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domingo, agosto 10, 2025
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Cuando un amigo se va y una Nobel escribe para chicos: búsqueda de tesoros en la Feria de Editores

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Visitar la FED durante el fin de semana es una experiencia que requiere paciencia y habilidad para sortear gente por los pasillos repletos del C Complejo Art Media (Av. Corrientes 6271). Pero el esfuerzo vale la pena. En la Feria de Editores se encuentran tesoros y rarezas que no se consiguen en otras ferias o en las cadenas de librerías. Para los que están en busca de tesoros para pequeños y medianos lectores, en la “calle” Luis Chitarroni (la más ancha y calma del complejo) se ubican los puestos de la mayoría de los sellos de LIJ. Ojo que también hay otros por acá y por allá así que el consejo es empezar por ese sector y, luego, seguir buscando tesoros. Acá va una serie de recomendados para distintos gustos y edades. Ideal para regalar el próximo domingo, Día del Niño y de la Infancia.

Banksy: “No tiene sentido portarse bien: igualmente serás castigado”

Canción de lobos, de Herta Müller y Mariano Díaz Prieto (Pequeño Editor; $22.800). A mediados de julio, Pequeño Editor publicó este libro, “inusual en el universo de la edición argentina”, como bien define la pequeña gran editora Raquel Franco. Ganadora del Premio Nobel en 2009, la autora alemana de origen rumano cuenta una historia “inspirada” en hechos reales: el encuentro con una manada de lobos de una nena de siete años que viaja con sus abuelos en carreta por un camino nevado. Mientras la abuela enfrentaba a los ocho lobos para ahuyentarlos, la nena (la propia Herta) pensaba muerta de miedo en el trágico destino de la abuela de Caperucita Roja.

Dicen los “pequeños editores”: “Esta historia es un recuerdo de infancia de la escritora alemana Hertha Muller, premio Nobel 2009. Transcurre en un bosque europeo, hace tan solo 70 años, cuando manadas de lobos aun representaban un peligro real los anocheceres de invierno. Una Hertha de 7 años es salvada por su propia abuela de ser devorada por ochos lobos de bocas humeantes. ¿Pero cómo lo hará? ¿Cómo podría una anciana vencer la ferocidad del bosque? En esta historia verdadera, tan maravillosamente narrada nos conmueve la representación del miedo, del coraje, de la tenacidad desde la mirada de una niña pequeña. El desenlace es sorprendente y ofrece mucho para compartir entre niños y adultos”.

Otros recomendados de Pequeño Editor: El viaje de la mariposa, de Sandra Siemens y Flavia Garnica ($22.800), y Rompecabezas ($32.700), redición de un imperdible de Diego Bianki para todas las edades.

Tengo un amigo que se murió, de Patricio Famulari y Amanda Baeza (Limonero; $23.000). ¿Un libro para pequeños (y grandes) lectores que habla sobre la pérdida de un amigo? Sí, eso mismo. Dedicado a la memoria de Matías Conte, como dice el autor en el inicio, este libro excepcional surgió a partir de una canción que escribió Famulari (músico y compositor; fundador del grupo Bigolates de Chocote) para “transitar el dolor” por la muerte de su amigo.

Consultado por LA NACION para la sección “¿Qué vas a leer con tu hijo esta noche?“, Famulari contó: “Yo escribí una canción. Y cuando escribí esa canción me di cuenta de que era distinta a todas las demás que venía haciendo; que tocaba una temática de la que reconocía que no había muchas canciones y era una temática lejana a todas las canciones que yo había hecho en mi vida. Esa canción me ayudó a transitar el dolor que estaba viviendo, un dolor que me atravesó por completo, y me ayudó a sentir un poco de alivio. Pero no sabía bien qué hacer con esa canción. Entonces, la dejé guardada durante un tiempo”.

