Ali Campbell, la voz de UB40: de no saber tocar y tener que “conseguir” instrumentos a ser una de las bandas de reggae con más ventas de la historia

Con más de cuatro décadas sobre los escenarios y millones de discos vendidos en todo el mundo, Ali Campbell es una de las voces más emblemáticas del reggae británico. Fundador y cantante principal de UB40, la legendaria banda nacida en Birmingham a finales de los años setenta, Campbell le ha puesto la voz a clásicos imperecederos como “Red Red Wine”, “Kingston Town” o la versión reggae de “(I Can’t Help) Falling in Love With You”, de Elvis Presley. Con ellos llevó el sonido del reggae a lo más alto de los rankings internacionales.
El próximo 17 de septiembre, se presentará en el Gran Rex junto a su actual formación, UB40 featuring Ali Campbell. En diálogo con LA NACION, Campbell repasa su historia, reflexiona sobre el presente del reggae, y anticipa lo que el público argentino puede esperar de este esperado reencuentro.
La populosa ciudad de Birmingham, situada en el centro de la región de West Midlands de Inglaterra, no sólo es famosa por ser la cuna del heavy metal (de allí salieron Black Sabbath y Judas Priest) sino por dar a luz también a los más importantes exponentes del reggae británico: Steel Pulse primero y la más popular y exitosa del género, UB40, una banda multirracial fruto directo de una ciudad cuya casi mitad de la población está conformada por etnias diferentes a la tradicional británica: chinos, indios, pakistaníes, yemenitas, jamaiquinos, antillanos y africanos.
El nombre del grupo surgió de un conocido impreso de la administración pública para solicitar ayudas al desempleo, conocido como Unemployment Benefit, Form 40 (cuyo facsímil ilustra la portada del primer disco de la banda, el gran Signing Off , de 1980. El éxito fue casi instantáneo para este grupo de jóvenes amigos que menos de una año antes de sacar su primer disco no sabían tocar ningún instrumento.
Chrissie Hynde, la líder de The Pretenders, les brindó un gran respaldo llevándolos de teloneros y un par de años más tarde su versión del tema “Red Red Wine”, de Neil Diamond (que en realidad ellos conocieron de la versión reggae grabada por el cantante jamaiquino Tony Tribe, en 1969) terminó de hacerlos conocidos a nivel internacional. En 1986, su séptimo disco, Rat in Mi Kitchen, terminó de consagrarlos definitivamente. El tema que da su nombre al disco, con su increíble groove de bajo y la colaboración en trompeta de nada menos que un prócer como Herp Albert (de los míticos Tijuana Brass) fue de los más sonados en las discotecas y radios locales en 1987, iniciando una relación que perdura hasta nuestros días.
–En una entrevista reciente reflexionaste sobre la influencia de leyendas del reggae, como por supuesto Bob Marley y Sly & Robbie. ¿Cómo influyó el sonido de estos referentes en tu propio estilo musical?
–Bueno, crecí escuchando reggae. Crecimos en Birmingham, en el barrio rojo, y la mayoría de mis vecinos eran de la comunidad antillana o del Caribe. La música de la calle era el reggae. Así que cuando me preguntan por qué tocamos reggae, creo que la mejor respuesta son los tres álbumes de Labour of Love que hicimos. Son álbumes de versiones. Esas son las canciones con las que crecimos: “Cherry Oh Baby”, “Red Red Wine”, “Impossible Love” y todos esos clásicos. Crecimos escuchando reggae, nos encantaba tocar esas canciones. La gente me pregunta: ¿No te cansás de cantarlas? No, porque son las canciones que escuché y amaba de niño. Seguimos promocionando el reggae, de hecho formamos la banda para promocionarlo, y después de todo este tiempo, ahora somos la segunda banda de reggae con más ventas de todos los tiempos, después de Bob Marley y los Wailers. Así que hemos tenido un gran viaje.
–Es curioso porque mucha gente asocia el reggae con la playa, el sol, las palmeras, pero tu enfoque, el de UB40, es un sentimiento urbano.
–Sí y también había bandas como The Beat, que tocaban ska. Cuando nosotros empezamos había como un resurgimiento del ska.
–Claro, la escena Two Tone, con The Specials, Madness, además de grupos que por esa época mezclaban el pop y el rock con el reggae, como The Clash o The Police.
