“Apareció un mundo nuevo”: el reto de emprender en tiempos de inteligencia artificial, pero sin perder el factor humano

Experiencia Endeavor, la conferencia anual de emprendedores organizada por Endeavor, este año tiene un tinte particular: en ninguno de los paneles se dejó de nombrar a la inteligencia artificial (IA). Es algo, en parte, lógico dentro de un mundo determinado por esta nueva tecnología. El ecosistema emprendedor se encuentra dentro del comienzo de un nuevo capítulo donde se tiene que identificar la manera de realizar sus ideas bajo este prisma inevitable.
Y no es propio de una especulación. Martín Migoya, cofundador y director ejecutivo de Globant y presidente de Endeavor, aseguró en su exposición de apertura que este es el cambio tecnológico más brutal que se vio en la historia, incluso más grande que el fenómeno de internet. “Venimos de una era en la cual la ausencia de la inteligencia artificial nos hacía más ineficientes, perdíamos mucho tiempo en tareas que no agregan valor”, señaló a LA NACION el líder de la empresa tech. “Hoy podemos usar mucho más tiempo pensando en las cosas esenciales”, continuó.
Por su parte, Paolo Rocca, CEO del Grupo Techint, destacó la potencia transformadora que surge del cruce entre innovación tecnológica y sectores tradicionales como la industria. “En esta interacción entre la innovación y lo tradicional hay un espacio extraordinario que puede construir empresas y proyectos de gran valor que tienen sentido y valen la pena”, afirmó en diálogo con Rosendo Grobocopatel, de Constelaciones. Con más de 4000 asistentes reunidos en el Centro de Convenciones de Buenos Aires (CEC), Rocca invitó a los emprendedores a mirar más allá de lo digital puro y descubrir oportunidades también en lo industrial: “Ahí adentro hay proyectos fascinantes”.
Bajo el lema “Pensar en grande: industria, país y nuevas generaciones”, Rocca insistió en la importancia de combinar pasión, talento y propósito para generar impacto. “La pasión nos lleva lejos. Cada uno de nosotros tiene un talento. El tema es identificarlo, entenderlo y desarrollarlo. Meter la pasión que viene con la capacidad de transformar algo positivo”, sostuvo. Citando los casos de Elon Musk y Steve Jobs, alentó a los emprendedores a no subestimar los sectores tradicionales: “Ellos lo encuentran en la transformación de lo industrial. Ustedes también pueden hacerlo”.
En esa misma línea, Rocca subrayó el compromiso social que debe acompañar al crecimiento empresarial. “El progreso social y económico donde operamos es fundamental. Es muy difícil cambiar un país que tiene una historia profunda. El mayor orgullo que yo tengo es cuando visito y veo a los jóvenes que son parte de la comunidad y veo cómo crece”, expresó. Para el líder de Techint, esa conexión entre empresa, innovación y comunidad debe mantenerse “en la línea de frente”, como motor de desarrollo sostenible y real.
El panorama actual está dotado por una ventana de oportunidades que se abre con la llegada de la nueva tecnología. Facundo Díaz, presidente y fundador de /q99, una empresa que se dedica a fusionar la computación cuántica con la IA, dijo a LA NACION que el mundo está entrando en una era de abundancia donde ya no hay límites con la tecnología en relación con lo que se puede crear o generar. “Está no solo la posibilidad de mejorar las industrias, sino de disrumpirlas”, reflexionó. “Es un momento de transición que abre una puerta que nos lleva a una civilización sin límite”, agregó.
Resistirse a la adopción puede llevar a un escenario donde el producto que propone el emprendedor no tenga el mismo alcance que otras startups. María Julia Bearzi, directora ejecutiva de Endeavor Argentina, señaló que los emprendedores, si bien son los primeros que logran adaptarse a nuevas herramientas, tienen que estar muy alerta en relación con las capacidades que pueden brindar estas innovaciones y con dónde está el potencial negocio. “Si no se implementa, te quedás atrás. Sos menos competitivo y productivo. Eso te pone en desventaja con respecto a tu competencia”, aseguró.
