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sábado, junio 28, 2025
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Cómo suenan los glaciares que se derriten por el calentamiento global

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Konstantine Vlasis nunca imaginó que una sola canción de un álbum de Sigur Rós lo llevaría a estudiar el deshielo de los glaciares de Islandia. Pero, una década después de escuchar por primera vez “Lækurinn” (“El arroyo”), un tema de la banda de 2013, Vlasis se encontró en las cimas más altas de Islandia, grabando sonidos del agua de deshielo para un doctorado sobre la vida sónica de los glaciares.

A medida que el cambio climático acelera el deshielo en todo el mundo, los glaciares islandeses, que cubren el 10% del país, están desapareciendo rápidamente. Los científicos estiman que podrían perder la mitad de su volumen para el año 2100. Para las generaciones futuras podrían sobrevivir solo como pequeños casquetes polares en las montañas más altas, razón por la cual la ONU declaró 2025 como el año de la preservación de los glaciares.

Vlasis espera que el sonido pueda ayudar a las personas a comprender este cambio ambiental de una manera nueva. “El sonido puede enseñarnos mucho sobre los glaciares”, explicó. “No se puede ver el movimiento de los glaciares en tiempo real, pero se puede escuchar”.

Como percusionista formado en el concepto de paisajes sonoros -que integran las ideas de sonido y paisaje-, Vlasis aborda la comunicación climática a través de la escucha. Su doctorado, financiado por la Universidad de Nueva York y la Fundación Leifur Eiríksson, explora cómo los sonidos de los glaciares pueden revelar lo que podríamos pasar por alto con solo la vista. Con más de 2,3 millones de viajeros que visitan Islandia cada año para contemplar los impresionantes glaciares del país, el impacto potencial de su trabajo se extiende mucho más allá de la comunidad científica.

“Ecología humana”

La canción que despertó su curiosidad inicial forma parte de un álbum llamado Rímur, que incluye canciones folclóricas tradicionales islandesas. A Vlasis le intrigó que el único acompañamiento de la canción fuera el sonido de un arroyo. Escuchó la metáfora de la letra sobre envejecer y volver a casa, y entonces comenzó a preguntarse: “¿Qué es este arroyo que estoy oyendo?”.

Si rastreás el origen de los sistemas fluviales en Islandia, verás que muchos se alimentan de glaciares. “¿Qué sucede cuando el arroyo no es una metáfora, sino el reflejo directo del hielo que se transforma en agua líquida?”, se preguntó. Su curiosidad se convirtió en una misión: rastrear corrientes tanto literales como metafóricas, desde el deshielo de los glaciares hasta las canciones tradicionales.

En Islandia esto implicó viajar por todo el país, escalar glaciares con micrófonos para captar el sonido ambiental y hablar con los lugareños para comprender cómo los glaciares han moldeado la cultura islandesa. En cada excursión el investigador recopila un registro de sonido y de historias que pronto podrían desaparecer. Vlasis llama a esto la “ecología humana” de los glaciares: una forma de comprender no solo el hielo, sino también cómo las personas interactúan con él.

La naturaleza no es algo separado de nosotros, afirma: “Estamos moldeándola e impactándola de muchas maneras diferentes”. Al amplificar los sonidos de los glaciares, Vlasis espera encontrar una forma de escuchar el calentamiento global en tiempo real. “Consideramos el derretimiento de los glaciares como un símbolo visual del cambio climático. Quería conocer las historias que contaban esos sonidos y cómo la gente había escuchado a los glaciares a lo largo de la historia”.

El reto de grabar los sonidos

Entonces, ¿cómo se escucha un glaciar? Cada movimiento que realiza un glaciar crea un sonido, explica Vlasis. Un glaciar fluye pendiente abajo por su propio peso, y se pueden oír crujidos y estruendos a medida que el hielo se desplaza y se mueve. “Tiene ritmo, tempo y dinámica”, comenta con entusiasmo. “En el hielo del glaciar hay burbujas de aire que son casi como un archivo de la composición atmosférica pasada. Y cuando ese hielo se derrite, se puede oír el estallido, el burbujeo y el chirrido de las burbujas de aire al fundirse con el agua y los lagos”.

Grabar esos sonidos es un reto. Vlasis va hasta los glaciares aproximadamente una vez al mes para ampliar su biblioteca de sonidos, utilizando diferentes tipos de micrófonos como micrófonos de cañón y omnidireccionales. Algunos los deja allí durante meses. Los glaciares también emiten infrasonidos, frecuencias demasiado bajas para el oído humano. Vlasis los graba con un micrófono de contacto especial que se adhiere directamente al hielo, y luego eleva el tono para hacerlos audibles. “Es casi como un estetoscopio”, dice, “como si estuviera escuchando la salud del paisaje”.

