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martes, julio 1, 2025
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La ingeniería que nos eleva

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En los últimos días, un grupo de jóvenes argentinos logró lo impensado y nos ofreció una bocanada de entusiasmo colectivo: la alegría puede venir embalada en metal, con la forma precisa de una lata. O, más exactamente, de un satélite del tamaño de una lata de gaseosa, diseñado, construido y lanzado con talento y compromiso por estudiantes universitarios.

Este logro trasciende lo técnico y refleja una trayectoria constante de esfuerzo e innovación por parte de nuestros estudiantes. En un contexto de aprendizaje diseñado desde hace tiempo como una plataforma de despegue. Con una Cruz del Sur que nos marca el rumbo: las tendencias en educación a nivel mundial y la transformación del futuro del trabajo. Prácticas de aprendizaje enfocadas en una formación flexible y experiencial, con metodologías que invitan a profundizar conocimientos y a trabajar en proyectos interdisciplinarios. Buscando que el talento, los valores humanos y la iniciativa sean motores de empuje. Creemos que son estas experiencias transformadoras las que forman a los profesionales que el mundo necesita.

Las universidades buscan ser generadoras de conocimiento y de oportunidades. También, conectan conocimiento académico con los problemas del mundo real y, muchas veces, las asociaciones estudiantiles son escenarios donde se aprende haciendo. Desafiando lo establecido. Porque los conocimientos proporcionan los cimientos, y es en los desafíos donde el conocimiento cobra sentido, donde se ponen a prueba los límites y se potencia la creatividad.

Trabajar en proyectos interdisciplinarios como los que se realizan en ITBA es mucho más que cálculos y precisión. Implica tomar decisiones bajo presión, adaptarse a lo inesperado y resolver en tiempo real. Requiere excelencia técnica, pasión por el conocimiento y, sobre todo, trabajo en equipo. Es en este tipo de desafíos donde se forjan líderes con pensamiento estratégico, con valores, capaces de enfrentar problemas complejos en un mundo en constante cambio y cuya resolución no encaja perfectamente dentro de una sola disciplina.

Las instituciones educativas debemos estar a la altura de este escenario. No sólo creando conocimiento, sino también anticipándonos a la evolución de las industrias, de los negocios y del propio futuro del trabajo. Porque es la suma de estas capacidades la que genera oportunidades, para nuestros estudiantes y la sociedad. En un contexto constantemente en cambio, este objetivo se logra proporcionando una educación que prepare a graduados íntegros, con habilidades blandas, capacidad de colaboración, pensamiento crítico y visión global.

Un compromiso que asumimos quienes tenemos el privilegio y la responsabilidad de dirigir una universidad es promover instituciones alineadas con el desarrollo del país y del mundo. El ITBA mantiene sólidas alianzas con empresas, startups, colegios, universidades e instituciones de investigación. Esto deriva en laboratorios, proyectos de investigación, prácticas profesionales y oportunidades para que los estudiantes adquieran experiencia práctica en entornos reales. De esta manera, de los 10 estudiantes que integraron el equipo del SEDS ITBA, 6 son becados. Parece un claro ejemplo de oportunidades hechas realidad a través de la integración sinérgica con empresas y donantes que trasciende lo individual para elevar al conjunto.

Apostar con mirada de futuro por la excelencia académica, por modelos de enseñanza integrados y por la internacionalización como estrategia para expandir fronteras y conocimientos. Que las aulas sean espacios dinámicos donde se fomente el debate y el aprendizaje se extienda más allá de los libros de texto a las experiencias prácticas. Construir plataformas de despegue para nuestros estudiantes, generando las condiciones para que brillen, debería ser una responsabilidad ineludible.

Ojalá este satélite no quede solo como una hazaña para aplaudir. Que sirva para abrir más puertas, para conectar, para animar a más jóvenes a soñar en grande, para demostrar que el conocimiento transforma realidades y genera oportunidades. Finalmente, con humildad le agradecemos a quienes reconocieron el esfuerzo y logro de este grupo de estudiantes. Reconocer el mérito del otro es la manera más efectiva de impulsarnos. Ya sea a las estrellas o como sociedad.

