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martes, junio 24, 2025
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Inter Miami y Palmeiras empataron en un partidazo y siguen adelante en el Mundial de Clubes

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Inter Miami y Palmeiras empataron 2 a 2 en el Hard Rock Stadium, de Miami, en un gran partido por la tercera y última jornada del Grupo A del Mundial de Clubes. En un juego con múltiples emociones, espantaron la posibilidad de acordar un resultado para perjudicar a Porto y a Al-Ahly, los restantes integrantes de la zona, que en el otro encuentro se repartieron puntos en un trepidante 4-4 que no les bastó para seguir adelante.

Punteros con cuatro unidades, el juego entre los locales y los paulistas era una pulseada definitoria rumbo a los octavos de final: la igualdad empujó a las Garzas y a los brasileros a los octavos de final, aunque las sensaciones resultaron distintas: los locales, que llevaban una ventaja de dos goles, no pudieron sostener la diferencia, ofrecerle el mejor regalo de cumpleaños a Lionel Messi y en el mata-mata se medirán contra Paris Saint-Germain. Palmeiras se adueñó del grupo y en la siguiente instancia tendrá a Botafogo como rival, lo que asegura un brasileño en los cuartos de final.

Apenas un futbolista estadounidense alistó Inter Miami para el trascendental partido: Noah Allen. El resto, seis argentinos: Messi, Ustari, Federico Redondo, Marcelo Weigandt, Tadeo Allende y Tomás Avilés; el uruguayo Luis Suárez; el español Sergio Busquets; el venezolano Telasco Segovia y el chileno Maximiliano Falcón, los intérpretes que escogió el director técnico Javier Mascherano. Palmeiras también tiene una fuerte presencia de futbolistas extranjeros en su plantel y cinco de ellos fueron elegidos por Ferreira: el argentino José López, el paraguayo -y capitán- Gustavo Gómez, el colombiano Richard Ríos, los uruguayos Facundo Torres y Joaquín Piquerez.

El juego aéreo fue el argumento que provocó la primera situación de riesgo: un tiro de esquina y el remate de cabeza de Gómez que contuvo Ustari. El paraguayo ganó con facilidad en el área de Inter Miami y generó la primera orden de Mascherano, que pidió que se ajustaran las marcas en las jugadas con pelota detenida. Las Garzas buscaban con insistencia a Messi, el futbolista que con una fantasía podía darle oxígeno y alimentar la ofensiva.

De área a área, pero sin demasiada profundidad. Messi enganchó y Lucas Evangelista bloqueó al capitán, que en la misma acción dejó fuera de escena a Piquerez. La respuesta fue un blooper de Ustari, que recibió un pase atrás y cuando buscó ensayar una rápida salida con un pase la pelota rebotó en López; el balón no tuvo dirección, pero causó zozobra en los hinchas de Inter Miami.

La presión que ejercía Palmeiras y el ritmo que imponían los paulistas era demasiado alto para el juego que despliega Inter Miami, que en un córner en contra descubrió la vía para abrir el marcador: rechazó Redondo, Suárez bajó la pelota con el pecho y asistió a Allende, que ensayó una carrera solitaria desde la mitad de la cancha para definir con un toque preciso ante el achique del arquero Weverton. El festejo del cordobés, de Mina Clavero, coincidió con la lesión de Murilo, que en la desesperación por intentar alcanzarlo, se desgarró y debió ser reemplazado por Bruno Fuchs.

En media hora del primer tiempo, Inter Miami lograba sostener con la pelota el control del partido, pero los propios errores de las Garzas generaban las situaciones de riesgo de Palmeiras. De una salida del arco, la presión de los paulistas hizo efecto, el uruguayo Torres remató cruzado y el balón se escapó junto al palo izquierdo de Ustari.

El duelo generacional entre Messi y Estêvão, de 38 y 18 años, respectivamente, era uno de los ejes del desarrollo. Leo, con sus pinceladas marcaba el pulso y decidía cuándo Inter Miami aceleraba rumbo al área de Weverton y en qué pasajes era mejor hacer circular el balón. El joven brasilero, que fue transferido a Chelsea, con sus arranques explosivos señalaba el camino de sus compañeros.

