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sábado, junio 7, 2025
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A tiro de la motosierra, el INTA pone en juego su futuro

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Si hay un organismo que requiere más bisturí que motosierra es el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). En todo caso, más que una motosierra que corte sin posibilidad de rebrote, se necesita una que actúe con precisión.

Evaluación de cultivos, soja no OGM, maní y alfalfa: el sorprendente salto tecnológico que se logró junto con el INTA

No es esto último lo que se percibe, cada vez en forma más creciente, en el agro respecto del propósito que tiene el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, en su trabajo de recorte de gastos del Estado. A juzgar por sus apariciones televisivas, en las que no se le repregunta por el papel del organismo en desarrollo del agro argentino, el INTA parece ser un ente vetusto, gastador y poco eficiente. La peor comparación que eligió para justificar los recortes en el INTA fue la que intentó establecer entre el presupuesto del organismo y los Derechos de Exportación del maíz. Dijo que los gastos del INTA equivalían a la mitad de los DEX al maíz. Algo así como decir, “¿ustedes quieren que baje las retenciones?, acepten cerrar el INTA”.

A propósito del maíz, curiosamente, en la misma semana, se conoció la renuncia al organismo de un reconocido investigador del INTA, Facundo Ferraguti, que se desempeñaba en la Estación Experimental de Oliveros, Santa Fe, y coordinaba la red de ensayos de maíz en el sur de la provincia. Es uno de los 1500 investigadores y trabajadores del INTA que dejó su lugar en busca de mejores horizontes. “El contexto no ayuda y se están yendo colaboradores a la actividad privada como asesores”, dijo en una nota de Belkis Martínez en lncampo.com.ar.

Ferraguti fue uno de los expertos clave que ayudó a enfrentar con herramientas técnicas y científicas el devastador avance de la chicharrita del maíz en la campaña pasada.

Otro argumento que expuso Sturzenegger es que “muchos productores, que forman parte de Aapresid, usan otro sistema, que es el sistema Chacras, donde ellos básicamente financian parte de la investigación y contratan, incluso a veces a gente del INTA, a ingenieros agrónomos para generar una innovación porque el INTA no se las da”.

Otra curiosidad: Ferraguti era invitado habitual de los ciclos de charlas de Aapresid (Agenda Aapresid) y de los congresos de la entidad. ¿Quién necesita a quién?

Es cierto que el INTA debe ingresar en un proceso de recorte de gastos, pero lo que el Gobierno no ha explicado hasta ahora es si solo busca hacer más eficiente el organismo o, directamente, quiere suprimirlo con el argumento de que es el sector privado el que debe financiar la investigación y el desarrollo de tecnología agropecuaria.

La lista de aportes al desarrollo del agro argentino del INTA es inmensa para reproducirla en este espacio: no sólo en la agricultura extensiva (desde la siembra directa hasta la maquinaria agrícola) sino también en las economías regionales y en un segmento al que la actividad privada no llega: la agricultura familiar. En definitiva, el INTA no sólo es clave para el desarrollo de la producción de granos, carne y leche a gran escala sino también para promover el arraigo de la población rural. Esto último lo pudieron comprobar en forma directa en marzo pasado el presidente Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, quienes en sus visitas a Expoagro recorrieron el stand de la Secretaría de Agricultura en la muestra. Los logros más importantes eran los del INTA.

Además de modificar la forma de gestión del organismo, reduciendo el poder de decisión del sector privado, el Gobierno quiere que el control administrativo y presupuestario pase al Ministerio de Economía. Otros trascendidos indican que el Gobierno pretende que sean las provincias las que se hagan cargo del organismo.

Tras mantener la cautela, esta semana la Mesa de Enlace se pronunció sobre la reforma del organismo. Coincidió en que son necesarias las modificaciones “para construir un INTA más eficiente y moderno”. No obstante, hizo tres reclamos: que el INTA mantenga su autarquía, forma de gobierno y estructura de los Centros Regionales. “Cualquier medida que atente contra ello, perjudica a todo el sector”, expresaron los ruralistas en un encuentro con el secretario de Agricultura, Sergio Iraeta, y las actuales autoridades del organismo.

Un puente de diálogo entre una reforma necesaria y un INTA eficiente al servicio del desarrollo del país se requiere construir en forma urgente. Si no se actúa con ese criterio, la motosierra sin límites puede provocar daños imposibles de reparar.

