La historia detrás de los mensajes de la vicepresidenta en Instagram y el quiebre con la Casa Rosada

Con los mensajes que escribió en su cuenta personal de Instagram este sábado, en horas de la madrugada, Victorial Villarruel quebró la carcasa protocolar y la sonrisa en la que siempre se escuda y exhibió lo que verdaderamente piensa y siente sobre Javier Milei y su círculo. La vicepresidenta, como nunca antes, rompió con la Casa Rosada y criticó el rumbo del Gobierno, sin sutilezas. No solo defendió su accionar durante la última sesión en el Senado -en la que el oficialismo sufrió seis derrotas al hilo- sino que también criticó abiertamente al Presidente, a Karina Milei y a parte del entorno presidencial. Además, dejó en claro que no comparte la mirada que tiene el jefe de Estado sobre los proyectos para recomponer jubilaciones y declarar la emergencia en discapacidad.
“Si hay equilibrio [fiscal], entonces asistir a los más desprotegidos no debería ser tan terrible. El tema es que un jubilado no puede esperar y una discapacitada, menos. Que ahorre en viajes y en la SIDE, y listo”, respondió Villarruel a un comentario de Instagram. Una mirada opuesta a la que expresó Milei, que trató de “degenerados fiscales” a quienes apoyaron el proyecto previsional y el vinculado a discapacidad y dijo que los va a vetar.
La Casa Rosada no respondió, por ahora, de manera directa a los mensajes de la vicepresidenta en sus redes sociales. Cerca del Presidente se limitaron a decir: “Es muy bueno que se saque la careta así todos ven lo que nosotros vemos hace rato”.
Una figura importante del entorno presidencial agregó: “Finalmente confiesa que estaba de acuerdo con las leyes que salieron sancionadas el jueves. Ergo, no intentó ayudar a Milei”.
Qué pasó
Todo empezó el último jueves, cuando la Casa Rosada quiso que Villarruel no convalidara -mediante algún artilugio reglamentario- la sesión que se anticipaba muy negra para el Poder Ejecutivo. Tres funcionarios distintos de Balcarce 50 le escribieron a la vicepresidenta para pedirle que no habilitara la sesión, pero ella hizo caso omiso, alegando que no podía dejar de cumplir con su papel “institucional”, con el grueso de los bloques reclamando la votación. Esa misma noche, después de que La Libertad Avanza sufriera una catarata de derrotas, Milei habló en la Bolsa de Comercio y tildó de “traidora” a Villarruel, aunque sin nombrarla directamente.
Avaladas por el agravio que le dedicó el Presidente, las redes sociales mileístas se hicieron eco y salieron a acribillar a Villarruel. La trataron de “burra” y le dedicaron mensajes de odio. El usuario Traductor Te Ama, que fue retuiteado por el entorno de Milei, escribió: “Hace unos meses [el titular de Diputados] Martín Menem vio que no había quorum y que los kukas querían meter una sesión ilegal. Se levantó y la tuvieron adentro. Los kukas lo quisieron fajar pero Menem le puso una patada voladora en el pecho a Máximo [Kirchner] y listo. Eso tenía que hacer Villarruel”.
Varios usuarios que siguen a Villarruel en Instagram, a su vez, le dejaron comentarios cuestionando su actitud en la sesión del jueves. Este sábado, en las primeras horas de la madrugada, ella se ocupó de responderles. “Hay mucha gente sufriendo y ustedes viniendo a patotear a un vicepresidente por cumplir con su función”, se quejó.
En relación con Milei, respondió las críticas por supuestamente no acompañar al mandatario. “¿Un presidente que no puede ni saludar a una persona con la que llegó al poder? Hacele el reclamo a él, que yo la educación no la pierdo nunca”, marcó. En otro momento añadió: “Cuando el Presidente decida hablar y comportarse adultamente podré saber cuáles son sus políticas, dado que no me habla”.