En el área de Inter Miami, el colombiano Richard Ríos cayó y se encienden las alarmas por una posible falta de Allen, que el VAR revisó, pero determinó que no hubo infracción ni era necesario convocar el árbitro Marciniak. En la siguiente acción, tras una entrega fallida del venezolano Segovia, Messi le cometió una falta desde atrás a Raphael Veiga y se ganó la tarjeta amarilla. Con varias interrupciones en el final del primer tiempo, el negocio era de las Garzas, que se marchaban al entretiempo con la ventaja en el marcador.

Apenas 35 segundos demoró Palmeiras en generar la primera situación de peligro en el segundo tiempo. Hizo circular la pelota y lanzó un pase para la diagonal de Torres, aunque el charrúa fue bloqueado por Weigandt, que cerró a espalda de los zagueros centrales. Con mayor movilidad, los paulistas empezaron a acorralar a Inter Miami, que respondió con un remate de media distancia de Messi, al que le faltó potencia y controló con facilidad Weverton.

Otra vez una corrida de Allende puso en jaque a la defensa de Palmeiras, aunque el cordobés esta vez no tuvo puntería. Inter Miami trataba de resistir lejos del área de Ustari, y se lanzaba a correr con campo abierto ante el adelantamiento del rival.

Combinaron Messi y Suárez sin la explosión de la época dorada de Barcelona, pero con la inteligencia para encontrar el espacio y la ubicación para asociarse. El uruguayo descargó la pelota y Leo, después de controlarla, remató desde fuera del área y la pelota se perdió por arriba del travesaño.

No la pasaba bien Inter Miami, que se agrupaba cada vez más cerca de su arco. Messi recuperó una pelota en su campo y las Garzas por unos minutos manejaron el balón: primero conectando con Segovia, más tarde ofreciéndole un pase a Suárez, que con el último aliento y cuando asomaba más agotado que nunca, encaró al zaguero Fuchs y sacó un latigazo para hundir el balón en el arco de Weverton.

Palmeiras completó las ventanas de cambios y Abel Ferreira diseñó una alineación ultra ofensiva con la ambición de emparejar el marcador. Inter Miami empezó a sentir el trajín de un desarrollo más intenso que el que demuestra la Major League Soccer: Benjamín Cremaschi reemplazó a Luis Suárez, extenuado; Redondo se retiró con una lesión, y Allende, que abrió la cuenta, mostró síntomas de cansancio. Mascherano refrescó la estructura con Baltasar Rodríguez y Fafá; antes, Jordi Alba reemplazó a Segovia.

El resumen de Inter Miami vs. Palmeiras

Pero Inter Miami no tuvo tiempo de acomodar las piezas nuevas, porque Paulinho –una de las variantes que ensayó Palmeiras- con un remate ajustado colocó la pelota junto al poste derecho de Ustari y recortó la ventaja en el marcador. Con diez minutos por delante el tiempo reglamentario, los paulistas empezaron a acechar.

No bajó los brazos Palmeiras, aún sin un juego vistoso y con la urgencia. Insistió con el juego aéreo, y a tres minutos del final, en un despeje corto del chileno Falcón, Mauricio, otro de los ingresados, sacudió la red con un fortísimo remate que dejó parado a Ustari. Los paulistas recuperaron el primer puesto en el grupo y cambiaron los cruces en los octavos de final: así, Palmeiras jugará con Botafogo, el último campeón de la Copa Libertadores, en un duelo con clima de Brasileirão, e Inter Miami frente a PSG, actual campeón de la Champions League. Un duelo con aires de revancha -Messi señaló muchas veces que no la pasó bien durante su estancia en París- y reencuentro: el rosarino, Suárez, Alba y Busquets tendrán enfrente a Luis Enrique, el DT que condujo al inolvidable Barcelona hace diez años a ganarlo todo.

