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sábado, mayo 10, 2025
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Rosario Central y Argentinos Juniors: a los mejores equipos del torneo Apertura les llegó la hora de demostrarlo

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Rosario Central y Argentinos Juniors terminaron como líderes de las Zonas A y B, respectivamente. Más allá de lo que digan los números, fueron los que mejor fútbol desplegaron. Cada uno a su manera, pero ambos siendo superiores a la mayoría de sus rivales y apenas perdiendo un solo partido: el equipo de La Paternal ante Aldosivi y el Canalla ante Boca. Sin embargo, este formato los iguala en la recta final, más allá de haberse asegurado definir como locales hasta las semifinales… en caso de llegar.

Ahí está uno de los puntos a resolver con este formato de torneo Apertura. Porque a partir de ahora el campeonato no acepta tener un mal día. De todas formas, el que logró jugar mejor con cierta continuidad tendrá más chances de sobreponerse a situaciones adversas durante un partido.

Los dirigidos por Ariel Holan sumaron más puntos que todos (35), anotaron 24 goles y recibieron 9. El grupo de Nicolás Diez consiguió 33 unidades, marcó 22 tantos y recibió 8. Ambos tienen un arquero confiable (Broun y Diego Rodríguez), defensas que retocan lo menos posible, un mediocampo versátil con marca y generación de juego y gol. Si un equipo no hace goles, difícil llegar lejos, aunque las matemáticas ofrecen esta variante a partir de este momento en este certamen: un equipo puede empatar los cuatro partidos y ser campeón pasando por penales sin siquiera convertir un tanto.

Rosario Central tiene un juego más directo y si bien Enzo Copetti parece estar peleado con las redes, igual marcó 3 anotaciones y termina cumpliendo un rol importante para generarle los espacios a los compañeros: nunca da una pelota por perdida y gana duelos individuales al estilo Maxi Salas o Maravilla Martínez. Eso sí, los festejos en el transcurso del campeonato fueron más repartidos: Ignacio Malcorra (4), Jaminton Campaz (4) –ambos remataron en dirección al arco 7 veces y anotaron 4 goles; 20 y 18, contando respectivamente los intentos totales-, Enzo Copetti (3), Agustín Sández (2), Gaspar Duarte (2), Santiago López (2) y Sebastián Ferreira (2).

Ariel Holan sabe que armó un grupo fuerte y que el equipo le responde en función de las características con las que suele configurar la base titular. Juegan como Fieras, con gran convicción para defender y atacar: “Hoy por hoy hay una corriente futbolística mundial que expresa la frase antigua de que no hay mejor defensa que un buen ataque. Yo digo que si atacamos bien, nos defendemos mejor”, dice el DT. Y destaca el apoyo de la gente, un plus a la hora de estas definiciones: “Acá hay un virus o una bacteria que se te mete. La actitud guerrera de la gente es imposible que no se contagie. La pasión de Rosario es tremenda”.

Argentinos tiene el poder de anotación más repartido, ya que fueron 11 los futbolistas que convirtieron los 24 tantos: Tomás Molina (8), el centrodelantero que le tuvieron paciencia y se terminó destapando anotando de cabeza y por abajo –remató 19 veces en dirección al arco (47 en total) y convirtió 8-, pero después todos pisan el área: Alan Lescano (3), José Herrera (3), Alan Rodríguez (2) y Emiliano Viveros; Érik Godoy, Leandro Lozano y Lucas Gómez, uno cada uno.

“Siento la comodidad de estar en un club que conozco y donde sé lo que quiere la gente. Todos queremos ganar, por supuesto, sea en el último minuto o de la manera que sea. Me gustan las formas. El equipo hay veces que puede jugar como queremos y otras el rival no te deja, pero por lo general podemos cambiar el sistema o la estrategia, pero el estilo no. No es lo mismo si jugamos contra Boca o River que si es otro partido, pero eso no quiere decir que cambiemos el estilo. La búsqueda se mantiene hasta cuando jugamos con línea de 3”, dice Nicolás Diez, que armó un equipo que enorgullece a los hinchas y por eso generó que canten que son los “globetrotters de la Paternal”.

Y agrega: “Todo esto en algún momento te lleva a coronar. Yo no sé si voy a ser yo o va a ser otro. Cuando uno hace bien las cosas, en algún momento se da. Esto tiene que ver con la forma que tiene el club de encarar las cosas”.

Rosario Central suele jugar 4-2-3-1, con laterales que se proyectan al ataque (Coronel y Sández), un doble 5 con mucho despliegue y que son claves para la presión en campo rival, como Federico Navarro y Franco Ibarra; y arriba tres volantes ofensivos con alma de delanteros (Ignacio Malcorra, Maxi Lovera y Santiago López) que intercambian posiciones junto con Copetti.