La segunda línea de su investigación se centra en los rímur islandeses: canciones o poemas narrativos tradicionales transmitidos de generación en generación. Algunos contienen referencias detalladas a patrones climáticos, inundaciones y desastres naturales. Al analizar sus letras, Vlasis extrae lo que él llama “archivos ambientales”: registros orales de cómo la gente experimentó los glaciares a lo largo del tiempo. A falta de registros escritos, estas canciones se convierten en un elemento vital para comprender las historias locales del cambio ambiental.

Vlasis también colabora con un equipo de científicos que crean modelos predictivos de la pérdida de glaciares en Islandia durante el próximo siglo. A través de esta colaboración entre arte y ciencia, el investigador creó una pieza escénica llamada 2124, una interpretación sonora de estos datos.

Interpretada conmovedoramente por un solo percusionista en la cima del glaciar Breiðamerkurjökull, la pieza se centra en un patrón rítmico repetido que representa un año. El sonido se acelera gradualmente, dando una idea de la rapidez con la que cambiarán los glaciares durante el próximo siglo. El resultado es a la vez hermoso y conmovedor: un pronóstico musical de un mundo sin glaciares.

Cómo visitar los glaciares de Islandia

Los glaciares más visitados de Islandia son Breiðamerkurjökull, Fjallsjökull, Skaftafellsjökull y Sólheimajökull, todos ubicados a lo largo de la costa sur. Muchas compañías de viajes tienen tours a estos glaciares, con salidas diarias desde Reikiavik. Al visitar un glaciar asegurate de hacerlo con responsabilidad: unite siempre a un grupo organizado o a un tour privado acompañado de un guía calificado y, sobre todo, no dejes rastro.

Vlasis recibió recientemente el Premio Fulbright-National Geographic 2024, que financiará la creación de su próximo proyecto: When Glaciers Sing, Cuando los Glaciares Cantan. Esta audiohistoria inmersiva, que combina grabaciones de campo, canciones tradicionales y sonificación de datos, se lanzará en línea a través de plataformas de streaming en la primavera de 2026.

Vlasis espera que su investigación destaque la urgencia de abordar el cambio climático y que su singular documentación sonora de los paisajes helados de Islandia contribuya a crear conciencia sobre el deshielo de los glaciares. “Como mínimo, las canciones y la música pueden ayudarnos a dar testimonio de lo que está sucediendo ahora mismo. La música puede crear significado para nosotros y enseñarnos sobre el pasado”, dice.

Vlasis menciona una canción de cuna islandesa llamada “Sofðu Unga Ástin Mín” (“Duerme, mi joven amor”), que contiene el verso: “En las grietas del glaciar, un grito profundo como la muerte”. “Cuando se escribió la canción en 1911, los glaciares aún tenían un legado como paisajes destructivos y amenazantes para muchos islandeses. Todo empieza a tener un significado diferente cuando reconocemos la rapidez con la que están desapareciendo los glaciares de Islandia. ¿Llegará un día en el futuro en que mencionemos los glaciares y nuestros hijos no sepan qué son?”.

Y si bien los viajes pueden contribuir al cambio climático, Vlasis cree que el turismo responsable puede desempeñar un papel importante. “Cualquier decisión que tomemos está ligada a algún tipo de huella ambiental. Pero si visitás un glaciar tienes una gran oportunidad de comprender realmente lo que estás visitando y qué está sucediendo con estos paisajes. Como mínimo, creo que mostrar respeto por ese espacio es algo sobre lo que vale la pena reflexionar”.

Vlasis afirma que, según los datos actuales, se prevé que la mayoría de los glaciares de Islandia pierdan su clasificación de glaciar en los próximos 200 años. “Si queremos vivir en un mundo sin hielo, podemos seguir con lo que hacemos colectivamente como sociedad industrial. Pero creo que los glaciares pueden enseñarnos a escuchar. Y para poder escuchar bien hay que renunciar a las propias perspectivas y prejuicios y estar abierto a algo nuevo”.

Vlasis añade: “Estoy aprendiendo a escuchar mejor, los glaciares sin duda me están ayudando a hacerlo”. Y todo empezó con el sonido de un arroyo.

Podés escuchar acá una pieza de Konstantine grabada en la cima del glaciar Breiðamerkurjökull. Su obra se puede encontrar en www.konvlasis.com y podés seguir sus aventuras en Islandia en Instagram @konvlasis.

