
Hoy en día, somos cada vez más los que tenemos que preocuparnos por nuestro nivel de azúcar en sangre.
Unos 38 millones de estadounidenses tienen diabetes, y más del doble de esa cifra presenta prediabetes. Muchos millones más presentan algún tipo de resistencia a la insulina, lo que puede causar cansancio, irritabilidad e incluso mareos. Todas estas afecciones se vuelven más comunes con la edad.
La buena noticia es que el ejercicio puede ayudar. Es al menos tan importante como la dieta para prevenir y tratar la resistencia a la insulina y la diabetes. También puede ayudar a perder peso, que suele ser el paso más importante para estabilizar el azúcar en sangre.
“El ejercicio tiene varias maneras únicas de ayudar al cuerpo a procesar la glucosa”, afirma el Dr. Donald Hensrud, especialista en medicina preventiva y nutrición, y editor médico de The Mayo Clinic Diet. Y si bien cualquier ejercicio es bueno, el tipo de movimiento que se elija y cuándo se lo practique puede influir significativamente en su eficacia.
Con solo 20 segundos por día. Este ejercicio ayuda a fortalecer el abdomen y mejorar la postura
Según los expertos, aquí hay algunas cosas que se deben tener en cuenta al planificar los entrenamientos.
El ejercicio es esencial para controlar el azúcar en sangre
Las causas de la diabetes son complejas. Los antecedentes familiares, la genética, el peso y la dieta influyen. Pero es evidente que el ejercicio puede reducir drásticamente la glucemia, independientemente del diagnóstico, y mejorar la eficacia del cuerpo para utilizar la insulina.
De hecho, las investigaciones han demostrado que el ejercicio suele ser más eficaz para prevenir la diabetes que los medicamentos (aunque es importante utilizar todos los tipos de tratamiento). Durante el ejercicio, las células musculares pueden utilizar la glucosa en sangre con mayor facilidad. “Esto reduce directamente el azúcar en sangre y también puede reducir la grasa alrededor de los órganos, un factor de riesgo importante para la diabetes y la resistencia a la insulina”, afirma el Dr. Gerald I. Shulman, profesor de medicina y fisiología en la Facultad de Medicina de Yale.
En particular, los estudios muestran que el entrenamiento regular en intervalos de alta intensidad o el ejercicio continuo moderado pueden marcar la diferencia, revirtiendo la prediabetes en casi el 40 por ciento de los participantes, aunque podría llevar meses o incluso años para que muchas personas vean cambios duraderos.
Priorizar el entrenamiento de fuerza y la intensidad
Cualquier movimiento es mejor que nada, y simplemente caminar puede tener beneficios. Pero según las investigaciones, las dos maneras más efectivas de reducir el azúcar en sangre mediante el ejercicio son los entrenamientos de alta intensidad y el entrenamiento de fuerza.
Un estudio reciente descubrió que el entrenamiento de fuerza fue significativamente más efectivo para controlar los niveles de azúcar en sangre que el ejercicio aeróbico para personas con diabetes tipo 2, y esto probablemente también sea válido para otras personas preocupadas por su nivel de azúcar en sangre, señala Shulman.
Le dicen entrenar hasta el fallo. Los secretos para ganar fuerza y no lesionarse
“Además, tanto el ejercicio aeróbico como el entrenamiento de fuerza crean más mitocondrias, lo que puede ayudar a combatir la diabetes tipo 2, pero el levantamiento de pesas parece ser ligeramente más efectivo que el ejercicio aeróbico, suponiendo que te estés esforzando”, desarrolla Shulman.
El entrenamiento de fuerza es especialmente importante para las personas mayores, ya que la resistencia a la insulina y la diabetes tipo 2 aceleran la pérdida normal de músculo y fuerza que viene con la edad, especialmente en las mujeres. Y aunque caminar es un buen ejercicio para el corazón, generalmente no desarrolla mucha masa muscular, explica Michael Joseph Gross, autor de Stronger: The Untold Story of Muscles in Our Lives.
La forma de entrenar la fuerza también es importante, añade. Para mayor efectividad, las pesas deben sentirse pesadas. Una revisión sistemática de la investigación reveló que levantar pesas exigentes ayudaba a reducir el azúcar en sangre con mayor eficacia que el entrenamiento de fuerza de baja intensidad.