Cualquier pelota perdida en la zona de la mitad de la cancha puede transformarse en situación de gol canalla en menos de diez segundos. Independiente fue el último en comprobarlo. Para defender, se ubica 4-4-2 para cubrir todo el ancho del campo.

Argentinos, con un sistema madre 4-3-3, tiene un promedio de posesión mayor 61,8% vs. 50,6%. Suele sumar una mayor cantidad de pases a la hora de generar una chance de gol y ataques más respaldados (poniendo cinco o seis futbolistas dentro del área rival). Central puede ser igual de peligroso con dos o tres: hay un gran “entendimiento” entre Malcorra, Lovera, Santi López y Copetti para resolver de memoria muchas veces jugadas ensayadas en la semana y los que ingresan (Gaspar Duarte, Campaz o Giaccone) entran bien en los partidos, casi sin necesidad de adaptación a los ritmos y las necesidades.

Los dirigidos por Nico Diez tienen el talento en Lescano, Alan Rodríguez y Oroz, pero también usa a sus laterales (Lozano y Vega o Prieto) para ser profundos y desequilibrar por afuera por adentro.

En otro de los datos de LPF Data queda comprobado que ambos se hacen peligrosos cuando logran recuperar en campo rival (en el caso de Central, sobre todo presionando a los futbolistas que reciben la pelota de espalda). De los 101 balones recuperados altos, 14 terminaron en situación de gol y uno de ellos en gol. Del lado de Argentinos, fueron 128 recuperaciones altas, de las cuales 21 desembocaron en chances de riesgo y 4 de ellas finalizaron en gol. En el promedio de edad de los jugadores utilizados en el actual Apertura están también parejos: Argentinos está en 28 años y 13 días; Rosario Central en 28 años y 74 días.

Pero ahora les llegó la hora de la verdad: a Central le tocó un Estudiantes que no está en su mejor versión, pero tiene oficio copero. Argentinos será local ante Instituto. Ambos, hasta aquí, reunieron virtudes para soñar con ir más allá de los octavos de final, pero el fútbol exige revalidar credenciales todo el tiempo. Más ahora, donde todo se resuelve en 90 minutos (o penales). Ese será el principal desafío de Rosario Central y Argentinos: demostrar que están a la altura de ir por más, que no se dejarán caer en la trampa del formato.

Rosario Central y Argentinos Juniors terminaron como líderes de las Zonas A y B, respectivamente. Más allá de lo que digan los números, fueron los que mejor fútbol desplegaron. Cada uno a su manera, pero ambos siendo superiores a la mayoría de sus rivales y apenas perdiendo un solo partido: el equipo de La Paternal ante Aldosivi y el Canalla ante Boca. Sin embargo, este formato los iguala en la recta final, más allá de haberse asegurado definir como locales hasta las semifinales… en caso de llegar.

Ahí está uno de los puntos a resolver con este formato de torneo Apertura. Porque a partir de ahora el campeonato no acepta tener un mal día. De todas formas, el que logró jugar mejor con cierta continuidad tendrá más chances de sobreponerse a situaciones adversas durante un partido.

Los dirigidos por Ariel Holan sumaron más puntos que todos (35), anotaron 24 goles y recibieron 9. El grupo de Nicolás Diez consiguió 33 unidades, marcó 22 tantos y recibió 8. Ambos tienen un arquero confiable (Broun y Diego Rodríguez), defensas que retocan lo menos posible, un mediocampo versátil con marca y generación de juego y gol. Si un equipo no hace goles, difícil llegar lejos, aunque las matemáticas ofrecen esta variante a partir de este momento en este certamen: un equipo puede empatar los cuatro partidos y ser campeón pasando por penales sin siquiera convertir un tanto.

Rosario Central tiene un juego más directo y si bien Enzo Copetti parece estar peleado con las redes, igual marcó 3 anotaciones y termina cumpliendo un rol importante para generarle los espacios a los compañeros: nunca da una pelota por perdida y gana duelos individuales al estilo Maxi Salas o Maravilla Martínez. Eso sí, los festejos en el transcurso del campeonato fueron más repartidos: Ignacio Malcorra (4), Jaminton Campaz (4) –ambos remataron en dirección al arco 7 veces y anotaron 4 goles; 20 y 18, contando respectivamente los intentos totales-, Enzo Copetti (3), Agustín Sández (2), Gaspar Duarte (2), Santiago López (2) y Sebastián Ferreira (2).