Milei no volvió a cruzar a Villarruel. La réplica a su catarata de mensajes en Instagram quedó en manos de distintas figuras del elenco mileísta que salieron a apuntarle duramente en X. Santiago Oría reposteó mensajes en donde llamaban “Kukacruel” y la tildaban de “desagradecida”, “traidora” y “mentirosa”. Agustín Laje, director de la Fundación Faro, apuntó: “Villarruel se portó muy mal desde la campaña cuando hacía sus propios logos, caminatas y banderas. Yo hice las paces con ella, pero ya lo de ayer fue demasiado. Darle la razón a Mayans…”.
Lilia Lemoine, por su parte, le respondió directamente a Villarruel. La vice había dicho: “No sé por qué [Milei] no puso [de compañera de fórmula] a la hermana o a la Limones [sic]”. La diputada mileísta replicó: “Villarruel insinúa que haber sido candidata de Javier, el presidente más votado de Argentina, fue una suerte de castigo. Leo los comentarios en Instagram no solo por los errores ortográficos sino por el estilo, me cuesta pensar que los esté escribiendo sobria”.
Insinúa que haber sido candidata de Javier Milei, el presidente más votado de Argentina fue una suerte de castigo.
Leo los comentarios en IG y no solo por los errores ortográficos sino por el estilo, me cuesta pensar que los esté escribiendo sobria… pic.twitter.com/hBlVGfeREE
— Lilia Lemoine 🍋 (@lilialemoine) July 12, 2025
Cómo sigue
La nueva escalada entre Milei y Villarruel parece echar por tierra cualquier tipo de gestión coordinada entre la Casa Rosada y la presidencia del Senado. Cerca de la vice, luego del episodio en las redes, aclaraban que sus mensajes fueron “respuestas personales” de una cuenta -la de Instagram- que ella maneja sin un equipo de comunicación oficial Subrayaron, además, que durante la última sesión, “ella actuó desde su rol institucional” como titular de la Cámara alta. “Milei dijo que Guillermo Francos es el mejor jefe de Gabinete de la historia. Y el propio Francos dijo luego en entrevistas que Victoria cumplió con su rol”, argumentaron.
Quienes conocen bien a Villarruel aventuran que sus mensajes en Instagram no formaron parte de una acción política calculada para romper abiertamente con la Casa Rosada y que, probablemente, se trató de una reacción espontánea y personal, que se anticipó a cualquier plan. Hasta ahora, ella había resistido casi todas las embestidas sin mostrarse visceral. Pero esta vez fue distinto.
El cambio de actitud se enmarca, a su vez, en un reperfilamiento que, meses atrás, Villarruel hizo en su equipo de asesores. La vice cambió radicalmente a su círculo de colaboradores y aplicó drásticos cambios en el cuerpo de directores de la Cámara alta. Ella cambió a su equipo de comunicación, que estaba comandado por Gaspar Bosch, y corrió a Emilio Viramonte Olmos, exsecretario Administrativo del Senado y su principal asesor político. También apartó a Juan Martín Donato, que conducía la Oficina de Atención Ciudadana y era uno de sus principales asesores.
Ese grupo, que la acompañó en la primera etapa de la gestión, siempre intentó que Villarruel no rompiera abiertamente con La Libertad Avanza -que de todos modos la fue aislando y neutralizando desde el inicio de la gestión- y buscó sostener algún puente, por endeble que fuera, con la Casa Rosada, para evitar el aislamiento total.
Pero culminado el primer trimestre de este año, todos esos colaboradores fueron renunciando a sus cargos y fueron reemplazados. También dio un paso al costado su juventud, un grupo de militantes sub 30 que ocupaba distintos lugares en la Cámara alta conocidos como los “villarruelines”. Por un lado, Villarruel le dio lugar a militares retirados en las direcciones del Senado. Designó a Claudio Gallardo -compañero de armas del padre de la vicepresidenta- como director general de Seguridad del Senado y nombró como subdirector general de Auditoría y Control de Gestión a Juan Manuel Gestoso Presas, un militar retirado que fue acusado de intentar destruir pruebas en delitos de lesa humanidad.
