info@tierradenoticias.com
miércoles, mayo 21, 2025
NACIONALESULTIMAS NOTICIAS

La Unión Europea y Gran Bretaña extreman su presión a Israel por Gaza y ponen en duda sus acuerdos estratégicos

2views

PARÍS.– En lo que puede significar un durísimo golpe económico para Israel, la Unión Europea (UE) anunció que lanzará una revisión de su acuerdo de asociación. Se trata de un paso suplementario en el serio enfrentamiento que provocó entre Europa y el gobierno de Benjamin Netanyahu la ofensiva israelí en Gaza.

El lunes, los tres principales aliados occidentales de Estados Unidos —Francia, Canadá y Gran Bretaña— publicaron un comunicado que representa una severa e inédita crítica al primer ministro, Benjamin Netanyahu, y a los actos cometidos por Israel y su Ejército.

Londres fue este martes aún más lejos al anunciar la suspensión de sus negociaciones para un acuerdo de libre comercio con Israel y la convocatoria de la embajadora del Estado judío en Gran Bretaña, Tzipi Hotovely.

“La Unión Europea lanzará una revisión de su acuerdo de asociación con Israel sobre la base del artículo 2, que trata del respeto de los derechos humanos y los principios democráticos”, dijo la alta representante de la UE para las Relaciones Exteriores, Kaja Kallas, después de una reunión de los ministros de Exteriores del bloque en Bruselas.

“Nos oponemos firmemente a la extensión de las operaciones militares israelíes en Gaza. El nivel de sufrimiento humano en Gaza es intolerable”, afirmaba, en tanto, el comunicado publicado el lunes por Londres, Ottawa y París. Los firmantes pidieron a Israel que detenga sus operaciones militares y reanude la distribución de ayuda humanitaria, bloqueada desde el 2 de marzo. Al mismo tiempo, instaron a Hamas a liberar “inmediatamente a los últimos rehenes”. Aún quedan 58 en la franja, de los cuales 20 podrían estar vivos.

La declaración condenó el “lenguaje odioso utilizado recientemente por miembros del gobierno israelí y la amenaza agitada de un desplazamiento forzado de civiles”, y recordó que esas expulsiones son una violación del derecho internacional humanitario.

Reconociendo el carácter “atroz” del ataque del 7 de octubre de 2023, los líderes consideran sin embargo que “esta escalada es totalmente desproporcionada”. El ministro de Relaciones Exteriores francés, Jean-Noël Barrot, apoyó estas posiciones este martes en una entrevista radiofónica, estimando que “la situación (en Gaza) es insoportable. La violencia ciega convierte a Gaza en un lugar de muerte, por no decir en un cementerio” y mencionando “niños hambrientos, sedientos”.

Pero la declaración también contenía amenazas, que parecen haberse materializado este martes: “No permaneceremos con los brazos cruzados mientras el gobierno de Netanyahu continúa con estas acciones escandalosas. Si Israel no pone fin a la nueva ofensiva militar y no levanta sus restricciones sobre la ayuda humanitaria, tomaremos otras medidas concretas en respuesta”.

En otras palabras: incluir una revisión del acuerdo de asociación (comercial y político) entre la Unión Europea (UE) e Israel; idea que ya muchos países del bloque están evaluando.

Una sanción de este tipo, que podría poner fin a la exención de la mayoría de los derechos de aduana o tarifas preferenciales concedidas a las exportaciones israelíes, no dejaría de sacudir la economía de Israel. Esta es muy dependiente de la UE, su principal socio comercial, que por sí sola asegura casi un tercio de los intercambios comerciales israelíes. Las ventas israelíes de productos y servicios alcanzaron los 24.400 millones de euros en 2024 y se centran principalmente en productos agrícolas, medicamentos, material médico, productos químicos y diamantes.

Israel es, además, el principal país no miembro de la UE que se beneficia de los programas de investigación e innovación financiados por la UE. Estas ayudas alcanzaron 1200 millones de euros en los últimos años y contribuyeron a impulsar numerosos presupuestos de desarrollo.

En una última salva, el comunicado afirmaba que los tres países están “determinados a reconocer un Estado palestino como contribución a la realización de una solución de dos Estados”. Una conferencia sobre Palestina en Naciones Unidas, en junio, copresidida por Francia y Arabia Saudita, podría convertirse en marco para ese reconocimiento –ya aprobado por 147 de los 193 Estados miembros de la ONU–, con el objetivo declarado de hacer renacer la solución de dos Estados de sus cenizas.

