Procesaron al “terapeuta holístico” que ofrecía trabajo y abusaba de los interesados

Tiene 52 años. Hasta su detención, los primeros días del mes pasado, vivía en un edificio situado en el barrio porteño de San Nicolás. Ante sus vecinos se presentaba como médico. También decía ser “terapeuta holístico”. En las últimas horas, Víctor Hugo L., fue procesado con prisión preventiva por los delitos de privación ilegítima de la libertad y abuso sexual agravado, entre otros. Las víctimas fueron jóvenes que conocía en la calle y a los que le ofrecía trabajo e invitaba a su departamento.
Así lo informaron a LA NACION calificadas fuentes judiciales. “Es que los elementos analizados en su totalidad y no aisladamente habilitan a sospechar que media en autos un peligro cierto y no aparente de que en caso de permanecer en libertad en esta instancia, entorpecerá la investigación que se viene desarrollando y, en el futuro, intentará eludir el accionar de la justicia, evitando cumplir la pena que en definitiva pudiere caberle”, sostuvo la jueza Laura Bruniard, magistrada que interviene en la causa, al fundamentar la decisión de dictar la prisión preventiva.
Víctor Hugo L. había sido detenido por detectives de la División Delitos Contra la Salud y Seguridad Personal de la Policía de la Ciudad tras una investigación de la fiscal Mónica Cuñarro y su equipo de colaboradores.
La investigación comenzó el 23 de mayo pasado, tras la denuncia de un joven en situación de calle. La víctima contó que el 29 de abril último, en plaza Lavalle, frente al Palacio de Tribunales, conversó con un hombre que pasaba por el lugar. A poco de comenzada la charla, su interlocutor le ofreció trabajo. Hubo intercambios de números telefónicos y un acuerdo para que la entrevista laboral se hiciera en un departamento situado a pocas cuadras del lugar del circunstancial encuentro.
La entrevista laboral iba a estar a cargo de un abogado amigo del hombre que había hecho la oferta laboral, del “terapeuta holístico”. Pero todo fue una trampa: el joven terminó abusado.
Así se desprende del dictamen de la fiscal Cuñarro donde pidió la detención del sospechoso y al cual tuvo acceso LA NACION.
La cita que habría terminado en un abuso sexual fue en un departamento del tercer piso de un edificio situado en Montevideo al 200, donde vivía el supuesto “terapeuta holístico”.
Cuando el joven ya estaba en el interior del departamento, Víctor Hugo L. le propuso que se bañara para estar más presentable para la entrevista. Primero el muchacho dijo que no hacía falta, pero ante la insistencia, accedió.
“Luego de ello, el imputado lo invitó con distintas bebidas. El joven solo accedió a tomar mate. Luego se quedó dormido e inconsciente. Al despertarse, aproximadamente a las 8.30 del día siguiente, y al advertir el tiempo transcurrido, se retiró del domicilio. Tenía dolores en todo su cuerpo, tambaleaba y veía imágenes dobles”, según explicó la representante del Ministerio Público en el citado dictamen.
Durante casi tres semanas, la víctima no pudo dormir. Cuando se sentaba, en medio de la noche, por el insomnio, el dolor corporal era difícil de aguantar. “Entendió [la víctima] que, en el transcurso de las horas durante las cuales perdió la conciencia, fue abusado sexualmente”, según el dictamen.
La víctima aportó su teléfono celular, que terminó siendo clave para poder reconstruir el historial de comunicaciones con el sospechoso.
“En lo que refiere al presunto abuso sexual del que habría sido víctima durante la sedación, no pudo acreditarse médicamente dado que, conforme fuera informado por el Hospital Muñiz, al momento de presentarse la víctima en el nosocomio, por error, se lo derivó con profesionales del área de urología, y no con proctología, como él habría requerido. Sin embargo, existen algunos elementos que, por vía indiciaria, permiten tener por corroborado tal abuso. Del informe médico surge que el denunciante presentaba pujos y tenesmos, condición que puede ser consecuencia de un abuso sexual”, explicó la magistrada en la resolución donde procesó al sospechoso.
De las tareas investigativas que hicieron los detectives de la Policía de la Ciudad que intervinieron en el caso se determinó que ante sus vecinos, Víctor Hugo L. se presentaba como médico.
“Recibe muchas visitas de hombres de todas las edades y de diferentes entornos sociales, algunos de ellos que darían miedo por sus aspectos”, fue el resumen que hizo la fuerza de seguridad sobre lo que relataron los vecinos del imputado.
El caso del joven en situación de calle no habría sido el único.
