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viernes, junio 13, 2025
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La inflación de mayo fue de 1,5%, la más baja en cinco años

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Antes de lo que esperaba el mercado y con una variación por debajo de lo proyectado por los analistas privados, la inflación quebró el piso simbólico del 2% en mayo. La suba de precios produjo sorpresa: fue de 1,5% el mes pasado -la más baja en casi cinco años- como consecuencia principalmente la desaceleración en los alimentos.

La variación mensual es la menor desde julio de 2020, en plena cuarentena por el coronavirus, cuando el gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner mantenían precios máximos por decreto y la actividad económica estaba en una profunda crisis. La diferencia con la actualidad es que los precios hoy son libres en el marco de un proceso de estabilización económica con ajustes de valores relativos y una economía sin cepo para personas físicas.

Varias consultoras privadas ya venían advirtiendo la posibilidad de perforar el 2%, aunque la mayoría ubicaba al mes todavía en el margen de esa variación. Al cierre de mayo, Equilibra, Analytica, LCG y EcoGo esperaban un 2%. C&T Asesores Económicos, un 1,8%. Sin embargo, algunos recalcularon su pronóstico luego de la publicación del dato oficial en territorio porteño, que marcó 1,6%. Por caso, Equilibra corrigió su número y estimó esta semana el IPC nacional en 1,7%.

El Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) del BCRA había previsto un 2,1% para mayo (el top 10 de quienes mejor pronostican habían anticipado un 2%). La inflación núcleo, que tiene en cuenta precios regulados y estacionales, sería levemente más alta –un 2,3%– que la estimación sobre el nivel general, pero más bajo que la core del mes pasado.

“Para los meses siguientes se esperan senderos descendentes de inflación mensual tanto para el IPC nivel general como para el componente núcleo”, indicó el informe que recopila la entidad monetaria.

Esa encuesta entre actores del sector privado espera una inflación para 2025 de entre 28,6% y 27,3%, muy por debajo de lo que dejaron Alberto Fernández y Cristina Kirchner en 2023, variación que marcó el récord en más de tres décadas. Fue entonces, según el Indec, de 211,4%. Es decir, los precios se triplicaron en tan solo un año con el cuarto kirchnerismo al mando del timón.

El REM estimó además que la inflación estaría en 1,7% en octubre próximo, cuando los argentinos irán a las urnas a votar en las elecciones legislativas (26 de octubre). En esa proyección, el piso de 2% iba a perforarse durante este mes.

Sin embargo, el número no fue una sorpresa del todo para el Gobierno. “De hecho, hoy, después de que anticiparon esas tasas de inflación del 5 al 7% mensual, es cierto, la tasa de inflación saltó al 3,7% (en marzo), pero dijeron que se iba a quedar en niveles del 5 al 7%. Al mes siguiente (abril) cayó a 2,8, este mes se espera que rompa el 2%, y yo se los afirmo desde acá que para el año que viene la inflación en la Argentina habrá sido historia del pasado”, dijo el presidente Javier Milei durante el cierre del encuentro Madrid Economic Forum antes de viajar hacia Israel.

“Si la inflación empieza con uno este mes o el que viene, o con cero en tres meses, se verá”, avizoró el ministro de Economía, Luis Caputo, en el streaming oficialista Carajo. En el Palacio de Hacienda creen que el timing depende del comportamiento de la demanda de dinero, pero aseguran que pasará inevitablemente porque “todo es consecuencia del buen funcionamiento del programa económico”.

En Israel, donde está el Presidente, señalaron que -antes que a las predicciones de los analistas, con los que el Gobierno está enfrentado- es preciso ver cómo se comporta la curva de futuros y creen que, con un buen dato hoy, se moverá.

El Ministerio de Economía y el Banco Central (BCRA) ajustaron en los últimos días su política monetaria para acelerar –como le gusta calificarlo al Gobierno– el “colapso” de la inflación, que había retomado nuevamente su desaceleración (luego de un complicado repunte de 3,7% en marzo retomó la baja con un 2,8% en abril). Y vale una aclaración: con el dato de hoy, la inflación bajó casi un punto por mes en el último bimestre (abril–mayo) y los analistas creen que seguirá en descenso.

En ese camino, el Gobierno busca sumar más dólares a sus reservas internacionales en el BCRA. Lo hará a través de licitaciones de bonos en dólares, pero a pagar en pesos, un nuevo REPO, pero también con la confirmación de que el Tesoro puede comprar adentro de la banda de flotación del dólar con superávit (no con emisión) y de que se acercan próximamente privatizaciones que aportarán divisas.

Además, refuerza la astringencia monetaria aspirando pesos con un superávit mayor al proyectado por el Fondo Monetario Internacional y con la emisión de un nuevo Bopreal (serie 4). Por otra parte, reforzó el control sobre los pesos que giran en la economía con la eliminación de los puts, las LEFI y cambios en los encajes.