¿Qué pasó después? ¿Cómo fue que esa canción de letra triste y conmovedora se convirtió en un libro álbum de estética infantil y páginas coloridas? Un libro que empieza así: “Tengo un amigo que se murió… no hay poesía para eso. Nunca antes había sentido esto: tengo un amigo que se murió, y punto”.

El músico sigue contando: “Empecé a tener la idea de que con esa canción había que hacer algo especial, algo distinto, que esa canción tenía que tener un recorrido diferente a las canciones que habitualmente hacía y entonces se me ocurrió que hacer un libro canción podía ser una muy buena puerta para este libro. Me contacté con Manu de Limonero; a él le gustó mucho la canción y me dijo que le iba a hablar con Lulu, y a ella también le gustó la canción, y gracias a ellos, a la valentía que tuvieron, encaramos el camino de transformar esta canción en libro”.

“Manu” y “Lulu” son los editores fundadores de Limonero y resulta que para la misma época que Patricio les acercó la idea del libro-canción (o la canción-libro) ellos también perdieron un amigo. Así que este proyecto los ayudó a los tres a transitar ese dolor infinito e inenarrable.

“¿Qué se hace para resignificar el dolor, la pérdida y la ausencia?”, se pregunta Famulari. “En mi caso, hice una canción. No fue planificado, no fue programado. Fue algo que me ayudó a atravesar ese dolor. Hacer canciones, escribir letras y cantarlas es la herramienta que yo tengo para expresarme. Para traducir las cosas buenas que veo en el mundo y las cosas malas. Las puedo atravesar gracias a la música, gracias a poder cantar. Cantar es mi herramienta de expresión. Y en este caso personal, eso es lo que hice para atravesar ese dolor y poder resignificar la pérdida, tomando contacto con esa ausencia cada vez que quiero, cada vez que escucho la canción. Y con el sueño y la fantasía de que esa canción y este libro ayuden a conectarse con las ausencias, cada uno para la que quiera, con la posibilidad de hablar de estos temas, con la posibilidad de habilitar esta charla con las infancias. Esa es mi fantasía, mi sueño con esta canción”.

Al final del libro hay un código QR para escanear y poder escuchar la canción. Un combo ideal para acompañar la lectura de este libro que no hay que dejar pasar.

Pesar por la muerte, a los 55 años, del ilustrador y escritor Juan Chavetta, “padre” de Puro Pelo

Limonero también ofrece en la FED su novedad de agosto: La manzana, de Marcos Farina ($25.000). Así lo presentan: “La conocemos desde siempre: redonda, colorida, comestible y muy dulce. Y aunque todos creemos que la manzana es una fruta encantadora y saludable, este libro nos mostrará su lado oscuro”.

Nuestro cachorro, de Helen Oxenbury (Pípala; $12.900). Para los más chicos de la casa, un cuento ilustrado que van a adorar todos los que tengan un perro (o conozcan el lado B de convivir con cachorros). Un paseo, un imprevisto y un inevitable (pero no por eso sencillo) baño perruno.

Otro recomendado de Pípala: Leina y el Señor del bosque, de Myriam Dahman y Nicolas Digard, ilustrado por Julia Sardá ($27.000)

Uno elegido por los editores: ¿Qué crece aquí?, de Carmen Saldaña y Radka Píro ($25.000).

“A través de los recorridos de un joven pajarito (un arrendajo euroasiático) que necesita recolectar alimentos para pasar el invierno, los más chicos aprenderán sobre plantas, frutos y la forma en que sobreviven los animales en el bosque. Un colorido libro informativo repleto de solapas para levantar y sorprenderse, recomendado a partir de los 4 años. Previamente, Pípala editó de las mismas autoras los libros informativos ¿De qué animal es esta casa? y ¿De qué animal son estas huellas?”

¿Y después?, de Katsumi Komagata (Niño Editor; $18.500). Un librito delicioso de cartoné y formato cuadrado, ideal para los que “leen” desde la cuna. Hay un círculo, un oso, peces, árboles: muchas formas para jugar y descubrir ilustradas por el prestigioso artista japonés que murió en marzo de 2024.

