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domingo, agosto 10, 2025
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“Al borde del colapso”: rumores de sucesión en la región de Rusia que podría poner en jaque al gobierno de Putin

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Ramzan Kadyrov ha gobernado Chechenia con mano de hierro durante casi dos décadas, lo que aportó estabilidad a una región históricamente conflictiva para el Kremlin y lo convirtió en una pieza clave de la estructura de poder del presidente ruso Vladimir Putin. Su repentina desaparición del ojo público despierta interrogantes sobre su sucesión, en medio de sospechas acerca de su estado de salud.

En caso de que el hombre fuerte de Putin no pueda seguir gobernando, la región del sur de Rusia se enfrenta a una peligrosa transición, con la posibilidad de una nueva insurgencia armada, como la que conoció en sus dos guerras independentistas o en los atentados de este siglo que le valieron al mandatario del Kremlin su fama de sangre fría.

Entre los candidatos a suceder al dictador se encuentran Apti Alaudinov, un alto cargo de seguridad checheno nombrado por el propio Putin; Magomed Daudov, aliado histórico de Kadyrov que preside a menudo actos de alto nivel en su ausencia; y el hijo de 17 años del líder checheno, Adam Kadyrov.

En medio de la invasión a Ucrania, que ya supera los tres años, y con Europa que avanza en acuerdos para fortalecer la cooperación entre sus ejércitos, un conflicto interno es lo que menos necesita el presidente ruso.

Un dictador fuera de la norma

Kadyrov, de 48 años, es distinto a otros líderes regionales. Goza de una autonomía privilegiada que le permitió, entre otras cosas, imponer estrictas normas islámicas en una de las pocas zonas del país donde los rusos musulmanes son mayoría y mantener relaciones diplomáticas directas con varias de las monarquías petroleras del Golfo árabe.

Esta particularidad no es una casualidad. Luego de las guerras independentistas chechenas de 1994 y 1999, el modo que encontró Putin para replegar la región bajo su control fue dotando a una figura local de una independencia informal y tutelada.

Basado en este margen de maniobra, Kadyrov transformó Chechenia “en un pseudo-Estado islámico, desde donde el protegido del Kremlin lanza amenazas contra el mundo civilizado”, dijo en diálogo con LA NACION una periodista chechena exiliada, quien prefirió hablar bajo condición de anonimato por miedo a represalias contra su persona y su familia, la que aún vive bajo la dictadura.

“La situación en Chechenia está al borde del colapso. En caso de retirada de las tropas rusas, existe un alto riesgo de represalias, lo que podría sumergir a la región en un nuevo ciclo de masacres”, agregó la periodista.

Sospechas de enfermedad

El medio independiente ruso Novaya Gazeta Europa denuncia desde hace años que el líder autocrático fue diagnosticado en enero de 2019 con necrosis pancreática, una grave complicación de la pancreatitis aguda.

Por entonces, Kadyrov se tomó una licencia y dijo que se encontraba “temporalmente incapacitado para trabajar” por problemas de salud, lo que permitió que los rumores continuaran de forma esporádica en la prensa independiente y diferentes canales anónimos de Telegram.

En abril de 2024, Kadyrov intentó acallar las especulaciones con un video en el que aparecía realizando ejercicio, pero en 2025 Novaya Gazeta volvió a informar sobre un drástico deterioro en la salud del líder.

Video de ejercicio difundido por Ramzan Kadyrov

En mayo de este año, Kadyrov expresó públicamente su deseo de dejar el cargo, al señalar que “otra persona aportaría nuevas ideas y visiones”. Sin embargo, pocos días después publicó en Telegram un video en el que afirmaba que nadie le quitaría “ni un solo día” en el poder.

En las imágenes, difundidas el 26 de mayo, se lo veía mientras una voz en off señalaba: “Cada vez escucho más chismes sobre mi enfermedad. Pero la enfermedad y la muerte son el camino de todos”. El líder agregó que “ni la enfermedad ni las amenazas pueden acortar la vida” y que “su duración la determina únicamente quien dio el aliento”.