–Sí, exactamente. Eran nuestros amigos, pero no nos unimos al Two Tone porque no queríamos formar parte del resurgimiento del ska. Siempre fuimos una banda de reggae, y aunque es reggae británico, sus raíces son firmemente jamaiquinas. Así que creo que esa es la diferencia entre nosotros y ellos. Reggae puro y urbano, por nuestro entorno.
–Y eso se nota claramente en el disco debut de UB40, Signing Off, que es fantástico.
–Sí, gracias. Curiosamente todos estábamos desempleados, así que en 1979, en la segunda mitad del año, tuvimos que conseguir instrumentos y no teníamos plata para comprarlos. Y los conseguimos de diferentes maneras… Algunas no te las puedo contar (risas). Y en seis meses aprendimos a tocarlos. Y luego, en esos mismos seis meses, escribimos todo Signing Off. Así fue, de principio a fin, desde tener nuestros instrumentos, aprender a tocarlos, empezar a componer y escribir suficientes canciones. Eso fue en solo seis meses.
–Y el éxito fue inmediato…
–Fue increíble. Nuestro primer simple entró en el top cinco en Inglaterra y el LP en el Top ten. Signing Off vendió 8 millones de copias, lo cual era una locura para nosotros, porque ese disco se grabó en el departamento de un amigo, en una máquina Fostex de cuatro pistas. ¡Fue genial! Si escuchás el disco con atención se escucha el tráfico de fondo y se oyen los pájaros (risas), porque tuvimos que poner al percusionista Norman Hassan, que era muy pesado, en el jardín, porque hacía demasiado ruido. Así que sí, se pueden oír cosas así en el álbum, porque no sabíamos realmente qué estábamos haciendo, pero sabíamos lo que queríamos. Sabíamos lo que queríamos hacer, pero no sabíamos cómo hacerlo.
–Fue un debut brillante con el cual tuvieron un éxito inmediato. Después de tantos años, ¿cómo te manejás con todos los clásicos de la banda, cómo mantienen la energía fresca y atractiva tanto para los fans de siempre como para quienes te escuchan por primera vez?
–Bueno, ya sabés, no hay muchos oyentes primerizos. Tenemos mucha suerte de tener una base de fans mundial y de haber vendido más de cien millones de álbumes. Así que la mayoría de la gente conoce nuestro material, sobre todo la gente que viene a los conciertos. Pero lo que encuentro muy estimulante son los jóvenes que vienen, que se saben todas las letras y que, obviamente, crecieron escuchándonos porque sus padres tenían nuestros discos. Y eso nos mantiene con energía. Nos encanta nutrirnos de la energía del público. Y cuando el público es joven, eso es realmente hermoso para nosotros.
–Es así, hay una generación que los descubrió gracias a los discos de sus padres…
–Ahora tenemos como tres generaciones de personas en nuestros conciertos, de todo el mundo. En enero y febrero estuvimos por Nueva Zelanda, Australia, Fiji, Samoa y Tonga. Viajamos por todo el mundo y tenemos un público increíble donde vamos. Así que tenemos muchísima suerte, no porque UB40 sea genial, sino porque el reggae es genial y a todo el mundo le encanta. Es una música unificadora y bailable que une a la gente en un espíritu de paz y amor.
–¿Estás trabajando en un nuevo álbum o explorando nuevas versiones después de los discos Silhouette y Unprecedented?
–Estábamos en Universal, y la discográfica despidió a todos sus artistas. No queda un departamento de música en el sello. Todo se trata de descargas, de streaming, así que no les interesa promocionar un álbum. Pero voy a sacar canciones. Hice algunas, también duetos geniales, como con Bitty McLean. Así que seguiré grabando, pero no sé cómo voy a sacarlas, si serán vinilos de edición limitada o puede que las publique en redes sociales. Bueno, ya veremos cómo se desarrolla. Hice una canción genial con el actor Idris Elba, ¿Lo conocés?
–Sí, por supuesto, hasta se rumoreó que podría ser el próximo James Bond, el primer actor negro en interpretar al famoso agente. Lo que no sabía era que cantaba…
–Tiene una voz fantástica. Escribió una canción para él y para mí, un dueto genial. Como dije, hice una con Bitty McLean, que es muy popular tanto en Jamaica como en Inglaterra. También he grabado algunas canciones con las banda de reggae neozelandesa Katchafire y la Souljah de Indonesia. Así que seguiré grabando.