“Se constató que el sospechoso había sido acusado de hechos similares bajo el mismo modus operandi en noviembre de 2024, cuando captó a un joven de 26 años que trabajaba de delivery, a quien le ofreció hacerle fotos de modelaje y quien luego sufrió las mismas consecuencias [por un abuso sexual]“, informaron fuentes policiales.
Ese hecho, según consta en el expediente judicial, habría ocurrido el 17 de noviembre de 2024. La víctima, un joven llamado Juan Manuel, “escuchó que, cerca de él, un hombre hablaba por teléfono sobre una posibilidad laboral para modelar, por lo que lo interrumpió y se ofreció para el puesto”.
Víctor Hugo L. aceptó el ofrecimiento del joven y le propuso hacer un book de fotos.
Juan Manuel fue hasta el departamento del sospechoso, se bañó y se vistió con la ropa que le dio Víctor Hugo L.; también se maquilló. Después de tomar seis vasos de jugo que le ofreció el anfitrión”perdió completamente la conciencia”.
Se despertó al otro día sin recordar prácticamente nada en su casa. Su madre le espetó: “¿No vamos a hablar de lo que pasó ayer? Te secuestraron, boludo”.
El día anterior, su madre había recibido un mensaje de la abuela de Juan Manuel para contarle que su nieto le había mandado un mensaje con una dirección “a modo de chiste, por si desaparecía” y una foto de Víctor Hugo L. tomando mate.
La mujer fue hasta el edificio de la calle Montevideo y tocó el timbre en el departamento del sospechoso, pero no recibió respuesta y decidió llamar a la policía. También envió mensajes al teléfono de su hijo sabiendo que lo iba a leer el hombre que estaba con él: “Soltá a mi hijo, estoy haciendo la denuncia”, escribió.
Finalmente, Juan Manuel salió del departamento. “Estaba todo drogado”, recordó la madre. La mujer le preguntó a su hijo si lo habían abusado. “No”, respondió. Víctor Hugo L. le espetó: “Señora él quería un book de fotos, nadie le hizo nada. Se fumó un porro”.
Al otro día, por WhatsApp, el joven recibió el book de fotos. Y un mensaje: “¿Qué hiciste? Tengo el departamento lleno de policías”. Él lo bloqueó.
Por este caso, Víctor Hugo L. fue procesado por “privación ilegítima de la libertad agravada por haberse cometido con violencia”.
Además, en 2022, habría ocurrido un caso similar. La víctima habría sido un ciudadano brasileño.
Tiene 52 años. Hasta su detención, los primeros días del mes pasado, vivía en un edificio situado en el barrio porteño de San Nicolás. Ante sus vecinos se presentaba como médico. También decía ser “terapeuta holístico”. En las últimas horas, Víctor Hugo L., fue procesado con prisión preventiva por los delitos de privación ilegítima de la libertad y abuso sexual agravado, entre otros. Las víctimas fueron jóvenes que conocía en la calle y a los que le ofrecía trabajo e invitaba a su departamento.
Así lo informaron a LA NACION calificadas fuentes judiciales. “Es que los elementos analizados en su totalidad y no aisladamente habilitan a sospechar que media en autos un peligro cierto y no aparente de que en caso de permanecer en libertad en esta instancia, entorpecerá la investigación que se viene desarrollando y, en el futuro, intentará eludir el accionar de la justicia, evitando cumplir la pena que en definitiva pudiere caberle”, sostuvo la jueza Laura Bruniard, magistrada que interviene en la causa, al fundamentar la decisión de dictar la prisión preventiva.
Víctor Hugo L. había sido detenido por detectives de la División Delitos Contra la Salud y Seguridad Personal de la Policía de la Ciudad tras una investigación de la fiscal Mónica Cuñarro y su equipo de colaboradores.
La investigación comenzó el 23 de mayo pasado, tras la denuncia de un joven en situación de calle. La víctima contó que el 29 de abril último, en plaza Lavalle, frente al Palacio de Tribunales, conversó con un hombre que pasaba por el lugar. A poco de comenzada la charla, su interlocutor le ofreció trabajo. Hubo intercambios de números telefónicos y un acuerdo para que la entrevista laboral se hiciera en un departamento situado a pocas cuadras del lugar del circunstancial encuentro.
La entrevista laboral iba a estar a cargo de un abogado amigo del hombre que había hecho la oferta laboral, del “terapeuta holístico”. Pero todo fue una trampa: el joven terminó abusado.
Así se desprende del dictamen de la fiscal Cuñarro donde pidió la detención del sospechoso y al cual tuvo acceso LA NACION.
La cita que habría terminado en un abuso sexual fue en un departamento del tercer piso de un edificio situado en Montevideo al 200, donde vivía el supuesto “terapeuta holístico”.