Además, Niño presenta en la FED un Box Set de edición especial, que acaba de lanzar para celebrar los 80 años de la serie infantil de 1945, de Bruno Munari. Incluye la serie de nueve libros pop up, que proponen una entrada a la lectura a través de la exploración y el juego. Una idea propia de la pedagogía de Munari.

Martín Kohan y su primer libro para chicos: “La infancia merece una dosis de idealización”

Sin respuesta correcta, de Paula Galdeano y Melina Pogorelsky (Siglo XXI; $16.990). Las autoras del genial Antimanual. Un libro que no enseña nada volvieron a la cancha con esta novedad del sello infantil que dirige Laura Leibiker. Con ilustraciones de Jimena Tello, es un libro repleto de ideas y consignas creativas para escribir, dibujar, inventar y “disfrutar del placer de leer”, como queda claro desde la primera página.

Dos más para sumar a la biblioteca familiar: Las aventuras de Ulises, de Nicolás Schuff y Mariana Ruiz Johnson ($17.990), versión libre en formato cómic de la Odisea; y El libro de ¡Yo no fui!, de Soledad Bravi e Hervé Eparvier ($14.500), de una nueva serie para la primerísima infancia.

Y además

El paraguas, de Nicolás Schuff y Andrea Antinori (Lecturita; $25.500). Aventuras de un paraguas verde y viajero al que no le molesta ni le entristece que lo olviden o lo pierdan.Un cielo en el ojo, primer libro de poesía de Pablo Bernasconi (Catapulta; $ 24.900). Animales puaj, de Gabriela Baby, ilustrado por Brenda Ruseler (Iamiqué; $$17.500). Una edición que renueva una serie histórica de Iamiqué: Asquerología.Una familia salvaje, de Laurent Moreau (Libros del zorro rojo; $21.900). “Tengo una familia muy especial”, afirma la joven narradora al comienzo de este álbum ilustrado que gira en torno a una premisa tan original como provocadora: ¿En qué nos parecemos los seres humanos a otros animales?“.Mi bosque, de Patricia Strauch, ilustrado por Noe Garin (Periplo; $19.800) ¿Qué pasaría si un día te creciera un bosque en la cabeza? Furia, de Rodrigo Ures, ilustrado por Alejandro O’Kif (RiderBooks; $15.800). “Furia. Eso es lo que sentí y lo que causó el susto a ‘los graciosos de siempre’”. Así empieza esta historia narrada en primera persona por un chico que se enfrenta día a día a burlas y gastadas de sus compañeros de escuela. Además de la voz del narrador, el punto de vista del protagonista está marcado en cada página por las ilustraciones: un par de ojos que enfocan las caras, los gestos y las risotadas de ‘los graciosos de siempre’. La furia contenida un día estalla y se convierte en un monstruo feroz que espanta a los burlones. Un libro ideal para leer con chicos en edad escolar y hablar, de paso, del temible bullying. Cuando me aburro, de Lulú Maranzana (Muchas nueces; $21.000). Un libro sobre la imaginación de una niña, sobre ese refugio de poder crear mundos divertidos cuando el alrededor nos hace resoplar de aburrimiento. Cuando levantas la mirada, de Decur (Hotel de las Ideas, $21.600). La lectura de un extraño cuaderno es la puerta que lleva al protagonista a develar algunos misterios.Alquimanía, de Enrique Torres y Miguel Ángel Vega, con ilustraciones de Rodrigo Folgueira. (Unaluna; $29.000). Cuenta la historia de cinco amigos que se deben enfrentar a un enemigo invisible: y tienen 1.148 días para salvar al mundo.La princesa de los espejos, de Guillermo Tangelson. Ilustradora: Josefina Wolf (Nubífero; $32.000). Una historia sobre la soledad recomendada para lectores a partir de 12 años.

