: el sur

En la otra vereda, Santoro -que arrancó la campaña mucho antes en encuentros con vecinos y mostrándose como el opositor de mayor peso- se adueñó del sur, con predominio en la 8, su comuna más fiel, donde arrasó en Villa Soldati (con 38%) e hizo una buena performance en Villa Lugano, aunque perdió en Villa Riachuelo.

En tanto, también logró una avanzada sobre el territorio que fue de Juntos por el Cambio, pero que en su momento no respondió a Jorge Macri sino al radical Martín Lousteau, que había competido con el actual jefe de Gobierno en la interna de agosto en 2023.

En esas PASO, Lousteau se impuso en ocho comunas del centro de la Ciudad, que después logró retener Jorge Macri en la general. De esas, cinco ahora viraron a Santoro, en una combinación de los sectores de menor poder de compra y aquellos que suelen inclinarse por opciones progresistas: la 9 (con Mataderos y Parque Avellaneda), la 4 (que en las PASO 2023 la ganó Santoro pero en las generales no; allí con logros en La Boca, Barracas, Parque Patricios y Nueva Pompeya), la 3 (bien en San Cristóbal), la 5 (Almagro y Boedo, su barrio de origen) y la 15 (Chacarita, Villa Crespo, Paternal, Villa Ortúzar, Agronomía y Parque Chas).

Con estos números, La Libertad Avanza logró que entren 11 de los 30 representantes que se ponían en juego en total en la Legislatura; y el peronismo, que lo hagan 10.

Se suman solo cinco de Pro, tres de Horacio Rodríguez Larreta (con él a la cabeza) y Vanina Biasi, de la izquierda.

En solo dos años, el mapa electoral de la ciudad de Buenos Aires hizo un vuelco tan grande que el partido mayoritario en 2023, Pro, no ganó una sola comuna. Es más, tampoco lo hizo en ningún barrio. Desapareció el amarillo. Ahora, es como si una línea hubiese dividido en dos a la Capital, en términos geográficos pero también socioeconómicos.

En el norte, la zona más rica de la ciudad, la hegemonía fue libertaria. Allí “las fuerzas del cielo” le comieron poder de fuego a los amarillos del oficialismo local. Así dieron el gran batacazo, quedándose con el primer lugar de la elección, con la candidatura del vocero Manuel Adorni, que logró 30% de los votos. Además de ser el alfil del presidente Javier Milei, su portavoz -que también tiene la confianza de Karina Milei- es el primero que logra cosechar la fuerza electoral del líder de La Libertad Avanza (LLA), que no había tenido eco en las elecciones de otras provincias. Fue efectiva la campaña “Adorni es Milei”. Cerca de Santiago Caputo, el estratega del Gobierno, hablaban de una “derrota catastrófica” para Mauricio Macri, líder político máximo hasta ahora de la Ciudad.

En el sur, la zona más humilde, se sintió la pisada fuerte del peronismo, el principal espacio opositor, que logró un segundo lugar aunque aparecía como el favorito para esta contienda su cabeza de lista, Leandro Santoro.

El dirigente de origen radical pero virado al kirchnerismo había enrollado las banderas históricas del Partido Justicialista (PJ) y se había distanciado de sus principales figuras para mostrarse como una opción vecinal y medida que capturara voluntades anti-Milei, pese a que contenía en sus filas y en su armado al tradicional espacio. Con el color verde de su Es Ahora Buenos Aires alcanzó 27% de los sufragios, un porcentaje en el que supo rondar el peronismo en lo últimos enfrentamientos a nivel capitalino.

Cambios de colores: el norte

En 2023, Pro -el espacio dominante dentro de Juntos por el Cambio- ganó todas las comunas menos una, la 8, donde se impuso Santoro. El predominio de la candidatura de Jorge Macri a jefe de Gobierno se mostró sobre todo en la zona norte, donde influye fuerte la derecha y la centroderecha, que ahora dejó de acompañar a los amarillos y viró al violeta.

“La Libertad Avanza se quedó con la disputa de ese voto”, arengaban en el búnker del Hotel Libertador, donde volvieron a montar su sede los hermanos Milei y Caputo.

Adorni ganó la Comuna 1 (con Retiro, San Nicolás y Puerto Madero), la 2 (Recoleta), la 14 (Palermo), la 13 (Núñez, Belgrano y Colegiales), la 12 (con Coghlan, Saavedra, Villa Urquiza), la 11 (con Villa Devoto y Villa del Parque), la 10 (con Villa Real, Monte Castro, Versalles y Villa Luro), la 6 (con Caballito, donde la oposición montó el búnker) y la 7 (con Flores).

Hubo en esas comunas que trazaron su zona de influencia algunos barrios que le fueron desfavorables al vocero-candidato, como Liniers, Villa Riachuelo y Balvanera.

Entre las ganadoras, en las que Adorni tuvo más presencia quedaron la 1, la 2, la 13 y la 14. En ellas se ubica el sector de mayor poder adquisitivo de la Capital. Estas tres, en 2023, fueron justamente aquellas en las que Pro cosechó mayor cantidad de votantes y su núcleo de apoyo histórico.

La más taquillera para el vocero: Recoleta, donde sumó casi 38%.

Cambio de colores: el sur

En la otra vereda, Santoro -que arrancó la campaña mucho antes en encuentros con vecinos y mostrándose como el opositor de mayor peso- se adueñó del sur, con predominio en la 8, su comuna más fiel, donde arrasó en Villa Soldati (con 38%) e hizo una buena performance en Villa Lugano, aunque perdió en Villa Riachuelo.

En tanto, también logró una avanzada sobre el territorio que fue de Juntos por el Cambio, pero que en su momento no respondió a Jorge Macri sino al radical Martín Lousteau, que había competido con el actual jefe de Gobierno en la interna de agosto en 2023.

En esas PASO, Lousteau se impuso en ocho comunas del centro de la Ciudad, que después logró retener Jorge Macri en la general. De esas, cinco ahora viraron a Santoro, en una combinación de los sectores de menor poder de compra y aquellos que suelen inclinarse por opciones progresistas: la 9 (con Mataderos y Parque Avellaneda), la 4 (que en las PASO 2023 la ganó Santoro pero en las generales no; allí con logros en La Boca, Barracas, Parque Patricios y Nueva Pompeya), la 3 (bien en San Cristóbal), la 5 (Almagro y Boedo, su barrio de origen) y la 15 (Chacarita, Villa Crespo, Paternal, Villa Ortúzar, Agronomía y Parque Chas).

Con estos números, La Libertad Avanza logró que entren 11 de los 30 representantes que se ponían en juego en total en la Legislatura; y el peronismo, que lo hagan 10.

Se suman solo cinco de Pro, tres de Horacio Rodríguez Larreta (con él a la cabeza) y Vanina Biasi, de la izquierda.

 El mapa electoral dio un vuelco en tan solo dos años, cuando Pro se impuso en todos los barrios menos uno; la división es geográfica y socioeconómica  LA NACION