La “pata militar”, además de asesorar a Villarruel en temas de seguridad e inteligencia, promueve el perfil nacionalista, patriótico y de reivindicación de las Fuerzas Armadas que viene exhibiendo la vice en las fechas patrias, en donde suele buscar protagonismo viajando a las provincias para participar de actos tradicionales.
Por otro lado, Villarruel reincorporó a su staff a Claudia Rucci. Volvií a designarla como titular del Directorio del Observatorio de Derechos Humanos del Senado, cargo que había dejado en diciembre. Rucci, que siempre promovió la construcción de un armado político para Villarruel, es el nexo de la vice con sectores del peronismo, sobre todo en la provincia de Buenos Aires. Por eso no sorprendió que en las últimas semanas Villarruel haya visitado localidades bonaerenses. Se reunió con el intendente de Chivilcoy, Guillermo Britos; y visitó Saladillo.
Nadie espera que Villarruel tenga un armado propio para este turno electoral, pero la duda está puesta en 2027. En el entorno de la vice aseguran que no hay un plan político en marcha. “Es ciencia ficción”, señalan.
La vicepresidenta, no obstante, sumó también a su primer anillo a Mario “Pato” Russo. Lo contrató en el Senado como Director General del Cuerpo de Asesores y en la práctica es su asesor político de confianza. Se trata de un consultor que trabajó con Milei al inicio de su campaña legislativa de 2021 y que luego el líder libertario desplazó para empoderar como estratega a Santiago Caputo. Russo fue quien propuso que Milei hiciera un tándem con Villarruel para combinar el perfil ultraliberal de él con el enfoque nacionalista de ella.
En la Casa Rosada sospechan que Villarruel quiere prepararse con un equipo porque cree que puede reemplazar a Milei en la primera magistratura. En el entorno presidencial, de todos modos, aseguran que no generan mayor nerviosismo los movimientos de la vice en pos de un armado político propio. Muy cerca del Presidente lanzaron: “No puede hacer daño porque no puede construir nada”.
Con los mensajes que escribió en su cuenta personal de Instagram este sábado, en horas de la madrugada, Victorial Villarruel quebró la carcasa protocolar y la sonrisa en la que siempre se escuda y exhibió lo que verdaderamente piensa y siente sobre Javier Milei y su círculo. La vicepresidenta, como nunca antes, rompió con la Casa Rosada y criticó el rumbo del Gobierno, sin sutilezas. No solo defendió su accionar durante la última sesión en el Senado -en la que el oficialismo sufrió seis derrotas al hilo- sino que también criticó abiertamente al Presidente, a Karina Milei y a parte del entorno presidencial. Además, dejó en claro que no comparte la mirada que tiene el jefe de Estado sobre los proyectos para recomponer jubilaciones y declarar la emergencia en discapacidad.
“Si hay equilibrio [fiscal], entonces asistir a los más desprotegidos no debería ser tan terrible. El tema es que un jubilado no puede esperar y una discapacitada, menos. Que ahorre en viajes y en la SIDE, y listo”, respondió Villarruel a un comentario de Instagram. Una mirada opuesta a la que expresó Milei, que trató de “degenerados fiscales” a quienes apoyaron el proyecto previsional y el vinculado a discapacidad y dijo que los va a vetar.
La Casa Rosada no respondió, por ahora, de manera directa a los mensajes de la vicepresidenta en sus redes sociales. Cerca del Presidente se limitaron a decir: “Es muy bueno que se saque la careta así todos ven lo que nosotros vemos hace rato”.
Una figura importante del entorno presidencial agregó: “Finalmente confiesa que estaba de acuerdo con las leyes que salieron sancionadas el jueves. Ergo, no intentó ayudar a Milei”.
Qué pasó
Todo empezó el último jueves, cuando la Casa Rosada quiso que Villarruel no convalidara -mediante algún artilugio reglamentario- la sesión que se anticipaba muy negra para el Poder Ejecutivo. Tres funcionarios distintos de Balcarce 50 le escribieron a la vicepresidenta para pedirle que no habilitara la sesión, pero ella hizo caso omiso, alegando que no podía dejar de cumplir con su papel “institucional”, con el grueso de los bloques reclamando la votación. Esa misma noche, después de que La Libertad Avanza sufriera una catarata de derrotas, Milei habló en la Bolsa de Comercio y tildó de “traidora” a Villarruel, aunque sin nombrarla directamente.
