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jueves, mayo 1, 2025
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Escapada pastelera a Luján: tres imperdibles para un fin de semana de relax y dulces de autor

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El mes de mayo en Argentina comienza con una excelente oportunidad para hacer una escapada: el fin de semana largo por el Día del Trabajador se convierte en un finde XL ideal para tomarse un respiro de la rutina diaria y disfrutar de unos días de descanso. Mientras muchas personas optan por viajar a destinos más lejanos, otros eligen quedarse cerca y aprovechar las propuestas que ofrecen lugares ubicados a pocos kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires. En este contexto, Luján se presenta como una opción muy atractiva: con su rica historia, su valor cultural, su cercanía con la naturaleza y su atmósfera serena, esta ciudad se transforma en el destino perfecto para desconectar sin irse demasiado lejos.

Aunque la Basílica de Luján es el emblema indiscutido de la ciudad y uno de los principales puntos de peregrinación del país, este destino tiene mucho más para ofrecerle a quienes buscan una escapada tranquila y con encanto. Desde rincones ideales para pasear al aire libre hasta espacios que invitan a disfrutar de sabores caseros, hay opciones para todos los gustos. En esta nota, repasamos tres lugares imperdibles para vivir un fin de semana diferente:

1. Villa de Luján: cómo en Bariloche

En pleno centro de Luján, a solo unos pasos de la Basílica, se encuentra un rincón que parece sacado de un cuento: Villa de Luján. Este encantador local de tortas, chocolatería y cafetería, con su fachada de madera y estilo alpino, evoca la calidez y el encanto de las tradicionales casitas de té del sur argentino. Su atmósfera acogedora y su decoración rústica transportan a los visitantes a un viaje sensorial que recuerda a los paisajes y sabores de Bariloche.

Detrás de este sueño hecho realidad está Gustavo Molero, un pastelero y chocolatero que desde joven se sintió atraído por el arte de la repostería. A los 12 años, preparó su primera torta casera de vainilla, justo antes de la final del Mundial ’78. En diálogo con LA NACION, recordó sus primeros pasos: “Yo trabajo desde los 12 años, para que te des una idea, tengo 59. A los 12 años yo había hecho una torta que no me preguntes cómo la hice, pero era justo el momento en la final del 78. Yo había hecho una torta con las granas que se usaban en esa época, o sea, de colores. Después de ahí empecé haciendo cosas chiquitas”.

Ese momento marcó el inicio de su pasión por la cocina dulce: “Mi familia tenía un mercadillo de barrio, verdulería, almacén, todo ese tipo de cosas y yo hacía cositas chiquitas y las vendía ahí (…) Cuando era más grande, tipo 16, 17, hacía tortas en porciones y las vendía ahí también y después de ahí me fui haciendo conocido”. Con el tiempo, se perfeccionó en diversos cursos y talleres, y en 1992 abrió su primer local. Sin embargo, fue en Villa de Luján, inaugurada en su ubicación actual, donde logró fusionar su amor por la repostería con su admiración por el sur argentino.

Para la construcción de Villa de Luján se inspiró en las cabañas de madera de Bariloche, ciudad que cautivó a Gustavo desde su primera visita: “Yo en el año 93 me iba a ir para Chile con un amigo. Y este amigo se había olvidado los documentos. Entonces, llegamos hasta el medio de la cordillera y no pudimos cruzar, por lo que terminamos volviendo a Mendoza. ‘¿A dónde vamos?’, pensé; y no sé por qué, dije ‘Vamos a Bariloche’. Entonces, desde Mendoza, todo por ruta 40, llegamos a Bariloche. Cuando conocí la ciudad empezó el amor por eso y, desde esa vez que fui, volví siempre. Todos los años voy, dos o tres veces por año, porque es algo que me encanta”. Para él es “lo más lindo de la Argentina”.

