Fluminense eliminó a Al Hilal y está en semifinales: el fútbol continúa, pero es sensible al dolor
Hubo respeto y nadie sintió la obligación de contener las lágrimas. El mundo futbolístico sigue conmovido por la trágica muerte de Diogo Jota, jugador de Liverpool y la selección de Portugal, que este jueves falleció tras un accidente automovilístico. Muchas veces se hace referencia a que la pelota hace el luto rápido (o muchas veces todavía ni eso) y sigue rodando. Se hace referencia a que el “show debe continuar”. Esta situación se dio mientras se disputa el Mundial de Clubes de la FIFA en los Estados Unidos. Sin embargo, más allá de que la pelota siga rodando, el fútbol demostró que es sensible al dolor. Desde las declaraciones, desde los posteos y también desde el honor y los sentimientos con los que se disputa un torneo. Este viernes se jugó el primer encuentro del certamen luego de conocerse la noticia de Jota y la estadística dirá que Fluminense se clasificó a las semifinales tras vencer a Al Hilal de Arabia Saudita por 2-1. Será otra historia lo que venga de aquí en más, pero lo vivido en estos 102 minutos fueron el reflejo de que las emociones cuentan. Y también juegan su partido.
El duelo era entre dos “sorpresas”. Pero en lo emocional dominó desde el arranque con el llanto de Joao Cancelo y Ruben Neves mientras esperaban el silbatazo inicial, mientras aguardaban vestidos como futbolistas y pensaban en la vida perdida de su compatriota Diogo Jota, que también conmovió a los 40.000 espectadores presentes en el Camping World Stadium de Orlando.
Ruben Neves, quien ejecutó el córner que significó el empate de Marcos Leonardo tras un cabezazo de Koulibaly para el 1-1 parcial de Al Hilal, había posteado en sus redes sociales este emotivo mensaje dedicado a Jota: “Pequeña bestia, donde quiera que estés sé que vas a leer esto. Nunca hemos estado en ese tipo de mensajes sentimentales y ahora lo lamento, pero sabes lo que significas para mí como si yo supiera lo que quiero decir para ti. Éramos más que amigos, éramos familia y esto no va a parar solo porque decidiste firmar otro contrato para mudarte a otro lugar. Siempre estarás a mi lado: a la hora de la cena, en el micro, en el avión… Siempre estarás ahí, como siempre. Reiremos y compartiremos nuestras vidas. Haré todo lo posible para asegurarme de que siempre estés presente y que a tu familia no le falte nada mientras estés lejos pensando en nosotros y esperándonos”, y agregó: “La vida nos ha unido y no puede separarnos. Hemos conquistado grandes cosas y todavía tenemos mucho que ganar y sé que llegaremos allí. A partir de hoy, volveré al campo contigo: seguiremos juntos el camino, donde nos conocimos. Te quiero”. Lo publicó horas antes de que vuelva a rodar la pelota y luego intento jugar con hidalguía, aunque la mente se haya ido volando más de una vez.
Lo mejor del partido
Se trataba de un duelo de invictos y que ya venían de sorprender de gran manera en el Mundial de Clubes. Fluminense había dejado en el camino al Inter, último subcampeón de la Champions, venciéndolo merecidamente por 2-0, mientras que Al Hilal había dado el batacazo al eliminar al Manchester City de Pep Guardiola tras un eléctrico 4-3 en el alargue.
Este era un contexto diferente, ya que -a diferencia de los últimos partidos- ambos equipos tenían hoy argumentos para sentirse favoritos. O, al menos, para no ubicarse inferiores a su adversario. En la previa, ese era el escenario. ¿Y de arranque qué se vio? Un duelo demasiado equiparado, casi como si fueran rounds de estudios desde lo táctico y lo posicional. Ambos jugando con los dibujos 3-5-2 y espejados incluso en las búsquedas laterales, con las proyecciones de los carrileros Samuel Xavier -gran figura del torneo- y Gabriel Fuentes en el Flu y de João Cancelo y Moteb Al-Harbi en Al Hilal.
Con la posesión del balón repartida, las intenciones del conjunto brasileño estuvieron más claras desde las recuperaciones y las transiciones veloces y verticales. Así Nonato y Samuel Xavier generaron las amonestaciones de Milinkovic-Savic y Renán Lodi, respectivamente. Y así fue la primera aproximación del partido, con una presión alta de Nonato y una habilitación de Jhon Arias para el propio Nonato que remató desviado cuando le pedí el pase por adentro Cano.