Se debe considerar alternar la sesión de entrenamiento de fuerza con entrenamiento en intervalos de alta intensidad, que ha demostrado ser especialmente eficaz para controlar el azúcar en sangre en personas con prediabetes y diabetes tipo 2. Si uno tiene diabetes, debe consultar con un médico antes de cambiar radicalmente su rutina de ejercicios.
¿Cuál es el mejor momento para hacer ejercicio?
Si no se tiene resistencia a la insulina, el momento del día en el que se hace ejercicio no importa mucho.
Sin embargo, para las personas con prediabetes y diabetes tipo 2, los estudios sugieren que hacer ejercicio por la tarde suele ayudar a reducir los niveles de azúcar en sangre. Esto se debe a que el azúcar en sangre sube y baja con regularidad a lo largo del día y, a medida que avanza el día, el cuerpo se vuelve menos sensible a la insulina. Por lo tanto, hacer ejercicio por la tarde suele ser menos propenso a causar picos peligrosos de glucosa.
Los expertos recomiendan hacer ejercicio al menos tres días a la semana, con un máximo de dos días seguidos sin actividad. Para las personas con resistencia a la insulina, incluida la diabetes, el mejor momento para hacer ejercicio es unos 30 minutos después de comer para prevenir picos de azúcar en sangre.
Si los entrenamientos matutinos se adaptan mejor a la agenda, hay que intentar no comer demasiados carbohidratos de antemano y comenzar el día con una comida pequeña de proteínas y carbohidratos saludables como frutas, verduras y cereales integrales.
“La prediabetes y la diabetes de nueva aparición responden mucho mejor a los cambios en el estilo de vida, como la dieta y el ejercicio, que los casos a largo plazo”, detalla Hensrud, por lo que es importante abordar la resistencia a la insulina lo antes posible.
“Les digo a las personas que recién tienen diabetes que tienen el control y que lo más importante es bajar de peso mediante cambios en la dieta y ejercicio”, dice.
Por Hilary Achauer.
Hoy en día, somos cada vez más los que tenemos que preocuparnos por nuestro nivel de azúcar en sangre.
Unos 38 millones de estadounidenses tienen diabetes, y más del doble de esa cifra presenta prediabetes. Muchos millones más presentan algún tipo de resistencia a la insulina, lo que puede causar cansancio, irritabilidad e incluso mareos. Todas estas afecciones se vuelven más comunes con la edad.
La buena noticia es que el ejercicio puede ayudar. Es al menos tan importante como la dieta para prevenir y tratar la resistencia a la insulina y la diabetes. También puede ayudar a perder peso, que suele ser el paso más importante para estabilizar el azúcar en sangre.
“El ejercicio tiene varias maneras únicas de ayudar al cuerpo a procesar la glucosa”, afirma el Dr. Donald Hensrud, especialista en medicina preventiva y nutrición, y editor médico de The Mayo Clinic Diet. Y si bien cualquier ejercicio es bueno, el tipo de movimiento que se elija y cuándo se lo practique puede influir significativamente en su eficacia.
Con solo 20 segundos por día. Este ejercicio ayuda a fortalecer el abdomen y mejorar la postura
Según los expertos, aquí hay algunas cosas que se deben tener en cuenta al planificar los entrenamientos.
El ejercicio es esencial para controlar el azúcar en sangre
Las causas de la diabetes son complejas. Los antecedentes familiares, la genética, el peso y la dieta influyen. Pero es evidente que el ejercicio puede reducir drásticamente la glucemia, independientemente del diagnóstico, y mejorar la eficacia del cuerpo para utilizar la insulina.
De hecho, las investigaciones han demostrado que el ejercicio suele ser más eficaz para prevenir la diabetes que los medicamentos (aunque es importante utilizar todos los tipos de tratamiento). Durante el ejercicio, las células musculares pueden utilizar la glucosa en sangre con mayor facilidad. “Esto reduce directamente el azúcar en sangre y también puede reducir la grasa alrededor de los órganos, un factor de riesgo importante para la diabetes y la resistencia a la insulina”, afirma el Dr. Gerald I. Shulman, profesor de medicina y fisiología en la Facultad de Medicina de Yale.
