Qué se sabe del asesinato de un policía en un enfrentamiento con narcos dentro de una villa

César Benjamín Szadura, de 32 años, se convirtió en el tercer integrante de una fuerza de seguridad muerto en cumplimiento del deber en lo que va del año, en el conurbano. La víctima, que se desempeñaba en la policía bonaerense, fue baleada en la cabeza durante un operativo de saturación en la villa Hidalgo, de José León Suárez, en el partido de San Martín, una zona dominada por bandas dedicadas al narcomenudeo.
El 12 de enero pasado, los policías bonaerenses Ezequiel Forselledo y Brian Devincenzi murieron cuando perseguían a dos ladrones en moto. En la esquina de Guido y Mozart, en Quilmes, los uniformados fueron atropellados por el conductor de una camioneta que cruzó el semáforo en rojo.
En lo que va del año, fueron asesinados otros tres efectivos de fuerzas de seguridad en el Gran Buenos Aires. Estos homicidios ocurrieron cuando las víctimas estaban sin uniforme, francos de servicio y los delincuentes que los atacaron los mataron para robarles.
El 15 de enero, Brian Coria, oficial de la Policía de la Ciudad, fue asesinado en Castelar cuando quisieron robarle la moto. Mientras que el 6 de febrero Alexis Emanuel Cancino, policía bonaerense del Grupo de Apoyo Departamental (GAD), fue asesinado cuando trabajaba como chofer de una aplicación de viajes en Blandengues y Homero, en Ingeniero Budge.
En tanto que el 31 de marzo Lucas Flores, oficial de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), fue asesinado en José León Suárez, durante la emboscada que le tendieron los delincuentes que los llevaron engañados a la esquina de Echagüe y De la Cárcova, para comprar un automóvil que estaba a la venta en una red social.
Los homicidios de Flores y de Szadura ocurrieron con 25 días de diferencia, en una lonja de poco más de 30 cuadras entre el Camino de Cintura y el Camino del Buen Ayre, en la localidad de José León Suárez. A Szadura lo mataron en un pasillo de la villa Hidalgo y a Flores lo asesinaron frente a uno de los ingresos de la villa La Cárcova.
Según fuentes oficiales, Szadura, fue llevado malherido al hospital de Boulogne, situado a cincuenta cuadras del lugar en el que lo balearon. Al ser evaluado por los médicos en el shock room, decidieron su derivación a un nosocomio de mayor complejidad. Así fue trasladado al Hospital Central de San Isidro.
Allí, los médicos aplicaron los procedimientos para contener los daños provocados por el proyectil de arma de fuego en la cabeza. Se realizaron maniobras de reanimación y fue revisado por los médicos del servicio de neurocirugía. Pero las lesiones causadas por el balazo a quemarropa fueron tan graves que el policía Szadura falleció a las 2.30.
A partir de la reconstrucción del sangriento episodio realizada por los investigadores judiciales que interrogaron a los policías que acompañaban a la víctima en el operativo de saturación, se determinó que, en un tramo de la recorrida por la villa Hidalgo, Szadura y un compañero advirtieron un pasamanos de droga entre dos dealers.
Ante esa situación, ambos uniformados dieron la voz de alto y comenzaron a perseguir a los transas, quienes se refugiaron en uno de los laberínticos pasillos del asentamiento. En ese lugar, los narcos cortaron el paso de los policías. En ese momento, Szadura intentó mover el obstáculo que les pusieron los dealers y uno de los traficantes lo sorprendió por atrás y le disparó un balazo a quemarropa en la cabeza.
Desesperado, el compañero de Szadura intentó apresar al agresor, hubo un forcejeo y un disparo que hirió al atacante. Con el policía malherido, el colega de la víctima pidió refuerzos y una ambulancia.
Durante la madrugada, los efectivos de la comisaría 5, de San Martín apresaron a un sospechoso por el homicidio de Szadura. El acusado fue detenido en el hospital Diego Thompson, situado en el otro extremo del lugar del crimen, cerca del centro de San Martín.
El presunto agresor se presentó en la guardia para que lo atendieran de una herida provocada por un balazo que le dispararon cuando fue a comprar droga en la denominada villa del 18.