Antes de lo que esperaba el mercado y con una variación por debajo de lo proyectado por los analistas privados, la inflación quebró el piso simbólico del 2% en mayo. La suba de precios produjo sorpresa: fue de 1,5% el mes pasado -la más baja en casi cinco años- como consecuencia principalmente la desaceleración en los alimentos.

La variación mensual es la menor desde julio de 2020, en plena cuarentena por el coronavirus, cuando el gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner mantenían precios máximos por decreto y la actividad económica estaba en una profunda crisis. La diferencia con la actualidad es que los precios hoy son libres en el marco de un proceso de estabilización económica con ajustes de valores relativos y una economía sin cepo para personas físicas.

Varias consultoras privadas ya venían advirtiendo la posibilidad de perforar el 2%, aunque la mayoría ubicaba al mes todavía en el margen de esa variación. Al cierre de mayo, Equilibra, Analytica, LCG y EcoGo esperaban un 2%. C&T Asesores Económicos, un 1,8%. Sin embargo, algunos recalcularon su pronóstico luego de la publicación del dato oficial en territorio porteño, que marcó 1,6%. Por caso, Equilibra corrigió su número y estimó esta semana el IPC nacional en 1,7%.

El Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) del BCRA había previsto un 2,1% para mayo (el top 10 de quienes mejor pronostican habían anticipado un 2%). La inflación núcleo, que tiene en cuenta precios regulados y estacionales, sería levemente más alta –un 2,3%– que la estimación sobre el nivel general, pero más bajo que la core del mes pasado.

“Para los meses siguientes se esperan senderos descendentes de inflación mensual tanto para el IPC nivel general como para el componente núcleo”, indicó el informe que recopila la entidad monetaria.

Esa encuesta entre actores del sector privado espera una inflación para 2025 de entre 28,6% y 27,3%, muy por debajo de lo que dejaron Alberto Fernández y Cristina Kirchner en 2023, variación que marcó el récord en más de tres décadas. Fue entonces, según el Indec, de 211,4%. Es decir, los precios se triplicaron en tan solo un año con el cuarto kirchnerismo al mando del timón.

El REM estimó además que la inflación estaría en 1,7% en octubre próximo, cuando los argentinos irán a las urnas a votar en las elecciones legislativas (26 de octubre). En esa proyección, el piso de 2% iba a perforarse durante este mes.

Sin embargo, el número no fue una sorpresa del todo para el Gobierno. “De hecho, hoy, después de que anticiparon esas tasas de inflación del 5 al 7% mensual, es cierto, la tasa de inflación saltó al 3,7% (en marzo), pero dijeron que se iba a quedar en niveles del 5 al 7%. Al mes siguiente (abril) cayó a 2,8, este mes se espera que rompa el 2%, y yo se los afirmo desde acá que para el año que viene la inflación en la Argentina habrá sido historia del pasado”, dijo el presidente Javier Milei durante el cierre del encuentro Madrid Economic Forum antes de viajar hacia Israel.

“Si la inflación empieza con uno este mes o el que viene, o con cero en tres meses, se verá”, avizoró el ministro de Economía, Luis Caputo, en el streaming oficialista Carajo. En el Palacio de Hacienda creen que el timing depende del comportamiento de la demanda de dinero, pero aseguran que pasará inevitablemente porque “todo es consecuencia del buen funcionamiento del programa económico”.

En Israel, donde está el Presidente, señalaron que -antes que a las predicciones de los analistas, con los que el Gobierno está enfrentado- es preciso ver cómo se comporta la curva de futuros y creen que, con un buen dato hoy, se moverá.

El Ministerio de Economía y el Banco Central (BCRA) ajustaron en los últimos días su política monetaria para acelerar –como le gusta calificarlo al Gobierno– el “colapso” de la inflación, que había retomado nuevamente su desaceleración (luego de un complicado repunte de 3,7% en marzo retomó la baja con un 2,8% en abril). Y vale una aclaración: con el dato de hoy, la inflación bajó casi un punto por mes en el último bimestre (abril–mayo) y los analistas creen que seguirá en descenso.

En ese camino, el Gobierno busca sumar más dólares a sus reservas internacionales en el BCRA. Lo hará a través de licitaciones de bonos en dólares, pero a pagar en pesos, un nuevo REPO, pero también con la confirmación de que el Tesoro puede comprar adentro de la banda de flotación del dólar con superávit (no con emisión) y de que se acercan próximamente privatizaciones que aportarán divisas.

Además, refuerza la astringencia monetaria aspirando pesos con un superávit mayor al proyectado por el Fondo Monetario Internacional y con la emisión de un nuevo Bopreal (serie 4). Por otra parte, reforzó el control sobre los pesos que giran en la economía con la eliminación de los puts, las LEFI y cambios en los encajes.

 Por la desaceleración en alimentos, fue menor de lo esperado por el mercado y registró la variación más baja desde julio de 2020  LA NACION