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jueves, mayo 29, 2025
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Federico Gómez y un día histórico en Roland Garros: de una desgarradora confesión a ganar su primer partido en un Grand Slam

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PARÍS (Enviado especial).- Van casi tres horas de azotes a la pelotita amarilla en el Court 9 de Roland Garros, una pequeña cancha en el centro del predio junto al estadio Suzanne-Lenglen. Un puñado de argentinos distribuidos en las tribunas pide a gritos ‘uno más’. Federico Agustín Gómez, el tenista que hace tres meses sacudió el mundo del deporte con un desgarrador posteo de Instagram, en el que confesó tiempos “oscuros” y haber padecido, incluso, “pensamientos suicidas”, castiga con el saque una vez más. Su rival, el estadounidense Aleksandar Kovacevic (76°), se resigna, definitivamente.

Federico levanta ambos brazos y así se queda durante un instante, detenido en el tiempo, hasta que reacciona y apura los pasos hacia la red, para saludar a su rival; luego al umpire francés Pierre Bacchi. Sosteniendo la raqueta con la mano izquierda, sigue caminando hacia el rincón donde está una buena porción de su gente, para lanzar un desahogo enloquecido que cruza el Sena. A los 28 años, después de entrar como perdedor afortunado en el Bois de Boulogne, el jugador nacido en el oeste bonaerense (en Merlo) se impone por 4-6, 6-4, 6-4 y 6-1, en 2h47m. No es un éxito más en su oscilante carrera: es el primero en un cuadro principal de Grand Slam y más también. Es un éxito que le acaricia el alma.

“Todavía no caigo. Siento una felicidad enorme. Fue mi primer partido al mejor de cinco sets. No fueron meses fáciles los que viví; pasé por momentos duros y hubo mucha gente que me dio fuerza para seguir”, expresó Gómez, que en la próxima ronda se enfrentará con el británico Cameron Norrie (venció al ruso Daniil Medvedev, en un partido eléctrico, por 7-5, 6-3, 4-6, 1-6 y 7-5). Ya se aseguró un premio (117.000 euros, menos los impuestos) que equivale a la mitad obtenida en toda su carrera (US$ 303.500). Está feliz Gómez y también Novak Djokovic, la leyenda serbia que lo arropó desde el mismísimo posteo: ayer se entrenaron juntos en París durante dos horas (ya lo habían hecho durante el Miami Open, en marzo). Están emocionados a la distancia, en la Argentina, sus padres Marcelo y Patricia, que el 1° de marzo pasado se alarmaron al enterarse de la confesión virtual de su hijo. Sabían que Federico no estaba cómodo, pero no sospechaban algo tan extremo.

“Este es un premio al esfuerzo. No me venía sintiendo cómodo. El comienzo de año fue duro, con mi equipo decidimos jugar el circuito ATP y casi nada de Challengers (la segunda división profesional) y los resultados no se me estaban dando. Cuando pienso que hace un año estaba jugando un 25 mil acá en Francia (un Future, en Carnac), a un par de horas de acá… Es más, gané ese torneo y al otro día vine a ver a Fran (Cerúndolo), que jugaba con Djokovic en la cuarta ronda. Así que poder, un año después, estar en este torneo, es muy bonito”, amplió Gómez, en el Interview Room 3 de Roland Garros, un espacio para la prensa más amplio del que le hubieran destinado al argentino si su día se hubiera limitado a un triunfo de primera ronda contra un top 80. Su historia, su testimonio, trascendió, tocó fibras íntimas; muchos tenistas se sintieron identificados con sus pesares, con los demonios internos y los traumas.

La española Paula Badosa, actual número 10, fue una de ellas. Tras su éxito en la primera ronda de París contra la japonesa Naomi Osaka, le contó a LA NACION qué la llevó a acercarse a Gómez: “Siempre le presté atención a lo relacionado a la salud mental y para mí es muy importante. Vivimos muchas emociones y en este deporte vivimos momentos muy, muy duros. Hay gente que desde afuera no lo ve, pero cuando leí eso (el posteo en Instagram) se me puso la piel de gallina, porque yo también viví momentos así, difíciles, en los que no le ves sentido a la vida. Leer eso me hizo empatizar rápido con él, le escribí, le dije que no estaba solo, algo que es importante. Cuando estás en esos momentos piensas que sólo te pasa a ti y es lo que le quería transmitir, que mostró una valentía muy grande al demostrar esa vulnerabilidad. Cada vez más jugadores hablan sobre el tema y es importante mostrar que también está ese lado del atleta”.