Inter Miami y Palmeiras empataron 2 a 2 en el Hard Rock Stadium, de Miami, en un gran partido por la tercera y última jornada del Grupo A del Mundial de Clubes. En un juego con múltiples emociones, espantaron la posibilidad de acordar un resultado para perjudicar a Porto y a Al-Ahly, los restantes integrantes de la zona, que en el otro encuentro se repartieron puntos en un trepidante 4-4 que no les bastó para seguir adelante.

Punteros con cuatro unidades, el juego entre los locales y los paulistas era una pulseada definitoria rumbo a los octavos de final: la igualdad empujó a las Garzas y a los brasileros a los octavos de final, aunque las sensaciones resultaron distintas: los locales, que llevaban una ventaja de dos goles, no pudieron sostener la diferencia, ofrecerle el mejor regalo de cumpleaños a Lionel Messi y en el mata-mata se medirán contra Paris Saint-Germain. Palmeiras se adueñó del grupo y en la siguiente instancia tendrá a Botafogo como rival, lo que asegura un brasileño en los cuartos de final.

Apenas un futbolista estadounidense alistó Inter Miami para el trascendental partido: Noah Allen. El resto, seis argentinos: Messi, Ustari, Federico Redondo, Marcelo Weigandt, Tadeo Allende y Tomás Avilés; el uruguayo Luis Suárez; el español Sergio Busquets; el venezolano Telasco Segovia y el chileno Maximiliano Falcón, los intérpretes que escogió el director técnico Javier Mascherano. Palmeiras también tiene una fuerte presencia de futbolistas extranjeros en su plantel y cinco de ellos fueron elegidos por Ferreira: el argentino José López, el paraguayo -y capitán- Gustavo Gómez, el colombiano Richard Ríos, los uruguayos Facundo Torres y Joaquín Piquerez.

El juego aéreo fue el argumento que provocó la primera situación de riesgo: un tiro de esquina y el remate de cabeza de Gómez que contuvo Ustari. El paraguayo ganó con facilidad en el área de Inter Miami y generó la primera orden de Mascherano, que pidió que se ajustaran las marcas en las jugadas con pelota detenida. Las Garzas buscaban con insistencia a Messi, el futbolista que con una fantasía podía darle oxígeno y alimentar la ofensiva.

De área a área, pero sin demasiada profundidad. Messi enganchó y Lucas Evangelista bloqueó al capitán, que en la misma acción dejó fuera de escena a Piquerez. La respuesta fue un blooper de Ustari, que recibió un pase atrás y cuando buscó ensayar una rápida salida con un pase la pelota rebotó en López; el balón no tuvo dirección, pero causó zozobra en los hinchas de Inter Miami.

La presión que ejercía Palmeiras y el ritmo que imponían los paulistas era demasiado alto para el juego que despliega Inter Miami, que en un córner en contra descubrió la vía para abrir el marcador: rechazó Redondo, Suárez bajó la pelota con el pecho y asistió a Allende, que ensayó una carrera solitaria desde la mitad de la cancha para definir con un toque preciso ante el achique del arquero Weverton. El festejo del cordobés, de Mina Clavero, coincidió con la lesión de Murilo, que en la desesperación por intentar alcanzarlo, se desgarró y debió ser reemplazado por Bruno Fuchs.

En media hora del primer tiempo, Inter Miami lograba sostener con la pelota el control del partido, pero los propios errores de las Garzas generaban las situaciones de riesgo de Palmeiras. De una salida del arco, la presión de los paulistas hizo efecto, el uruguayo Torres remató cruzado y el balón se escapó junto al palo izquierdo de Ustari.

El duelo generacional entre Messi y Estêvão, de 38 y 18 años, respectivamente, era uno de los ejes del desarrollo. Leo, con sus pinceladas marcaba el pulso y decidía cuándo Inter Miami aceleraba rumbo al área de Weverton y en qué pasajes era mejor hacer circular el balón. El joven brasilero, que fue transferido a Chelsea, con sus arranques explosivos señalaba el camino de sus compañeros.