Video difundido por el canal de Telegram de Ramzan Kadyrov

“Pueden seguir murmurando sin valor, escondiéndose en el extranjero como ratones. Esa es su naturaleza”, sentenció Kadyrov.

Desde entonces, no hubo apariciones públicas del dictador checheno hasta el jueves, cuando se dejo ver en una reunión en el Kremlin junto con el presidente de los Emiratos Árabes Unidos, el jeque Mohamed bin Zayed Al Nahyan.

Posibles sucesores

Entre los posibles sucesores figura su hijo Adam Kadyrov, nombrado en 2025 secretario del Consejo de Seguridad de Chechenia y representante de su padre ante el Ministerio del Interior regional, en lo que parece ser un intento de acelerar una eventual transición dinástica. El adolescente ha recibido dos medallas en apenas diez días —entre ellas la de “Mérito de Combate” de la Guardia Nacional de Rusia— y fue felicitado por su reciente boda por el propio Putin.

Sin embargo, la ley rusa exige que los dirigentes regionales tengan al menos 30 años, lo que pone en duda sus perspectivas como sucesor, al menos en el futuro cercano.

En 2023, el hijo del dictador quedó bajo escrutinio público tras golpear a un detenido en un centro de reclusión de Grozni, acusado de quemar el Corán. Después del incidente, su padre difundió el video en Telegram y elogió la actitud del joven Kadyrov: “Hizo lo correcto”, afirmó Ramzan.

Magomed Daudov, por su parte, es uno de los más antiguos aliados de Kadyrov y otro posible sucesor, que adquirió notoriedad mundial en 2017 por liderar una purga contra las personas homosexuales en la región. En mayo de 2024, Daudov fue nombrado primer ministro de Chechenia.

Los expertos aseguran que maneja desde hace años las actividades del régimen, forjándose una reputación de brutalidad incluso entre los kadyrovtsy, la milicia personal que Kadyrov formó en su ascenso al poder.

No obstante, muchos en Moscú desconfían abiertamente del antiguo aliado, lo que reduce significativamente sus posibilidades de ascenso al poder.

“Kadyrov no detenta ningún poder real en la República Chechena (…). Todas las decisiones se toman en Moscú, y en Grozni sólo se simula una autonomía política”, dijo la periodista chechena, por lo que cabría esperar que la decisión final caiga en manos del Kremlin.

De ser así, y considerando que Rusia pretende retomar el control total de la región eliminando la autonomía relativa de la que goza Kadyrov, el preferido del Kremlin parece ser Apti Alaudinov, nombrado “Héroe de Rusia” por sus servicios en la guerra en Ucrania.

La carrera del militar de 51 años despegó después de convertirse en uno de los principales oradores de la televisión rusa, al graduarse de la Academia del Estado Mayor General de Rusia en febrero de 2024.

Tras negociar la incorporación a las fuerzas especiales chechenas de lo que quedaba del Grupo Wagner, la compañía paramilitar liderada por Yevgeny Prigozhin que se rebeló contra el Kremlin en 2023, Alaudinov fue nombrado en abril de 2024 subdirector del Departamento de Trabajo Político-Militar del Ministerio de Defensa ruso, donde organiza la “propaganda y agitación político-militar”.

Entre los tres candidatos, “él [Alaudinov] es quien podría tomar el poder en Chechenia”, dijo a LA NACION Evgeny Romanovsky, especialista en política del Cáucaso asociado al Wilson Center de Washington, DC.

“[Magomed] Daudov es simplemente un tipo leal, pero tiene muy poco conocimiento de la política federal. No conoce mucha gente fuera de Chechenia, mientras que Alaudinov tiene más conexiones a nivel federal y siempre ha sido leal al gobierno del Kremlin”, explicó el experto.

¿Qué implica para Putin?

“Chechenia sigue siendo la piedra angular de la legitimidad de Putin”, dijo a LA NACION Harold Chambers, especialista en el Cáucaso, miembro del centro de investigación norteamericano Jamestown Foundation.