Rector del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA)

En los últimos días, un grupo de jóvenes argentinos logró lo impensado y nos ofreció una bocanada de entusiasmo colectivo: la alegría puede venir embalada en metal, con la forma precisa de una lata. O, más exactamente, de un satélite del tamaño de una lata de gaseosa, diseñado, construido y lanzado con talento y compromiso por estudiantes universitarios.

Este logro trasciende lo técnico y refleja una trayectoria constante de esfuerzo e innovación por parte de nuestros estudiantes. En un contexto de aprendizaje diseñado desde hace tiempo como una plataforma de despegue. Con una Cruz del Sur que nos marca el rumbo: las tendencias en educación a nivel mundial y la transformación del futuro del trabajo. Prácticas de aprendizaje enfocadas en una formación flexible y experiencial, con metodologías que invitan a profundizar conocimientos y a trabajar en proyectos interdisciplinarios. Buscando que el talento, los valores humanos y la iniciativa sean motores de empuje. Creemos que son estas experiencias transformadoras las que forman a los profesionales que el mundo necesita.

Las universidades buscan ser generadoras de conocimiento y de oportunidades. También, conectan conocimiento académico con los problemas del mundo real y, muchas veces, las asociaciones estudiantiles son escenarios donde se aprende haciendo. Desafiando lo establecido. Porque los conocimientos proporcionan los cimientos, y es en los desafíos donde el conocimiento cobra sentido, donde se ponen a prueba los límites y se potencia la creatividad.

Trabajar en proyectos interdisciplinarios como los que se realizan en ITBA es mucho más que cálculos y precisión. Implica tomar decisiones bajo presión, adaptarse a lo inesperado y resolver en tiempo real. Requiere excelencia técnica, pasión por el conocimiento y, sobre todo, trabajo en equipo. Es en este tipo de desafíos donde se forjan líderes con pensamiento estratégico, con valores, capaces de enfrentar problemas complejos en un mundo en constante cambio y cuya resolución no encaja perfectamente dentro de una sola disciplina.

Las instituciones educativas debemos estar a la altura de este escenario. No sólo creando conocimiento, sino también anticipándonos a la evolución de las industrias, de los negocios y del propio futuro del trabajo. Porque es la suma de estas capacidades la que genera oportunidades, para nuestros estudiantes y la sociedad. En un contexto constantemente en cambio, este objetivo se logra proporcionando una educación que prepare a graduados íntegros, con habilidades blandas, capacidad de colaboración, pensamiento crítico y visión global.

Un compromiso que asumimos quienes tenemos el privilegio y la responsabilidad de dirigir una universidad es promover instituciones alineadas con el desarrollo del país y del mundo. El ITBA mantiene sólidas alianzas con empresas, startups, colegios, universidades e instituciones de investigación. Esto deriva en laboratorios, proyectos de investigación, prácticas profesionales y oportunidades para que los estudiantes adquieran experiencia práctica en entornos reales. De esta manera, de los 10 estudiantes que integraron el equipo del SEDS ITBA, 6 son becados. Parece un claro ejemplo de oportunidades hechas realidad a través de la integración sinérgica con empresas y donantes que trasciende lo individual para elevar al conjunto.

Apostar con mirada de futuro por la excelencia académica, por modelos de enseñanza integrados y por la internacionalización como estrategia para expandir fronteras y conocimientos. Que las aulas sean espacios dinámicos donde se fomente el debate y el aprendizaje se extienda más allá de los libros de texto a las experiencias prácticas. Construir plataformas de despegue para nuestros estudiantes, generando las condiciones para que brillen, debería ser una responsabilidad ineludible.

Ojalá este satélite no quede solo como una hazaña para aplaudir. Que sirva para abrir más puertas, para conectar, para animar a más jóvenes a soñar en grande, para demostrar que el conocimiento transforma realidades y genera oportunidades. Finalmente, con humildad le agradecemos a quienes reconocieron el esfuerzo y logro de este grupo de estudiantes. Reconocer el mérito del otro es la manera más efectiva de impulsarnos. Ya sea a las estrellas o como sociedad.