En el área de Inter Miami, el colombiano Richard Ríos cayó y se encienden las alarmas por una posible falta de Allen, que el VAR revisó, pero determinó que no hubo infracción ni era necesario convocar el árbitro Marciniak. En la siguiente acción, tras una entrega fallida del venezolano Segovia, Messi le cometió una falta desde atrás a Raphael Veiga y se ganó la tarjeta amarilla. Con varias interrupciones en el final del primer tiempo, el negocio era de las Garzas, que se marchaban al entretiempo con la ventaja en el marcador.

Apenas 35 segundos demoró Palmeiras en generar la primera situación de peligro en el segundo tiempo. Hizo circular la pelota y lanzó un pase para la diagonal de Torres, aunque el charrúa fue bloqueado por Weigandt, que cerró a espalda de los zagueros centrales. Con mayor movilidad, los paulistas empezaron a acorralar a Inter Miami, que respondió con un remate de media distancia de Messi, al que le faltó potencia y controló con facilidad Weverton.

Otra vez una corrida de Allende puso en jaque a la defensa de Palmeiras, aunque el cordobés esta vez no tuvo puntería. Inter Miami trataba de resistir lejos del área de Ustari, y se lanzaba a correr con campo abierto ante el adelantamiento del rival.

Combinaron Messi y Suárez sin la explosión de la época dorada de Barcelona, pero con la inteligencia para encontrar el espacio y la ubicación para asociarse. El uruguayo descargó la pelota y Leo, después de controlarla, remató desde fuera del área y la pelota se perdió por arriba del travesaño.

No la pasaba bien Inter Miami, que se agrupaba cada vez más cerca de su arco. Messi recuperó una pelota en su campo y las Garzas por unos minutos manejaron el balón: primero conectando con Segovia, más tarde ofreciéndole un pase a Suárez, que con el último aliento y cuando asomaba más agotado que nunca, encaró al zaguero Fuchs y sacó un latigazo para hundir el balón en el arco de Weverton.

Palmeiras completó las ventanas de cambios y Abel Ferreira diseñó una alineación ultra ofensiva con la ambición de emparejar el marcador. Inter Miami empezó a sentir el trajín de un desarrollo más intenso que el que demuestra la Major League Soccer: Benjamín Cremaschi reemplazó a Luis Suárez, extenuado; Redondo se retiró con una lesión, y Allende, que abrió la cuenta, mostró síntomas de cansancio. Mascherano refrescó la estructura con Baltasar Rodríguez y Fafá; antes, Jordi Alba reemplazó a Segovia.

El resumen de Inter Miami vs. Palmeiras

Pero Inter Miami no tuvo tiempo de acomodar las piezas nuevas, porque Paulinho –una de las variantes que ensayó Palmeiras- con un remate ajustado colocó la pelota junto al poste derecho de Ustari y recortó la ventaja en el marcador. Con diez minutos por delante el tiempo reglamentario, los paulistas empezaron a acechar.

No bajó los brazos Palmeiras, aún sin un juego vistoso y con la urgencia. Insistió con el juego aéreo, y a tres minutos del final, en un despeje corto del chileno Falcón, Mauricio, otro de los ingresados, sacudió la red con un fortísimo remate que dejó parado a Ustari. Los paulistas recuperaron el primer puesto en el grupo y cambiaron los cruces en los octavos de final: así, Palmeiras jugará con Botafogo, el último campeón de la Copa Libertadores, en un duelo con clima de Brasileirão, e Inter Miami frente a PSG, actual campeón de la Champions League. Un duelo con aires de revancha -Messi señaló muchas veces que no la pasó bien durante su estancia en París- y reencuentro: el rosarino, Suárez, Alba y Busquets tendrán enfrente a Luis Enrique, el DT que condujo al inolvidable Barcelona hace diez años a ganarlo todo.

 Igualaron 2 a 2 en el Hard Rock Stadium, minutos antes del cumpleaños 38° de Messi  LA NACION