Respuesta

Benjamin Netanyahu dio una respuesta contundente, desde el lunes por la noche: “Se trata de una guerra de civilizaciones contra la barbarie. Israel seguirá defendiéndose por medios justos hasta la victoria total”, considerando también que esta reacción coordinada es “una enorme recompensa” para Hamas.

“Las presiones exteriores no desviarán a Israel de su camino, que es defender su existencia y su seguridad contra enemigos que buscan destruirlo”, declaró este martes el Ministerio de Relaciones Exteriores israelí, tras el anuncio de Gran Bretaña de la suspensión de sus negociaciones para un acuerdo de libre comercio con el gobierno israelí.

“Si, debido a su obsesión antiisraelí y a consideraciones políticas internas, el gobierno británico está dispuesto a perjudicar la economía británica, es su derecho”, afirmó la diplomacia israelí en un comunicado.

Este martes, el Ministerio de Relaciones Exteriores británico también anunció sancionar a tres personas, entre ellas Daniella Weiss, calificada de “destacada líder de colonos”, así como a dos puestos avanzados ilegales y dos organizaciones “que han apoyado, establecido y alentado la violencia contra las comunidades palestinas en Cisjordania”, según un comunicado que precisa que se les aplicarán restricciones financieras, prohibiciones de viaje y exclusiones de administradores.

La declaración de Canadá, Francia y Gran Bretaña es consecuencia de una falsa apertura del gobierno israelí sobre el suministro de ayuda humanitaria a Gaza. Nunca, en su historia moderna, el enclave ha estado tan devastado. Más de 53.000 palestinos —de más de dos millones de habitantes—, murieron desde el inicio de la guerra, según las cifras del Ministerio de Salud de Hamas, corroboradas por la ONU. Más del 90 % de las viviendas están parcial o totalmente destruidas.

A esa catástrofe humanitaria, Israel ha añadido, desde el 2 de marzo, un bloqueo total de los alimentos que entran en el enclave. El lunes, 22 países, entre ellos Francia, Alemania, Gran Bretaña, Canadá, Japón y Australia, exigieron también a Israel una “reanudación completa de la ayuda a la Franja de Gaza, de inmediato”, pidiendo que sea organizada por las Naciones Unidas y las ONG.

Ante sus ministros, Netanyahu anunció el domingo un levantamiento parcial de ese bloqueo: Pero, el lunes, el Ejército reconoció la entrada del equivalente a solo cinco camiones de ayuda humanitaria, incluyendo “alimentos para bebés”.

“Es solo una gota en el océano de lo que se necesita con urgencia”, estima la OCHA, la agencia de la ONU para la coordinación de la ayuda humanitaria. Más de 500 camiones entraban cada día en la Franja de Gaza antes de la guerra.

Ese bloqueo, con la reanudación de las hostilidades el 18 de marzo, es presentado por el gobierno israelí como un conjunto de medidas destinadas a presionar a Hamas para que vuelva a un acuerdo de alto el fuego más favorable al Estado hebreo, que no quiere ni un cese duradero de la guerra ni retirar sus tropas de la Franja de Gaza. Pero esta presión se asemeja a una auténtica invasión del enclave.

A sus partidarios, el primer ministro israelí asegura que está fuera de cuestión detener la guerra: “Tenemos la intención de tomar el control de todo el territorio. Pero debemos actuar de manera que nadie pueda detenernos”, dijo.

Por su parte, el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, proveniente de la extrema derecha supremacista, afirmó que Israel “destruye todo lo que queda de la Franja de Gaza” y reconoció que “el Ejército no deja nada al azar”. Más allá de los riesgos actuales de hambruna, el territorio corre el riesgo de ser inhabitable por una generación.

Cambio de discurso

Ante esta situación denunciada desde hace meses por las organizaciones humanitarias, los aliados de Israel comienzan a modificar su discurso.