–Trabajaste con muchos artistas, de Chrissie Hynde a Robert Palmer. ¿Cuáles han sido tus colaboraciones favoritas?
–Me siento afortunado de haber trabajado con toda la gente con la que he trabajado. Pero debo decir que mis favoritos son Sly Dunbar y Robbie Shakespeare. Después de adorar a Bob Marley, los Wailers y los hermanos Barrett, quienes inventaron el One Drop, en los 80 y 90 todo giraba en torno a Sly y Robbie. Cambiaron nuestra perspectiva sobre el reggae y cambiaron el mundo del reggae. Solía ir a pescar con Robbie Shakespeare y he grabado muchísimas canciones con ellos. Y sigo pensando que Sly es genial.
–La mejor sección rítmica de la historia del reggae, sin dudas…
–Claro que si. Acabo de grabar una canción con Sly Dunbar. Perdimos a Robbie hace unos años [murió el 8 de diciembre de 2021]. Pero sí, creo que ese fue mi momento de mayor orgullo cuando trabajé por primera vez con Sly y Robbie, porque eran como héroes. Hace unos años estaba haciendo una canción con ellos en Jamaica y les dije que quería un toque de reggaetón. Y Robbie dijo: “¿Sabías que nosotros originamos el reggaetón?”. La cuestión es que, si nos fijamos en la música reggae, ha inspirado a toda la música dance contemporánea del mundo. No habría hip hop sin dub, no habría drum and bass sin dub, no habría tecno sin dub. Así que el reggae ha tenido una influencia enorme en la música dance contemporánea.
–El reggae aparte de poder ser divertido puede ser sanador. ¿Creés que el reggae actual es música curativa?
–Absolutamente. Sabés, lo que está pasando en el mundo es bastante horrible. Y el reggae, como dijiste, sana y unifica. Te repito, se trata de paz y amor. Y ese siempre fue el mensaje de Bob Marley. El mensaje rastafari se trata de paz y amor. No es que yo sea rasta, pero me encanta el reggae y me encanta lo que representa. Generalmente une a la gente de entornos pobres, a la gente oprimida, a la gente de clase trabajadora. Los une y les da una sensación de poder.
Con más de cuatro décadas sobre los escenarios y millones de discos vendidos en todo el mundo, Ali Campbell es una de las voces más emblemáticas del reggae británico. Fundador y cantante principal de UB40, la legendaria banda nacida en Birmingham a finales de los años setenta, Campbell le ha puesto la voz a clásicos imperecederos como “Red Red Wine”, “Kingston Town” o la versión reggae de “(I Can’t Help) Falling in Love With You”, de Elvis Presley. Con ellos llevó el sonido del reggae a lo más alto de los rankings internacionales.
El próximo 17 de septiembre, se presentará en el Gran Rex junto a su actual formación, UB40 featuring Ali Campbell. En diálogo con LA NACION, Campbell repasa su historia, reflexiona sobre el presente del reggae, y anticipa lo que el público argentino puede esperar de este esperado reencuentro.
La populosa ciudad de Birmingham, situada en el centro de la región de West Midlands de Inglaterra, no sólo es famosa por ser la cuna del heavy metal (de allí salieron Black Sabbath y Judas Priest) sino por dar a luz también a los más importantes exponentes del reggae británico: Steel Pulse primero y la más popular y exitosa del género, UB40, una banda multirracial fruto directo de una ciudad cuya casi mitad de la población está conformada por etnias diferentes a la tradicional británica: chinos, indios, pakistaníes, yemenitas, jamaiquinos, antillanos y africanos.
El nombre del grupo surgió de un conocido impreso de la administración pública para solicitar ayudas al desempleo, conocido como Unemployment Benefit, Form 40 (cuyo facsímil ilustra la portada del primer disco de la banda, el gran Signing Off , de 1980. El éxito fue casi instantáneo para este grupo de jóvenes amigos que menos de una año antes de sacar su primer disco no sabían tocar ningún instrumento.