Al adquirir el local, que anteriormente era una casona del año 1890, decidió reutilizar los históricos tirantes de pinotea para el piso y conservar parte de la historia del lugar. Sin dudas, la decoración interior refleja su pasión por los objetos vintage y la nostalgia, con centenares de chapas de chocolates, galletitas y marcas que marcaron generaciones. Cada rincón cuenta una historia y crea una atmósfera única que invita a relajarse y disfrutar de los sabores caseros.​

En Villa de Luján, la propuesta gastronómica es tan cautivadora como su entorno. Los visitantes pueden deleitarse con una variedad de tortas artesanales, bombones de autor y chocolates finos elaborados por Gustavo y su equipo. Entre las especialidades se destacan los bombones rellenos de dulce de leche, de pistacho y los de crema de marroc. Además, los alfajores, tanto clásicos como innovadores, son ideales para llevar como obsequio o para disfrutar en el momento. La calidad de los productos, combinada con el entorno acogedor, convierte a este espacio en un destino imperdible para quienes buscan una experiencia gastronómica única en la ciudad.​

Dirección: Bartolomé Mitre 179, Luján

Horarios: lunes a viernes 8 a 12 hs y de 15:30 a 20 hs, sábados y domingo de 9 a 20 hs

Redes: @villadelujan

2. Raíz Atelier: pastelería de primer nivel

Sobre 25 de Mayo al 485, Raíz Atelier emerge como un refugio pastelero donde las facturas dejaron de ser un simple clásico para convertirse en pequeñas obras de arte. Desde su creación, este espacio logró consolidarse como un referente de la panadería y pastelería artesanal gracias a la fusión de técnicas tradicionales con una estética contemporánea.

Raíz Atelier nace como un emprendimiento familiar de tres hermanos que dio sus primeros pasos en plena pandemia. “Empezamos en el 2020, en pandemia, a hacer pedidos a domicilio. Hacíamos delivery y en octubre del 2022 abrimos nuestro negocio”, recordó uno de ellos y sumó: “Todo fue algo que se fue dando, no fue nunca algo que fue súper planeado. El local surgió más con la necesidad de llegar a más gente y que la gente probara nuestros productos”.

Desde ese momento, llevaron adelante su propuesta al combinar un meticuloso proceso de laminado con fermentaciones prolongadas, que logró hojaldres irresistibles y sabores profundos. “Más que una cuestión económica, queríamos compartir con más gente lo que hacíamos”, explicaron.

En este espacio llevan las facturas de hojaldre a otro nivel: cada pieza se elabora con 100 % manteca y un meticuloso proceso de laminado y fermentación que se extiende por cuatro días, lo que garantiza capas perfectamente separadas, cortezas crujientes y migas aireadas. Además, destacan las versiones rellenas de crema pastelera y las especialidades con pistacho, pero los hermanos coinciden en que su verdadero producto estrella es la medialuna, un clásico cuyo equilibrio entre ligereza y sabor los lleva a recomendarla siempre como el imperdible de la casa.

La propuesta se completa con un café de especialidad seleccionado minuciosamente, ideal para acompañar cada delicia y convertir la visita en un ritual de sabores. La atención cercana y entusiasta de su equipo, que explicó con orgullo el origen de cada fermento y la historia detrás de cada receta, hace que cada visita sea una experiencia atrapante. Si buscás pastelería de primer nivel en Luján, Raíz Atelier merece un lugar destacado en tu ruta.

Dirección: 25 de Mayo 485, Luján

Horarios: martes a sábados, de 8 a 12 hs y de 16:30 a 20 hs

Redes: @raiz.atelier

3. Confitería Briking: un clásico de los clásicos

​Ubicada en la esquina más tradicional de Luján, frente a la Plaza Colón, la Confitería Briking es un clásico que combina historia y sabor. Fundada hace más de 90 años, este espacio fue testigo de generaciones de lujanenses y visitantes que la eligen como punto de encuentro. Su ambiente cálido y su decoración evocan tiempos pasados y ofrecen un espacio ideal para disfrutar de un café mientras se contempla la vida de la ciudad a través de sus amplios ventanales.​

Además de su reconocida pastelería artesanal, Briking ofrece una variedad de opciones gastronómicas que incluyen desayunos, meriendas y platos principales. Este detalle no menor enriquece la experiencia culinaria, lo que permite a los comensales tener de una amplia variedad de opciones.