El viernes, Donald Trump declaró: “Nos preocupamos por Gaza y debemos ocuparnos de ello. Muchas personas mueren de hambre”. El vicepresidente estadounidense, JD Vance, canceló una visita esta semana a Israel para no avalar la expansión de las operaciones militares en Gaza, según el medio estadounidense Axios. The Washington Post reveló el lunes que “los partidarios de Trump hacen saber a Israel: ‘Los abandonaremos si no ponen fin a esta guerra’”.

En las últimas semanas, Emmanuel Macron ha asumido el liderazgo de la protesta contra la guerra, y en particular contra el gobierno de Netanyahu. El cambio se produjo especialmente durante una visita a Egipto, en abril, junto al presidente egipcio Abdel Fattah al-Sisi. El presidente francés se dirigió a la plataforma humanitaria de la Media Luna Roja, en las afueras de la ciudad portuaria de El-Arish, a unos 50 kilómetros de Gaza. Las cargas se amontonaban entonces bajo las tiendas blancas y los hangares, debido al bloqueo.

“La situación hoy es insostenible, y nunca ha sido tan grave”, había juzgado Macron sobre la Franja de Gaza. Esta visita habría marcado al presidente francés, según un diplomático.

En la presión ejercida sobre el gobierno israelí aún falta la unidad de la UE. Mientras que los países europeos más sensibles a la causa palestina, como España o Irlanda, llevan más de un año pidiendo a la UE que examine los términos de su acuerdo de asociación con Israel, la idea avanza lentamente. Esta acaba de ser retomada por Holanda y hoy cuenta con el acuerdo de Francia. Barrot llamó a reexaminar este acuerdo, con vistas a su posible suspensión. Por su parte, Suecia es partidaria de sanciones europeas “contra ciertos ministros israelíes”.

“Suecia es amiga de Israel, pero (…) ahora debemos elevar el tono. Vamos a abogar por sanciones europeas contra ciertos ministros israelíes” que “apoyan una política de colonización ilegal y se oponen activamente a una futura solución de dos Estados”, escribió la ministra de Relaciones Exteriores sueca, Maria Malmer Stenergard, en vísperas de una reunión con sus homólogos este martes en Bruselas para tratar el tema.

Qatar, que actúa como mediador entre Israel y el movimiento islamista palestino Hamas, afirmó que la intensificación de la ofensiva israelí comprometía “toda oportunidad de paz” en el territorio palestino.

PARÍS.– En lo que puede significar un durísimo golpe económico para Israel, la Unión Europea (UE) anunció que lanzará una revisión de su acuerdo de asociación. Se trata de un paso suplementario en el serio enfrentamiento que provocó entre Europa y el gobierno de Benjamin Netanyahu la ofensiva israelí en Gaza.

El lunes, los tres principales aliados occidentales de Estados Unidos —Francia, Canadá y Gran Bretaña— publicaron un comunicado que representa una severa e inédita crítica al primer ministro, Benjamin Netanyahu, y a los actos cometidos por Israel y su Ejército.

Londres fue este martes aún más lejos al anunciar la suspensión de sus negociaciones para un acuerdo de libre comercio con Israel y la convocatoria de la embajadora del Estado judío en Gran Bretaña, Tzipi Hotovely.

“La Unión Europea lanzará una revisión de su acuerdo de asociación con Israel sobre la base del artículo 2, que trata del respeto de los derechos humanos y los principios democráticos”, dijo la alta representante de la UE para las Relaciones Exteriores, Kaja Kallas, después de una reunión de los ministros de Exteriores del bloque en Bruselas.

“Nos oponemos firmemente a la extensión de las operaciones militares israelíes en Gaza. El nivel de sufrimiento humano en Gaza es intolerable”, afirmaba, en tanto, el comunicado publicado el lunes por Londres, Ottawa y París. Los firmantes pidieron a Israel que detenga sus operaciones militares y reanude la distribución de ayuda humanitaria, bloqueada desde el 2 de marzo. Al mismo tiempo, instaron a Hamas a liberar “inmediatamente a los últimos rehenes”. Aún quedan 58 en la franja, de los cuales 20 podrían estar vivos.

La declaración condenó el “lenguaje odioso utilizado recientemente por miembros del gobierno israelí y la amenaza agitada de un desplazamiento forzado de civiles”, y recordó que esas expulsiones son una violación del derecho internacional humanitario.

