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martes, julio 15, 2025
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Escándalo: un reconocido laboratorio intimó a dos funcionarios del Gobierno por la importación de una vacuna antiaftosa

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Un nuevo escándalo se desató en el Senasa, después de que el laboratorio Biogénesis Bagó le mandara una carta documento al presidente del organismo sanitario, Pablo Cortese, y le exigiera brindar información sobre la aprobación de ingreso de 8300 dosis de la vacuna antiaftosa “Ourovac aftosa Biv”, provenientes del laboratorio Ourofino de Brasil e importadas por Tecnovax SA. La intimación también alcanzó al secretario de Agricultura, Sergio Iraeta, a quien también reclamaron brindar informes sobre los procedimientos de aprobación y sumarios administrativos para investigar eventuales incumplimientos de deberes de sus funcionarios. La firma alertó que iniciarán acciones legales si no se actúa conforme a la ley. Desde el Senasa, por su parte, aclararon a LA NACION que las dosis fueron destruidas en el momento de la llegada a Ezeiza.

Milei irá a la Rural: la Mesa de Enlace ya palpita la reunión de mañana y suma otros temas junto a las retenciones

Cuando en mayo pasado el Gobierno aprobó, a través de la resolución 333/2025, el ingreso de kits, medicamentos y vacunas veterinarias para uso exclusivamente veterinario provenientes de países con “estándares equivalentes”, el sector reaccionó con opiniones encontradas a la decisión del Ejecutivo. Pocos días después, las autoridades hicieron una rectificación exprés con la resolución 338/2025 para agregar a Brasil, dentro del listado de los países autorizados, dado que había quedado afuera.

De la carta documento y las intimaciones enviadas a los dos funcionarios del gobierno de Javier Milei se desprende que hubo dos ingresos de vacunas al país, con vencimiento el 15 de agosto próximo. El primero fue el 6 de diciembre de 2024 con: 50 frascos de 10 dosis, 50 frascos de 25 dosis, 50 frascos de 50 dosis, con un total de 4250 dosis. El segundo ingreso fue el 13 de diciembre de 2024 con 70 frascos de 10 dosis, 58 frascos de 25 dosis, 38 frascos de 50 dosis, cuyo envío representaba 4050 dosis. El importador era Tecnovax SA, con la marca Ourovac aftosa bivalente. El laboratorio Ourofino tenía a diciembre último presuntamente suspendida la habilitación sanitaria.

Desde Biogénesis Bagó dijeron a LA NACION que el objetivo de la carta documento al presidente de Senasa es para que informe si en efecto ingresaron vacunas del exterior sin ningún tipo de control. En virtud de que no hay hasta la fecha ningún laboratorio extranjero que haya sido auditado por el Senasa, como indica la norma vigente que debe hacerse para el ingreso de vacuna antiaftosa desde el exterior. Señalaron que es importante que la autoridad sanitaria se expida al respecto y, en caso afirmativo, que pueda explicar qué destino tuvieron las dosis.

Desde Tecnovax aclararon que “no hizo nunca una importación que no tuviera la autorización correspondiente y, como siempre, cumple las normativas vigentes. Todo lo actuado se hizo cumpliendo la ley, como corresponde, y con las autorizaciones de los organismos correspondientes”.

Ante una consulta de LA NACION, en el Senasa respondieron que la autorización para el ingreso de las vacunas al país se dio a partir de una nota de mérito y conveniencia firmada por Cortese. En el Senasa informaron que se presentará toda la documentación que sea requerida por el Poder Judicial para esclarecer los hechos. También indicaron que las 8300 dosis habían llegado al aeropuerto de Ezeiza, pero no pudieron ser habilitadas debido a que incumplían con la legislación sanitaria vigente. Ante esta situación, y bajo custodia, fueron retiradas por el laboratorio junto a personal del Senasa para su posterior destrucción. Las muestras no fueron autorizadas para su uso y finalmente fueron descartadas.

Qué dice la carta

“Por medio de la presente lo intimamos formalmente a brindar información detallada sobre las acciones adoptadas frente a dichas operaciones, las cuales habrían sido llevadas a cabo en contradicción con la normativa vigente, normativa que es de orden público e interés nacional“, justificaron en Biogénesis.

Agregaron que las firmas importadoras deben estar habilitadas por el Senasa y deben cumplir con las exigencias vigentes en el país y en origen. “El importador incluso tiene el deber de comunicar a Senasa cualquier suspensión de actividad total o parcial por parte de la autoridad sanitaria oficial del país de origen″, dijeron.