Sin embargo, al comprobar que los datos aportados por el herido no coincidían con la realidad y tenían una serie de incongruencias, el titular de la Fiscalía N° 2, de San Martín ordenó la detención del sospechoso al considerarlo presunto autor del homicidio del policía Szadura.
Se trata de uno de los pocos episodios en los que narcos y policías se enfrentaron directamente en un operativo. Más allá del arresto del sospechoso que fue encontrado herido en un hospital, los investigadores buscan pistas sobre el cómplice y el resto de la banda.
Con respecto al crimen del oficial Flores, hace dos semanas, los efectivos de División Homicidios de la Policía Federal y de la Dirección Departamental de Investigaciones de San Martín apresaron a un sospechoso.
La detención del acusado se concretó a partir del seguimiento del número de teléfono del sospechoso. A través de una orden judicial, se le solicitó a la empresa prestadora del servicio que facilitara la geolocalización del dispositivo. La información brindada por la compañía situaba al presunto homicida en el límite entre San Martín y San Isidro.
Otro ataque
Los homicidios de los policías Szadura y de Flores no fueron hechos aislados en la zona. En septiembre pasado, un efectivo de la Policía Federal fue herido de gravedad por un grupo de delincuentes que lo interceptó cuando fue a comprar una moto.
Dicha operación había sido pactada a través de la aplicación Marketplace entre el efectivo de la fuerza federal de seguridad y el vendedor. Pero cuando el cabo, identificado por fuentes policiales como Juan Carlos Smijosky, de 34 años, que se desempeña la División Canes de la Superintendencia de Drogas Peligrosas de esa fuerza de seguridad, llegó a la esquina de Nueve de Julio y la calle 5, de José León Suárez, fue interceptado por dos delincuentes que llegaron en bicicletas y que, a punta de pistola, le exigieron el dinero que llevaba para comprar la moto.
Rodeado por los delincuentes, Smijosky se identificó como integrante de una fuerza de seguridad e impartió la voz de alto. Así se produjo un enfrentamiento, que terminó con el policía herido de tres balazos.
El policía fue trasladado al Hospital Castex, donde lo operaron y le salvaron la vida.
César Benjamín Szadura, de 32 años, se convirtió en el tercer integrante de una fuerza de seguridad muerto en cumplimiento del deber en lo que va del año, en el conurbano. La víctima, que se desempeñaba en la policía bonaerense, fue baleada en la cabeza durante un operativo de saturación en la villa Hidalgo, de José León Suárez, en el partido de San Martín, una zona dominada por bandas dedicadas al narcomenudeo.
El 12 de enero pasado, los policías bonaerenses Ezequiel Forselledo y Brian Devincenzi murieron cuando perseguían a dos ladrones en moto. En la esquina de Guido y Mozart, en Quilmes, los uniformados fueron atropellados por el conductor de una camioneta que cruzó el semáforo en rojo.
En lo que va del año, fueron asesinados otros tres efectivos de fuerzas de seguridad en el Gran Buenos Aires. Estos homicidios ocurrieron cuando las víctimas estaban sin uniforme, francos de servicio y los delincuentes que los atacaron los mataron para robarles.
El 15 de enero, Brian Coria, oficial de la Policía de la Ciudad, fue asesinado en Castelar cuando quisieron robarle la moto. Mientras que el 6 de febrero Alexis Emanuel Cancino, policía bonaerense del Grupo de Apoyo Departamental (GAD), fue asesinado cuando trabajaba como chofer de una aplicación de viajes en Blandengues y Homero, en Ingeniero Budge.
En tanto que el 31 de marzo Lucas Flores, oficial de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), fue asesinado en José León Suárez, durante la emboscada que le tendieron los delincuentes que los llevaron engañados a la esquina de Echagüe y De la Cárcova, para comprar un automóvil que estaba a la venta en una red social.
Los homicidios de Flores y de Szadura ocurrieron con 25 días de diferencia, en una lonja de poco más de 30 cuadras entre el Camino de Cintura y el Camino del Buen Ayre, en la localidad de José León Suárez. A Szadura lo mataron en un pasillo de la villa Hidalgo y a Flores lo asesinaron frente a uno de los ingresos de la villa La Cárcova.