Reconociendo el carácter “atroz” del ataque del 7 de octubre de 2023, los líderes consideran sin embargo que “esta escalada es totalmente desproporcionada”. El ministro de Relaciones Exteriores francés, Jean-Noël Barrot, apoyó estas posiciones este martes en una entrevista radiofónica, estimando que “la situación (en Gaza) es insoportable. La violencia ciega convierte a Gaza en un lugar de muerte, por no decir en un cementerio” y mencionando “niños hambrientos, sedientos”.

Pero la declaración también contenía amenazas, que parecen haberse materializado este martes: “No permaneceremos con los brazos cruzados mientras el gobierno de Netanyahu continúa con estas acciones escandalosas. Si Israel no pone fin a la nueva ofensiva militar y no levanta sus restricciones sobre la ayuda humanitaria, tomaremos otras medidas concretas en respuesta”.

En otras palabras: incluir una revisión del acuerdo de asociación (comercial y político) entre la Unión Europea (UE) e Israel; idea que ya muchos países del bloque están evaluando.

Una sanción de este tipo, que podría poner fin a la exención de la mayoría de los derechos de aduana o tarifas preferenciales concedidas a las exportaciones israelíes, no dejaría de sacudir la economía de Israel. Esta es muy dependiente de la UE, su principal socio comercial, que por sí sola asegura casi un tercio de los intercambios comerciales israelíes. Las ventas israelíes de productos y servicios alcanzaron los 24.400 millones de euros en 2024 y se centran principalmente en productos agrícolas, medicamentos, material médico, productos químicos y diamantes.

Israel es, además, el principal país no miembro de la UE que se beneficia de los programas de investigación e innovación financiados por la UE. Estas ayudas alcanzaron 1200 millones de euros en los últimos años y contribuyeron a impulsar numerosos presupuestos de desarrollo.

En una última salva, el comunicado afirmaba que los tres países están “determinados a reconocer un Estado palestino como contribución a la realización de una solución de dos Estados”. Una conferencia sobre Palestina en Naciones Unidas, en junio, copresidida por Francia y Arabia Saudita, podría convertirse en marco para ese reconocimiento –ya aprobado por 147 de los 193 Estados miembros de la ONU–, con el objetivo declarado de hacer renacer la solución de dos Estados de sus cenizas.

Respuesta

Benjamin Netanyahu dio una respuesta contundente, desde el lunes por la noche: “Se trata de una guerra de civilizaciones contra la barbarie. Israel seguirá defendiéndose por medios justos hasta la victoria total”, considerando también que esta reacción coordinada es “una enorme recompensa” para Hamas.

“Las presiones exteriores no desviarán a Israel de su camino, que es defender su existencia y su seguridad contra enemigos que buscan destruirlo”, declaró este martes el Ministerio de Relaciones Exteriores israelí, tras el anuncio de Gran Bretaña de la suspensión de sus negociaciones para un acuerdo de libre comercio con el gobierno israelí.

“Si, debido a su obsesión antiisraelí y a consideraciones políticas internas, el gobierno británico está dispuesto a perjudicar la economía británica, es su derecho”, afirmó la diplomacia israelí en un comunicado.

Este martes, el Ministerio de Relaciones Exteriores británico también anunció sancionar a tres personas, entre ellas Daniella Weiss, calificada de “destacada líder de colonos”, así como a dos puestos avanzados ilegales y dos organizaciones “que han apoyado, establecido y alentado la violencia contra las comunidades palestinas en Cisjordania”, según un comunicado que precisa que se les aplicarán restricciones financieras, prohibiciones de viaje y exclusiones de administradores.

La declaración de Canadá, Francia y Gran Bretaña es consecuencia de una falsa apertura del gobierno israelí sobre el suministro de ayuda humanitaria a Gaza. Nunca, en su historia moderna, el enclave ha estado tan devastado. Más de 53.000 palestinos —de más de dos millones de habitantes—, murieron desde el inicio de la guerra, según las cifras del Ministerio de Salud de Hamas, corroboradas por la ONU. Más del 90 % de las viviendas están parcial o totalmente destruidas.

A esa catástrofe humanitaria, Israel ha añadido, desde el 2 de marzo, un bloqueo total de los alimentos que entran en el enclave. El lunes, 22 países, entre ellos Francia, Alemania, Gran Bretaña, Canadá, Japón y Australia, exigieron también a Israel una “reanudación completa de la ayuda a la Franja de Gaza, de inmediato”, pidiendo que sea organizada por las Naciones Unidas y las ONG.