Afirman que “no se habrían cumplido la totalidad de los controles y regulaciones vigentes”. Dijeron que el Laboratorio Ourofino tiene suspendida la producción de sus vacunas y no contaba ni cuenta con habilitación vigente de la autoridad sanitaria brasileña. Por ende, “las importaciones constituirían infracciones a la normativa vigente pasibles de todas las sanciones”.

Por eso, intimaron a ambos funcionarios a informar: qué controles realizó o está realizando el Senasa sobre las importaciones de vacunas Ourovac-Tecnovax; si se iniciaron sanciones contra las empresas involucradas; si se abrieron sumarios internos por posibles incumplimientos de deberes por parte del personal del organismo; y qué medidas se adoptaron para resguardar la sanidad animal y el comercio internacional, en cumplimiento de la normativa vigente. “Hacemos reserva de iniciar las acciones legales y/o de efectuar las presentaciones judiciales que correspondan frente a los graves hechos ocurridos con relación a las importaciones Ourovac Tecnovax”, sintetizaron.

LA NACION también intentó tener la versión de la Secretaría de Agricultura, para saber el accionar de la cartera agrícola. Sin embargo, aclararon que la respuesta la daría el Senasa.

Como publicó este medio hace unos meses, Tecnovax solicitó en noviembre de 2024 la importación de ese lote desde el laboratorio Ourofino en carácter de lote piloto y no con fines comerciales. En ese contexto, la vacuna pretendía avanzar en el registro local bajo el expediente EX-2024-72805989.

La negativa para que Brasil quedara al margen de la apertura se debía a un informe técnico al que tuvo acceso LA NACION, con fecha de 4 de febrero, en donde el Senasa rechazó la continuidad de pruebas sobre la vacuna antiaftosa Ourovac (serie 0001/23), importada por Tecnovax desde Brasil, tras detectar que el producto no cumple con los requisitos de estabilidad térmica exigidos por la normativa argentina. Durante los controles técnicos realizados entre diciembre de 2024 y enero de 2025, el laboratorio constató la ruptura total de la emulsión a 37°C, lo que inhabilitaba el lote para avanzar en su proceso de registro y continuar la etapa de prueba. Conforme con la prueba Elisa, la vacuna no dio la potencia necesaria, según los requerimientos del Senasa, y por eso fue denegada.

Un nuevo escándalo se desató en el Senasa, después de que el laboratorio Biogénesis Bagó le mandara una carta documento al presidente del organismo sanitario, Pablo Cortese, y le exigiera brindar información sobre la aprobación de ingreso de 8300 dosis de la vacuna antiaftosa “Ourovac aftosa Biv”, provenientes del laboratorio Ourofino de Brasil e importadas por Tecnovax SA. La intimación también alcanzó al secretario de Agricultura, Sergio Iraeta, a quien también reclamaron brindar informes sobre los procedimientos de aprobación y sumarios administrativos para investigar eventuales incumplimientos de deberes de sus funcionarios. La firma alertó que iniciarán acciones legales si no se actúa conforme a la ley. Desde el Senasa, por su parte, aclararon a LA NACION que las dosis fueron destruidas en el momento de la llegada a Ezeiza.

Milei irá a la Rural: la Mesa de Enlace ya palpita la reunión de mañana y suma otros temas junto a las retenciones

Cuando en mayo pasado el Gobierno aprobó, a través de la resolución 333/2025, el ingreso de kits, medicamentos y vacunas veterinarias para uso exclusivamente veterinario provenientes de países con “estándares equivalentes”, el sector reaccionó con opiniones encontradas a la decisión del Ejecutivo. Pocos días después, las autoridades hicieron una rectificación exprés con la resolución 338/2025 para agregar a Brasil, dentro del listado de los países autorizados, dado que había quedado afuera.

De la carta documento y las intimaciones enviadas a los dos funcionarios del gobierno de Javier Milei se desprende que hubo dos ingresos de vacunas al país, con vencimiento el 15 de agosto próximo. El primero fue el 6 de diciembre de 2024 con: 50 frascos de 10 dosis, 50 frascos de 25 dosis, 50 frascos de 50 dosis, con un total de 4250 dosis. El segundo ingreso fue el 13 de diciembre de 2024 con 70 frascos de 10 dosis, 58 frascos de 25 dosis, 38 frascos de 50 dosis, cuyo envío representaba 4050 dosis. El importador era Tecnovax SA, con la marca Ourovac aftosa bivalente. El laboratorio Ourofino tenía a diciembre último presuntamente suspendida la habilitación sanitaria.

