Cómo son las salidas nocturnas para aprender a fotografiar los cráteres de la Luna y los anillos de Saturno

Desde salidas diarias a poblados mineros abandonados, travesías en zorrita de ferrocarril por pueblos rurales, viajes prolongados por Reino Unido, Irlanda e Islandia, las Islas Malvinas hasta incursiones en Nueva York o el Lejano Oriente, los fotosafaris son viajes de aventura nocturna.
Atravesados por la experiencia fotográfica, donde se aprenden y practican diferentes técnicas para capturar por el objetivo el cielo, las estrellas, la Luna, las constelaciones y otros fenómenos astronómicos.
“En algunas salidas trasladamos también un telescopio con adaptadores para distintas cámaras, para que puedan realizar fotos de los cráteres de la Luna o los anillos de Saturno, aunque la práctica más habitual es la realización de fotos de paisajes nocturnos iluminados por la luz de la luna o la traza de estrellas, que se logra por la rotación de la Tierra cuando el tiempo de exposición es larga”, explica Diego Arranz, al frente de Fotoescape junto a Haydée Reiris, pioneros en esta actividad que realizan hace casi 20 años.
Un destino muy frecuentado para fotografiar el cielo es el paraje Punta Piedras, en la localidad bonaerense de Punta Indio, una zona de baja contaminación lumínica en la bahía de Samborombón, provincia de Buenos Aires.
Diego Furci tiene 50 años, y comenzó a asistir a las salidas de astrofotografía hace poco más de 15 años. “Lo más interesante de este tipo de práctica es la cantidad infinita de paisajes que podemos lograr tomando una fotografía en el mismo lugar, cuando incluimos a los astros en la toma”, señala. Y agrega que “un paisaje que de día es una cosa, de noche y con traza de estrellas, o con la vía láctea en el cielo, es completamente diferente, hace que el impacto sea indescriptible”.
Nicolás Blaiotta Ascue es fotógrafo y docente en el Nuevo Foto Club Argentino, y comenzó a hacer astrofotografía hace 10 años, con su primer viaje a Islandia. Hoy continúa dictando cursos en esa institución y también de manera particular: “Hacer astrofotografía es un momento de intimidad. Estás en comunicación directa con la grandiosidad del cosmos que nos envuelve, cual velo de eterno misterio, y uno no puede dejar de mirar, abrumado, el cielo nocturno, su belleza y atemporalidad. Es un momento de reflexión, casi de meditación, y al mismo tiempo de búsqueda y diversión. Me fascina poder capturar en una imagen la luz que tiene millones de años viajando por el espacio. De alguna manera, podemos decir que en la astrofotografía congelamos el tiempo”, reflexiona Blaiotta.
También agrega que normalmente se buscan lugares en entornos naturales o alejados de zonas urbanas, dado que la contaminación lumínica de las ciudades es el principal enemigo de la astrofotografía. “Incluso existen mapas online donde uno puede ver los diferentes grados de contaminación lumínica a fin de preparar la salida. Si bien hay algunos lugares que son más idóneos que otros, como Punta Indio o Epecuén, realmente cualquier lugar en el campo, cerca de algún pueblo rural, es suficiente. La idea es combinar poca contaminación con protagonistas interesantes (por ejemplo, un molino, una iglesia antigua, un árbol con forma curiosa) a fin de que la foto sea más atractiva”.
Si bien para participar de estas salidas es requisito tener un conocimiento básico para tomar fotos en modo manual y traer una cámara réflex o mirrorless, trípode y un disparador remoto, ya en el lugar de toma, se realiza un taller teórico para nivelar y brindar los conocimientos básicos de astrofotografía. Además, se entrega material ligado a la historia del lugar, su geografía, asesoramiento sobre la vestimenta y el equipo recomendado, se explican diversos temas sobre composición y técnica fotográfica y se coordinan los tiempos de toma en cada lugar. La fotografía es un tema que está presente durante todo el viaje.
“En principio, y de manera básica, solo se necesita una cámara con modo manual y un trípode. Desde esta base, uno puede incrementar cantidad y calidad de equipo que va a permitir hacer ya sea fotos más bonitas o bien con un mayor nivel de dificultad. Por ejemplo, con objetivos (lentes) más luminosos o ‘rápidos’, uno puede hacer fotos con mayor calidad dado que estos lentes permiten utilizar valores de ISO (sensibilidad del sensor) más bajos, evitando el ruido electrónico del sensor. Otro ejemplo que ilustra como pequeños cambios de equipo (aunque no más económicos), pueden mejorar las fotos, es tener un buen trípode, más profesional y con cierto peso que permita hacer fotos con largas exposiciones aún en circunstancias de viento, algo frecuente en los entornos naturales’, concluye Blaiotta.
Al regreso, se dicta una clase especial con el fin de enseñar a retocar, evaluar los errores y charlar sobre las fotos realizadas en la práctica.
Cómo anotarse para las escapadas de fotosafaris
Fotoescape. 11-5348-6731 / 3023-8442. Por mail: info@fotoescape.com.ar. Más información: www.fotoescape.com.ar. IG:@fotoescapefotosNuevo Foto Club Argentino. El próximo curso online inicia el 2 de Julio. Informes: 11-3684-1294. Más información: www.nuevofca.com.ar
Desde salidas diarias a poblados mineros abandonados, travesías en zorrita de ferrocarril por pueblos rurales, viajes prolongados por Reino Unido, Irlanda e Islandia, las Islas Malvinas hasta incursiones en Nueva York o el Lejano Oriente, los fotosafaris son viajes de aventura nocturna.