Algunas empresas como Ripio ya empezaron a hacer ciertos cambios estructurales a partir de la irrupción de la nueva tecnología. “Estamos transformando la empresa con inteligencia artificial. Es un cambio que atraviesa a la humanidad entera”, manifestó Sebastián Serrano, fundador y director ejecutivo de la firma. En detalle, dijo que hoy ya la empresa ya tiene un chatbot que interactúa con el cliente, mientras que, puertas adentro, viene trabajando en la automatización de muchos procesos. “Se crea mucho para hacer”, planteó con respecto a la inteligencia artificial.
Sorpresa en el sector externo: la minería le ganó a la energía en la generación de dólares
Nuevos desafíos
Para los emprendedores, la inteligencia artificial supone hoy un desafío. Sin contar con una estructura sólida que los acompañe, tienen que encontrar la manera de navegar sus ideas a la par de este mundo que se despliega ante sus ojos. “Ya llegó el momento en el que el punto de convergencia entre cada industria y la inteligencia artificial es irreversible”, comentó a LA NACION Paz Álvarez, fundadora y directora ejecutiva de Zavia Bio, una startup de biotecnología.
Para la experta en ciencia y tecnología, la inteligencia artificial no solo debe entenderse como una herramienta que acelera y potencia las soluciones que desarrollan los emprendimientos, sino también como un fenómeno que va más allá de los productos. Desde Zavia Bio usaron la IA para automatizar modelos predictivos y poder encontrar las moléculas candidatas para cada problema particular en la agricultura. “No hay que abrumarse. El desafío principal está en entender cómo priorizar los primeros casos de aplicación”, afirmó.
En esta línea, Alejandro Vázquez, fundador y presidente de Tiendanube, explicó que los emprendedores de hoy cuentan con la ventaja de que ya están insertados en un mundo de IA y no tienen que hacer una transición de adopción. Sin embargo, recalcó que se tiene que mantener el foco en el producto y el cliente. “Emprender significa resolver un problema real para alguien. Hoy, la diferencia está en cómo lo hacés: el emprendedor que se destaque será aquel que use la inteligencia artificial para ofrecer una solución mejor que la de cualquier otra empresa o persona”, aseguró.
El factor humano
Aunque la innovación marca el rumbo, la cualidad humana late en el espíritu emprendedor y es algo que, por el momento, la inteligencia artificial no podrá igualar. Sobre este punto, Estanislao Bachrach, experto en neurociencia y entrenador mental, corrió un eje y fue al meollo de la cuestión: “El hecho de tener la IA para esforzarse menos, para que todo sea más rápido o instantáneo, le quita mucho de humanidad al humano. Es una tecnología que ya existe, pero es importante no olvidarse de que somos humanos y que esforzarse, ser creativo y ponerle la parte humana al negocio no serán cosas reemplazables”.
Y esto es particularmente importante en apuestas como la de Fernando Polack, el médico infectólogo y pediatra que fundó Alamesa, el primer restaurante del país donde cocinan y atienden jóvenes neurodiversos. “El propósito no es contradictorio del plan de negocios. Alamesa tiene un concepto central que es que no se puede integrar una persona por la caridad ajena. No aceptamos donaciones, tenemos que ser económicamente rentables, no somos una ONG. Eso es lo que da dignidad a los chicos que trabajan acá”, aseguró el emprendedor.
La pasión por hacer, entonces, toma un rol protagónico: el deseo de crear algo es fundamental a la hora de emprender, incluso en tiempos de inmediatez y automatización absoluta motivados por tecnologías. Juan Cruz Forgioni, fundador de Motivia, una startup de salud y tecnología, explicó en su panel que lo más importante es tratar de entender qué tipo de compañía se quiere crear. “El objetivo tiene que ser encontrar ese propósito. Sin esa pasión, no podemos hacer nada”, completó.