*Por Karen McHugh

Konstantine Vlasis nunca imaginó que una sola canción de un álbum de Sigur Rós lo llevaría a estudiar el deshielo de los glaciares de Islandia. Pero, una década después de escuchar por primera vez “Lækurinn” (“El arroyo”), un tema de la banda de 2013, Vlasis se encontró en las cimas más altas de Islandia, grabando sonidos del agua de deshielo para un doctorado sobre la vida sónica de los glaciares.

A medida que el cambio climático acelera el deshielo en todo el mundo, los glaciares islandeses, que cubren el 10% del país, están desapareciendo rápidamente. Los científicos estiman que podrían perder la mitad de su volumen para el año 2100. Para las generaciones futuras podrían sobrevivir solo como pequeños casquetes polares en las montañas más altas, razón por la cual la ONU declaró 2025 como el año de la preservación de los glaciares.

Vlasis espera que el sonido pueda ayudar a las personas a comprender este cambio ambiental de una manera nueva. “El sonido puede enseñarnos mucho sobre los glaciares”, explicó. “No se puede ver el movimiento de los glaciares en tiempo real, pero se puede escuchar”.

Como percusionista formado en el concepto de paisajes sonoros -que integran las ideas de sonido y paisaje-, Vlasis aborda la comunicación climática a través de la escucha. Su doctorado, financiado por la Universidad de Nueva York y la Fundación Leifur Eiríksson, explora cómo los sonidos de los glaciares pueden revelar lo que podríamos pasar por alto con solo la vista. Con más de 2,3 millones de viajeros que visitan Islandia cada año para contemplar los impresionantes glaciares del país, el impacto potencial de su trabajo se extiende mucho más allá de la comunidad científica.

“Ecología humana”

La canción que despertó su curiosidad inicial forma parte de un álbum llamado Rímur, que incluye canciones folclóricas tradicionales islandesas. A Vlasis le intrigó que el único acompañamiento de la canción fuera el sonido de un arroyo. Escuchó la metáfora de la letra sobre envejecer y volver a casa, y entonces comenzó a preguntarse: “¿Qué es este arroyo que estoy oyendo?”.

Si rastreás el origen de los sistemas fluviales en Islandia, verás que muchos se alimentan de glaciares. “¿Qué sucede cuando el arroyo no es una metáfora, sino el reflejo directo del hielo que se transforma en agua líquida?”, se preguntó. Su curiosidad se convirtió en una misión: rastrear corrientes tanto literales como metafóricas, desde el deshielo de los glaciares hasta las canciones tradicionales.

En Islandia esto implicó viajar por todo el país, escalar glaciares con micrófonos para captar el sonido ambiental y hablar con los lugareños para comprender cómo los glaciares han moldeado la cultura islandesa. En cada excursión el investigador recopila un registro de sonido y de historias que pronto podrían desaparecer. Vlasis llama a esto la “ecología humana” de los glaciares: una forma de comprender no solo el hielo, sino también cómo las personas interactúan con él.

La naturaleza no es algo separado de nosotros, afirma: “Estamos moldeándola e impactándola de muchas maneras diferentes”. Al amplificar los sonidos de los glaciares, Vlasis espera encontrar una forma de escuchar el calentamiento global en tiempo real. “Consideramos el derretimiento de los glaciares como un símbolo visual del cambio climático. Quería conocer las historias que contaban esos sonidos y cómo la gente había escuchado a los glaciares a lo largo de la historia”.

El reto de grabar los sonidos

Entonces, ¿cómo se escucha un glaciar? Cada movimiento que realiza un glaciar crea un sonido, explica Vlasis. Un glaciar fluye pendiente abajo por su propio peso, y se pueden oír crujidos y estruendos a medida que el hielo se desplaza y se mueve. “Tiene ritmo, tempo y dinámica”, comenta con entusiasmo. “En el hielo del glaciar hay burbujas de aire que son casi como un archivo de la composición atmosférica pasada. Y cuando ese hielo se derrite, se puede oír el estallido, el burbujeo y el chirrido de las burbujas de aire al fundirse con el agua y los lagos”.

Grabar esos sonidos es un reto. Vlasis va hasta los glaciares aproximadamente una vez al mes para ampliar su biblioteca de sonidos, utilizando diferentes tipos de micrófonos como micrófonos de cañón y omnidireccionales. Algunos los deja allí durante meses. Los glaciares también emiten infrasonidos, frecuencias demasiado bajas para el oído humano. Vlasis los graba con un micrófono de contacto especial que se adhiere directamente al hielo, y luego eleva el tono para hacerlos audibles. “Es casi como un estetoscopio”, dice, “como si estuviera escuchando la salud del paisaje”.