“Lo vi tranquilo a él durante el partido y eso me daba tranquilidad. Cerrarlo en cuatro sets y confirmar, fue espectacular. Él viene trabajando bastante duro. Empezamos hace poco, hace un mes y medio, y las está pudiendo hacer, que es lo importante. Lo veo mejor, con ganas; también es día a día. Pero el triunfo es espectacular para la confianza de él. Sacó bien, se movió bien, pudo luchar. Ayer, en el entrenamiento con Novak, había sentido la misma adrenalina que en un partido, según me contó, porque te obliga a no errar y le vino bien para el partido. Novak contagia cosas buenas, así que es ideal para Fede”, le comentó Andrés Dellatorre a LA NACION, en medio de abrazos con gente conocida (el entrenador estable de Mariano Navone está colaborando con Gómez).

“Volví a disfrutar de competir (…) Estoy siendo en el día a día un poquito más consciente de lo que hago. Me gusta escribir. Anoto las tareas que tengo que hacer. Tengo una libreta; soy de la vieja escuela. A la tarde, cuando vuelvo al hotel y me pongo a tomar mate, voy tachando qué hice, qué no, y si me faltó algo voy haciéndolo. Empecé a leer para salir un poco de la vida tecnológica”, le había relatado Gómez a LA NACION, en esta ciudad, poco antes del debut.

Poco a poco, tras haber zozobrado en las aguas más turbulentas, Gómez empieza a divisar la orilla. O, como él mismo dijo parafraseando a Djokovic, “viendo la luz al final del túnel”. Conoce que su caso puede actuar de incentivo o inicio de salvataje para muchos que atraviesan por el mismo tormento. “¿Qué les puedo decir? Que se abran de la manera que pueda. No están solos. Quizás yo tuve esa manera de expresar lo que estaba pasando por mi cabeza, por mi cuerpo; no es la única manera, hay más. Que se sientan tranquilos de que todo va a estar bien, que las cosas pasan. Contarlo no es una solución, pero sí el cimiento de una casa, las raíces de un árbol. Es poner una buena base para ir hacia adelante”.

Lo mejor de Gómez vs. Kovacevic

PARÍS (Enviado especial).- Van casi tres horas de azotes a la pelotita amarilla en el Court 9 de Roland Garros, una pequeña cancha en el centro del predio junto al estadio Suzanne-Lenglen. Un puñado de argentinos distribuidos en las tribunas pide a gritos ‘uno más’. Federico Agustín Gómez, el tenista que hace tres meses sacudió el mundo del deporte con un desgarrador posteo de Instagram, en el que confesó tiempos “oscuros” y haber padecido, incluso, “pensamientos suicidas”, castiga con el saque una vez más. Su rival, el estadounidense Aleksandar Kovacevic (76°), se resigna, definitivamente.

Federico levanta ambos brazos y así se queda durante un instante, detenido en el tiempo, hasta que reacciona y apura los pasos hacia la red, para saludar a su rival; luego al umpire francés Pierre Bacchi. Sosteniendo la raqueta con la mano izquierda, sigue caminando hacia el rincón donde está una buena porción de su gente, para lanzar un desahogo enloquecido que cruza el Sena. A los 28 años, después de entrar como perdedor afortunado en el Bois de Boulogne, el jugador nacido en el oeste bonaerense (en Merlo) se impone por 4-6, 6-4, 6-4 y 6-1, en 2h47m. No es un éxito más en su oscilante carrera: es el primero en un cuadro principal de Grand Slam y más también. Es un éxito que le acaricia el alma.

“Todavía no caigo. Siento una felicidad enorme. Fue mi primer partido al mejor de cinco sets. No fueron meses fáciles los que viví; pasé por momentos duros y hubo mucha gente que me dio fuerza para seguir”, expresó Gómez, que en la próxima ronda se enfrentará con el británico Cameron Norrie (venció al ruso Daniil Medvedev, en un partido eléctrico, por 7-5, 6-3, 4-6, 1-6 y 7-5). Ya se aseguró un premio (117.000 euros, menos los impuestos) que equivale a la mitad obtenida en toda su carrera (US$ 303.500). Está feliz Gómez y también Novak Djokovic, la leyenda serbia que lo arropó desde el mismísimo posteo: ayer se entrenaron juntos en París durante dos horas (ya lo habían hecho durante el Miami Open, en marzo). Están emocionados a la distancia, en la Argentina, sus padres Marcelo y Patricia, que el 1° de marzo pasado se alarmaron al enterarse de la confesión virtual de su hijo. Sabían que Federico no estaba cómodo, pero no sospechaban algo tan extremo.