Ariel Holan sabe que armó un grupo fuerte y que el equipo le responde en función de las características con las que suele configurar la base titular. Juegan como Fieras, con gran convicción para defender y atacar: “Hoy por hoy hay una corriente futbolística mundial que expresa la frase antigua de que no hay mejor defensa que un buen ataque. Yo digo que si atacamos bien, nos defendemos mejor”, dice el DT. Y destaca el apoyo de la gente, un plus a la hora de estas definiciones: “Acá hay un virus o una bacteria que se te mete. La actitud guerrera de la gente es imposible que no se contagie. La pasión de Rosario es tremenda”.

Argentinos tiene el poder de anotación más repartido, ya que fueron 11 los futbolistas que convirtieron los 24 tantos: Tomás Molina (8), el centrodelantero que le tuvieron paciencia y se terminó destapando anotando de cabeza y por abajo –remató 19 veces en dirección al arco (47 en total) y convirtió 8-, pero después todos pisan el área: Alan Lescano (3), José Herrera (3), Alan Rodríguez (2) y Emiliano Viveros; Érik Godoy, Leandro Lozano y Lucas Gómez, uno cada uno.

“Siento la comodidad de estar en un club que conozco y donde sé lo que quiere la gente. Todos queremos ganar, por supuesto, sea en el último minuto o de la manera que sea. Me gustan las formas. El equipo hay veces que puede jugar como queremos y otras el rival no te deja, pero por lo general podemos cambiar el sistema o la estrategia, pero el estilo no. No es lo mismo si jugamos contra Boca o River que si es otro partido, pero eso no quiere decir que cambiemos el estilo. La búsqueda se mantiene hasta cuando jugamos con línea de 3”, dice Nicolás Diez, que armó un equipo que enorgullece a los hinchas y por eso generó que canten que son los “globetrotters de la Paternal”.

Y agrega: “Todo esto en algún momento te lleva a coronar. Yo no sé si voy a ser yo o va a ser otro. Cuando uno hace bien las cosas, en algún momento se da. Esto tiene que ver con la forma que tiene el club de encarar las cosas”.

Rosario Central suele jugar 4-2-3-1, con laterales que se proyectan al ataque (Coronel y Sández), un doble 5 con mucho despliegue y que son claves para la presión en campo rival, como Federico Navarro y Franco Ibarra; y arriba tres volantes ofensivos con alma de delanteros (Ignacio Malcorra, Maxi Lovera y Santiago López) que intercambian posiciones junto con Copetti.

Cualquier pelota perdida en la zona de la mitad de la cancha puede transformarse en situación de gol canalla en menos de diez segundos. Independiente fue el último en comprobarlo. Para defender, se ubica 4-4-2 para cubrir todo el ancho del campo.

Argentinos, con un sistema madre 4-3-3, tiene un promedio de posesión mayor 61,8% vs. 50,6%. Suele sumar una mayor cantidad de pases a la hora de generar una chance de gol y ataques más respaldados (poniendo cinco o seis futbolistas dentro del área rival). Central puede ser igual de peligroso con dos o tres: hay un gran “entendimiento” entre Malcorra, Lovera, Santi López y Copetti para resolver de memoria muchas veces jugadas ensayadas en la semana y los que ingresan (Gaspar Duarte, Campaz o Giaccone) entran bien en los partidos, casi sin necesidad de adaptación a los ritmos y las necesidades.

Los dirigidos por Nico Diez tienen el talento en Lescano, Alan Rodríguez y Oroz, pero también usa a sus laterales (Lozano y Vega o Prieto) para ser profundos y desequilibrar por afuera por adentro.

En otro de los datos de LPF Data queda comprobado que ambos se hacen peligrosos cuando logran recuperar en campo rival (en el caso de Central, sobre todo presionando a los futbolistas que reciben la pelota de espalda). De los 101 balones recuperados altos, 14 terminaron en situación de gol y uno de ellos en gol. Del lado de Argentinos, fueron 128 recuperaciones altas, de las cuales 21 desembocaron en chances de riesgo y 4 de ellas finalizaron en gol. En el promedio de edad de los jugadores utilizados en el actual Apertura están también parejos: Argentinos está en 28 años y 13 días; Rosario Central en 28 años y 74 días.

Pero ahora les llegó la hora de la verdad: a Central le tocó un Estudiantes que no está en su mejor versión, pero tiene oficio copero. Argentinos será local ante Instituto. Ambos, hasta aquí, reunieron virtudes para soñar con ir más allá de los octavos de final, pero el fútbol exige revalidar credenciales todo el tiempo. Más ahora, donde todo se resuelve en 90 minutos (o penales). Ese será el principal desafío de Rosario Central y Argentinos: demostrar que están a la altura de ir por más, que no se dejarán caer en la trampa del formato.

 Fueron los que más puntos sumaron y los que más llenaron a sus hinchas con el funcionamiento colectivo, pero ahora el formato de la definición les exige no fallar  LA NACION