La segunda línea de su investigación se centra en los rímur islandeses: canciones o poemas narrativos tradicionales transmitidos de generación en generación. Algunos contienen referencias detalladas a patrones climáticos, inundaciones y desastres naturales. Al analizar sus letras, Vlasis extrae lo que él llama “archivos ambientales”: registros orales de cómo la gente experimentó los glaciares a lo largo del tiempo. A falta de registros escritos, estas canciones se convierten en un elemento vital para comprender las historias locales del cambio ambiental.

Vlasis también colabora con un equipo de científicos que crean modelos predictivos de la pérdida de glaciares en Islandia durante el próximo siglo. A través de esta colaboración entre arte y ciencia, el investigador creó una pieza escénica llamada 2124, una interpretación sonora de estos datos.

Interpretada conmovedoramente por un solo percusionista en la cima del glaciar Breiðamerkurjökull, la pieza se centra en un patrón rítmico repetido que representa un año. El sonido se acelera gradualmente, dando una idea de la rapidez con la que cambiarán los glaciares durante el próximo siglo. El resultado es a la vez hermoso y conmovedor: un pronóstico musical de un mundo sin glaciares.

Cómo visitar los glaciares de Islandia

Los glaciares más visitados de Islandia son Breiðamerkurjökull, Fjallsjökull, Skaftafellsjökull y Sólheimajökull, todos ubicados a lo largo de la costa sur. Muchas compañías de viajes tienen tours a estos glaciares, con salidas diarias desde Reikiavik. Al visitar un glaciar asegurate de hacerlo con responsabilidad: unite siempre a un grupo organizado o a un tour privado acompañado de un guía calificado y, sobre todo, no dejes rastro.

Vlasis recibió recientemente el Premio Fulbright-National Geographic 2024, que financiará la creación de su próximo proyecto: When Glaciers Sing, Cuando los Glaciares Cantan. Esta audiohistoria inmersiva, que combina grabaciones de campo, canciones tradicionales y sonificación de datos, se lanzará en línea a través de plataformas de streaming en la primavera de 2026.

Vlasis espera que su investigación destaque la urgencia de abordar el cambio climático y que su singular documentación sonora de los paisajes helados de Islandia contribuya a crear conciencia sobre el deshielo de los glaciares. “Como mínimo, las canciones y la música pueden ayudarnos a dar testimonio de lo que está sucediendo ahora mismo. La música puede crear significado para nosotros y enseñarnos sobre el pasado”, dice.

Vlasis menciona una canción de cuna islandesa llamada “Sofðu Unga Ástin Mín” (“Duerme, mi joven amor”), que contiene el verso: “En las grietas del glaciar, un grito profundo como la muerte”. “Cuando se escribió la canción en 1911, los glaciares aún tenían un legado como paisajes destructivos y amenazantes para muchos islandeses. Todo empieza a tener un significado diferente cuando reconocemos la rapidez con la que están desapareciendo los glaciares de Islandia. ¿Llegará un día en el futuro en que mencionemos los glaciares y nuestros hijos no sepan qué son?”.

Y si bien los viajes pueden contribuir al cambio climático, Vlasis cree que el turismo responsable puede desempeñar un papel importante. “Cualquier decisión que tomemos está ligada a algún tipo de huella ambiental. Pero si visitás un glaciar tienes una gran oportunidad de comprender realmente lo que estás visitando y qué está sucediendo con estos paisajes. Como mínimo, creo que mostrar respeto por ese espacio es algo sobre lo que vale la pena reflexionar”.

Vlasis afirma que, según los datos actuales, se prevé que la mayoría de los glaciares de Islandia pierdan su clasificación de glaciar en los próximos 200 años. “Si queremos vivir en un mundo sin hielo, podemos seguir con lo que hacemos colectivamente como sociedad industrial. Pero creo que los glaciares pueden enseñarnos a escuchar. Y para poder escuchar bien hay que renunciar a las propias perspectivas y prejuicios y estar abierto a algo nuevo”.

Vlasis añade: “Estoy aprendiendo a escuchar mejor, los glaciares sin duda me están ayudando a hacerlo”. Y todo empezó con el sonido de un arroyo.

Podés escuchar acá una pieza de Konstantine grabada en la cima del glaciar Breiðamerkurjökull. Su obra se puede encontrar en www.konvlasis.com y podés seguir sus aventuras en Islandia en Instagram @konvlasis.

*Por Karen McHugh

 A medida que se acelera el deshielo en todo el mundo, los glaciares islandeses, que cubren el 10% del país, están desapareciendo rápidamente  LA NACION