Viajar con descuento: cada vez más pasajeros usan tarjetas y billeteras virtuales en el transporte
Desde el año pasado, el boleto del subte de la Ciudad de Buenos Aires (CABA) se puede pagar con tarjeta de crédito, débito o billetera virtual, mientras que esta alternativa se expandió en los últimos meses a los colectivos en varias jurisdicciones del país. La implementación del sistema de pago abierto ya permitió que, gracias a una serie de promociones agresivas de los bancos, el 25% de los usuarios del subte prefiera abonar el pasaje con este sistema abierto, sin usar la SUBE.
Actualmente, el boleto de subte cuesta $963, pero algunos bancos ofrecen descuentos de hasta el 65%, con un tope de reintegro mensual de $16.000. En algunos casos, esto hace que la tarifa del subte sea incluso más económica que la del colectivo, cuyo valor para los trayectos más cortos en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) oscila entre $425 y $472. Esta diferencia se debe a la jurisdicción de la línea de colectivo.
En la Ciudad de Buenos Aires y en la provincia, los colectivos que circulan dentro de esos límites tienen un costo de $473. El valor se actualiza mensualmente según la inflación pasada, más un 2%, con el objetivo de reducir los subsidios y que el usuario cubra una mayor parte del costo real.
En cambio, los boletos de las líneas de colectivo interjurisdiccionales —que dependen del gobierno nacional— tienen un valor de $397,11. Estos no siguen una fórmula de actualización automática: sus aumentos son más discrecionales y dependen del avance del proceso de desinflación.
El costo del pasaje abonado con tarjeta o billetera virtual, sin promociones, es equivalente al de una SUBE registrada, que resulta más económica que una SUBE sin nominalizar. Por ejemplo, el boleto de subte cuesta $963 con SUBE registrada, frente a $1.531,17 sin registrar. En los colectivos bajo jurisdicción nacional, el pasaje cuesta $397 con SUBE registrada, y $631 sin registrar. Actualmente, menos del 5% de las tarjetas SUBE no están registradas.
Sin embargo, los medios de pago alternativos no permiten acceder a ciertos beneficios del sistema, como la tarifa social o el descuento por boleto integrado (RED SUBE), que aplica un 50% de descuento al segundo viaje en transporte público dentro de un plazo de dos horas.
Por esta razón, la línea C de subte, cuyas cabeceras están integradas con estaciones ferroviarias, es la que presenta menor uso de medios de pago alternativos. “Como las tarjetas o billeteras virtuales no aplican el subsidio del boleto integrado, los pasajeros siguen prefiriendo pagar con la SUBE”, explica Rafael Skiadaressis, investigador en transporte del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP-UBA).
En el caso de los colectivos, el uso de estos medios de pago es más reciente y, por el momento, se ha implementado solo en algunas ciudades del país, incluyendo la mayoría de las líneas del AMBA.
“Los beneficios nacionales como la Tarifa Social Federal, así como descuentos locales establecidos por cada jurisdicción —por ejemplo, el boleto estudiantil—, siguen disponibles exclusivamente en la tarjeta SUBE. El precio del boleto es el mismo que paga un usuario con SUBE registrada, sin importar el método de pago”, aclaró la Secretaría de Transporte.
El mecanismo de pago con tarjetas o billeteras virtuales es similar al de la SUBE: solo se necesita apoyar durante unos segundos una tarjeta de débito, crédito o prepaga Visa o Mastercard, o bien un dispositivo con NFC como celular o reloj, sobre el lector. No se requiere conexión a internet ni en el dispositivo ni en la estación al momento del pago.
Los viajes se acumulan y figuran luego como una compra agrupada en el resumen de cuenta de la tarjeta o billetera.
“Esta implementación es la primera etapa de un proceso integral de apertura a nuevos medios de pago, que se extenderá a la totalidad de los colectivos que operan con SUBE y a las siete líneas de tren del AMBA”, agregaron desde el Gobierno.
El año pasado, los subsidios a los colectivos del AMBA representaron un gasto equivalente al 0,3% del PBI, más de la mitad del total de transferencias al sector del transporte. A nivel nacional, las tarifas de colectivo cubren apenas el 40% de los costos operativos, mientras que en el caso de los trenes, el porcentaje es inferior al 5%.
