Es psicóloga en EE.UU. y revela cuál es la mejor rutina de ejercicios a los 77 años sin gimnasio

A los 77 años, la doctora Noelle Nelson definió una rutina de ejercicios que le permite estar en su mejor forma física. La psicóloga clínica contó cómo construyó un plan diario que fortalece su cuerpo, mejora su memoria y la mantiene activa, sin ir al gimnasio. Su secreto no es la exigencia extrema, sino elegir actividades que disfruta.
Ejercicio en adultos mayores: los movimientos clave
Nelson, que se desempeña en Minneapolis, comienza su día a las 5.45 horas con una sesión de 30 minutos que combina estiramientos, yoga, pilates y pesas livianas. Según explicó a Parade, esa rutina apunta a mejorar su movilidad y flexibilidad. “Estirar me prepara para todo lo que sigue”, aseguró.
Después, la especialista dedica media hora a ejercicios con bandas elásticas y movimientos de fisioterapia. Tuvo una lesión de rodilla en 2024 al perseguir a un auto, por lo que, desde entonces, incorpora esta parte para la recuperación. Usa una rodillera y asegura que “no se trata de ser perfecta, sino de adaptarse”.
Bailar después de los 70: el eje de su rutina
Nelson complementa sus ejercicios con 20 minutos de barra de ballet, lo que le ayuda a mantener el equilibrio. Además, suma diez minutos con una tarima para elevar la frecuencia cardíaca.
Finaliza con 15 minutos de abdominales y planchas para reforzar el core, clave para la postura. Sin embargo, el centro de su entrenamiento es el baile de salón: entrena cuatro días por semana con un instructor y practica sola en su casa cuando no tiene clase.
“El baile me da energía física y desafía mi mente“, reveló. Acomoda los muebles para tener espacio libre y no falta a la práctica. Su forma física actual, dice, es fruto de esa constancia.
Competiciones, viajes y comunidad: lo que suma el baile
Nelson compite en seis torneos de baile en Estados Unidos por año, más uno internacional. Este 2025 viajará a Praga, y ya estuvo en Japón, España y Australia. Según explicó, los concursos son espacios “sociales, amigables y de apoyo”.
Para ella, lo más importante es superarse a sí misma. Nunca compitió en nada antes. “El baile me permite mejorar sin comparar”, destacó. Valora que los eventos de Arthur Murray incluyan divisiones para personas mayores de 80 y opciones para usuarios en silla de ruedas.
De la rigidez al disfrute: su camino hasta esta rutina
Nelson tuvo una mala experiencia con el ballet en su infancia, por la exigencia y la rigidez. Abandonó el ejercicio por años, pero volvió en sus 20. En sus 30 descubrió el jazz, y en los 40 se volcó al patinaje artístico sobre hielo.
Ese deporte lo practicó desde los 47 hasta los 54, hasta que sus caderas se lo impidieron. Luego probó el square dance y volvió al ballet a los 65. A los 70, un exnovio la llevó a probar baile de salón. Desde su primera clase, dice, quedó fascinada.
No hace falta gimnasio: lo importante es encontrar el gusto
La doctora no entrena en gimnasios. Prefiere las rutinas en casa, por comodidad y porque disfruta estar sola. “Los gimnasios tienen mucha gente y ruido”, explicó. Su rutina le permite entrenar sin interrumpir su trabajo.
En su libro The Longevity Secret, analiza cómo las emociones y actitudes impactan en la salud, en la vejez. Su mensaje para quienes buscan una rutina es claro: “Busca algo que disfrutes o no lo vas a sostener“.
Por eso, invita a probar clases como yoga, pilates o zumba, pero con una advertencia: no se puede saber al instante si algo es para uno: “Si te gusta el ejercicio, vas a seguir. Si no, lo vas a dejar“. Para ella, el secreto está en descubrir ese placer y hacerlo parte del día a día.
