Kate, deslumbrante. Inspirada en un look de Lady Di de 1988, la princesa de Gales se robó todas las miradas en Buckingham

Como cada año, el sábado 14, Londres se vistió de fiesta para Trooping the Colour, la celebración oficial del cumpleaños del Rey (se trata de una fecha simbólica, ya que, Carlos III cumplió los 76 el 14 de noviembre pasado), en la que los ingleses vivieron un día de música, desfiles militares, antiguas tradiciones de la Corona… y la espontaneidad de los más chicos de la familia real, que le aportaron frescura al evento.
Si bien por protocolo las figuras centrales eran los reyes Carlos y Camilla, los príncipes de Gales y sus hijos George (11), Charlotte (10) y Louis (7) se convirtieron en los protagonistas de la gran cita. Vestido con el uniforme militar ceremonial, William desfiló a caballo junto a sus tíos Eduardo de Edimburgo y la princesa real Ana (Carlos no pudo hacerlo por motivos de salud, e hizo el recorrido en una carroza); en tanto, Kate lució un impecable abrigo-vestido en turquesa y blanco diseñado por Catherine Walker que recordaba mucho a uno que había usado Lady Di en el Trooping the Colour de 1988. La actual princesa de Gales complementó su traje con una capelina de Juliette Botterill, stilettos Gianvito Rossi, un broche en forma de estrella del regimiento de la Guardia Irlandesa –del cual ella es coronel– y pendientes de perlas y diamantes que pertenecieron a la abuela de su marido, Isabel II.
LOUIS, EL ANIMADOR
Desde el balcón de Buckingham, la familia real –salvo la rama de Andrés, el duque de York, que está distanciado del monarca– observaba cómo los aviones de la Royal Air Force pintaban el cielo con los colores de la bandera de Reino Unido, mientras el príncipe Louis se robaba la escena una vez más por sus gestos simpáticos, que arrancaron aplausos de la multitud, sonrisas en los Reyes y algunos sutiles llamados de atención de su madre, Kate, y de su hermano mayor, George, para que guardara la compostura.
Dos días después, el lunes 16, los royals –excepto los más chicos– participaron en Windsor de otro acto oficial, el Día de la Jarretera, que conmemora la creación de la Orden de Caballería, la más antigua y prestigiosa del país (fundada en 1348), y que, junto con Trooping the Colour, marca el inicio de la agenda de verano de la Corona.
Como cada año, el sábado 14, Londres se vistió de fiesta para Trooping the Colour, la celebración oficial del cumpleaños del Rey (se trata de una fecha simbólica, ya que, Carlos III cumplió los 76 el 14 de noviembre pasado), en la que los ingleses vivieron un día de música, desfiles militares, antiguas tradiciones de la Corona… y la espontaneidad de los más chicos de la familia real, que le aportaron frescura al evento.
Si bien por protocolo las figuras centrales eran los reyes Carlos y Camilla, los príncipes de Gales y sus hijos George (11), Charlotte (10) y Louis (7) se convirtieron en los protagonistas de la gran cita. Vestido con el uniforme militar ceremonial, William desfiló a caballo junto a sus tíos Eduardo de Edimburgo y la princesa real Ana (Carlos no pudo hacerlo por motivos de salud, e hizo el recorrido en una carroza); en tanto, Kate lució un impecable abrigo-vestido en turquesa y blanco diseñado por Catherine Walker que recordaba mucho a uno que había usado Lady Di en el Trooping the Colour de 1988. La actual princesa de Gales complementó su traje con una capelina de Juliette Botterill, stilettos Gianvito Rossi, un broche en forma de estrella del regimiento de la Guardia Irlandesa –del cual ella es coronel– y pendientes de perlas y diamantes que pertenecieron a la abuela de su marido, Isabel II.
LOUIS, EL ANIMADOR
Desde el balcón de Buckingham, la familia real –salvo la rama de Andrés, el duque de York, que está distanciado del monarca– observaba cómo los aviones de la Royal Air Force pintaban el cielo con los colores de la bandera de Reino Unido, mientras el príncipe Louis se robaba la escena una vez más por sus gestos simpáticos, que arrancaron aplausos de la multitud, sonrisas en los Reyes y algunos sutiles llamados de atención de su madre, Kate, y de su hermano mayor, George, para que guardara la compostura.
Dos días después, el lunes 16, los royals –excepto los más chicos– participaron en Windsor de otro acto oficial, el Día de la Jarretera, que conmemora la creación de la Orden de Caballería, la más antigua y prestigiosa del país (fundada en 1348), y que, junto con Trooping the Colour, marca el inicio de la agenda de verano de la Corona.
Regresó con gloria al balcón del palacio para el tradicional Trooping the Colour, el primero después de su tratamiento por cáncer. Junto a su marido, el príncipe William, sus hijos George, Charlotte y Louis, fue la gran protragonista del evento real LA NACION