info@tierradenoticias.com
jueves, junio 12, 2025
NACIONALESULTIMAS NOTICIAS

Jetsun Pema. Quién es la “Kate Middleton del Himalaya”: su vida y un gran amor que nació en la infancia y la convirtió en Reina

0views

Agradecer cada día está entre los pilares de la Felicidad Nacional Bruta (FNB), la medida poco convencional de desarrollo que –desde 1972– implementa el reino de Bután. De allí que, cada día del año, los 785 mil habitantes de este país ubicado al sur de Asia, en la cordillera del Himalaya y a más de 3000 metros de altura sobre el nivel del mar, elevan sus oraciones por la larga vida y la felicidad de Jetsun Pema Wangchuck, su reina desde 2011. Agradecidos por tenerla con ellos y unidos por el sentimiento compartido de gratitud, bienestar comunitario e identidad nacional, cada butanés festeja, además, casi como propio el cumpleaños de su soberana, que es el 4 de junio. “Nuestros más cálidos deseos y gratitud a Su Majestad, cuya sabiduría, gracia y compasión continúan inspirándonos y elevándonos a todos”, fue el mensaje que su pueblo le dedicó este año tan especial: en 2025, la Druk Gyaltsuen [ese es el título que, en Bután, le dan a la esposa del monarca reinante] cumplió 35 años. Para celebrar este día, la Reina y su marido, Jigme Khesar Namgyel, de la dinastía Wangchuck y el quinto rey dragón [Druk Gyalpo], compartieron un nuevo retrato de la familia real.

En la foto, tomada el mes pasado en Tashichho Dzong por el reconocido fotógrafo francés Stéphan Gladieu pero difundida en sus redes esta semana, Jetsun Pema luce en todo su esplendor: lleva su kira [el atuendo tradicional butanés para las mujeres, una prenda colorida y elegante similar a un sari o a una toga que luce siempre con orgullo patrio], la sonrisa serena como la de la Mona Lisa y su belleza magnética e imperturbable. Lo más probable es que la foto actualizada de la Reina junto al Rey y los tres príncipes dragones, Jigme Namgyel (8), Jigme Ugyen (5) y la pequeña Sonam Yangden (1), ya esté en cada hogar y templo de Bután, acompañada por la bandera nacional y adornada con ofrendas de flores, frutas y dulces.

LA REINA DEL HIMALAYA

El nombre de Jetsun Pema acaparó la atención mundial cuando se casó, en octubre de 2011, con Jigme Khesar Namgyel, el primogénito de Jigme Singye, el cuarto rey dragón de la dinastía Wangchuck y quien pergeñó el con cepto de Felicidad Nacional Bruta (FNB), la atractiva medida con la que –en este país ubicado entre India y China, sin salida al mar, preeminentemente agroganadero, con inflación alta y aún refractario a las telecomunicaciones– pretendía hacerles zigzag a las cuantificaciones económicas tradicionales.

La boda se realizó en el increíble Palacio de la Gran Felicidad o Buenaventuranza [Punakha Dzong], en Punakha, y bajo el ritual budista; y estuvo lejos de contar con la presencia de las casas reales del mundo: sólo estuvo la familia de ambos, que –dicho sea de paso– es casi la misma. Jetsun Pema –segunda hija de una familia tradicional [tiene el título de “jetsunma” o ‘mujer venerable’]– es prima lejana de su marido: ambos descienden de Jigme Namgyal, el 48º Druk Desi de Bután. Además, el padre de Jetsun –que es piloto de las líneas aéreas Bahrain Air– es hermanastro de una reina consorte y, su madre, Aum Sonam Choki, es ahijada de un príncipe.

Aunque sencillo, el casamiento marcó al menos dos hitos. El primero fue que Jetsun Pema se convirtió, a los 21 años, en la reina más joven del mundo… de uno de los países más pequeños del mundo. El segundo, el fin de la poligamia: al anunciar que ella sería su única mujer, el actual rey puso fin a una tradición de larga data en la corte butanesa [el suegro de Jestun, Jigme Singye, tiene actualmente cuatro esposas]. En los catorce años que lleva ejerciendo como reina, Jetsun Pema –que hizo el secundario en el St Joseph’s Convent, en India; y luego estudió la carrera de Relaciones Internacionales en el Regent’s College, en Londres, y es una apasionada por las bellas artes, la pintura y los deportes– se ha abocado a diferentes causas: es, por ejemplo, presidenta de la Cruz Roja de su país, patrona de la Real Sociedad para la Protección de la Naturaleza y embajadora de las Naciones Unidas en el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP) para preservar la capa de ozono.

Para muchos, la reina –una de las más carismáticas y fotografiables de Asia– es la cara visible de la modernización de su país: promueve la salud, la educación, el trabajo el acceso a internet sin nunca perder de vista las tradiciones y, por supuesto, el bienestar común, la buena gobernanza y la felicidad, las joyas preciadas de Bután.