Si hay un organismo que requiere más bisturí que motosierra es el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). En todo caso, más que una motosierra que corte sin posibilidad de rebrote, se necesita una que actúe con precisión.

Evaluación de cultivos, soja no OGM, maní y alfalfa: el sorprendente salto tecnológico que se logró junto con el INTA

No es esto último lo que se percibe, cada vez en forma más creciente, en el agro respecto del propósito que tiene el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, en su trabajo de recorte de gastos del Estado. A juzgar por sus apariciones televisivas, en las que no se le repregunta por el papel del organismo en desarrollo del agro argentino, el INTA parece ser un ente vetusto, gastador y poco eficiente. La peor comparación que eligió para justificar los recortes en el INTA fue la que intentó establecer entre el presupuesto del organismo y los Derechos de Exportación del maíz. Dijo que los gastos del INTA equivalían a la mitad de los DEX al maíz. Algo así como decir, “¿ustedes quieren que baje las retenciones?, acepten cerrar el INTA”.

A propósito del maíz, curiosamente, en la misma semana, se conoció la renuncia al organismo de un reconocido investigador del INTA, Facundo Ferraguti, que se desempeñaba en la Estación Experimental de Oliveros, Santa Fe, y coordinaba la red de ensayos de maíz en el sur de la provincia. Es uno de los 1500 investigadores y trabajadores del INTA que dejó su lugar en busca de mejores horizontes. “El contexto no ayuda y se están yendo colaboradores a la actividad privada como asesores”, dijo en una nota de Belkis Martínez en lncampo.com.ar.

Ferraguti fue uno de los expertos clave que ayudó a enfrentar con herramientas técnicas y científicas el devastador avance de la chicharrita del maíz en la campaña pasada.

Otro argumento que expuso Sturzenegger es que “muchos productores, que forman parte de Aapresid, usan otro sistema, que es el sistema Chacras, donde ellos básicamente financian parte de la investigación y contratan, incluso a veces a gente del INTA, a ingenieros agrónomos para generar una innovación porque el INTA no se las da”.

Otra curiosidad: Ferraguti era invitado habitual de los ciclos de charlas de Aapresid (Agenda Aapresid) y de los congresos de la entidad. ¿Quién necesita a quién?

Es cierto que el INTA debe ingresar en un proceso de recorte de gastos, pero lo que el Gobierno no ha explicado hasta ahora es si solo busca hacer más eficiente el organismo o, directamente, quiere suprimirlo con el argumento de que es el sector privado el que debe financiar la investigación y el desarrollo de tecnología agropecuaria.

La lista de aportes al desarrollo del agro argentino del INTA es inmensa para reproducirla en este espacio: no sólo en la agricultura extensiva (desde la siembra directa hasta la maquinaria agrícola) sino también en las economías regionales y en un segmento al que la actividad privada no llega: la agricultura familiar. En definitiva, el INTA no sólo es clave para el desarrollo de la producción de granos, carne y leche a gran escala sino también para promover el arraigo de la población rural. Esto último lo pudieron comprobar en forma directa en marzo pasado el presidente Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, quienes en sus visitas a Expoagro recorrieron el stand de la Secretaría de Agricultura en la muestra. Los logros más importantes eran los del INTA.

Además de modificar la forma de gestión del organismo, reduciendo el poder de decisión del sector privado, el Gobierno quiere que el control administrativo y presupuestario pase al Ministerio de Economía. Otros trascendidos indican que el Gobierno pretende que sean las provincias las que se hagan cargo del organismo.

Tras mantener la cautela, esta semana la Mesa de Enlace se pronunció sobre la reforma del organismo. Coincidió en que son necesarias las modificaciones “para construir un INTA más eficiente y moderno”. No obstante, hizo tres reclamos: que el INTA mantenga su autarquía, forma de gobierno y estructura de los Centros Regionales. “Cualquier medida que atente contra ello, perjudica a todo el sector”, expresaron los ruralistas en un encuentro con el secretario de Agricultura, Sergio Iraeta, y las actuales autoridades del organismo.

Un puente de diálogo entre una reforma necesaria y un INTA eficiente al servicio del desarrollo del país se requiere construir en forma urgente. Si no se actúa con ese criterio, la motosierra sin límites puede provocar daños imposibles de reparar.

 En la reforma del organismo, el Gobierno puede provocar daños imposibles de reparar  LA NACION