Dirección: San Martín 499, Luján

Horarios: domingo a jueves de 8 a 1 hs, viernes de 8 a 3 hs, sábados toda la noche

Redes: @confiteriabriking

El mes de mayo en Argentina comienza con una excelente oportunidad para hacer una escapada: el fin de semana largo por el Día del Trabajador se convierte en un finde XL ideal para tomarse un respiro de la rutina diaria y disfrutar de unos días de descanso. Mientras muchas personas optan por viajar a destinos más lejanos, otros eligen quedarse cerca y aprovechar las propuestas que ofrecen lugares ubicados a pocos kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires. En este contexto, Luján se presenta como una opción muy atractiva: con su rica historia, su valor cultural, su cercanía con la naturaleza y su atmósfera serena, esta ciudad se transforma en el destino perfecto para desconectar sin irse demasiado lejos.

Aunque la Basílica de Luján es el emblema indiscutido de la ciudad y uno de los principales puntos de peregrinación del país, este destino tiene mucho más para ofrecerle a quienes buscan una escapada tranquila y con encanto. Desde rincones ideales para pasear al aire libre hasta espacios que invitan a disfrutar de sabores caseros, hay opciones para todos los gustos. En esta nota, repasamos tres lugares imperdibles para vivir un fin de semana diferente:

1. Villa de Luján: cómo en Bariloche

En pleno centro de Luján, a solo unos pasos de la Basílica, se encuentra un rincón que parece sacado de un cuento: Villa de Luján. Este encantador local de tortas, chocolatería y cafetería, con su fachada de madera y estilo alpino, evoca la calidez y el encanto de las tradicionales casitas de té del sur argentino. Su atmósfera acogedora y su decoración rústica transportan a los visitantes a un viaje sensorial que recuerda a los paisajes y sabores de Bariloche.

Detrás de este sueño hecho realidad está Gustavo Molero, un pastelero y chocolatero que desde joven se sintió atraído por el arte de la repostería. A los 12 años, preparó su primera torta casera de vainilla, justo antes de la final del Mundial ’78. En diálogo con LA NACION, recordó sus primeros pasos: “Yo trabajo desde los 12 años, para que te des una idea, tengo 59. A los 12 años yo había hecho una torta que no me preguntes cómo la hice, pero era justo el momento en la final del 78. Yo había hecho una torta con las granas que se usaban en esa época, o sea, de colores. Después de ahí empecé haciendo cosas chiquitas”.

Ese momento marcó el inicio de su pasión por la cocina dulce: “Mi familia tenía un mercadillo de barrio, verdulería, almacén, todo ese tipo de cosas y yo hacía cositas chiquitas y las vendía ahí (…) Cuando era más grande, tipo 16, 17, hacía tortas en porciones y las vendía ahí también y después de ahí me fui haciendo conocido”. Con el tiempo, se perfeccionó en diversos cursos y talleres, y en 1992 abrió su primer local. Sin embargo, fue en Villa de Luján, inaugurada en su ubicación actual, donde logró fusionar su amor por la repostería con su admiración por el sur argentino.

Para la construcción de Villa de Luján se inspiró en las cabañas de madera de Bariloche, ciudad que cautivó a Gustavo desde su primera visita: “Yo en el año 93 me iba a ir para Chile con un amigo. Y este amigo se había olvidado los documentos. Entonces, llegamos hasta el medio de la cordillera y no pudimos cruzar, por lo que terminamos volviendo a Mendoza. ‘¿A dónde vamos?’, pensé; y no sé por qué, dije ‘Vamos a Bariloche’. Entonces, desde Mendoza, todo por ruta 40, llegamos a Bariloche. Cuando conocí la ciudad empezó el amor por eso y, desde esa vez que fui, volví siempre. Todos los años voy, dos o tres veces por año, porque es algo que me encanta”. Para él es “lo más lindo de la Argentina”.