Chrissie Hynde, la líder de The Pretenders, les brindó un gran respaldo llevándolos de teloneros y un par de años más tarde su versión del tema “Red Red Wine”, de Neil Diamond (que en realidad ellos conocieron de la versión reggae grabada por el cantante jamaiquino Tony Tribe, en 1969) terminó de hacerlos conocidos a nivel internacional. En 1986, su séptimo disco, Rat in Mi Kitchen, terminó de consagrarlos definitivamente. El tema que da su nombre al disco, con su increíble groove de bajo y la colaboración en trompeta de nada menos que un prócer como Herp Albert (de los míticos Tijuana Brass) fue de los más sonados en las discotecas y radios locales en 1987, iniciando una relación que perdura hasta nuestros días.
–En una entrevista reciente reflexionaste sobre la influencia de leyendas del reggae, como por supuesto Bob Marley y Sly & Robbie. ¿Cómo influyó el sonido de estos referentes en tu propio estilo musical?
–Bueno, crecí escuchando reggae. Crecimos en Birmingham, en el barrio rojo, y la mayoría de mis vecinos eran de la comunidad antillana o del Caribe. La música de la calle era el reggae. Así que cuando me preguntan por qué tocamos reggae, creo que la mejor respuesta son los tres álbumes de Labour of Love que hicimos. Son álbumes de versiones. Esas son las canciones con las que crecimos: “Cherry Oh Baby”, “Red Red Wine”, “Impossible Love” y todos esos clásicos. Crecimos escuchando reggae, nos encantaba tocar esas canciones. La gente me pregunta: ¿No te cansás de cantarlas? No, porque son las canciones que escuché y amaba de niño. Seguimos promocionando el reggae, de hecho formamos la banda para promocionarlo, y después de todo este tiempo, ahora somos la segunda banda de reggae con más ventas de todos los tiempos, después de Bob Marley y los Wailers. Así que hemos tenido un gran viaje.
–Es curioso porque mucha gente asocia el reggae con la playa, el sol, las palmeras, pero tu enfoque, el de UB40, es un sentimiento urbano.
–Sí y también había bandas como The Beat, que tocaban ska. Cuando nosotros empezamos había como un resurgimiento del ska.
–Claro, la escena Two Tone, con The Specials, Madness, además de grupos que por esa época mezclaban el pop y el rock con el reggae, como The Clash o The Police.
–Sí, exactamente. Eran nuestros amigos, pero no nos unimos al Two Tone porque no queríamos formar parte del resurgimiento del ska. Siempre fuimos una banda de reggae, y aunque es reggae británico, sus raíces son firmemente jamaiquinas. Así que creo que esa es la diferencia entre nosotros y ellos. Reggae puro y urbano, por nuestro entorno.
–Y eso se nota claramente en el disco debut de UB40, Signing Off, que es fantástico.
–Sí, gracias. Curiosamente todos estábamos desempleados, así que en 1979, en la segunda mitad del año, tuvimos que conseguir instrumentos y no teníamos plata para comprarlos. Y los conseguimos de diferentes maneras… Algunas no te las puedo contar (risas). Y en seis meses aprendimos a tocarlos. Y luego, en esos mismos seis meses, escribimos todo Signing Off. Así fue, de principio a fin, desde tener nuestros instrumentos, aprender a tocarlos, empezar a componer y escribir suficientes canciones. Eso fue en solo seis meses.
–Y el éxito fue inmediato…
–Fue increíble. Nuestro primer simple entró en el top cinco en Inglaterra y el LP en el Top ten. Signing Off vendió 8 millones de copias, lo cual era una locura para nosotros, porque ese disco se grabó en el departamento de un amigo, en una máquina Fostex de cuatro pistas. ¡Fue genial! Si escuchás el disco con atención se escucha el tráfico de fondo y se oyen los pájaros (risas), porque tuvimos que poner al percusionista Norman Hassan, que era muy pesado, en el jardín, porque hacía demasiado ruido. Así que sí, se pueden oír cosas así en el álbum, porque no sabíamos realmente qué estábamos haciendo, pero sabíamos lo que queríamos. Sabíamos lo que queríamos hacer, pero no sabíamos cómo hacerlo.
–Fue un debut brillante con el cual tuvieron un éxito inmediato. Después de tantos años, ¿cómo te manejás con todos los clásicos de la banda, cómo mantienen la energía fresca y atractiva tanto para los fans de siempre como para quienes te escuchan por primera vez?