Agradecer cada día está entre los pilares de la Felicidad Nacional Bruta (FNB), la medida poco convencional de desarrollo que –desde 1972– implementa el reino de Bután. De allí que, cada día del año, los 785 mil habitantes de este país ubicado al sur de Asia, en la cordillera del Himalaya y a más de 3000 metros de altura sobre el nivel del mar, elevan sus oraciones por la larga vida y la felicidad de Jetsun Pema Wangchuck, su reina desde 2011. Agradecidos por tenerla con ellos y unidos por el sentimiento compartido de gratitud, bienestar comunitario e identidad nacional, cada butanés festeja, además, casi como propio el cumpleaños de su soberana, que es el 4 de junio. “Nuestros más cálidos deseos y gratitud a Su Majestad, cuya sabiduría, gracia y compasión continúan inspirándonos y elevándonos a todos”, fue el mensaje que su pueblo le dedicó este año tan especial: en 2025, la Druk Gyaltsuen [ese es el título que, en Bután, le dan a la esposa del monarca reinante] cumplió 35 años. Para celebrar este día, la Reina y su marido, Jigme Khesar Namgyel, de la dinastía Wangchuck y el quinto rey dragón [Druk Gyalpo], compartieron un nuevo retrato de la familia real.

En la foto, tomada el mes pasado en Tashichho Dzong por el reconocido fotógrafo francés Stéphan Gladieu pero difundida en sus redes esta semana, Jetsun Pema luce en todo su esplendor: lleva su kira [el atuendo tradicional butanés para las mujeres, una prenda colorida y elegante similar a un sari o a una toga que luce siempre con orgullo patrio], la sonrisa serena como la de la Mona Lisa y su belleza magnética e imperturbable. Lo más probable es que la foto actualizada de la Reina junto al Rey y los tres príncipes dragones, Jigme Namgyel (8), Jigme Ugyen (5) y la pequeña Sonam Yangden (1), ya esté en cada hogar y templo de Bután, acompañada por la bandera nacional y adornada con ofrendas de flores, frutas y dulces.

LA REINA DEL HIMALAYA

El nombre de Jetsun Pema acaparó la atención mundial cuando se casó, en octubre de 2011, con Jigme Khesar Namgyel, el primogénito de Jigme Singye, el cuarto rey dragón de la dinastía Wangchuck y quien pergeñó el con cepto de Felicidad Nacional Bruta (FNB), la atractiva medida con la que –en este país ubicado entre India y China, sin salida al mar, preeminentemente agroganadero, con inflación alta y aún refractario a las telecomunicaciones– pretendía hacerles zigzag a las cuantificaciones económicas tradicionales.

La boda se realizó en el increíble Palacio de la Gran Felicidad o Buenaventuranza [Punakha Dzong], en Punakha, y bajo el ritual budista; y estuvo lejos de contar con la presencia de las casas reales del mundo: sólo estuvo la familia de ambos, que –dicho sea de paso– es casi la misma. Jetsun Pema –segunda hija de una familia tradicional [tiene el título de “jetsunma” o ‘mujer venerable’]– es prima lejana de su marido: ambos descienden de Jigme Namgyal, el 48º Druk Desi de Bután. Además, el padre de Jetsun –que es piloto de las líneas aéreas Bahrain Air– es hermanastro de una reina consorte y, su madre, Aum Sonam Choki, es ahijada de un príncipe.

Aunque sencillo, el casamiento marcó al menos dos hitos. El primero fue que Jetsun Pema se convirtió, a los 21 años, en la reina más joven del mundo… de uno de los países más pequeños del mundo. El segundo, el fin de la poligamia: al anunciar que ella sería su única mujer, el actual rey puso fin a una tradición de larga data en la corte butanesa [el suegro de Jestun, Jigme Singye, tiene actualmente cuatro esposas]. En los catorce años que lleva ejerciendo como reina, Jetsun Pema –que hizo el secundario en el St Joseph’s Convent, en India; y luego estudió la carrera de Relaciones Internacionales en el Regent’s College, en Londres, y es una apasionada por las bellas artes, la pintura y los deportes– se ha abocado a diferentes causas: es, por ejemplo, presidenta de la Cruz Roja de su país, patrona de la Real Sociedad para la Protección de la Naturaleza y embajadora de las Naciones Unidas en el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP) para preservar la capa de ozono.

Para muchos, la reina –una de las más carismáticas y fotografiables de Asia– es la cara visible de la modernización de su país: promueve la salud, la educación, el trabajo el acceso a internet sin nunca perder de vista las tradiciones y, por supuesto, el bienestar común, la buena gobernanza y la felicidad, las joyas preciadas de Bután.

 La butanesa tiene 35 años y es la soberana más joven del mundo  LA NACION