Desde el año pasado, el boleto del subte de la Ciudad de Buenos Aires (CABA) se puede pagar con tarjeta de crédito, débito o billetera virtual, mientras que esta alternativa se expandió en los últimos meses a los colectivos en varias jurisdicciones del país. La implementación del sistema de pago abierto ya permitió que, gracias a una serie de promociones agresivas de los bancos, el 25% de los usuarios del subte prefiera abonar el pasaje con este sistema abierto, sin usar la SUBE.
Actualmente, el boleto de subte cuesta $963, pero algunos bancos ofrecen descuentos de hasta el 65%, con un tope de reintegro mensual de $16.000. En algunos casos, esto hace que la tarifa del subte sea incluso más económica que la del colectivo, cuyo valor para los trayectos más cortos en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) oscila entre $425 y $472. Esta diferencia se debe a la jurisdicción de la línea de colectivo.
En la Ciudad de Buenos Aires y en la provincia, los colectivos que circulan dentro de esos límites tienen un costo de $473. El valor se actualiza mensualmente según la inflación pasada, más un 2%, con el objetivo de reducir los subsidios y que el usuario cubra una mayor parte del costo real.
En cambio, los boletos de las líneas de colectivo interjurisdiccionales —que dependen del gobierno nacional— tienen un valor de $397,11. Estos no siguen una fórmula de actualización automática: sus aumentos son más discrecionales y dependen del avance del proceso de desinflación.
El costo del pasaje abonado con tarjeta o billetera virtual, sin promociones, es equivalente al de una SUBE registrada, que resulta más económica que una SUBE sin nominalizar. Por ejemplo, el boleto de subte cuesta $963 con SUBE registrada, frente a $1.531,17 sin registrar. En los colectivos bajo jurisdicción nacional, el pasaje cuesta $397 con SUBE registrada, y $631 sin registrar. Actualmente, menos del 5% de las tarjetas SUBE no están registradas.
Sin embargo, los medios de pago alternativos no permiten acceder a ciertos beneficios del sistema, como la tarifa social o el descuento por boleto integrado (RED SUBE), que aplica un 50% de descuento al segundo viaje en transporte público dentro de un plazo de dos horas.
Por esta razón, la línea C de subte, cuyas cabeceras están integradas con estaciones ferroviarias, es la que presenta menor uso de medios de pago alternativos. “Como las tarjetas o billeteras virtuales no aplican el subsidio del boleto integrado, los pasajeros siguen prefiriendo pagar con la SUBE”, explica Rafael Skiadaressis, investigador en transporte del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP-UBA).
En el caso de los colectivos, el uso de estos medios de pago es más reciente y, por el momento, se ha implementado solo en algunas ciudades del país, incluyendo la mayoría de las líneas del AMBA.
“Los beneficios nacionales como la Tarifa Social Federal, así como descuentos locales establecidos por cada jurisdicción —por ejemplo, el boleto estudiantil—, siguen disponibles exclusivamente en la tarjeta SUBE. El precio del boleto es el mismo que paga un usuario con SUBE registrada, sin importar el método de pago”, aclaró la Secretaría de Transporte.
El mecanismo de pago con tarjetas o billeteras virtuales es similar al de la SUBE: solo se necesita apoyar durante unos segundos una tarjeta de débito, crédito o prepaga Visa o Mastercard, o bien un dispositivo con NFC como celular o reloj, sobre el lector. No se requiere conexión a internet ni en el dispositivo ni en la estación al momento del pago.
Los viajes se acumulan y figuran luego como una compra agrupada en el resumen de cuenta de la tarjeta o billetera.
“Esta implementación es la primera etapa de un proceso integral de apertura a nuevos medios de pago, que se extenderá a la totalidad de los colectivos que operan con SUBE y a las siete líneas de tren del AMBA”, agregaron desde el Gobierno.
El año pasado, los subsidios a los colectivos del AMBA representaron un gasto equivalente al 0,3% del PBI, más de la mitad del total de transferencias al sector del transporte. A nivel nacional, las tarifas de colectivo cubren apenas el 40% de los costos operativos, mientras que en el caso de los trenes, el porcentaje es inferior al 5%.
Las promociones bancarias permiten pagar el subte con fuertes rebajas; en algunos casos, es más barato que el colectivo; sin embargo, no todos los beneficios del sistema están incluidos LA NACION