En las llegadas fue el primer tiempo más opaco del Mundial de Clubes, pero sobre el final aparecieron los gritos y reclamos. Primero, el 1-0 de Fluminense, tras un gran zurdazo de Martinelli que se metió en el ángulo superior izquierdo de Bono. La acción nació desde un centro del carrilero derecho Samuel Xavier, pero Joao Cancelo (¿desconcentrado o condicionado por el contexto?) pifió en su rechazo, tras la intención de evitar el tiro de esquina; la pelota le quedó a Fuentes que cedió el pase atrás para la gran resolución de Martinelli.
La polémica de la tarde se vio en el último minuto del primer tiempo. Danny Desmond Makkelie, el árbitro de Países Bajos, sancionó penal por un supuesto foul de Samuel Xavier sobre Marcos Leonardo. Lo llamó correctamente el VAR para demostrarle que estaba equivocado y, tras ver la imagen en el monitor, el juez principal modificó el fallo. Marcos Leonardo estuvo más cerca de recibir una amonestación por simular que de la infracción, pero iba a tener revancha.
En la segunda etapa pasó mucho más, desde el empate de Marcos Leonardo al mano a mano descomunal que Bono evitó con gran reacción ante Cano. Y como los cambios siempre le funcionan a Renato Portaluppi, DT del Flu, no extrañó que Hércules, el mismo que había sido clave para definir el partido ante Inter, aparezca en toda su dimensión para establecer el 2-1 con un derechazo cruzado. Cabeza dura, el reemplazante del amonestado Martinelli para el comienzo del segundo tiempo tuvo el mérito de ir a recuperar tras una pérdida en ataque y luego para direccionar al gol un cabezazo de Samuel Xavier (siempre determinante en los avances del conjunto brasileño).
Al Hilal luchó hasta el final y terminó tirando veinte centros al área de Fabio, el arquero de 44 años que sigue haciendo historia. Desde el experimentado guardameta construye su solidez, mientras arriba Fluminense tiene el gol repartido. En lo que va del certamen, el primero que convirtió por duplicado fue Hércules, pero después se habían anotado en la red Martinelli, Cano, Keno, Freytes, Nonato y Jhon Arias, el rebelde gambeteador al que llaman el “Pelé colombiano”. Con el valor de la experiencia y un plan táctico llevado adelante con inteligencia desde la visión de Renato Portaluppi, Flu se anima a soñar a lo grande. Más allá del poderío económico de los conjuntos europeos o asiáticos y con la certeza de que nunca será posible despegar a las emociones de un deporte llamado fútbol.
Hubo respeto y nadie sintió la obligación de contener las lágrimas. El mundo futbolístico sigue conmovido por la trágica muerte de Diogo Jota, jugador de Liverpool y la selección de Portugal, que este jueves falleció tras un accidente automovilístico. Muchas veces se hace referencia a que la pelota hace el luto rápido (o muchas veces todavía ni eso) y sigue rodando. Se hace referencia a que el “show debe continuar”. Esta situación se dio mientras se disputa el Mundial de Clubes de la FIFA en los Estados Unidos. Sin embargo, más allá de que la pelota siga rodando, el fútbol demostró que es sensible al dolor. Desde las declaraciones, desde los posteos y también desde el honor y los sentimientos con los que se disputa un torneo. Este viernes se jugó el primer encuentro del certamen luego de conocerse la noticia de Jota y la estadística dirá que Fluminense se clasificó a las semifinales tras vencer a Al Hilal de Arabia Saudita por 2-1. Será otra historia lo que venga de aquí en más, pero lo vivido en estos 102 minutos fueron el reflejo de que las emociones cuentan. Y también juegan su partido.
El duelo era entre dos “sorpresas”. Pero en lo emocional dominó desde el arranque con el llanto de Joao Cancelo y Ruben Neves mientras esperaban el silbatazo inicial, mientras aguardaban vestidos como futbolistas y pensaban en la vida perdida de su compatriota Diogo Jota, que también conmovió a los 40.000 espectadores presentes en el Camping World Stadium de Orlando.
Ruben Neves, quien ejecutó el córner que significó el empate de Marcos Leonardo tras un cabezazo de Koulibaly para el 1-1 parcial de Al Hilal, había posteado en sus redes sociales este emotivo mensaje dedicado a Jota: “Pequeña bestia, donde quiera que estés sé que vas a leer esto. Nunca hemos estado en ese tipo de mensajes sentimentales y ahora lo lamento, pero sabes lo que significas para mí como si yo supiera lo que quiero decir para ti. Éramos más que amigos, éramos familia y esto no va a parar solo porque decidiste firmar otro contrato para mudarte a otro lugar. Siempre estarás a mi lado: a la hora de la cena, en el micro, en el avión… Siempre estarás ahí, como siempre. Reiremos y compartiremos nuestras vidas. Haré todo lo posible para asegurarme de que siempre estés presente y que a tu familia no le falte nada mientras estés lejos pensando en nosotros y esperándonos”, y agregó: “La vida nos ha unido y no puede separarnos. Hemos conquistado grandes cosas y todavía tenemos mucho que ganar y sé que llegaremos allí. A partir de hoy, volveré al campo contigo: seguiremos juntos el camino, donde nos conocimos. Te quiero”. Lo publicó horas antes de que vuelva a rodar la pelota y luego intento jugar con hidalguía, aunque la mente se haya ido volando más de una vez.
