
El huevo es reconocido como uno de los alimentos más completos y nutritivos disponibles, debido a su alto contenido en proteínas, vitaminas y minerales esenciales. Este alimento aporta nutrientes clave para la salud diaria, como vitamina A, D, E, B12, ácido fólico, hierro, fósforo y selenio, favoreciendo el desarrollo muscular, la salud ósea, la función cerebral, la piel, el cabello y el sistema inmunológico.
Sin embargo, más allá de sus beneficios nutricionales, existe un método sencillo en la cocina que mejora significativamente la preparación del huevo duro: añadir vinagre al agua de cocción.
Durante la cocción del huevo duro es común que la cáscara se fracture, lo que provoca que parte de la clara se escape en el agua caliente. Para evitar este inconveniente, chefs y expertos recomiendan incorporar una o dos cucharadas de vinagre blanco en la olla antes de comenzar a hervir. Esta práctica, además de prevenir la rotura, facilita el pelado posterior del huevo.
El fundamento de este truco radica en una reacción química que ocurre al mezclar el vinagre —un ácido suave— con el agua de cocción. El vinagre acelera la coagulación de las proteínas presentes en la clara, lo que permite que si el huevo se rompe, el ácido selle rápidamente la grieta, impidiendo que el contenido se derrame. Además, el vinagre actúa sobre la membrana interna de la cáscara, favoreciendo que esta se desprenda con mayor facilidad al momento de pelar.
Otro beneficio que aporta el vinagre en la cocción es la mejora en la textura final del huevo. Cocinarlo a fuego moderado con vinagre permite obtener una yema y clara más suaves y cremosas, ideal para quienes consumen huevo duro frecuentemente y desean evitar que se sobrecocine.
Una inquietud común entre los consumidores es si el vinagre altera el sabor del huevo. Los especialistas aclaran que al usar cantidades pequeñas, el vinagre no modifica el gusto ni afecta las propiedades nutricionales del alimento. Se trata de un recurso discreto que mejora la preparación sin impactar en el sabor.
Las formas más saludables de cocinar huevos para potenciar sus proteína
Optar por métodos de cocción bajos en calorías: preparar huevos hervidos o en su versión poché es ideal para conservar su perfil proteico sin agregar grasas. Estos métodos son suaves con los nutrientes y mantienen bajo el contenido calórico.Combinar los huevos con vegetales: preparar tortillas o revueltos con espinaca, tomate o champiñones suma sabor, fibra, antioxidantes y vitaminas, convirtiendo el plato en una opción más completa y balanceada.Utilizar aceites estables a altas temperaturas: si se elige freír o hacer omelettes, es recomendable usar aceites como el de palta o girasol alto oleico, que resisten mejor el calor y evitan la formación de compuestos dañinos.No sobrecocinar los huevos: es importante no excederse en el tiempo de cocción, ya sea al hacer huevos duros, revueltos o al horno, ya que la cocción excesiva puede reducir el valor nutritivo y oxidar el colesterol presente en la yema.
En cuanto a sus aportes a la salud, el consumo habitual de huevo ofrece múltiples beneficios. Su alto contenido proteico contribuye a generar saciedad, ayudando a controlar el apetito y facilitando el manejo del peso corporal. La colina presente en la yema es un nutriente esencial para el desarrollo y funcionamiento cerebral, asociado con una mejor memoria y capacidad cognitiva. Asimismo, las vitaminas y minerales como la biotina, zinc y selenio ayudan a mantener una piel sana y un cabello fuerte.
Por último, el huevo contiene antioxidantes como la luteína y la zeaxantina, que protegen los ojos del daño producido por la luz azul, y vitamina D, fundamental para el sistema inmunológico.
El uso de vinagre en la cocción del huevo duro es un consejo sencillo pero efectivo, respaldado por expertos culinarios y químicos, que mejora la experiencia de preparación y consumo de este alimento básico.