En particular, los estudios muestran que el entrenamiento regular en intervalos de alta intensidad o el ejercicio continuo moderado pueden marcar la diferencia, revirtiendo la prediabetes en casi el 40 por ciento de los participantes, aunque podría llevar meses o incluso años para que muchas personas vean cambios duraderos.
Priorizar el entrenamiento de fuerza y la intensidad
Cualquier movimiento es mejor que nada, y simplemente caminar puede tener beneficios. Pero según las investigaciones, las dos maneras más efectivas de reducir el azúcar en sangre mediante el ejercicio son los entrenamientos de alta intensidad y el entrenamiento de fuerza.
Un estudio reciente descubrió que el entrenamiento de fuerza fue significativamente más efectivo para controlar los niveles de azúcar en sangre que el ejercicio aeróbico para personas con diabetes tipo 2, y esto probablemente también sea válido para otras personas preocupadas por su nivel de azúcar en sangre, señala Shulman.
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“Además, tanto el ejercicio aeróbico como el entrenamiento de fuerza crean más mitocondrias, lo que puede ayudar a combatir la diabetes tipo 2, pero el levantamiento de pesas parece ser ligeramente más efectivo que el ejercicio aeróbico, suponiendo que te estés esforzando”, desarrolla Shulman.
El entrenamiento de fuerza es especialmente importante para las personas mayores, ya que la resistencia a la insulina y la diabetes tipo 2 aceleran la pérdida normal de músculo y fuerza que viene con la edad, especialmente en las mujeres. Y aunque caminar es un buen ejercicio para el corazón, generalmente no desarrolla mucha masa muscular, explica Michael Joseph Gross, autor de Stronger: The Untold Story of Muscles in Our Lives.
La forma de entrenar la fuerza también es importante, añade. Para mayor efectividad, las pesas deben sentirse pesadas. Una revisión sistemática de la investigación reveló que levantar pesas exigentes ayudaba a reducir el azúcar en sangre con mayor eficacia que el entrenamiento de fuerza de baja intensidad.
Se debe considerar alternar la sesión de entrenamiento de fuerza con entrenamiento en intervalos de alta intensidad, que ha demostrado ser especialmente eficaz para controlar el azúcar en sangre en personas con prediabetes y diabetes tipo 2. Si uno tiene diabetes, debe consultar con un médico antes de cambiar radicalmente su rutina de ejercicios.
¿Cuál es el mejor momento para hacer ejercicio?
Si no se tiene resistencia a la insulina, el momento del día en el que se hace ejercicio no importa mucho.
Sin embargo, para las personas con prediabetes y diabetes tipo 2, los estudios sugieren que hacer ejercicio por la tarde suele ayudar a reducir los niveles de azúcar en sangre. Esto se debe a que el azúcar en sangre sube y baja con regularidad a lo largo del día y, a medida que avanza el día, el cuerpo se vuelve menos sensible a la insulina. Por lo tanto, hacer ejercicio por la tarde suele ser menos propenso a causar picos peligrosos de glucosa.
Los expertos recomiendan hacer ejercicio al menos tres días a la semana, con un máximo de dos días seguidos sin actividad. Para las personas con resistencia a la insulina, incluida la diabetes, el mejor momento para hacer ejercicio es unos 30 minutos después de comer para prevenir picos de azúcar en sangre.
Si los entrenamientos matutinos se adaptan mejor a la agenda, hay que intentar no comer demasiados carbohidratos de antemano y comenzar el día con una comida pequeña de proteínas y carbohidratos saludables como frutas, verduras y cereales integrales.
“La prediabetes y la diabetes de nueva aparición responden mucho mejor a los cambios en el estilo de vida, como la dieta y el ejercicio, que los casos a largo plazo”, detalla Hensrud, por lo que es importante abordar la resistencia a la insulina lo antes posible.
“Les digo a las personas que recién tienen diabetes que tienen el control y que lo más importante es bajar de peso mediante cambios en la dieta y ejercicio”, dice.
Por Hilary Achauer.
El movimiento puede ser una medicina poderosa para las personas con diabetes y otras formas de resistencia a la insulina, pero la intensidad y el ritmo pueden marcar la diferencia LA NACION