Atravesados por la experiencia fotográfica, donde se aprenden y practican diferentes técnicas para capturar por el objetivo el cielo, las estrellas, la Luna, las constelaciones y otros fenómenos astronómicos.
“En algunas salidas trasladamos también un telescopio con adaptadores para distintas cámaras, para que puedan realizar fotos de los cráteres de la Luna o los anillos de Saturno, aunque la práctica más habitual es la realización de fotos de paisajes nocturnos iluminados por la luz de la luna o la traza de estrellas, que se logra por la rotación de la Tierra cuando el tiempo de exposición es larga”, explica Diego Arranz, al frente de Fotoescape junto a Haydée Reiris, pioneros en esta actividad que realizan hace casi 20 años.
Un destino muy frecuentado para fotografiar el cielo es el paraje Punta Piedras, en la localidad bonaerense de Punta Indio, una zona de baja contaminación lumínica en la bahía de Samborombón, provincia de Buenos Aires.
Diego Furci tiene 50 años, y comenzó a asistir a las salidas de astrofotografía hace poco más de 15 años. “Lo más interesante de este tipo de práctica es la cantidad infinita de paisajes que podemos lograr tomando una fotografía en el mismo lugar, cuando incluimos a los astros en la toma”, señala. Y agrega que “un paisaje que de día es una cosa, de noche y con traza de estrellas, o con la vía láctea en el cielo, es completamente diferente, hace que el impacto sea indescriptible”.
Nicolás Blaiotta Ascue es fotógrafo y docente en el Nuevo Foto Club Argentino, y comenzó a hacer astrofotografía hace 10 años, con su primer viaje a Islandia. Hoy continúa dictando cursos en esa institución y también de manera particular: “Hacer astrofotografía es un momento de intimidad. Estás en comunicación directa con la grandiosidad del cosmos que nos envuelve, cual velo de eterno misterio, y uno no puede dejar de mirar, abrumado, el cielo nocturno, su belleza y atemporalidad. Es un momento de reflexión, casi de meditación, y al mismo tiempo de búsqueda y diversión. Me fascina poder capturar en una imagen la luz que tiene millones de años viajando por el espacio. De alguna manera, podemos decir que en la astrofotografía congelamos el tiempo”, reflexiona Blaiotta.
También agrega que normalmente se buscan lugares en entornos naturales o alejados de zonas urbanas, dado que la contaminación lumínica de las ciudades es el principal enemigo de la astrofotografía. “Incluso existen mapas online donde uno puede ver los diferentes grados de contaminación lumínica a fin de preparar la salida. Si bien hay algunos lugares que son más idóneos que otros, como Punta Indio o Epecuén, realmente cualquier lugar en el campo, cerca de algún pueblo rural, es suficiente. La idea es combinar poca contaminación con protagonistas interesantes (por ejemplo, un molino, una iglesia antigua, un árbol con forma curiosa) a fin de que la foto sea más atractiva”.
Si bien para participar de estas salidas es requisito tener un conocimiento básico para tomar fotos en modo manual y traer una cámara réflex o mirrorless, trípode y un disparador remoto, ya en el lugar de toma, se realiza un taller teórico para nivelar y brindar los conocimientos básicos de astrofotografía. Además, se entrega material ligado a la historia del lugar, su geografía, asesoramiento sobre la vestimenta y el equipo recomendado, se explican diversos temas sobre composición y técnica fotográfica y se coordinan los tiempos de toma en cada lugar. La fotografía es un tema que está presente durante todo el viaje.
“En principio, y de manera básica, solo se necesita una cámara con modo manual y un trípode. Desde esta base, uno puede incrementar cantidad y calidad de equipo que va a permitir hacer ya sea fotos más bonitas o bien con un mayor nivel de dificultad. Por ejemplo, con objetivos (lentes) más luminosos o ‘rápidos’, uno puede hacer fotos con mayor calidad dado que estos lentes permiten utilizar valores de ISO (sensibilidad del sensor) más bajos, evitando el ruido electrónico del sensor. Otro ejemplo que ilustra como pequeños cambios de equipo (aunque no más económicos), pueden mejorar las fotos, es tener un buen trípode, más profesional y con cierto peso que permita hacer fotos con largas exposiciones aún en circunstancias de viento, algo frecuente en los entornos naturales’, concluye Blaiotta.
Al regreso, se dicta una clase especial con el fin de enseñar a retocar, evaluar los errores y charlar sobre las fotos realizadas en la práctica.
Cómo anotarse para las escapadas de fotosafaris
Fotoescape. 11-5348-6731 / 3023-8442. Por mail: info@fotoescape.com.ar. Más información: www.fotoescape.com.ar. IG:@fotoescapefotosNuevo Foto Club Argentino. El próximo curso online inicia el 2 de Julio. Informes: 11-3684-1294. Más información: www.nuevofca.com.ar Los fotosafaris son viajes de aventura atravesados por la experiencia fotográfica, donde practican diferentes técnicas para capturar el entorno y el cielo durante la noche LA NACION