A los 77 años, la doctora Noelle Nelson definió una rutina de ejercicios que le permite estar en su mejor forma física. La psicóloga clínica contó cómo construyó un plan diario que fortalece su cuerpo, mejora su memoria y la mantiene activa, sin ir al gimnasio. Su secreto no es la exigencia extrema, sino elegir actividades que disfruta.
Ejercicio en adultos mayores: los movimientos clave
Nelson, que se desempeña en Minneapolis, comienza su día a las 5.45 horas con una sesión de 30 minutos que combina estiramientos, yoga, pilates y pesas livianas. Según explicó a Parade, esa rutina apunta a mejorar su movilidad y flexibilidad. “Estirar me prepara para todo lo que sigue”, aseguró.
Después, la especialista dedica media hora a ejercicios con bandas elásticas y movimientos de fisioterapia. Tuvo una lesión de rodilla en 2024 al perseguir a un auto, por lo que, desde entonces, incorpora esta parte para la recuperación. Usa una rodillera y asegura que “no se trata de ser perfecta, sino de adaptarse”.
Bailar después de los 70: el eje de su rutina
Nelson complementa sus ejercicios con 20 minutos de barra de ballet, lo que le ayuda a mantener el equilibrio. Además, suma diez minutos con una tarima para elevar la frecuencia cardíaca.
Finaliza con 15 minutos de abdominales y planchas para reforzar el core, clave para la postura. Sin embargo, el centro de su entrenamiento es el baile de salón: entrena cuatro días por semana con un instructor y practica sola en su casa cuando no tiene clase.
“El baile me da energía física y desafía mi mente“, reveló. Acomoda los muebles para tener espacio libre y no falta a la práctica. Su forma física actual, dice, es fruto de esa constancia.
Competiciones, viajes y comunidad: lo que suma el baile
Nelson compite en seis torneos de baile en Estados Unidos por año, más uno internacional. Este 2025 viajará a Praga, y ya estuvo en Japón, España y Australia. Según explicó, los concursos son espacios “sociales, amigables y de apoyo”.
Para ella, lo más importante es superarse a sí misma. Nunca compitió en nada antes. “El baile me permite mejorar sin comparar”, destacó. Valora que los eventos de Arthur Murray incluyan divisiones para personas mayores de 80 y opciones para usuarios en silla de ruedas.
De la rigidez al disfrute: su camino hasta esta rutina
Nelson tuvo una mala experiencia con el ballet en su infancia, por la exigencia y la rigidez. Abandonó el ejercicio por años, pero volvió en sus 20. En sus 30 descubrió el jazz, y en los 40 se volcó al patinaje artístico sobre hielo.
Ese deporte lo practicó desde los 47 hasta los 54, hasta que sus caderas se lo impidieron. Luego probó el square dance y volvió al ballet a los 65. A los 70, un exnovio la llevó a probar baile de salón. Desde su primera clase, dice, quedó fascinada.
No hace falta gimnasio: lo importante es encontrar el gusto
La doctora no entrena en gimnasios. Prefiere las rutinas en casa, por comodidad y porque disfruta estar sola. “Los gimnasios tienen mucha gente y ruido”, explicó. Su rutina le permite entrenar sin interrumpir su trabajo.
En su libro The Longevity Secret, analiza cómo las emociones y actitudes impactan en la salud, en la vejez. Su mensaje para quienes buscan una rutina es claro: “Busca algo que disfrutes o no lo vas a sostener“.
Por eso, invita a probar clases como yoga, pilates o zumba, pero con una advertencia: no se puede saber al instante si algo es para uno: “Si te gusta el ejercicio, vas a seguir. Si no, lo vas a dejar“. Para ella, el secreto está en descubrir ese placer y hacerlo parte del día a día.
A los 77 años, la psicóloga Noelle Nelson demuestra que no se necesita un gimnasio para mantenerse en forma: su rutina incluye estiramientos, pesas, baile y ejercicios de flexibilidad para un envejecimiento activo y saludable. LA NACION