Visitar la FED durante el fin de semana es una experiencia que requiere paciencia y habilidad para sortear gente por los pasillos repletos del C Complejo Art Media (Av. Corrientes 6271). Pero el esfuerzo vale la pena. En la Feria de Editores se encuentran tesoros y rarezas que no se consiguen en otras ferias o en las cadenas de librerías. Para los que están en busca de tesoros para pequeños y medianos lectores, en la “calle” Luis Chitarroni (la más ancha y calma del complejo) se ubican los puestos de la mayoría de los sellos de LIJ. Ojo que también hay otros por acá y por allá así que el consejo es empezar por ese sector y, luego, seguir buscando tesoros. Acá va una serie de recomendados para distintos gustos y edades. Ideal para regalar el próximo domingo, Día del Niño y de la Infancia.

Banksy: “No tiene sentido portarse bien: igualmente serás castigado”

Canción de lobos, de Herta Müller y Mariano Díaz Prieto (Pequeño Editor; $22.800). A mediados de julio, Pequeño Editor publicó este libro, “inusual en el universo de la edición argentina”, como bien define la pequeña gran editora Raquel Franco. Ganadora del Premio Nobel en 2009, la autora alemana de origen rumano cuenta una historia “inspirada” en hechos reales: el encuentro con una manada de lobos de una nena de siete años que viaja con sus abuelos en carreta por un camino nevado. Mientras la abuela enfrentaba a los ocho lobos para ahuyentarlos, la nena (la propia Herta) pensaba muerta de miedo en el trágico destino de la abuela de Caperucita Roja.

Dicen los “pequeños editores”: “Esta historia es un recuerdo de infancia de la escritora alemana Hertha Muller, premio Nobel 2009. Transcurre en un bosque europeo, hace tan solo 70 años, cuando manadas de lobos aun representaban un peligro real los anocheceres de invierno. Una Hertha de 7 años es salvada por su propia abuela de ser devorada por ochos lobos de bocas humeantes. ¿Pero cómo lo hará? ¿Cómo podría una anciana vencer la ferocidad del bosque? En esta historia verdadera, tan maravillosamente narrada nos conmueve la representación del miedo, del coraje, de la tenacidad desde la mirada de una niña pequeña. El desenlace es sorprendente y ofrece mucho para compartir entre niños y adultos”.

Otros recomendados de Pequeño Editor: El viaje de la mariposa, de Sandra Siemens y Flavia Garnica ($22.800), y Rompecabezas ($32.700), redición de un imperdible de Diego Bianki para todas las edades.

Tengo un amigo que se murió, de Patricio Famulari y Amanda Baeza (Limonero; $23.000). ¿Un libro para pequeños (y grandes) lectores que habla sobre la pérdida de un amigo? Sí, eso mismo. Dedicado a la memoria de Matías Conte, como dice el autor en el inicio, este libro excepcional surgió a partir de una canción que escribió Famulari (músico y compositor; fundador del grupo Bigolates de Chocote) para “transitar el dolor” por la muerte de su amigo.

Consultado por LA NACION para la sección “¿Qué vas a leer con tu hijo esta noche?“, Famulari contó: “Yo escribí una canción. Y cuando escribí esa canción me di cuenta de que era distinta a todas las demás que venía haciendo; que tocaba una temática de la que reconocía que no había muchas canciones y era una temática lejana a todas las canciones que yo había hecho en mi vida. Esa canción me ayudó a transitar el dolor que estaba viviendo, un dolor que me atravesó por completo, y me ayudó a sentir un poco de alivio. Pero no sabía bien qué hacer con esa canción. Entonces, la dejé guardada durante un tiempo”.

¿Qué pasó después? ¿Cómo fue que esa canción de letra triste y conmovedora se convirtió en un libro álbum de estética infantil y páginas coloridas? Un libro que empieza así: “Tengo un amigo que se murió… no hay poesía para eso. Nunca antes había sentido esto: tengo un amigo que se murió, y punto”.