Por Valeria Castro Valencia
El huevo es reconocido como uno de los alimentos más completos y nutritivos disponibles, debido a su alto contenido en proteínas, vitaminas y minerales esenciales. Este alimento aporta nutrientes clave para la salud diaria, como vitamina A, D, E, B12, ácido fólico, hierro, fósforo y selenio, favoreciendo el desarrollo muscular, la salud ósea, la función cerebral, la piel, el cabello y el sistema inmunológico.
Sin embargo, más allá de sus beneficios nutricionales, existe un método sencillo en la cocina que mejora significativamente la preparación del huevo duro: añadir vinagre al agua de cocción.
Durante la cocción del huevo duro es común que la cáscara se fracture, lo que provoca que parte de la clara se escape en el agua caliente. Para evitar este inconveniente, chefs y expertos recomiendan incorporar una o dos cucharadas de vinagre blanco en la olla antes de comenzar a hervir. Esta práctica, además de prevenir la rotura, facilita el pelado posterior del huevo.
El fundamento de este truco radica en una reacción química que ocurre al mezclar el vinagre —un ácido suave— con el agua de cocción. El vinagre acelera la coagulación de las proteínas presentes en la clara, lo que permite que si el huevo se rompe, el ácido selle rápidamente la grieta, impidiendo que el contenido se derrame. Además, el vinagre actúa sobre la membrana interna de la cáscara, favoreciendo que esta se desprenda con mayor facilidad al momento de pelar.
Otro beneficio que aporta el vinagre en la cocción es la mejora en la textura final del huevo. Cocinarlo a fuego moderado con vinagre permite obtener una yema y clara más suaves y cremosas, ideal para quienes consumen huevo duro frecuentemente y desean evitar que se sobrecocine.
Una inquietud común entre los consumidores es si el vinagre altera el sabor del huevo. Los especialistas aclaran que al usar cantidades pequeñas, el vinagre no modifica el gusto ni afecta las propiedades nutricionales del alimento. Se trata de un recurso discreto que mejora la preparación sin impactar en el sabor.
Las formas más saludables de cocinar huevos para potenciar sus proteína
Optar por métodos de cocción bajos en calorías: preparar huevos hervidos o en su versión poché es ideal para conservar su perfil proteico sin agregar grasas. Estos métodos son suaves con los nutrientes y mantienen bajo el contenido calórico.Combinar los huevos con vegetales: preparar tortillas o revueltos con espinaca, tomate o champiñones suma sabor, fibra, antioxidantes y vitaminas, convirtiendo el plato en una opción más completa y balanceada.Utilizar aceites estables a altas temperaturas: si se elige freír o hacer omelettes, es recomendable usar aceites como el de palta o girasol alto oleico, que resisten mejor el calor y evitan la formación de compuestos dañinos.No sobrecocinar los huevos: es importante no excederse en el tiempo de cocción, ya sea al hacer huevos duros, revueltos o al horno, ya que la cocción excesiva puede reducir el valor nutritivo y oxidar el colesterol presente en la yema.
En cuanto a sus aportes a la salud, el consumo habitual de huevo ofrece múltiples beneficios. Su alto contenido proteico contribuye a generar saciedad, ayudando a controlar el apetito y facilitando el manejo del peso corporal. La colina presente en la yema es un nutriente esencial para el desarrollo y funcionamiento cerebral, asociado con una mejor memoria y capacidad cognitiva. Asimismo, las vitaminas y minerales como la biotina, zinc y selenio ayudan a mantener una piel sana y un cabello fuerte.
Por último, el huevo contiene antioxidantes como la luteína y la zeaxantina, que protegen los ojos del daño producido por la luz azul, y vitamina D, fundamental para el sistema inmunológico.
El uso de vinagre en la cocción del huevo duro es un consejo sencillo pero efectivo, respaldado por expertos culinarios y químicos, que mejora la experiencia de preparación y consumo de este alimento básico.
Por Valeria Castro Valencia
Este simple consejo es muy bueno para evitar que el alimento se quiebre al cocinarse; también mejora su textura, entre otros aspectos positivos LA NACION