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sábado, mayo 10, 2025
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Han Kang, su traductora al español y Buenos Aires, en una red infinita de conexiones

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La red de conexiones humanas, que va más allá del tiempo y del espacio, representada por el budismo con la Red de Indra, una gran telaraña salpicada con gotas de rocío, se materializó ayer en la Feria del Libro porteña a través de un video filmado en la capital de Corea del Sur.

Durante poco más de un minuto, la premio Nobel de Literatura surcoreana Han Kang apareció en la pantalla de la sala Carlos Gorostiza (con 120 personas sentadas y algunas de pie) para saludar, casi en un susurro, a sus lectores argentinos. La mentora del encuentro a la distancia fue la traductora al español de la obra de la poeta y novelista galardonada por la Academia sueca en 2024, la también surcoreana Sunme Yoon, que protagonizó la charla “Han Kang, el viaje del coreano al español”.

En el video, después de saludar con un leve movimiento de cabeza, Han Kang recordó su visita a la Feria hace doce años, luego de la publicación en el país de La vegetariana, a cargo del pequeño sello Bajo la luna. Esa fue la primera traducción de una obra suya en Occidente y la primera, en español, con traducción de Sunme Yoon.

En su mensaje, Han Kang dijo que fue recibida de manera muy cálida en aquella presentación en la Feria y que, desde entonces, está conectada con el país a través de sus obras. “Dice que está muy contenta de que sus libros estén publicados en español, en la Argentina, y que hay que agradecer que estemos vinculados a través de un medio tan especial como son los libros”, contó Sunme Yoon, quien consiguió que la Nobel le enviara el video después de prometerle que no iba a publicarlo en redes sociales ni enviarlo a los medios. “Me comprometí a proyectarlo solo en esta sala”, le dijo al público presente. Y reveló: “Como pasaban las semanas y no me enviaba el video, le escribí para ver qué pasaba. Me dijo que le costaba grabarlo y me preguntó si era lo mismo que me mandara una carta. ‘No es lo mismo’, le expliqué. Finalmente, hace una semana lo mandó”.

Con esa anécdota, la traductora graficó la timidez extrema de la Nobel y recordó su negativa a conceder entrevistas adentro y afuera de Corea, más desde que ganó el prestigioso premio literario.

Después de su visita a la Feria del Libro porteña, en 2013, Han Kang le dijo a Sunme Yoon: “El público del otro lado del mundo entendió mi novela mejor que el público coreano”, según contó la traductora, que vivió en la ciudad de Buenos Aires entre 1971 y 1991 y estudió Letras en la Universidad de Buenos Aires.

En su charla, Sunme Yoon recorrió con diapositivas la obra de la Nobel. “Iba a venir a la Feria por los 60 años de la inmigración coreana en la Argentina, que se cumplen en 2025. Pero, en octubre pasado, cuando Han Kang ganó el Nobel de manera totalmente inesperada para todos, incluida Corea, decidí hablar sobre el sentido de su obra narrativa y poética”, dijo en el inicio. “Quiero contarles mi propia interpretación de su obra y no lo que dicen los críticos”.

Fue entonces cuando explicó un concepto clave en la obra de la autora de Actos humanos: la interdependencia. “Es un concepto cultural de origen budista, la interdependencia o interconexión: la idea de que todos estamos conectados no solo en el presente sino también en el tiempo y en el espacio”. Mostró en la pantalla la imagen de la Red de Indra, la telaraña repleta de gotas de rocío, “todas idénticas y a la vez diferentes, únicas, que representan a los seres vivos”. “Si todos estamos conectados, todas nuestras acciones repercuten en el todo”.

También habló sobre La clase de griego y su relación con Jorge Luis Borges. “Esa novela, que es su preferida, se publicó en 2011 en Corea. Mientras escribía Sopla el viento, vete, que todavía no se tradujo al español, quedó trabada. Entonces, para distraerse, empezó a leer cuentos de Borges y se fascinó con Qué es el budismo, de Borges y Alicia Jurado”, contó mientras mostraba en la pantalla la tapa verde de la edición coreana con una foto de Borges con las manos apoyadas en un bastón.

“Al año siguiente Han Kang vino a la Feria del Libro, para conocer el país de origen de Borges. Son casualidades no tan casuales que tienen que ver con esa red de interconexión. Ella, que tiene una salud muy frágil, se animó a hacer ese viaje tan largo. Y, luego, en la cuarta parte de su poemario Guardé el anochecer en el cajón, titulada ‘El invierno al otro lado del espejo‘, escribió doce poemas inspirados en Buenos Aires“.

Entonces, Sunme Yoon revolvió en su cartera y sacó un ejemplar del volumen de poemas, se puso los anteojos y empezó a leer fragmentos de los poemas “aporteñados”, en los que Han Kang describe con bellas palabras la distancia temporal entre su ciudad y la nuestra, marcada por las doce horas de diferencia y las estaciones del año: “Ahora, que acá es otoño, allá ya llegó la primavera”, resaltó la traductora.