El músico sigue contando: “Empecé a tener la idea de que con esa canción había que hacer algo especial, algo distinto, que esa canción tenía que tener un recorrido diferente a las canciones que habitualmente hacía y entonces se me ocurrió que hacer un libro canción podía ser una muy buena puerta para este libro. Me contacté con Manu de Limonero; a él le gustó mucho la canción y me dijo que le iba a hablar con Lulu, y a ella también le gustó la canción, y gracias a ellos, a la valentía que tuvieron, encaramos el camino de transformar esta canción en libro”.

“Manu” y “Lulu” son los editores fundadores de Limonero y resulta que para la misma época que Patricio les acercó la idea del libro-canción (o la canción-libro) ellos también perdieron un amigo. Así que este proyecto los ayudó a los tres a transitar ese dolor infinito e inenarrable.

“¿Qué se hace para resignificar el dolor, la pérdida y la ausencia?”, se pregunta Famulari. “En mi caso, hice una canción. No fue planificado, no fue programado. Fue algo que me ayudó a atravesar ese dolor. Hacer canciones, escribir letras y cantarlas es la herramienta que yo tengo para expresarme. Para traducir las cosas buenas que veo en el mundo y las cosas malas. Las puedo atravesar gracias a la música, gracias a poder cantar. Cantar es mi herramienta de expresión. Y en este caso personal, eso es lo que hice para atravesar ese dolor y poder resignificar la pérdida, tomando contacto con esa ausencia cada vez que quiero, cada vez que escucho la canción. Y con el sueño y la fantasía de que esa canción y este libro ayuden a conectarse con las ausencias, cada uno para la que quiera, con la posibilidad de hablar de estos temas, con la posibilidad de habilitar esta charla con las infancias. Esa es mi fantasía, mi sueño con esta canción”.

Al final del libro hay un código QR para escanear y poder escuchar la canción. Un combo ideal para acompañar la lectura de este libro que no hay que dejar pasar.

Pesar por la muerte, a los 55 años, del ilustrador y escritor Juan Chavetta, “padre” de Puro Pelo

Limonero también ofrece en la FED su novedad de agosto: La manzana, de Marcos Farina ($25.000). Así lo presentan: “La conocemos desde siempre: redonda, colorida, comestible y muy dulce. Y aunque todos creemos que la manzana es una fruta encantadora y saludable, este libro nos mostrará su lado oscuro”.

Nuestro cachorro, de Helen Oxenbury (Pípala; $12.900). Para los más chicos de la casa, un cuento ilustrado que van a adorar todos los que tengan un perro (o conozcan el lado B de convivir con cachorros). Un paseo, un imprevisto y un inevitable (pero no por eso sencillo) baño perruno.

Otro recomendado de Pípala: Leina y el Señor del bosque, de Myriam Dahman y Nicolas Digard, ilustrado por Julia Sardá ($27.000)

Uno elegido por los editores: ¿Qué crece aquí?, de Carmen Saldaña y Radka Píro ($25.000).

“A través de los recorridos de un joven pajarito (un arrendajo euroasiático) que necesita recolectar alimentos para pasar el invierno, los más chicos aprenderán sobre plantas, frutos y la forma en que sobreviven los animales en el bosque. Un colorido libro informativo repleto de solapas para levantar y sorprenderse, recomendado a partir de los 4 años. Previamente, Pípala editó de las mismas autoras los libros informativos ¿De qué animal es esta casa? y ¿De qué animal son estas huellas?”

¿Y después?, de Katsumi Komagata (Niño Editor; $18.500). Un librito delicioso de cartoné y formato cuadrado, ideal para los que “leen” desde la cuna. Hay un círculo, un oso, peces, árboles: muchas formas para jugar y descubrir ilustradas por el prestigioso artista japonés que murió en marzo de 2024.