Lo mejor del partido
Se trataba de un duelo de invictos y que ya venían de sorprender de gran manera en el Mundial de Clubes. Fluminense había dejado en el camino al Inter, último subcampeón de la Champions, venciéndolo merecidamente por 2-0, mientras que Al Hilal había dado el batacazo al eliminar al Manchester City de Pep Guardiola tras un eléctrico 4-3 en el alargue.
Este era un contexto diferente, ya que -a diferencia de los últimos partidos- ambos equipos tenían hoy argumentos para sentirse favoritos. O, al menos, para no ubicarse inferiores a su adversario. En la previa, ese era el escenario. ¿Y de arranque qué se vio? Un duelo demasiado equiparado, casi como si fueran rounds de estudios desde lo táctico y lo posicional. Ambos jugando con los dibujos 3-5-2 y espejados incluso en las búsquedas laterales, con las proyecciones de los carrileros Samuel Xavier -gran figura del torneo- y Gabriel Fuentes en el Flu y de João Cancelo y Moteb Al-Harbi en Al Hilal.
Con la posesión del balón repartida, las intenciones del conjunto brasileño estuvieron más claras desde las recuperaciones y las transiciones veloces y verticales. Así Nonato y Samuel Xavier generaron las amonestaciones de Milinkovic-Savic y Renán Lodi, respectivamente. Y así fue la primera aproximación del partido, con una presión alta de Nonato y una habilitación de Jhon Arias para el propio Nonato que remató desviado cuando le pedí el pase por adentro Cano.
En las llegadas fue el primer tiempo más opaco del Mundial de Clubes, pero sobre el final aparecieron los gritos y reclamos. Primero, el 1-0 de Fluminense, tras un gran zurdazo de Martinelli que se metió en el ángulo superior izquierdo de Bono. La acción nació desde un centro del carrilero derecho Samuel Xavier, pero Joao Cancelo (¿desconcentrado o condicionado por el contexto?) pifió en su rechazo, tras la intención de evitar el tiro de esquina; la pelota le quedó a Fuentes que cedió el pase atrás para la gran resolución de Martinelli.
La polémica de la tarde se vio en el último minuto del primer tiempo. Danny Desmond Makkelie, el árbitro de Países Bajos, sancionó penal por un supuesto foul de Samuel Xavier sobre Marcos Leonardo. Lo llamó correctamente el VAR para demostrarle que estaba equivocado y, tras ver la imagen en el monitor, el juez principal modificó el fallo. Marcos Leonardo estuvo más cerca de recibir una amonestación por simular que de la infracción, pero iba a tener revancha.
En la segunda etapa pasó mucho más, desde el empate de Marcos Leonardo al mano a mano descomunal que Bono evitó con gran reacción ante Cano. Y como los cambios siempre le funcionan a Renato Portaluppi, DT del Flu, no extrañó que Hércules, el mismo que había sido clave para definir el partido ante Inter, aparezca en toda su dimensión para establecer el 2-1 con un derechazo cruzado. Cabeza dura, el reemplazante del amonestado Martinelli para el comienzo del segundo tiempo tuvo el mérito de ir a recuperar tras una pérdida en ataque y luego para direccionar al gol un cabezazo de Samuel Xavier (siempre determinante en los avances del conjunto brasileño).
Al Hilal luchó hasta el final y terminó tirando veinte centros al área de Fabio, el arquero de 44 años que sigue haciendo historia. Desde el experimentado guardameta construye su solidez, mientras arriba Fluminense tiene el gol repartido. En lo que va del certamen, el primero que convirtió por duplicado fue Hércules, pero después se habían anotado en la red Martinelli, Cano, Keno, Freytes, Nonato y Jhon Arias, el rebelde gambeteador al que llaman el “Pelé colombiano”. Con el valor de la experiencia y un plan táctico llevado adelante con inteligencia desde la visión de Renato Portaluppi, Flu se anima a soñar a lo grande. Más allá del poderío económico de los conjuntos europeos o asiáticos y con la certeza de que nunca será posible despegar a las emociones de un deporte llamado fútbol.
De un primer tiempo en donde casi no patearon al arco a una segunda etapa a pura emoción LA NACION