Según fuentes oficiales, Szadura, fue llevado malherido al hospital de Boulogne, situado a cincuenta cuadras del lugar en el que lo balearon. Al ser evaluado por los médicos en el shock room, decidieron su derivación a un nosocomio de mayor complejidad. Así fue trasladado al Hospital Central de San Isidro.
Allí, los médicos aplicaron los procedimientos para contener los daños provocados por el proyectil de arma de fuego en la cabeza. Se realizaron maniobras de reanimación y fue revisado por los médicos del servicio de neurocirugía. Pero las lesiones causadas por el balazo a quemarropa fueron tan graves que el policía Szadura falleció a las 2.30.
A partir de la reconstrucción del sangriento episodio realizada por los investigadores judiciales que interrogaron a los policías que acompañaban a la víctima en el operativo de saturación, se determinó que, en un tramo de la recorrida por la villa Hidalgo, Szadura y un compañero advirtieron un pasamanos de droga entre dos dealers.
Ante esa situación, ambos uniformados dieron la voz de alto y comenzaron a perseguir a los transas, quienes se refugiaron en uno de los laberínticos pasillos del asentamiento. En ese lugar, los narcos cortaron el paso de los policías. En ese momento, Szadura intentó mover el obstáculo que les pusieron los dealers y uno de los traficantes lo sorprendió por atrás y le disparó un balazo a quemarropa en la cabeza.
Desesperado, el compañero de Szadura intentó apresar al agresor, hubo un forcejeo y un disparo que hirió al atacante. Con el policía malherido, el colega de la víctima pidió refuerzos y una ambulancia.
Durante la madrugada, los efectivos de la comisaría 5, de San Martín apresaron a un sospechoso por el homicidio de Szadura. El acusado fue detenido en el hospital Diego Thompson, situado en el otro extremo del lugar del crimen, cerca del centro de San Martín.
El presunto agresor se presentó en la guardia para que lo atendieran de una herida provocada por un balazo que le dispararon cuando fue a comprar droga en la denominada villa del 18.
Sin embargo, al comprobar que los datos aportados por el herido no coincidían con la realidad y tenían una serie de incongruencias, el titular de la Fiscalía N° 2, de San Martín ordenó la detención del sospechoso al considerarlo presunto autor del homicidio del policía Szadura.
Se trata de uno de los pocos episodios en los que narcos y policías se enfrentaron directamente en un operativo. Más allá del arresto del sospechoso que fue encontrado herido en un hospital, los investigadores buscan pistas sobre el cómplice y el resto de la banda.
Con respecto al crimen del oficial Flores, hace dos semanas, los efectivos de División Homicidios de la Policía Federal y de la Dirección Departamental de Investigaciones de San Martín apresaron a un sospechoso.
La detención del acusado se concretó a partir del seguimiento del número de teléfono del sospechoso. A través de una orden judicial, se le solicitó a la empresa prestadora del servicio que facilitara la geolocalización del dispositivo. La información brindada por la compañía situaba al presunto homicida en el límite entre San Martín y San Isidro.
Otro ataque
Los homicidios de los policías Szadura y de Flores no fueron hechos aislados en la zona. En septiembre pasado, un efectivo de la Policía Federal fue herido de gravedad por un grupo de delincuentes que lo interceptó cuando fue a comprar una moto.
Dicha operación había sido pactada a través de la aplicación Marketplace entre el efectivo de la fuerza federal de seguridad y el vendedor. Pero cuando el cabo, identificado por fuentes policiales como Juan Carlos Smijosky, de 34 años, que se desempeña la División Canes de la Superintendencia de Drogas Peligrosas de esa fuerza de seguridad, llegó a la esquina de Nueve de Julio y la calle 5, de José León Suárez, fue interceptado por dos delincuentes que llegaron en bicicletas y que, a punta de pistola, le exigieron el dinero que llevaba para comprar la moto.
Rodeado por los delincuentes, Smijosky se identificó como integrante de una fuerza de seguridad e impartió la voz de alto. Así se produjo un enfrentamiento, que terminó con el policía herido de tres balazos.
El policía fue trasladado al Hospital Castex, donde lo operaron y le salvaron la vida.
El efectivo de la fuerza de seguridad bonaerense fue baleado en la cabeza cuando perseguía a dos vendedores de drogas en los pasillos de un asentamiento de San Martín; arrestaron a un sospechoso herido LA NACION