Ante sus ministros, Netanyahu anunció el domingo un levantamiento parcial de ese bloqueo: Pero, el lunes, el Ejército reconoció la entrada del equivalente a solo cinco camiones de ayuda humanitaria, incluyendo “alimentos para bebés”.

“Es solo una gota en el océano de lo que se necesita con urgencia”, estima la OCHA, la agencia de la ONU para la coordinación de la ayuda humanitaria. Más de 500 camiones entraban cada día en la Franja de Gaza antes de la guerra.

Ese bloqueo, con la reanudación de las hostilidades el 18 de marzo, es presentado por el gobierno israelí como un conjunto de medidas destinadas a presionar a Hamas para que vuelva a un acuerdo de alto el fuego más favorable al Estado hebreo, que no quiere ni un cese duradero de la guerra ni retirar sus tropas de la Franja de Gaza. Pero esta presión se asemeja a una auténtica invasión del enclave.

A sus partidarios, el primer ministro israelí asegura que está fuera de cuestión detener la guerra: “Tenemos la intención de tomar el control de todo el territorio. Pero debemos actuar de manera que nadie pueda detenernos”, dijo.

Por su parte, el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, proveniente de la extrema derecha supremacista, afirmó que Israel “destruye todo lo que queda de la Franja de Gaza” y reconoció que “el Ejército no deja nada al azar”. Más allá de los riesgos actuales de hambruna, el territorio corre el riesgo de ser inhabitable por una generación.

Cambio de discurso

Ante esta situación denunciada desde hace meses por las organizaciones humanitarias, los aliados de Israel comienzan a modificar su discurso.

El viernes, Donald Trump declaró: “Nos preocupamos por Gaza y debemos ocuparnos de ello. Muchas personas mueren de hambre”. El vicepresidente estadounidense, JD Vance, canceló una visita esta semana a Israel para no avalar la expansión de las operaciones militares en Gaza, según el medio estadounidense Axios. The Washington Post reveló el lunes que “los partidarios de Trump hacen saber a Israel: ‘Los abandonaremos si no ponen fin a esta guerra’”.

En las últimas semanas, Emmanuel Macron ha asumido el liderazgo de la protesta contra la guerra, y en particular contra el gobierno de Netanyahu. El cambio se produjo especialmente durante una visita a Egipto, en abril, junto al presidente egipcio Abdel Fattah al-Sisi. El presidente francés se dirigió a la plataforma humanitaria de la Media Luna Roja, en las afueras de la ciudad portuaria de El-Arish, a unos 50 kilómetros de Gaza. Las cargas se amontonaban entonces bajo las tiendas blancas y los hangares, debido al bloqueo.

“La situación hoy es insostenible, y nunca ha sido tan grave”, había juzgado Macron sobre la Franja de Gaza. Esta visita habría marcado al presidente francés, según un diplomático.

En la presión ejercida sobre el gobierno israelí aún falta la unidad de la UE. Mientras que los países europeos más sensibles a la causa palestina, como España o Irlanda, llevan más de un año pidiendo a la UE que examine los términos de su acuerdo de asociación con Israel, la idea avanza lentamente. Esta acaba de ser retomada por Holanda y hoy cuenta con el acuerdo de Francia. Barrot llamó a reexaminar este acuerdo, con vistas a su posible suspensión. Por su parte, Suecia es partidaria de sanciones europeas “contra ciertos ministros israelíes”.

“Suecia es amiga de Israel, pero (…) ahora debemos elevar el tono. Vamos a abogar por sanciones europeas contra ciertos ministros israelíes” que “apoyan una política de colonización ilegal y se oponen activamente a una futura solución de dos Estados”, escribió la ministra de Relaciones Exteriores sueca, Maria Malmer Stenergard, en vísperas de una reunión con sus homólogos este martes en Bruselas para tratar el tema.

Qatar, que actúa como mediador entre Israel y el movimiento islamista palestino Hamas, afirmó que la intensificación de la ofensiva israelí comprometía “toda oportunidad de paz” en el territorio palestino.

 Bruselas revisará su asociación económica y Londres suspendió sus negociaciones para un acuerdo de libre comercio  LA NACION