Al adquirir el local, que anteriormente era una casona del año 1890, decidió reutilizar los históricos tirantes de pinotea para el piso y conservar parte de la historia del lugar. Sin dudas, la decoración interior refleja su pasión por los objetos vintage y la nostalgia, con centenares de chapas de chocolates, galletitas y marcas que marcaron generaciones. Cada rincón cuenta una historia y crea una atmósfera única que invita a relajarse y disfrutar de los sabores caseros.​

En Villa de Luján, la propuesta gastronómica es tan cautivadora como su entorno. Los visitantes pueden deleitarse con una variedad de tortas artesanales, bombones de autor y chocolates finos elaborados por Gustavo y su equipo. Entre las especialidades se destacan los bombones rellenos de dulce de leche, de pistacho y los de crema de marroc. Además, los alfajores, tanto clásicos como innovadores, son ideales para llevar como obsequio o para disfrutar en el momento. La calidad de los productos, combinada con el entorno acogedor, convierte a este espacio en un destino imperdible para quienes buscan una experiencia gastronómica única en la ciudad.​

Dirección: Bartolomé Mitre 179, Luján

Horarios: lunes a viernes 8 a 12 hs y de 15:30 a 20 hs, sábados y domingo de 9 a 20 hs

Redes: @villadelujan

2. Raíz Atelier: pastelería de primer nivel

Sobre 25 de Mayo al 485, Raíz Atelier emerge como un refugio pastelero donde las facturas dejaron de ser un simple clásico para convertirse en pequeñas obras de arte. Desde su creación, este espacio logró consolidarse como un referente de la panadería y pastelería artesanal gracias a la fusión de técnicas tradicionales con una estética contemporánea.

Raíz Atelier nace como un emprendimiento familiar de tres hermanos que dio sus primeros pasos en plena pandemia. “Empezamos en el 2020, en pandemia, a hacer pedidos a domicilio. Hacíamos delivery y en octubre del 2022 abrimos nuestro negocio”, recordó uno de ellos y sumó: “Todo fue algo que se fue dando, no fue nunca algo que fue súper planeado. El local surgió más con la necesidad de llegar a más gente y que la gente probara nuestros productos”.

Desde ese momento, llevaron adelante su propuesta al combinar un meticuloso proceso de laminado con fermentaciones prolongadas, que logró hojaldres irresistibles y sabores profundos. “Más que una cuestión económica, queríamos compartir con más gente lo que hacíamos”, explicaron.

En este espacio llevan las facturas de hojaldre a otro nivel: cada pieza se elabora con 100 % manteca y un meticuloso proceso de laminado y fermentación que se extiende por cuatro días, lo que garantiza capas perfectamente separadas, cortezas crujientes y migas aireadas. Además, destacan las versiones rellenas de crema pastelera y las especialidades con pistacho, pero los hermanos coinciden en que su verdadero producto estrella es la medialuna, un clásico cuyo equilibrio entre ligereza y sabor los lleva a recomendarla siempre como el imperdible de la casa.

La propuesta se completa con un café de especialidad seleccionado minuciosamente, ideal para acompañar cada delicia y convertir la visita en un ritual de sabores. La atención cercana y entusiasta de su equipo, que explicó con orgullo el origen de cada fermento y la historia detrás de cada receta, hace que cada visita sea una experiencia atrapante. Si buscás pastelería de primer nivel en Luján, Raíz Atelier merece un lugar destacado en tu ruta.

Dirección: 25 de Mayo 485, Luján

Horarios: martes a sábados, de 8 a 12 hs y de 16:30 a 20 hs

Redes: @raiz.atelier

3. Confitería Briking: un clásico de los clásicos

​Ubicada en la esquina más tradicional de Luján, frente a la Plaza Colón, la Confitería Briking es un clásico que combina historia y sabor. Fundada hace más de 90 años, este espacio fue testigo de generaciones de lujanenses y visitantes que la eligen como punto de encuentro. Su ambiente cálido y su decoración evocan tiempos pasados y ofrecen un espacio ideal para disfrutar de un café mientras se contempla la vida de la ciudad a través de sus amplios ventanales.​

Además de su reconocida pastelería artesanal, Briking ofrece una variedad de opciones gastronómicas que incluyen desayunos, meriendas y platos principales. Este detalle no menor enriquece la experiencia culinaria, lo que permite a los comensales tener de una amplia variedad de opciones.

Dirección: San Martín 499, Luján

Horarios: domingo a jueves de 8 a 1 hs, viernes de 8 a 3 hs, sábados toda la noche

Redes: @confiteriabriking

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