La red de conexiones humanas, que va más allá del tiempo y del espacio, representada por el budismo con la Red de Indra, una gran telaraña salpicada con gotas de rocío, se materializó ayer en la Feria del Libro porteña a través de un video filmado en la capital de Corea del Sur.

Durante poco más de un minuto, la premio Nobel de Literatura surcoreana Han Kang apareció en la pantalla de la sala Carlos Gorostiza (con 120 personas sentadas y algunas de pie) para saludar, casi en un susurro, a sus lectores argentinos. La mentora del encuentro a la distancia fue la traductora al español de la obra de la poeta y novelista galardonada por la Academia sueca en 2024, la también surcoreana Sunme Yoon, que protagonizó la charla “Han Kang, el viaje del coreano al español”.

En el video, después de saludar con un leve movimiento de cabeza, Han Kang recordó su visita a la Feria hace doce años, luego de la publicación en el país de La vegetariana, a cargo del pequeño sello Bajo la luna. Esa fue la primera traducción de una obra suya en Occidente y la primera, en español, con traducción de Sunme Yoon.

En su mensaje, Han Kang dijo que fue recibida de manera muy cálida en aquella presentación en la Feria y que, desde entonces, está conectada con el país a través de sus obras. “Dice que está muy contenta de que sus libros estén publicados en español, en la Argentina, y que hay que agradecer que estemos vinculados a través de un medio tan especial como son los libros”, contó Sunme Yoon, quien consiguió que la Nobel le enviara el video después de prometerle que no iba a publicarlo en redes sociales ni enviarlo a los medios. “Me comprometí a proyectarlo solo en esta sala”, le dijo al público presente. Y reveló: “Como pasaban las semanas y no me enviaba el video, le escribí para ver qué pasaba. Me dijo que le costaba grabarlo y me preguntó si era lo mismo que me mandara una carta. ‘No es lo mismo’, le expliqué. Finalmente, hace una semana lo mandó”.

Con esa anécdota, la traductora graficó la timidez extrema de la Nobel y recordó su negativa a conceder entrevistas adentro y afuera de Corea, más desde que ganó el prestigioso premio literario.

Después de su visita a la Feria del Libro porteña, en 2013, Han Kang le dijo a Sunme Yoon: “El público del otro lado del mundo entendió mi novela mejor que el público coreano”, según contó la traductora, que vivió en la ciudad de Buenos Aires entre 1971 y 1991 y estudió Letras en la Universidad de Buenos Aires.

En su charla, Sunme Yoon recorrió con diapositivas la obra de la Nobel. “Iba a venir a la Feria por los 60 años de la inmigración coreana en la Argentina, que se cumplen en 2025. Pero, en octubre pasado, cuando Han Kang ganó el Nobel de manera totalmente inesperada para todos, incluida Corea, decidí hablar sobre el sentido de su obra narrativa y poética”, dijo en el inicio. “Quiero contarles mi propia interpretación de su obra y no lo que dicen los críticos”.

Fue entonces cuando explicó un concepto clave en la obra de la autora de Actos humanos: la interdependencia. “Es un concepto cultural de origen budista, la interdependencia o interconexión: la idea de que todos estamos conectados no solo en el presente sino también en el tiempo y en el espacio”. Mostró en la pantalla la imagen de la Red de Indra, la telaraña repleta de gotas de rocío, “todas idénticas y a la vez diferentes, únicas, que representan a los seres vivos”. “Si todos estamos conectados, todas nuestras acciones repercuten en el todo”.

También habló sobre La clase de griego y su relación con Jorge Luis Borges. “Esa novela, que es su preferida, se publicó en 2011 en Corea. Mientras escribía Sopla el viento, vete, que todavía no se tradujo al español, quedó trabada. Entonces, para distraerse, empezó a leer cuentos de Borges y se fascinó con Qué es el budismo, de Borges y Alicia Jurado”, contó mientras mostraba en la pantalla la tapa verde de la edición coreana con una foto de Borges con las manos apoyadas en un bastón.

“Al año siguiente Han Kang vino a la Feria del Libro, para conocer el país de origen de Borges. Son casualidades no tan casuales que tienen que ver con esa red de interconexión. Ella, que tiene una salud muy frágil, se animó a hacer ese viaje tan largo. Y, luego, en la cuarta parte de su poemario Guardé el anochecer en el cajón, titulada ‘El invierno al otro lado del espejo‘, escribió doce poemas inspirados en Buenos Aires“.

Entonces, Sunme Yoon revolvió en su cartera y sacó un ejemplar del volumen de poemas, se puso los anteojos y empezó a leer fragmentos de los poemas “aporteñados”, en los que Han Kang describe con bellas palabras la distancia temporal entre su ciudad y la nuestra, marcada por las doce horas de diferencia y las estaciones del año: “Ahora, que acá es otoño, allá ya llegó la primavera”, resaltó la traductora.

 Surcoreana al igual que la última premio Nobel de Literatura, Sunme Yoon protagonizó una charla sobre la obra de la autora de “La vegetariana”: “Estamos conectados por los libros”, dijo Han Kang en un video a sus lectores  LA NACION