Esto se debe a que el exdirector del Servicio Federal de Seguridad (FSB) ruso utilizó la segunda guerra contra el separatismo checheno para consolidar finalmente su lugar al mando del Kremlin.

Putin, nombrado primer ministro en agosto de 1999, aprovechó la situación para presentarse como un líder fuerte e hizo de la caza de los responsables de una serie de atentados a edificios residenciales de Moscú ese mismo año un lema de campaña.

Después de la guerra, el Kremlin decidió asegurarse la estabilidad en la región nombrando a Ajmat Kadyrov al mando de Chechenia, sucedido luego por su hijo, y comprando la lealtad de la familia con un fuerte gasto público, dejando el modo de gobernar la región de 1,5 millones de habitantes a total disposición de los Kadyrov.

El miedo por la insurgencia armada chechena resurgió en 2010 tras una nueva secuencia de atentados contra la capital rusa, en los que murieron decenas de civiles en las explosiones de dos estaciones de subterráneo.

Por entonces, Putin prometió aniquilar a los terroristas y dio rienda suelta a Ramzan Kadyrov, nombrado Jefe de la República en 2007, para utilizar todo tipo de violencia en su territorio.

Ahora, con la posibilidad de una salida definitiva de la familia Kadyrov del escenario checheno, el resurgimiento de grupos armados separatistas es una posibilidad real.

En caso de no ser controlado por el Kremlin, “el riesgo de un nuevo foco de radicalización tipo ‘Daesh 2′ en el Cáucaso Norte es real”, dijo la periodista chechena en referencia a la rama de Estado Islámico que fue derrotada territorialmente en gran parte de Irak y Siria en 2017, pero sigue contando con células y grupos afiliados en diversas regiones del mundo.

“Es un escenario muy posible que no solo afectará a Chechenia y a la región, o a toda Rusia, sino que incluso podría impactar a los vecinos occidentales”, estimó Romanovsky.

Ramzan Kadyrov ha gobernado Chechenia con mano de hierro durante casi dos décadas, lo que aportó estabilidad a una región históricamente conflictiva para el Kremlin y lo convirtió en una pieza clave de la estructura de poder del presidente ruso Vladimir Putin. Su repentina desaparición del ojo público despierta interrogantes sobre su sucesión, en medio de sospechas acerca de su estado de salud.

En caso de que el hombre fuerte de Putin no pueda seguir gobernando, la región del sur de Rusia se enfrenta a una peligrosa transición, con la posibilidad de una nueva insurgencia armada, como la que conoció en sus dos guerras independentistas o en los atentados de este siglo que le valieron al mandatario del Kremlin su fama de sangre fría.

Entre los candidatos a suceder al dictador se encuentran Apti Alaudinov, un alto cargo de seguridad checheno nombrado por el propio Putin; Magomed Daudov, aliado histórico de Kadyrov que preside a menudo actos de alto nivel en su ausencia; y el hijo de 17 años del líder checheno, Adam Kadyrov.

En medio de la invasión a Ucrania, que ya supera los tres años, y con Europa que avanza en acuerdos para fortalecer la cooperación entre sus ejércitos, un conflicto interno es lo que menos necesita el presidente ruso.

Un dictador fuera de la norma

Kadyrov, de 48 años, es distinto a otros líderes regionales. Goza de una autonomía privilegiada que le permitió, entre otras cosas, imponer estrictas normas islámicas en una de las pocas zonas del país donde los rusos musulmanes son mayoría y mantener relaciones diplomáticas directas con varias de las monarquías petroleras del Golfo árabe.

Esta particularidad no es una casualidad. Luego de las guerras independentistas chechenas de 1994 y 1999, el modo que encontró Putin para replegar la región bajo su control fue dotando a una figura local de una independencia informal y tutelada.