Rector del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA)

 En los últimos días, un grupo de jóvenes argentinos logró lo impensado y nos ofreció una bocanada de entusiasmo colectivo: la alegría puede venir embalada en metal, con la forma precisa de una lata. O, más exactamente, de un satélite del tamaño de una lata de gaseosa, diseñado, construido y lanzado con talento y compromiso por estudiantes universitarios.Este logro trasciende lo técnico y refleja una trayectoria constante de esfuerzo e innovación por parte de nuestros estudiantes. En un contexto de aprendizaje diseñado desde hace tiempo como una plataforma de despegue. Con una Cruz del Sur que nos marca el rumbo: las tendencias en educación a nivel mundial y la transformación del futuro del trabajo. Prácticas de aprendizaje enfocadas en una formación flexible y experiencial, con metodologías que invitan a profundizar conocimientos y a trabajar en proyectos interdisciplinarios. Buscando que el talento, los valores humanos y la iniciativa sean motores de empuje. Creemos que son estas experiencias transformadoras las que forman a los profesionales que el mundo necesita.Las universidades buscan ser generadoras de conocimiento y de oportunidades. También, conectan conocimiento académico con los problemas del mundo real y, muchas veces, las asociaciones estudiantiles son escenarios donde se aprende haciendo. Desafiando lo establecido. Porque los conocimientos proporcionan los cimientos, y es en los desafíos donde el conocimiento cobra sentido, donde se ponen a prueba los límites y se potencia la creatividad.Trabajar en proyectos interdisciplinarios como los que se realizan en ITBA es mucho más que cálculos y precisión. Implica tomar decisiones bajo presión, adaptarse a lo inesperado y resolver en tiempo real. Requiere excelencia técnica, pasión por el conocimiento y, sobre todo, trabajo en equipo. Es en este tipo de desafíos donde se forjan líderes con pensamiento estratégico, con valores, capaces de enfrentar problemas complejos en un mundo en constante cambio y cuya resolución no encaja perfectamente dentro de una sola disciplina.Las instituciones educativas debemos estar a la altura de este escenario. No sólo creando conocimiento, sino también anticipándonos a la evolución de las industrias, de los negocios y del propio futuro del trabajo. Porque es la suma de estas capacidades la que genera oportunidades, para nuestros estudiantes y la sociedad. En un contexto constantemente en cambio, este objetivo se logra proporcionando una educación que prepare a graduados íntegros, con habilidades blandas, capacidad de colaboración, pensamiento crítico y visión global.Un compromiso que asumimos quienes tenemos el privilegio y la responsabilidad de dirigir una universidad es promover instituciones alineadas con el desarrollo del país y del mundo. El ITBA mantiene sólidas alianzas con empresas, startups, colegios, universidades e instituciones de investigación. Esto deriva en laboratorios, proyectos de investigación, prácticas profesionales y oportunidades para que los estudiantes adquieran experiencia práctica en entornos reales. De esta manera, de los 10 estudiantes que integraron el equipo del SEDS ITBA, 6 son becados. Parece un claro ejemplo de oportunidades hechas realidad a través de la integración sinérgica con empresas y donantes que trasciende lo individual para elevar al conjunto.Apostar con mirada de futuro por la excelencia académica, por modelos de enseñanza integrados y por la internacionalización como estrategia para expandir fronteras y conocimientos. Que las aulas sean espacios dinámicos donde se fomente el debate y el aprendizaje se extienda más allá de los libros de texto a las experiencias prácticas. Construir plataformas de despegue para nuestros estudiantes, generando las condiciones para que brillen, debería ser una responsabilidad ineludible.Ojalá este satélite no quede solo como una hazaña para aplaudir. Que sirva para abrir más puertas, para conectar, para animar a más jóvenes a soñar en grande, para demostrar que el conocimiento transforma realidades y genera oportunidades. Finalmente, con humildad le agradecemos a quienes reconocieron el esfuerzo y logro de este grupo de estudiantes. Reconocer el mérito del otro es la manera más efectiva de impulsarnos. Ya sea a las estrellas o como sociedad.Rector del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA)  LA NACION