–Bueno, ya sabés, no hay muchos oyentes primerizos. Tenemos mucha suerte de tener una base de fans mundial y de haber vendido más de cien millones de álbumes. Así que la mayoría de la gente conoce nuestro material, sobre todo la gente que viene a los conciertos. Pero lo que encuentro muy estimulante son los jóvenes que vienen, que se saben todas las letras y que, obviamente, crecieron escuchándonos porque sus padres tenían nuestros discos. Y eso nos mantiene con energía. Nos encanta nutrirnos de la energía del público. Y cuando el público es joven, eso es realmente hermoso para nosotros.
–Es así, hay una generación que los descubrió gracias a los discos de sus padres…
–Ahora tenemos como tres generaciones de personas en nuestros conciertos, de todo el mundo. En enero y febrero estuvimos por Nueva Zelanda, Australia, Fiji, Samoa y Tonga. Viajamos por todo el mundo y tenemos un público increíble donde vamos. Así que tenemos muchísima suerte, no porque UB40 sea genial, sino porque el reggae es genial y a todo el mundo le encanta. Es una música unificadora y bailable que une a la gente en un espíritu de paz y amor.
–¿Estás trabajando en un nuevo álbum o explorando nuevas versiones después de los discos Silhouette y Unprecedented?
–Estábamos en Universal, y la discográfica despidió a todos sus artistas. No queda un departamento de música en el sello. Todo se trata de descargas, de streaming, así que no les interesa promocionar un álbum. Pero voy a sacar canciones. Hice algunas, también duetos geniales, como con Bitty McLean. Así que seguiré grabando, pero no sé cómo voy a sacarlas, si serán vinilos de edición limitada o puede que las publique en redes sociales. Bueno, ya veremos cómo se desarrolla. Hice una canción genial con el actor Idris Elba, ¿Lo conocés?
–Sí, por supuesto, hasta se rumoreó que podría ser el próximo James Bond, el primer actor negro en interpretar al famoso agente. Lo que no sabía era que cantaba…
–Tiene una voz fantástica. Escribió una canción para él y para mí, un dueto genial. Como dije, hice una con Bitty McLean, que es muy popular tanto en Jamaica como en Inglaterra. También he grabado algunas canciones con las banda de reggae neozelandesa Katchafire y la Souljah de Indonesia. Así que seguiré grabando.
–Trabajaste con muchos artistas, de Chrissie Hynde a Robert Palmer. ¿Cuáles han sido tus colaboraciones favoritas?
–Me siento afortunado de haber trabajado con toda la gente con la que he trabajado. Pero debo decir que mis favoritos son Sly Dunbar y Robbie Shakespeare. Después de adorar a Bob Marley, los Wailers y los hermanos Barrett, quienes inventaron el One Drop, en los 80 y 90 todo giraba en torno a Sly y Robbie. Cambiaron nuestra perspectiva sobre el reggae y cambiaron el mundo del reggae. Solía ir a pescar con Robbie Shakespeare y he grabado muchísimas canciones con ellos. Y sigo pensando que Sly es genial.
–La mejor sección rítmica de la historia del reggae, sin dudas…
–Claro que si. Acabo de grabar una canción con Sly Dunbar. Perdimos a Robbie hace unos años [murió el 8 de diciembre de 2021]. Pero sí, creo que ese fue mi momento de mayor orgullo cuando trabajé por primera vez con Sly y Robbie, porque eran como héroes. Hace unos años estaba haciendo una canción con ellos en Jamaica y les dije que quería un toque de reggaetón. Y Robbie dijo: “¿Sabías que nosotros originamos el reggaetón?”. La cuestión es que, si nos fijamos en la música reggae, ha inspirado a toda la música dance contemporánea del mundo. No habría hip hop sin dub, no habría drum and bass sin dub, no habría tecno sin dub. Así que el reggae ha tenido una influencia enorme en la música dance contemporánea.
–El reggae aparte de poder ser divertido puede ser sanador. ¿Creés que el reggae actual es música curativa?
–Absolutamente. Sabés, lo que está pasando en el mundo es bastante horrible. Y el reggae, como dijiste, sana y unifica. Te repito, se trata de paz y amor. Y ese siempre fue el mensaje de Bob Marley. El mensaje rastafari se trata de paz y amor. No es que yo sea rasta, pero me encanta el reggae y me encanta lo que representa. Generalmente une a la gente de entornos pobres, a la gente oprimida, a la gente de clase trabajadora. Los une y les da una sensación de poder.
El 17 de septiembre, el cantante de clásicos como “Rat in Mi Kitchen” volverá a presentarse en Buenos Aires LA NACION