“Este es un premio al esfuerzo. No me venía sintiendo cómodo. El comienzo de año fue duro, con mi equipo decidimos jugar el circuito ATP y casi nada de Challengers (la segunda división profesional) y los resultados no se me estaban dando. Cuando pienso que hace un año estaba jugando un 25 mil acá en Francia (un Future, en Carnac), a un par de horas de acá… Es más, gané ese torneo y al otro día vine a ver a Fran (Cerúndolo), que jugaba con Djokovic en la cuarta ronda. Así que poder, un año después, estar en este torneo, es muy bonito”, amplió Gómez, en el Interview Room 3 de Roland Garros, un espacio para la prensa más amplio del que le hubieran destinado al argentino si su día se hubiera limitado a un triunfo de primera ronda contra un top 80. Su historia, su testimonio, trascendió, tocó fibras íntimas; muchos tenistas se sintieron identificados con sus pesares, con los demonios internos y los traumas.

La española Paula Badosa, actual número 10, fue una de ellas. Tras su éxito en la primera ronda de París contra la japonesa Naomi Osaka, le contó a LA NACION qué la llevó a acercarse a Gómez: “Siempre le presté atención a lo relacionado a la salud mental y para mí es muy importante. Vivimos muchas emociones y en este deporte vivimos momentos muy, muy duros. Hay gente que desde afuera no lo ve, pero cuando leí eso (el posteo en Instagram) se me puso la piel de gallina, porque yo también viví momentos así, difíciles, en los que no le ves sentido a la vida. Leer eso me hizo empatizar rápido con él, le escribí, le dije que no estaba solo, algo que es importante. Cuando estás en esos momentos piensas que sólo te pasa a ti y es lo que le quería transmitir, que mostró una valentía muy grande al demostrar esa vulnerabilidad. Cada vez más jugadores hablan sobre el tema y es importante mostrar que también está ese lado del atleta”.

“Lo vi tranquilo a él durante el partido y eso me daba tranquilidad. Cerrarlo en cuatro sets y confirmar, fue espectacular. Él viene trabajando bastante duro. Empezamos hace poco, hace un mes y medio, y las está pudiendo hacer, que es lo importante. Lo veo mejor, con ganas; también es día a día. Pero el triunfo es espectacular para la confianza de él. Sacó bien, se movió bien, pudo luchar. Ayer, en el entrenamiento con Novak, había sentido la misma adrenalina que en un partido, según me contó, porque te obliga a no errar y le vino bien para el partido. Novak contagia cosas buenas, así que es ideal para Fede”, le comentó Andrés Dellatorre a LA NACION, en medio de abrazos con gente conocida (el entrenador estable de Mariano Navone está colaborando con Gómez).

“Volví a disfrutar de competir (…) Estoy siendo en el día a día un poquito más consciente de lo que hago. Me gusta escribir. Anoto las tareas que tengo que hacer. Tengo una libreta; soy de la vieja escuela. A la tarde, cuando vuelvo al hotel y me pongo a tomar mate, voy tachando qué hice, qué no, y si me faltó algo voy haciéndolo. Empecé a leer para salir un poco de la vida tecnológica”, le había relatado Gómez a LA NACION, en esta ciudad, poco antes del debut.

Poco a poco, tras haber zozobrado en las aguas más turbulentas, Gómez empieza a divisar la orilla. O, como él mismo dijo parafraseando a Djokovic, “viendo la luz al final del túnel”. Conoce que su caso puede actuar de incentivo o inicio de salvataje para muchos que atraviesan por el mismo tormento. “¿Qué les puedo decir? Que se abran de la manera que pueda. No están solos. Quizás yo tuve esa manera de expresar lo que estaba pasando por mi cabeza, por mi cuerpo; no es la única manera, hay más. Que se sientan tranquilos de que todo va a estar bien, que las cosas pasan. Contarlo no es una solución, pero sí el cimiento de una casa, las raíces de un árbol. Es poner una buena base para ir hacia adelante”.

Lo mejor de Gómez vs. Kovacevic

 El tenista argentino que en marzo reveló, a través de un posteo, el crítico momento de su salud mental, logró su primer éxito en un torneo grande  LA NACION