El emprendedor argentino, una cualidad irreplicable
Endeavor lleva años queriendo visibilizar el potencial del emprendedor argentino, que es reconocido por su resiliencia. Migoya destacó que hoy se emprende en un país —y una región— que tiene ineficiencias por todos lados. “Los emprendedores que nacen acá tienen un poder especial”, comentó. Según el líder de Globant, hay una capa de resistencia que se da por el sufrimiento que genera la inestabilidad de la Argentina. “Todo el ruido con el que convive el emprendedor argentino va forjando una especie de carácter que es muy buscado en el mundo”, dijo.
En su historia, el talento tecnológico y emprendedor demuestra a la Argentina como un lugar de donde salen personas con ambición y con ideas que se convierten en grandes productos. “Nuestro país ha tenido un semillero de emprendedores tecnológicos impresionante”, destacó Vázquez. Y señaló, en línea con Migoya, que el desafío de emprender siempre es grande, pero hacerlo en Argentina siempre significa tener el viento un poco en contra.
Pero el escenario del país parece estar cambiando para poner el ecosistema a favor, según el líder de Globant. “Hay una agenda en la cual el orden macroeconómico y la baja de la inflación están en el centro, y donde las continuas desregulaciones de actividades hacen más fácil la vida de los emprendedores o empresarios”, explicó Migoya.
“Se están sentando las bases para un crecimiento sostenido y hay señales de que se está dando. Estoy muy entusiasmado con lo que viene”, agregó.
Sin embargo, la sociedad argentina hoy todavía se encuentra frente a un obstáculo: derribar los preconceptos ligados al mundo empresarial. “Es fundamental que la gente en nuestro país entienda que ganar está bien, emprender está bien, que tener éxito sea visto como algo positivo”, señaló. Además, entender que el espíritu emprendedor convoca más que a la capital es fundamental. “Hay una concentración mucho más grande de lo que se ve en otros países”, señaló Vázquez. “Pero hay una necesidad y ganas de espacio físico para conectar”, cerró.
Experiencia Endeavor, la conferencia anual de emprendedores organizada por Endeavor, este año tiene un tinte particular: en ninguno de los paneles se dejó de nombrar a la inteligencia artificial (IA). Es algo, en parte, lógico dentro de un mundo determinado por esta nueva tecnología. El ecosistema emprendedor se encuentra dentro del comienzo de un nuevo capítulo donde se tiene que identificar la manera de realizar sus ideas bajo este prisma inevitable.
Y no es propio de una especulación. Martín Migoya, cofundador y director ejecutivo de Globant y presidente de Endeavor, aseguró en su exposición de apertura que este es el cambio tecnológico más brutal que se vio en la historia, incluso más grande que el fenómeno de internet. “Venimos de una era en la cual la ausencia de la inteligencia artificial nos hacía más ineficientes, perdíamos mucho tiempo en tareas que no agregan valor”, señaló a LA NACION el líder de la empresa tech. “Hoy podemos usar mucho más tiempo pensando en las cosas esenciales”, continuó.
Por su parte, Paolo Rocca, CEO del Grupo Techint, destacó la potencia transformadora que surge del cruce entre innovación tecnológica y sectores tradicionales como la industria. “En esta interacción entre la innovación y lo tradicional hay un espacio extraordinario que puede construir empresas y proyectos de gran valor que tienen sentido y valen la pena”, afirmó en diálogo con Rosendo Grobocopatel, de Constelaciones. Con más de 4000 asistentes reunidos en el Centro de Convenciones de Buenos Aires (CEC), Rocca invitó a los emprendedores a mirar más allá de lo digital puro y descubrir oportunidades también en lo industrial: “Ahí adentro hay proyectos fascinantes”.