Avaladas por el agravio que le dedicó el Presidente, las redes sociales mileístas se hicieron eco y salieron a acribillar a Villarruel. La trataron de “burra” y le dedicaron mensajes de odio. El usuario Traductor Te Ama, que fue retuiteado por el entorno de Milei, escribió: “Hace unos meses [el titular de Diputados] Martín Menem vio que no había quorum y que los kukas querían meter una sesión ilegal. Se levantó y la tuvieron adentro. Los kukas lo quisieron fajar pero Menem le puso una patada voladora en el pecho a Máximo [Kirchner] y listo. Eso tenía que hacer Villarruel”.
Varios usuarios que siguen a Villarruel en Instagram, a su vez, le dejaron comentarios cuestionando su actitud en la sesión del jueves. Este sábado, en las primeras horas de la madrugada, ella se ocupó de responderles. “Hay mucha gente sufriendo y ustedes viniendo a patotear a un vicepresidente por cumplir con su función”, se quejó.
En relación con Milei, respondió las críticas por supuestamente no acompañar al mandatario. “¿Un presidente que no puede ni saludar a una persona con la que llegó al poder? Hacele el reclamo a él, que yo la educación no la pierdo nunca”, marcó. En otro momento añadió: “Cuando el Presidente decida hablar y comportarse adultamente podré saber cuáles son sus políticas, dado que no me habla”.
Milei no volvió a cruzar a Villarruel. La réplica a su catarata de mensajes en Instagram quedó en manos de distintas figuras del elenco mileísta que salieron a apuntarle duramente en X. Santiago Oría reposteó mensajes en donde llamaban “Kukacruel” y la tildaban de “desagradecida”, “traidora” y “mentirosa”. Agustín Laje, director de la Fundación Faro, apuntó: “Villarruel se portó muy mal desde la campaña cuando hacía sus propios logos, caminatas y banderas. Yo hice las paces con ella, pero ya lo de ayer fue demasiado. Darle la razón a Mayans…”.
Lilia Lemoine, por su parte, le respondió directamente a Villarruel. La vice había dicho: “No sé por qué [Milei] no puso [de compañera de fórmula] a la hermana o a la Limones [sic]”. La diputada mileísta replicó: “Villarruel insinúa que haber sido candidata de Javier, el presidente más votado de Argentina, fue una suerte de castigo. Leo los comentarios en Instagram no solo por los errores ortográficos sino por el estilo, me cuesta pensar que los esté escribiendo sobria”.
Insinúa que haber sido candidata de Javier Milei, el presidente más votado de Argentina fue una suerte de castigo.
Leo los comentarios en IG y no solo por los errores ortográficos sino por el estilo, me cuesta pensar que los esté escribiendo sobria… pic.twitter.com/hBlVGfeREE
— Lilia Lemoine 🍋 (@lilialemoine) July 12, 2025
Cómo sigue
La nueva escalada entre Milei y Villarruel parece echar por tierra cualquier tipo de gestión coordinada entre la Casa Rosada y la presidencia del Senado. Cerca de la vice, luego del episodio en las redes, aclaraban que sus mensajes fueron “respuestas personales” de una cuenta -la de Instagram- que ella maneja sin un equipo de comunicación oficial Subrayaron, además, que durante la última sesión, “ella actuó desde su rol institucional” como titular de la Cámara alta. “Milei dijo que Guillermo Francos es el mejor jefe de Gabinete de la historia. Y el propio Francos dijo luego en entrevistas que Victoria cumplió con su rol”, argumentaron.
