Video: la natalidad cayó un 40% en la Argentina y cada vez hay más hogares sin hijos

Lorena Bolzon, doctora en Ciencias Jurídicas y decana del Instituto de Ciencias para la Familia de la Universidad Austral, visitó el estudio de LN+ para analizar las razones y consecuencias de un fenómeno que viene estudiando desde hace una década: el descenso de la natalidad en el país. Según los últimos datos, ese indicador cayó un 40% en la Argentina.
“Los tres cambios demográficos que más se notan en el mundo son las migraciones, el aumento de la esperanza de vida y la baja en la tasa de natalidad”, explicó Bolzon. Para graficar este último cambio, amplió: “Hoy ha bajado un montón la cantidad de mujeres con hijos. Por ejemplo, en 2010, las que tenían cinco hijos o más, eran aproximadamente un millón y medio. En 2022, seiscientas mil”.
Ante la pregunta sobre la incidencia de la economía en esas estadísticas, la especialista aseguró que es un factor muy influyente. “Esta caída está situada en los últimos 10 años, pero nosotros analizamos más allá y donde había picos de descenso, siempre coincidían con las crisis económicas o la falta de empleo”.
Cayo la natalidad
Según Bolzon, este fenómeno es transversal a todos los estratos sociales. “En los hogares urbanos hay cada vez menos cantidad de niños, pero lo mismo ocurre en los sectores más vulnerables, donde la medición se hace a través de la solicitud de asignaciones familiares”.
Respecto a la educación, hay una ecuación que se repite: las mujeres de mayor nivel educativo y mayor estrato socioeconómico son las que menos deseos tienen de convertirse en madre. Es decir, tendrían la posibilidad económica y sin embargo no lo eligen.
El impacto en el país
Para la decana del Instituto de Ciencias para la Familia de la Universidad Austral, el impacto más importante a nivel nacional del descenso de la natalidad “será cuando estos chicos lleguen a la edad económicamente activa, porque van a ser los que van a tener que sostener a una generación mucho más grande de adultos mayores”.
Dos años atrás, la población en la Argentina de mayores de 65 años era del 2%, en la actualidad asciende al 12%. “Por eso, cuando esos jóvenes lleguen a esa etapa deberán soportar a los adultos mayores y también a los recién nacidos”, analiza.
Otro dato que surge es la modificación en las estructuras de los hogares. En la actualidad, un cuarto de los hogares argentinos están habitados por una única persona. Lo que implica que, cuando esa persona llegue a adulto mayor, se enferme o sufra alguna discapacidad, esa contención no necesariamente será brindada por su familia, como se daba culturalmente. Para la especialista, esas tareas de salud, cuidado y atención deberán ser suplidas por el Estado.
Finalmente, Bolzon se refirió a la “generación sándwich”, constituida por aquellas personas mayores de 80 años. “En la Argentina bajó la tasa de natalidad pero aumentó la de sobreenvejecimiento. Esto implica que, aquellos que son abuelos no solo ayudan a sus hijos en el cuidado de los nietos, sino que también deben estar al cuidado de sus padres”, concluyó.
Lorena Bolzon, doctora en Ciencias Jurídicas y decana del Instituto de Ciencias para la Familia de la Universidad Austral, visitó el estudio de LN+ para analizar las razones y consecuencias de un fenómeno que viene estudiando desde hace una década: el descenso de la natalidad en el país. Según los últimos datos, ese indicador cayó un 40% en la Argentina.
“Los tres cambios demográficos que más se notan en el mundo son las migraciones, el aumento de la esperanza de vida y la baja en la tasa de natalidad”, explicó Bolzon. Para graficar este último cambio, amplió: “Hoy ha bajado un montón la cantidad de mujeres con hijos. Por ejemplo, en 2010, las que tenían cinco hijos o más, eran aproximadamente un millón y medio. En 2022, seiscientas mil”.
Ante la pregunta sobre la incidencia de la economía en esas estadísticas, la especialista aseguró que es un factor muy influyente. “Esta caída está situada en los últimos 10 años, pero nosotros analizamos más allá y donde había picos de descenso, siempre coincidían con las crisis económicas o la falta de empleo”.
Cayo la natalidad
Según Bolzon, este fenómeno es transversal a todos los estratos sociales. “En los hogares urbanos hay cada vez menos cantidad de niños, pero lo mismo ocurre en los sectores más vulnerables, donde la medición se hace a través de la solicitud de asignaciones familiares”.
Respecto a la educación, hay una ecuación que se repite: las mujeres de mayor nivel educativo y mayor estrato socioeconómico son las que menos deseos tienen de convertirse en madre. Es decir, tendrían la posibilidad económica y sin embargo no lo eligen.
El impacto en el país
Para la decana del Instituto de Ciencias para la Familia de la Universidad Austral, el impacto más importante a nivel nacional del descenso de la natalidad “será cuando estos chicos lleguen a la edad económicamente activa, porque van a ser los que van a tener que sostener a una generación mucho más grande de adultos mayores”.
Dos años atrás, la población en la Argentina de mayores de 65 años era del 2%, en la actualidad asciende al 12%. “Por eso, cuando esos jóvenes lleguen a esa etapa deberán soportar a los adultos mayores y también a los recién nacidos”, analiza.
Otro dato que surge es la modificación en las estructuras de los hogares. En la actualidad, un cuarto de los hogares argentinos están habitados por una única persona. Lo que implica que, cuando esa persona llegue a adulto mayor, se enferme o sufra alguna discapacidad, esa contención no necesariamente será brindada por su familia, como se daba culturalmente. Para la especialista, esas tareas de salud, cuidado y atención deberán ser suplidas por el Estado.
Finalmente, Bolzon se refirió a la “generación sándwich”, constituida por aquellas personas mayores de 80 años. “En la Argentina bajó la tasa de natalidad pero aumentó la de sobreenvejecimiento. Esto implica que, aquellos que son abuelos no solo ayudan a sus hijos en el cuidado de los nietos, sino que también deben estar al cuidado de sus padres”, concluyó.
Lorena Bolzon, decana del Instituto de Ciencias para la Familia de la Universidad Austral, analizó la situación y compartió sus proyecciones en LN+ LA NACION