Bajo el lema “Pensar en grande: industria, país y nuevas generaciones”, Rocca insistió en la importancia de combinar pasión, talento y propósito para generar impacto. “La pasión nos lleva lejos. Cada uno de nosotros tiene un talento. El tema es identificarlo, entenderlo y desarrollarlo. Meter la pasión que viene con la capacidad de transformar algo positivo”, sostuvo. Citando los casos de Elon Musk y Steve Jobs, alentó a los emprendedores a no subestimar los sectores tradicionales: “Ellos lo encuentran en la transformación de lo industrial. Ustedes también pueden hacerlo”.
En esa misma línea, Rocca subrayó el compromiso social que debe acompañar al crecimiento empresarial. “El progreso social y económico donde operamos es fundamental. Es muy difícil cambiar un país que tiene una historia profunda. El mayor orgullo que yo tengo es cuando visito y veo a los jóvenes que son parte de la comunidad y veo cómo crece”, expresó. Para el líder de Techint, esa conexión entre empresa, innovación y comunidad debe mantenerse “en la línea de frente”, como motor de desarrollo sostenible y real.
El panorama actual está dotado por una ventana de oportunidades que se abre con la llegada de la nueva tecnología. Facundo Díaz, presidente y fundador de /q99, una empresa que se dedica a fusionar la computación cuántica con la IA, dijo a LA NACION que el mundo está entrando en una era de abundancia donde ya no hay límites con la tecnología en relación con lo que se puede crear o generar. “Está no solo la posibilidad de mejorar las industrias, sino de disrumpirlas”, reflexionó. “Es un momento de transición que abre una puerta que nos lleva a una civilización sin límite”, agregó.
Resistirse a la adopción puede llevar a un escenario donde el producto que propone el emprendedor no tenga el mismo alcance que otras startups. María Julia Bearzi, directora ejecutiva de Endeavor Argentina, señaló que los emprendedores, si bien son los primeros que logran adaptarse a nuevas herramientas, tienen que estar muy alerta en relación con las capacidades que pueden brindar estas innovaciones y con dónde está el potencial negocio. “Si no se implementa, te quedás atrás. Sos menos competitivo y productivo. Eso te pone en desventaja con respecto a tu competencia”, aseguró.
Algunas empresas como Ripio ya empezaron a hacer ciertos cambios estructurales a partir de la irrupción de la nueva tecnología. “Estamos transformando la empresa con inteligencia artificial. Es un cambio que atraviesa a la humanidad entera”, manifestó Sebastián Serrano, fundador y director ejecutivo de la firma. En detalle, dijo que hoy ya la empresa ya tiene un chatbot que interactúa con el cliente, mientras que, puertas adentro, viene trabajando en la automatización de muchos procesos. “Se crea mucho para hacer”, planteó con respecto a la inteligencia artificial.
Sorpresa en el sector externo: la minería le ganó a la energía en la generación de dólares
Nuevos desafíos
Para los emprendedores, la inteligencia artificial supone hoy un desafío. Sin contar con una estructura sólida que los acompañe, tienen que encontrar la manera de navegar sus ideas a la par de este mundo que se despliega ante sus ojos. “Ya llegó el momento en el que el punto de convergencia entre cada industria y la inteligencia artificial es irreversible”, comentó a LA NACION Paz Álvarez, fundadora y directora ejecutiva de Zavia Bio, una startup de biotecnología.
Para la experta en ciencia y tecnología, la inteligencia artificial no solo debe entenderse como una herramienta que acelera y potencia las soluciones que desarrollan los emprendimientos, sino también como un fenómeno que va más allá de los productos. Desde Zavia Bio usaron la IA para automatizar modelos predictivos y poder encontrar las moléculas candidatas para cada problema particular en la agricultura. “No hay que abrumarse. El desafío principal está en entender cómo priorizar los primeros casos de aplicación”, afirmó.
En esta línea, Alejandro Vázquez, fundador y presidente de Tiendanube, explicó que los emprendedores de hoy cuentan con la ventaja de que ya están insertados en un mundo de IA y no tienen que hacer una transición de adopción. Sin embargo, recalcó que se tiene que mantener el foco en el producto y el cliente. “Emprender significa resolver un problema real para alguien. Hoy, la diferencia está en cómo lo hacés: el emprendedor que se destaque será aquel que use la inteligencia artificial para ofrecer una solución mejor que la de cualquier otra empresa o persona”, aseguró.
