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viernes, junio 20, 2025
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Digitalizan los documentos ocultos del Tercer Reich en Buenos Aires

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La Corte Suprema de Justicia avanza con el proceso de limpieza, digitalización e inventario del miles de carnets nazis, descubiertos en doce cajas repletas de material que fueron encontradas en los archivos del Palacio de Tribunales.

El descubrimiento, que incluye libretas con esvásticas, documentos y propaganda, corresponden a material elaborado en los últimos años de la década del ’30, que habían sido secuestrados por la Justicia argentina en 1941.

Aquel fue un año de apogedo del poder de Hitler. El Tercer Reich controlaba gran parte de Europa occidental y central. Francia se había rendido el año anterior. Y Hitler tenía bajo su órbita a países como Noruega, Holanda, Bélgica, Dinamarca, Austria Checoslovaquia.

La mayor parte del material relevado son 4600 carnets del “Deutsche Arbeitsfront”, el Frente Alemán del Trabajo, una organización nazi creada para reemplazar a los gremios.

El hallazgo se produjo de manera fortuita durante el proceso de mudanza para las obras del futuro Museo de la Corte Suprema. Al abrir una de las cajas, se identificó material destinado a consolidar y propagar la ideología de Adolf Hitler en la Argentina en plena Segunda Guerra Mundial.

Según pudo reconstruir la Corte Suprema, la historia de esas cajas se remonta al 20 de junio de 1941, con la llegada al país de 83 bultos enviados por la embajada alemana en Tokio a bordo del vapor japonés Nan-a-Maru. La representación diplomática alemana en la Argentina había declarado el contenido como efectos personales para sus miembros, solicitando su libre despacho. Sin embargo, Aduanas detuvo su ingreso y dio intervención al entonces canciller Enrique Ruiz Guiñazú, ante el riesgo de afectar la neutralidad argentina frente al conflicto europeo.

Intervino entonces la Comisión Especial Investigadora de las Actividades Antiargentinas, que funcionaba en la Cámara de Diputados, entre 1941 y 1943. El 8 de agosto de 1941, representantes de la Aduana, la Cancillería y la comisión abrieron cinco cajas al azar: descubrieron postales, fotografías y material propagandístico del régimen alemán, así como miles de libretas de afiliación a la Organización del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán en el exterior y a la Unión Alemana de Gremios.

Los representantes diplomáticos alemanes solicitaron que les devolvieran los paquetes para reenviarlos a su embajada en Tokio. Los funcionarios nacionales se inclinaron por hacer lugar al pedido, pero la comisión investigadora fue a tribunales para impedirlo, ante la presencia de propaganda antidemocrática y lesiva para las naciones aliadas de la Argentina. Se subrayó que solo se revisaron cajas de manera aleatoria y que, previamente, la embajada alemana también había mentido para ingresar un transmisor radiotelegráfico como correo diplomático.

El juez federal de la Capital Federal Miguel Luciano Jantus ordenó la incautación de las encomiendas el 13 de septiembre de 1941. Tres días después, el juez remitió la causa a la Corte, al tratarse de un asunto que involucraba directamente a un país extranjero.

La mudanza de los archivos para la futura instalación del museo de la Corte llevó a funcionarios a toparse con estas cajas, que estaban arrumbadas en el subsuelo del edificio. El viernes pasado, se procedió a la apertura de las cajas frente a expertos e investigadores.

El presidente de la Corte Suprema, Horacio Rosatti, encabezó la apertura formal de las cajas en un despacho del cuarto piso del Palacio de Tribunales. El acto contó con la presencia del Gran Rabino de AMIA, Eliahu Hamra; el director rjecutivo del Museo del Holocausto de Buenos Aires, Jonathan Karszenbaum; y la investigadora Marcia Ras. También participaron el titular del Centro de Asistencia Judicial Federal, Pablo Lamounan; la directora de Bibliotecas de la Corte Suprema, Jessica Susco; el director de la Oficina de Servicios Auxiliares, Marcelo Valente; y la licenciada en conservación y restauración de bienes culturales, María de la Paz Podestá.

El 26 de diciembre de 2024, con la firma de los jueces Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti, la Corte Suprema firmó un convenio de cooperación con la Asociación de Abogados Judíos de la República Argentina y la Fundación Memoria del Holocausto, con el fin de promover actividades conjuntas de investigación y difusión. El Museo del Holocausto fue convocado específicamente para colaborar en la investigación del material recientemente descubierto y su relevancia histórica.

