River: Sebastián Driussi hizo un gol, dejó el vestuario en silla de ruedas y se fue del estadio en muletas

SEATTLE (enviado especial).- La victoria de River por 3-1 sobre Urawa Red Diamonds, de Japón, por la primera fecha del grupo E del Mundial de Clubes dejó una preocupación significativa en el conjunto millonario. Sebastián Driussi, uno de sus delanteros y parte de la columna vertebral del equipo entrenado por Marcelo Gallardo, marcó un gol que no pudo siquiera festejar, por una lesión sufrida en el momento de conseguirlo.
¿Qué sucedió? A los tres minutos del segundo tiempo, el número 15 fue a disputar por aire un mal despeje de la defensa y no dio por perdida la pelota, que fue hacia el capitán Marius Hoibraten. Tenaz, el centrodelantero adivinó la intención del defensor, que buscó inoportunamente a su arquero con un cabezazo hacia atrás, y Driussi llegó a conectar antes de que Shusaku Nishikawa pudiera darle el manotazo o atraparla. Así, el cabezazo de Driussi se anticipó y se transformó en el 2-0 para River, pero el atacante quedó tendido en el campo de juego.
El arquero lo había golpeado en la cara en el intento de despeje y, en la caída, el jugador millonario apoyó mal con el pie izquierdo y quedó tomándose el tobillo, mientras llamaba a los médicos para que lo atendieran de inmediato. Algunos compañeros llegaban para abrazarlo por el tanto que le generaba algo de calma al conjunto argentino, pero Driussi permanecía en en suelo. Un motivo de intranquilidad.
Tres minutos después del gol y tras ser asistido en la cancha, el delantero fue reemplazado por el colombiano Miguel Borja. No solamente no podía continuar en el juego; ni siquiera podía pisar el futbolista nacido en San Justo hace 29 años, que llegó hasta el banco de suplentes sostenido por los dos médicos y sin apoyar la pierna izquierda, luego de que Marcos Acuña lo ayudara a salir. En medio, un llanto que intentaba ocultar.
El gol y la lesión de Driussi
Más tarde, todavía durante esa segunda etapa, el jugador se permitió una primera sonrisa en medio del dolor y la incertidumbre por la magnitud de la lesión. “Me rompí todo”, llegó a decirles, según se advirtió, a compañeros que estaban sentado cerca en el banco de suplentes, ya sin calzado ni medias y con la zona inmovilizada.
Consumado el triunfo, la siguiente imagen de Driussi fue doblemente llamativa. Por un lado, porque se fue a los vestuarios llevado en andas de Diego Moreno, el custodio de River al que se lo conoce como “La Roca”. Y por el otro, porque en ese trayecto se permitía sonreír por la situación, lo que abriría la puerta a la posibilidad de algo menos preocupante. Su calzado era un par de ojotas.
“Desafortunadamente tuvimos el episodio negativo de la lesión de Sebastián. Veremos qué dicen las imágenes de los estudios. En principio es un fuerte dolor en el tobillo. Esperemos que no sea de gravedad”, manfiestó Gallardo al ser consultado sobre el hecho. No quiere anticiparse el DT.
Al salir de los vestuarios, a Driussi se lo vio en una silla de ruedas. Impulsado por un asistente, el delantero hablaba con un médico llevándose una mano a la boca. Luego, se ayudó de un par de muletas al acercarse hasta el transporte que lo esperaba para abandonar el lugar rumbo al hotel. Subió junto al conductor.
Este miércoles, bien temprano, las noticias que llegaron no fueron alentadoras. Driussi tiene un severo esguince de tobillo, cuya recuperación le demandará más de un mes, por lo que se perderá lo que queda del Mundial de Clubes.
ATENCIÓN RIVER, DRIUSSI SALIÓ EN SILLA DE RUEDAS ❌
▶️ Así se retiró el delantero de River luego de la lesión sufrida ante Urawa Red Diamonds por el #MundialDeClubesEnDSPORTS.
▶️ Los primeros informes indican que se trataría de un esguince de tobillo.#FIFACWC
🎙️… pic.twitter.com/sIA2GwHojb
— DSPORTS (@DSports) June 17, 2025
El próximo partido del equipo argentino será el sábado en Los Ángeles, ante Monterrey, de México, por la segunda fecha de la zona. Y el cierre del grupo tendrá lugar el miércoles 25, frente a Inter, de Italia, de regreso en Seattle.