Basado en este margen de maniobra, Kadyrov transformó Chechenia “en un pseudo-Estado islámico, desde donde el protegido del Kremlin lanza amenazas contra el mundo civilizado”, dijo en diálogo con LA NACION una periodista chechena exiliada, quien prefirió hablar bajo condición de anonimato por miedo a represalias contra su persona y su familia, la que aún vive bajo la dictadura.

“La situación en Chechenia está al borde del colapso. En caso de retirada de las tropas rusas, existe un alto riesgo de represalias, lo que podría sumergir a la región en un nuevo ciclo de masacres”, agregó la periodista.

Sospechas de enfermedad

El medio independiente ruso Novaya Gazeta Europa denuncia desde hace años que el líder autocrático fue diagnosticado en enero de 2019 con necrosis pancreática, una grave complicación de la pancreatitis aguda.

Por entonces, Kadyrov se tomó una licencia y dijo que se encontraba “temporalmente incapacitado para trabajar” por problemas de salud, lo que permitió que los rumores continuaran de forma esporádica en la prensa independiente y diferentes canales anónimos de Telegram.

En abril de 2024, Kadyrov intentó acallar las especulaciones con un video en el que aparecía realizando ejercicio, pero en 2025 Novaya Gazeta volvió a informar sobre un drástico deterioro en la salud del líder.

Video de ejercicio difundido por Ramzan Kadyrov

En mayo de este año, Kadyrov expresó públicamente su deseo de dejar el cargo, al señalar que “otra persona aportaría nuevas ideas y visiones”. Sin embargo, pocos días después publicó en Telegram un video en el que afirmaba que nadie le quitaría “ni un solo día” en el poder.

En las imágenes, difundidas el 26 de mayo, se lo veía mientras una voz en off señalaba: “Cada vez escucho más chismes sobre mi enfermedad. Pero la enfermedad y la muerte son el camino de todos”. El líder agregó que “ni la enfermedad ni las amenazas pueden acortar la vida” y que “su duración la determina únicamente quien dio el aliento”.

Video difundido por el canal de Telegram de Ramzan Kadyrov

“Pueden seguir murmurando sin valor, escondiéndose en el extranjero como ratones. Esa es su naturaleza”, sentenció Kadyrov.

Desde entonces, no hubo apariciones públicas del dictador checheno hasta el jueves, cuando se dejo ver en una reunión en el Kremlin junto con el presidente de los Emiratos Árabes Unidos, el jeque Mohamed bin Zayed Al Nahyan.

Posibles sucesores

Entre los posibles sucesores figura su hijo Adam Kadyrov, nombrado en 2025 secretario del Consejo de Seguridad de Chechenia y representante de su padre ante el Ministerio del Interior regional, en lo que parece ser un intento de acelerar una eventual transición dinástica. El adolescente ha recibido dos medallas en apenas diez días —entre ellas la de “Mérito de Combate” de la Guardia Nacional de Rusia— y fue felicitado por su reciente boda por el propio Putin.

Sin embargo, la ley rusa exige que los dirigentes regionales tengan al menos 30 años, lo que pone en duda sus perspectivas como sucesor, al menos en el futuro cercano.

En 2023, el hijo del dictador quedó bajo escrutinio público tras golpear a un detenido en un centro de reclusión de Grozni, acusado de quemar el Corán. Después del incidente, su padre difundió el video en Telegram y elogió la actitud del joven Kadyrov: “Hizo lo correcto”, afirmó Ramzan.

Magomed Daudov, por su parte, es uno de los más antiguos aliados de Kadyrov y otro posible sucesor, que adquirió notoriedad mundial en 2017 por liderar una purga contra las personas homosexuales en la región. En mayo de 2024, Daudov fue nombrado primer ministro de Chechenia.

Los expertos aseguran que maneja desde hace años las actividades del régimen, forjándose una reputación de brutalidad incluso entre los kadyrovtsy, la milicia personal que Kadyrov formó en su ascenso al poder.

No obstante, muchos en Moscú desconfían abiertamente del antiguo aliado, lo que reduce significativamente sus posibilidades de ascenso al poder.