La Corte Suprema de Justicia avanza con el proceso de limpieza, digitalización e inventario del miles de carnets nazis, descubiertos en doce cajas repletas de material que fueron encontradas en los archivos del Palacio de Tribunales.

El descubrimiento, que incluye libretas con esvásticas, documentos y propaganda, corresponden a material elaborado en los últimos años de la década del ’30, que habían sido secuestrados por la Justicia argentina en 1941.

Aquel fue un año de apogedo del poder de Hitler. El Tercer Reich controlaba gran parte de Europa occidental y central. Francia se había rendido el año anterior. Y Hitler tenía bajo su órbita a países como Noruega, Holanda, Bélgica, Dinamarca, Austria Checoslovaquia.

La mayor parte del material relevado son 4600 carnets del “Deutsche Arbeitsfront”, el Frente Alemán del Trabajo, una organización nazi creada para reemplazar a los gremios.

El hallazgo se produjo de manera fortuita durante el proceso de mudanza para las obras del futuro Museo de la Corte Suprema. Al abrir una de las cajas, se identificó material destinado a consolidar y propagar la ideología de Adolf Hitler en la Argentina en plena Segunda Guerra Mundial.

Según pudo reconstruir la Corte Suprema, la historia de esas cajas se remonta al 20 de junio de 1941, con la llegada al país de 83 bultos enviados por la embajada alemana en Tokio a bordo del vapor japonés Nan-a-Maru. La representación diplomática alemana en la Argentina había declarado el contenido como efectos personales para sus miembros, solicitando su libre despacho. Sin embargo, Aduanas detuvo su ingreso y dio intervención al entonces canciller Enrique Ruiz Guiñazú, ante el riesgo de afectar la neutralidad argentina frente al conflicto europeo.

Intervino entonces la Comisión Especial Investigadora de las Actividades Antiargentinas, que funcionaba en la Cámara de Diputados, entre 1941 y 1943. El 8 de agosto de 1941, representantes de la Aduana, la Cancillería y la comisión abrieron cinco cajas al azar: descubrieron postales, fotografías y material propagandístico del régimen alemán, así como miles de libretas de afiliación a la Organización del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán en el exterior y a la Unión Alemana de Gremios.

Los representantes diplomáticos alemanes solicitaron que les devolvieran los paquetes para reenviarlos a su embajada en Tokio. Los funcionarios nacionales se inclinaron por hacer lugar al pedido, pero la comisión investigadora fue a tribunales para impedirlo, ante la presencia de propaganda antidemocrática y lesiva para las naciones aliadas de la Argentina. Se subrayó que solo se revisaron cajas de manera aleatoria y que, previamente, la embajada alemana también había mentido para ingresar un transmisor radiotelegráfico como correo diplomático.

El juez federal de la Capital Federal Miguel Luciano Jantus ordenó la incautación de las encomiendas el 13 de septiembre de 1941. Tres días después, el juez remitió la causa a la Corte, al tratarse de un asunto que involucraba directamente a un país extranjero.

La mudanza de los archivos para la futura instalación del museo de la Corte llevó a funcionarios a toparse con estas cajas, que estaban arrumbadas en el subsuelo del edificio. El viernes pasado, se procedió a la apertura de las cajas frente a expertos e investigadores.

El presidente de la Corte Suprema, Horacio Rosatti, encabezó la apertura formal de las cajas en un despacho del cuarto piso del Palacio de Tribunales. El acto contó con la presencia del Gran Rabino de AMIA, Eliahu Hamra; el director rjecutivo del Museo del Holocausto de Buenos Aires, Jonathan Karszenbaum; y la investigadora Marcia Ras. También participaron el titular del Centro de Asistencia Judicial Federal, Pablo Lamounan; la directora de Bibliotecas de la Corte Suprema, Jessica Susco; el director de la Oficina de Servicios Auxiliares, Marcelo Valente; y la licenciada en conservación y restauración de bienes culturales, María de la Paz Podestá.

El 26 de diciembre de 2024, con la firma de los jueces Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti, la Corte Suprema firmó un convenio de cooperación con la Asociación de Abogados Judíos de la República Argentina y la Fundación Memoria del Holocausto, con el fin de promover actividades conjuntas de investigación y difusión. El Museo del Holocausto fue convocado específicamente para colaborar en la investigación del material recientemente descubierto y su relevancia histórica.

 Habían ingresado al país en 1941 y fueron incautadas por la Justicia; corresponden al tiempo de apogeo de Hitler  LA NACION