El factor humano
Aunque la innovación marca el rumbo, la cualidad humana late en el espíritu emprendedor y es algo que, por el momento, la inteligencia artificial no podrá igualar. Sobre este punto, Estanislao Bachrach, experto en neurociencia y entrenador mental, corrió un eje y fue al meollo de la cuestión: “El hecho de tener la IA para esforzarse menos, para que todo sea más rápido o instantáneo, le quita mucho de humanidad al humano. Es una tecnología que ya existe, pero es importante no olvidarse de que somos humanos y que esforzarse, ser creativo y ponerle la parte humana al negocio no serán cosas reemplazables”.
Y esto es particularmente importante en apuestas como la de Fernando Polack, el médico infectólogo y pediatra que fundó Alamesa, el primer restaurante del país donde cocinan y atienden jóvenes neurodiversos. “El propósito no es contradictorio del plan de negocios. Alamesa tiene un concepto central que es que no se puede integrar una persona por la caridad ajena. No aceptamos donaciones, tenemos que ser económicamente rentables, no somos una ONG. Eso es lo que da dignidad a los chicos que trabajan acá”, aseguró el emprendedor.
La pasión por hacer, entonces, toma un rol protagónico: el deseo de crear algo es fundamental a la hora de emprender, incluso en tiempos de inmediatez y automatización absoluta motivados por tecnologías. Juan Cruz Forgioni, fundador de Motivia, una startup de salud y tecnología, explicó en su panel que lo más importante es tratar de entender qué tipo de compañía se quiere crear. “El objetivo tiene que ser encontrar ese propósito. Sin esa pasión, no podemos hacer nada”, completó.
El emprendedor argentino, una cualidad irreplicable
Endeavor lleva años queriendo visibilizar el potencial del emprendedor argentino, que es reconocido por su resiliencia. Migoya destacó que hoy se emprende en un país —y una región— que tiene ineficiencias por todos lados. “Los emprendedores que nacen acá tienen un poder especial”, comentó. Según el líder de Globant, hay una capa de resistencia que se da por el sufrimiento que genera la inestabilidad de la Argentina. “Todo el ruido con el que convive el emprendedor argentino va forjando una especie de carácter que es muy buscado en el mundo”, dijo.
En su historia, el talento tecnológico y emprendedor demuestra a la Argentina como un lugar de donde salen personas con ambición y con ideas que se convierten en grandes productos. “Nuestro país ha tenido un semillero de emprendedores tecnológicos impresionante”, destacó Vázquez. Y señaló, en línea con Migoya, que el desafío de emprender siempre es grande, pero hacerlo en Argentina siempre significa tener el viento un poco en contra.
Pero el escenario del país parece estar cambiando para poner el ecosistema a favor, según el líder de Globant. “Hay una agenda en la cual el orden macroeconómico y la baja de la inflación están en el centro, y donde las continuas desregulaciones de actividades hacen más fácil la vida de los emprendedores o empresarios”, explicó Migoya.
“Se están sentando las bases para un crecimiento sostenido y hay señales de que se está dando. Estoy muy entusiasmado con lo que viene”, agregó.
Sin embargo, la sociedad argentina hoy todavía se encuentra frente a un obstáculo: derribar los preconceptos ligados al mundo empresarial. “Es fundamental que la gente en nuestro país entienda que ganar está bien, emprender está bien, que tener éxito sea visto como algo positivo”, señaló. Además, entender que el espíritu emprendedor convoca más que a la capital es fundamental. “Hay una concentración mucho más grande de lo que se ve en otros países”, señaló Vázquez. “Pero hay una necesidad y ganas de espacio físico para conectar”, cerró.
El desafío pasa por encontrar la manera de aprovechar la oportunidad que da la nueva tecnología y la innovación, pero sin perder la pasión por lo que se hace LA NACION