SEATTLE (enviado especial).- La victoria de River por 3-1 sobre Urawa Red Diamonds, de Japón, por la primera fecha del grupo E del Mundial de Clubes dejó una preocupación significativa en el conjunto millonario. Sebastián Driussi, uno de sus delanteros y parte de la columna vertebral del equipo entrenado por Marcelo Gallardo, marcó un gol que no pudo siquiera festejar, por una lesión sufrida en el momento de conseguirlo.
¿Qué sucedió? A los tres minutos del segundo tiempo, el número 15 fue a disputar por aire un mal despeje de la defensa y no dio por perdida la pelota, que fue hacia el capitán Marius Hoibraten. Tenaz, el centrodelantero adivinó la intención del defensor, que buscó inoportunamente a su arquero con un cabezazo hacia atrás, y Driussi llegó a conectar antes de que Shusaku Nishikawa pudiera darle el manotazo o atraparla. Así, el cabezazo de Driussi se anticipó y se transformó en el 2-0 para River, pero el atacante quedó tendido en el campo de juego.
El arquero lo había golpeado en la cara en el intento de despeje y, en la caída, el jugador millonario apoyó mal con el pie izquierdo y quedó tomándose el tobillo, mientras llamaba a los médicos para que lo atendieran de inmediato. Algunos compañeros llegaban para abrazarlo por el tanto que le generaba algo de calma al conjunto argentino, pero Driussi permanecía en en suelo. Un motivo de intranquilidad.
Tres minutos después del gol y tras ser asistido en la cancha, el delantero fue reemplazado por el colombiano Miguel Borja. No solamente no podía continuar en el juego; ni siquiera podía pisar el futbolista nacido en San Justo hace 29 años, que llegó hasta el banco de suplentes sostenido por los dos médicos y sin apoyar la pierna izquierda, luego de que Marcos Acuña lo ayudara a salir. En medio, un llanto que intentaba ocultar.
El gol y la lesión de Driussi
Más tarde, todavía durante esa segunda etapa, el jugador se permitió una primera sonrisa en medio del dolor y la incertidumbre por la magnitud de la lesión. “Me rompí todo”, llegó a decirles, según se advirtió, a compañeros que estaban sentado cerca en el banco de suplentes, ya sin calzado ni medias y con la zona inmovilizada.
Consumado el triunfo, la siguiente imagen de Driussi fue doblemente llamativa. Por un lado, porque se fue a los vestuarios llevado en andas de Diego Moreno, el custodio de River al que se lo conoce como “La Roca”. Y por el otro, porque en ese trayecto se permitía sonreír por la situación, lo que abriría la puerta a la posibilidad de algo menos preocupante. Su calzado era un par de ojotas.
“Desafortunadamente tuvimos el episodio negativo de la lesión de Sebastián. Veremos qué dicen las imágenes de los estudios. En principio es un fuerte dolor en el tobillo. Esperemos que no sea de gravedad”, manfiestó Gallardo al ser consultado sobre el hecho. No quiere anticiparse el DT.
Al salir de los vestuarios, a Driussi se lo vio en una silla de ruedas. Impulsado por un asistente, el delantero hablaba con un médico llevándose una mano a la boca. Luego, se ayudó de un par de muletas al acercarse hasta el transporte que lo esperaba para abandonar el lugar rumbo al hotel. Subió junto al conductor.
Este miércoles, bien temprano, las noticias que llegaron no fueron alentadoras. Driussi tiene un severo esguince de tobillo, cuya recuperación le demandará más de un mes, por lo que se perderá lo que queda del Mundial de Clubes.
ATENCIÓN RIVER, DRIUSSI SALIÓ EN SILLA DE RUEDAS ❌
▶️ Así se retiró el delantero de River luego de la lesión sufrida ante Urawa Red Diamonds por el #MundialDeClubesEnDSPORTS.
▶️ Los primeros informes indican que se trataría de un esguince de tobillo.#FIFACWC
🎙️… pic.twitter.com/sIA2GwHojb
— DSPORTS (@DSports) June 17, 2025
El próximo partido del equipo argentino será el sábado en Los Ángeles, ante Monterrey, de México, por la segunda fecha de la zona. Y el cierre del grupo tendrá lugar el miércoles 25, frente a Inter, de Italia, de regreso en Seattle.
El delantero marcó el segundo tanto en la victoria de River por 3-1; este miércoles se confirmó que la lesión en el tobillo le impedirá volver a jugar en el torneo LA NACION