“Kadyrov no detenta ningún poder real en la República Chechena (…). Todas las decisiones se toman en Moscú, y en Grozni sólo se simula una autonomía política”, dijo la periodista chechena, por lo que cabría esperar que la decisión final caiga en manos del Kremlin.

De ser así, y considerando que Rusia pretende retomar el control total de la región eliminando la autonomía relativa de la que goza Kadyrov, el preferido del Kremlin parece ser Apti Alaudinov, nombrado “Héroe de Rusia” por sus servicios en la guerra en Ucrania.

La carrera del militar de 51 años despegó después de convertirse en uno de los principales oradores de la televisión rusa, al graduarse de la Academia del Estado Mayor General de Rusia en febrero de 2024.

Tras negociar la incorporación a las fuerzas especiales chechenas de lo que quedaba del Grupo Wagner, la compañía paramilitar liderada por Yevgeny Prigozhin que se rebeló contra el Kremlin en 2023, Alaudinov fue nombrado en abril de 2024 subdirector del Departamento de Trabajo Político-Militar del Ministerio de Defensa ruso, donde organiza la “propaganda y agitación político-militar”.

Entre los tres candidatos, “él [Alaudinov] es quien podría tomar el poder en Chechenia”, dijo a LA NACION Evgeny Romanovsky, especialista en política del Cáucaso asociado al Wilson Center de Washington, DC.

“[Magomed] Daudov es simplemente un tipo leal, pero tiene muy poco conocimiento de la política federal. No conoce mucha gente fuera de Chechenia, mientras que Alaudinov tiene más conexiones a nivel federal y siempre ha sido leal al gobierno del Kremlin”, explicó el experto.

¿Qué implica para Putin?

“Chechenia sigue siendo la piedra angular de la legitimidad de Putin”, dijo a LA NACION Harold Chambers, especialista en el Cáucaso, miembro del centro de investigación norteamericano Jamestown Foundation.

Esto se debe a que el exdirector del Servicio Federal de Seguridad (FSB) ruso utilizó la segunda guerra contra el separatismo checheno para consolidar finalmente su lugar al mando del Kremlin.

Putin, nombrado primer ministro en agosto de 1999, aprovechó la situación para presentarse como un líder fuerte e hizo de la caza de los responsables de una serie de atentados a edificios residenciales de Moscú ese mismo año un lema de campaña.

Después de la guerra, el Kremlin decidió asegurarse la estabilidad en la región nombrando a Ajmat Kadyrov al mando de Chechenia, sucedido luego por su hijo, y comprando la lealtad de la familia con un fuerte gasto público, dejando el modo de gobernar la región de 1,5 millones de habitantes a total disposición de los Kadyrov.

El miedo por la insurgencia armada chechena resurgió en 2010 tras una nueva secuencia de atentados contra la capital rusa, en los que murieron decenas de civiles en las explosiones de dos estaciones de subterráneo.

Por entonces, Putin prometió aniquilar a los terroristas y dio rienda suelta a Ramzan Kadyrov, nombrado Jefe de la República en 2007, para utilizar todo tipo de violencia en su territorio.

Ahora, con la posibilidad de una salida definitiva de la familia Kadyrov del escenario checheno, el resurgimiento de grupos armados separatistas es una posibilidad real.

En caso de no ser controlado por el Kremlin, “el riesgo de un nuevo foco de radicalización tipo ‘Daesh 2′ en el Cáucaso Norte es real”, dijo la periodista chechena en referencia a la rama de Estado Islámico que fue derrotada territorialmente en gran parte de Irak y Siria en 2017, pero sigue contando con células y grupos afiliados en diversas regiones del mundo.

“Es un escenario muy posible que no solo afectará a Chechenia y a la región, o a toda Rusia, sino que incluso podría impactar a los vecinos occidentales”, estimó Romanovsky.

 Hace casi 20 años que Ramzan Kadyrov gobierna Chechenia con una dictadura que no admite réplicas financiado por el Kremlin; con dudas sobre su salud por su mínima aparición pública, la pregunta es quién podrá reemplazarlo  LA NACION