Desde Biogénesis Bagó dijeron a LA NACION que el objetivo de la carta documento al presidente de Senasa es para que informe si en efecto ingresaron vacunas del exterior sin ningún tipo de control. En virtud de que no hay hasta la fecha ningún laboratorio extranjero que haya sido auditado por el Senasa, como indica la norma vigente que debe hacerse para el ingreso de vacuna antiaftosa desde el exterior. Señalaron que es importante que la autoridad sanitaria se expida al respecto y, en caso afirmativo, que pueda explicar qué destino tuvieron las dosis.

Desde Tecnovax aclararon que “no hizo nunca una importación que no tuviera la autorización correspondiente y, como siempre, cumple las normativas vigentes. Todo lo actuado se hizo cumpliendo la ley, como corresponde, y con las autorizaciones de los organismos correspondientes”.

Ante una consulta de LA NACION, en el Senasa respondieron que la autorización para el ingreso de las vacunas al país se dio a partir de una nota de mérito y conveniencia firmada por Cortese. En el Senasa informaron que se presentará toda la documentación que sea requerida por el Poder Judicial para esclarecer los hechos. También indicaron que las 8300 dosis habían llegado al aeropuerto de Ezeiza, pero no pudieron ser habilitadas debido a que incumplían con la legislación sanitaria vigente. Ante esta situación, y bajo custodia, fueron retiradas por el laboratorio junto a personal del Senasa para su posterior destrucción. Las muestras no fueron autorizadas para su uso y finalmente fueron descartadas.

Qué dice la carta

“Por medio de la presente lo intimamos formalmente a brindar información detallada sobre las acciones adoptadas frente a dichas operaciones, las cuales habrían sido llevadas a cabo en contradicción con la normativa vigente, normativa que es de orden público e interés nacional“, justificaron en Biogénesis.

Agregaron que las firmas importadoras deben estar habilitadas por el Senasa y deben cumplir con las exigencias vigentes en el país y en origen. “El importador incluso tiene el deber de comunicar a Senasa cualquier suspensión de actividad total o parcial por parte de la autoridad sanitaria oficial del país de origen″, dijeron.

Afirman que “no se habrían cumplido la totalidad de los controles y regulaciones vigentes”. Dijeron que el Laboratorio Ourofino tiene suspendida la producción de sus vacunas y no contaba ni cuenta con habilitación vigente de la autoridad sanitaria brasileña. Por ende, “las importaciones constituirían infracciones a la normativa vigente pasibles de todas las sanciones”.

Por eso, intimaron a ambos funcionarios a informar: qué controles realizó o está realizando el Senasa sobre las importaciones de vacunas Ourovac-Tecnovax; si se iniciaron sanciones contra las empresas involucradas; si se abrieron sumarios internos por posibles incumplimientos de deberes por parte del personal del organismo; y qué medidas se adoptaron para resguardar la sanidad animal y el comercio internacional, en cumplimiento de la normativa vigente. “Hacemos reserva de iniciar las acciones legales y/o de efectuar las presentaciones judiciales que correspondan frente a los graves hechos ocurridos con relación a las importaciones Ourovac Tecnovax”, sintetizaron.

LA NACION también intentó tener la versión de la Secretaría de Agricultura, para saber el accionar de la cartera agrícola. Sin embargo, aclararon que la respuesta la daría el Senasa.

Como publicó este medio hace unos meses, Tecnovax solicitó en noviembre de 2024 la importación de ese lote desde el laboratorio Ourofino en carácter de lote piloto y no con fines comerciales. En ese contexto, la vacuna pretendía avanzar en el registro local bajo el expediente EX-2024-72805989.

La negativa para que Brasil quedara al margen de la apertura se debía a un informe técnico al que tuvo acceso LA NACION, con fecha de 4 de febrero, en donde el Senasa rechazó la continuidad de pruebas sobre la vacuna antiaftosa Ourovac (serie 0001/23), importada por Tecnovax desde Brasil, tras detectar que el producto no cumple con los requisitos de estabilidad térmica exigidos por la normativa argentina. Durante los controles técnicos realizados entre diciembre de 2024 y enero de 2025, el laboratorio constató la ruptura total de la emulsión a 37°C, lo que inhabilitaba el lote para avanzar en su proceso de registro y continuar la etapa de prueba. Conforme con la prueba Elisa, la vacuna no dio la potencia necesaria, según los requerimientos del Senasa, y por eso fue denegada.

 Biogénesis Bagó les exige al presidente del Senasa, Pablo Cortese, y el secretario de Agricultura, Sergio Iraeta, información sobre un supuesto ingreso irregular desde Brasil  LA NACION