Cuando el joven ya estaba en el interior del departamento, Víctor Hugo L. le propuso que se bañara para estar más presentable para la entrevista. Primero el muchacho dijo que no hacía falta, pero ante la insistencia, accedió.
“Luego de ello, el imputado lo invitó con distintas bebidas. El joven solo accedió a tomar mate. Luego se quedó dormido e inconsciente. Al despertarse, aproximadamente a las 8.30 del día siguiente, y al advertir el tiempo transcurrido, se retiró del domicilio. Tenía dolores en todo su cuerpo, tambaleaba y veía imágenes dobles”, según explicó la representante del Ministerio Público en el citado dictamen.
Durante casi tres semanas, la víctima no pudo dormir. Cuando se sentaba, en medio de la noche, por el insomnio, el dolor corporal era difícil de aguantar. “Entendió [la víctima] que, en el transcurso de las horas durante las cuales perdió la conciencia, fue abusado sexualmente”, según el dictamen.
La víctima aportó su teléfono celular, que terminó siendo clave para poder reconstruir el historial de comunicaciones con el sospechoso.
“En lo que refiere al presunto abuso sexual del que habría sido víctima durante la sedación, no pudo acreditarse médicamente dado que, conforme fuera informado por el Hospital Muñiz, al momento de presentarse la víctima en el nosocomio, por error, se lo derivó con profesionales del área de urología, y no con proctología, como él habría requerido. Sin embargo, existen algunos elementos que, por vía indiciaria, permiten tener por corroborado tal abuso. Del informe médico surge que el denunciante presentaba pujos y tenesmos, condición que puede ser consecuencia de un abuso sexual”, explicó la magistrada en la resolución donde procesó al sospechoso.
De las tareas investigativas que hicieron los detectives de la Policía de la Ciudad que intervinieron en el caso se determinó que ante sus vecinos, Víctor Hugo L. se presentaba como médico.
“Recibe muchas visitas de hombres de todas las edades y de diferentes entornos sociales, algunos de ellos que darían miedo por sus aspectos”, fue el resumen que hizo la fuerza de seguridad sobre lo que relataron los vecinos del imputado.
El caso del joven en situación de calle no habría sido el único.
“Se constató que el sospechoso había sido acusado de hechos similares bajo el mismo modus operandi en noviembre de 2024, cuando captó a un joven de 26 años que trabajaba de delivery, a quien le ofreció hacerle fotos de modelaje y quien luego sufrió las mismas consecuencias [por un abuso sexual]“, informaron fuentes policiales.
Ese hecho, según consta en el expediente judicial, habría ocurrido el 17 de noviembre de 2024. La víctima, un joven llamado Juan Manuel, “escuchó que, cerca de él, un hombre hablaba por teléfono sobre una posibilidad laboral para modelar, por lo que lo interrumpió y se ofreció para el puesto”.
Víctor Hugo L. aceptó el ofrecimiento del joven y le propuso hacer un book de fotos.
Juan Manuel fue hasta el departamento del sospechoso, se bañó y se vistió con la ropa que le dio Víctor Hugo L.; también se maquilló. Después de tomar seis vasos de jugo que le ofreció el anfitrión”perdió completamente la conciencia”.
Se despertó al otro día sin recordar prácticamente nada en su casa. Su madre le espetó: “¿No vamos a hablar de lo que pasó ayer? Te secuestraron, boludo”.
El día anterior, su madre había recibido un mensaje de la abuela de Juan Manuel para contarle que su nieto le había mandado un mensaje con una dirección “a modo de chiste, por si desaparecía” y una foto de Víctor Hugo L. tomando mate.
La mujer fue hasta el edificio de la calle Montevideo y tocó el timbre en el departamento del sospechoso, pero no recibió respuesta y decidió llamar a la policía. También envió mensajes al teléfono de su hijo sabiendo que lo iba a leer el hombre que estaba con él: “Soltá a mi hijo, estoy haciendo la denuncia”, escribió.
Finalmente, Juan Manuel salió del departamento. “Estaba todo drogado”, recordó la madre. La mujer le preguntó a su hijo si lo habían abusado. “No”, respondió. Víctor Hugo L. le espetó: “Señora él quería un book de fotos, nadie le hizo nada. Se fumó un porro”.
Al otro día, por WhatsApp, el joven recibió el book de fotos. Y un mensaje: “¿Qué hiciste? Tengo el departamento lleno de policías”. Él lo bloqueó.
Por este caso, Víctor Hugo L. fue procesado por “privación ilegítima de la libertad agravada por haberse cometido con violencia”.
Además, en 2022, habría ocurrido un caso similar. La víctima habría sido un ciudadano brasileño.
El sospechoso había sido detenido por la Policía de la Ciudad después de una investigación de la fiscal Mónica Cuñarro LA NACION