Además, Niño presenta en la FED un Box Set de edición especial, que acaba de lanzar para celebrar los 80 años de la serie infantil de 1945, de Bruno Munari. Incluye la serie de nueve libros pop up, que proponen una entrada a la lectura a través de la exploración y el juego. Una idea propia de la pedagogía de Munari.

Martín Kohan y su primer libro para chicos: “La infancia merece una dosis de idealización”

Sin respuesta correcta, de Paula Galdeano y Melina Pogorelsky (Siglo XXI; $16.990). Las autoras del genial Antimanual. Un libro que no enseña nada volvieron a la cancha con esta novedad del sello infantil que dirige Laura Leibiker. Con ilustraciones de Jimena Tello, es un libro repleto de ideas y consignas creativas para escribir, dibujar, inventar y “disfrutar del placer de leer”, como queda claro desde la primera página.

Dos más para sumar a la biblioteca familiar: Las aventuras de Ulises, de Nicolás Schuff y Mariana Ruiz Johnson ($17.990), versión libre en formato cómic de la Odisea; y El libro de ¡Yo no fui!, de Soledad Bravi e Hervé Eparvier ($14.500), de una nueva serie para la primerísima infancia.

Y además

El paraguas, de Nicolás Schuff y Andrea Antinori (Lecturita; $25.500). Aventuras de un paraguas verde y viajero al que no le molesta ni le entristece que lo olviden o lo pierdan.Un cielo en el ojo, primer libro de poesía de Pablo Bernasconi (Catapulta; $ 24.900). Animales puaj, de Gabriela Baby, ilustrado por Brenda Ruseler (Iamiqué; $$17.500). Una edición que renueva una serie histórica de Iamiqué: Asquerología.Una familia salvaje, de Laurent Moreau (Libros del zorro rojo; $21.900). “Tengo una familia muy especial”, afirma la joven narradora al comienzo de este álbum ilustrado que gira en torno a una premisa tan original como provocadora: ¿En qué nos parecemos los seres humanos a otros animales?“.Mi bosque, de Patricia Strauch, ilustrado por Noe Garin (Periplo; $19.800) ¿Qué pasaría si un día te creciera un bosque en la cabeza? Furia, de Rodrigo Ures, ilustrado por Alejandro O’Kif (RiderBooks; $15.800). “Furia. Eso es lo que sentí y lo que causó el susto a ‘los graciosos de siempre’”. Así empieza esta historia narrada en primera persona por un chico que se enfrenta día a día a burlas y gastadas de sus compañeros de escuela. Además de la voz del narrador, el punto de vista del protagonista está marcado en cada página por las ilustraciones: un par de ojos que enfocan las caras, los gestos y las risotadas de ‘los graciosos de siempre’. La furia contenida un día estalla y se convierte en un monstruo feroz que espanta a los burlones. Un libro ideal para leer con chicos en edad escolar y hablar, de paso, del temible bullying. Cuando me aburro, de Lulú Maranzana (Muchas nueces; $21.000). Un libro sobre la imaginación de una niña, sobre ese refugio de poder crear mundos divertidos cuando el alrededor nos hace resoplar de aburrimiento. Cuando levantas la mirada, de Decur (Hotel de las Ideas, $21.600). La lectura de un extraño cuaderno es la puerta que lleva al protagonista a develar algunos misterios.Alquimanía, de Enrique Torres y Miguel Ángel Vega, con ilustraciones de Rodrigo Folgueira. (Unaluna; $29.000). Cuenta la historia de cinco amigos que se deben enfrentar a un enemigo invisible: y tienen 1.148 días para salvar al mundo.La princesa de los espejos, de Guillermo Tangelson. Ilustradora: Josefina Wolf (Nubífero; $32.000). Una historia sobre la soledad recomendada para lectores a partir de 12 años. Este domingo es el último día para visitar la FED; en la “calle” Luis Chitarroni están ubicados casi todos los sellos de literatura infantil y juvenil con novedades y ofertas  LA NACION