Quienes conocen bien a Villarruel aventuran que sus mensajes en Instagram no formaron parte de una acción política calculada para romper abiertamente con la Casa Rosada y que, probablemente, se trató de una reacción espontánea y personal, que se anticipó a cualquier plan. Hasta ahora, ella había resistido casi todas las embestidas sin mostrarse visceral. Pero esta vez fue distinto.
El cambio de actitud se enmarca, a su vez, en un reperfilamiento que, meses atrás, Villarruel hizo en su equipo de asesores. La vice cambió radicalmente a su círculo de colaboradores y aplicó drásticos cambios en el cuerpo de directores de la Cámara alta. Ella cambió a su equipo de comunicación, que estaba comandado por Gaspar Bosch, y corrió a Emilio Viramonte Olmos, exsecretario Administrativo del Senado y su principal asesor político. También apartó a Juan Martín Donato, que conducía la Oficina de Atención Ciudadana y era uno de sus principales asesores.
Ese grupo, que la acompañó en la primera etapa de la gestión, siempre intentó que Villarruel no rompiera abiertamente con La Libertad Avanza -que de todos modos la fue aislando y neutralizando desde el inicio de la gestión- y buscó sostener algún puente, por endeble que fuera, con la Casa Rosada, para evitar el aislamiento total.
Pero culminado el primer trimestre de este año, todos esos colaboradores fueron renunciando a sus cargos y fueron reemplazados. También dio un paso al costado su juventud, un grupo de militantes sub 30 que ocupaba distintos lugares en la Cámara alta conocidos como los “villarruelines”. Por un lado, Villarruel le dio lugar a militares retirados en las direcciones del Senado. Designó a Claudio Gallardo -compañero de armas del padre de la vicepresidenta- como director general de Seguridad del Senado y nombró como subdirector general de Auditoría y Control de Gestión a Juan Manuel Gestoso Presas, un militar retirado que fue acusado de intentar destruir pruebas en delitos de lesa humanidad.
La “pata militar”, además de asesorar a Villarruel en temas de seguridad e inteligencia, promueve el perfil nacionalista, patriótico y de reivindicación de las Fuerzas Armadas que viene exhibiendo la vice en las fechas patrias, en donde suele buscar protagonismo viajando a las provincias para participar de actos tradicionales.
Por otro lado, Villarruel reincorporó a su staff a Claudia Rucci. Volvií a designarla como titular del Directorio del Observatorio de Derechos Humanos del Senado, cargo que había dejado en diciembre. Rucci, que siempre promovió la construcción de un armado político para Villarruel, es el nexo de la vice con sectores del peronismo, sobre todo en la provincia de Buenos Aires. Por eso no sorprendió que en las últimas semanas Villarruel haya visitado localidades bonaerenses. Se reunió con el intendente de Chivilcoy, Guillermo Britos; y visitó Saladillo.
Nadie espera que Villarruel tenga un armado propio para este turno electoral, pero la duda está puesta en 2027. En el entorno de la vice aseguran que no hay un plan político en marcha. “Es ciencia ficción”, señalan.
La vicepresidenta, no obstante, sumó también a su primer anillo a Mario “Pato” Russo. Lo contrató en el Senado como Director General del Cuerpo de Asesores y en la práctica es su asesor político de confianza. Se trata de un consultor que trabajó con Milei al inicio de su campaña legislativa de 2021 y que luego el líder libertario desplazó para empoderar como estratega a Santiago Caputo. Russo fue quien propuso que Milei hiciera un tándem con Villarruel para combinar el perfil ultraliberal de él con el enfoque nacionalista de ella.
En la Casa Rosada sospechan que Villarruel quiere prepararse con un equipo porque cree que puede reemplazar a Milei en la primera magistratura. En el entorno presidencial, de todos modos, aseguran que no generan mayor nerviosismo los movimientos de la vice en pos de un armado político propio. Muy cerca del Presidente lanzaron: “No puede hacer daño porque no puede construir nada”.
La trama de los comentarios personales que hizo en la madrugada del sábado; “es bueno que se saque la careta”, dijeron en el Gobierno; la embestida del mileísmo; el nuevo equipo político de la jefa del Senado LA NACION