
Minutos antes de las 22, anoche, la Municipalidad de General Pueyrredón anunció “medidas de emergencia” a través del canal oficial de WhatsApp de Mar del Plata debido a la “excepcional situación” generada por las bajas temperaturas. Decretó el corte total del suministro de gas a estaciones de GNC, industrias, shoppings y centros comerciales, así como el cierre obligatorio de restaurantes y cafés en el turno nocturno.
El comité de crisis conformado por la Municipalidad también resolvió suspender las clases en todos los niveles y turnos del sistema educativo para hoy, y cancelar todas las actividades en espacios deportivos, culturales y en establecimientos de alto consumo de gas, como aquellos con piletas climatizadas.
La situación no tiene precedentes recientes. Hacía al menos 15 años que no se interrumpía el suministro a usuarios con contratos “en firme”, quienes pagan un precio más elevado justamente para no sufrir cortes.
Desde el Gobierno, la Secretaría de Energía advirtió que fue necesario adoptar “medidas extraordinarias” para garantizar el abastecimiento a los usuarios prioritarios del sistema: hogares, hospitales y escuelas.
¿Por qué se llegó a este punto? Según pudo saber LA NACION, el récord en el consumo de gas coincidió con una serie de fallas a lo largo de toda la cadena de suministro, desde la producción hasta el transporte y la distribución.
El Gobierno reconoció que esta coyuntura “vuelve a poner en evidencia los problemas estructurales que arrastra el sistema energético”, producto de la falta de inversión en las últimas dos décadas.
Si bien eso es cierto, la situación se habría agravado por la necesidad oficial de cuidar la caja fiscal. Algunos analistas advierten que hubo demoras en reemplazar el gas por combustibles líquidos —gasoil, fueloil y carbón— en las centrales térmicas, lo cual encareció y tensionó aún más el sistema.
En el plano productivo, las bajas temperaturas afectaron el funcionamiento de algunos yacimientos en Vaca Muerta. El frío paralizó muchas plantas compresoras, esenciales para inyectar el gas en el sistema. La industria señala especialmente los yacimientos La Calera, de Pluspetrol, y Aguada Pichana, de TotalEnergies, que aportaron menos gas del previsto entre el domingo y el lunes.
Como consecuencia, el gasoducto Perito Moreno (exNéstor Kirchner), operado por TGS, estuvo transportando apenas el 70% de su capacidad. “Faltan entre 6 y 7 millones de metros cúbicos diarios de gas neuquino, cuando la capacidad del gasoducto es de 22 millones. Todavía no pudimos identificar con precisión de dónde proviene la caída”, indicaron fuentes oficiales sobre el ducto que conecta Neuquén con Buenos Aires.
El menor volumen de gas también se evidenció en la planta compresora Churrón, cerca de Tandil, desde donde la distribuidora Camuzzi recibe el fluido para abastecer a Mar del Plata. “El sistema no está recibiendo, por parte de terceros, los volúmenes y presiones necesarios para garantizar una prestación normal del servicio”, informó la empresa.
Situaciones similares se registraron días atrás en localidades como Villa La Angostura y San Martín de Los Andes, en Neuquén, y en Lago Puelo y Trevelin, en Chubut.
“Transportamos menos gas porque hubo una menor inyección durante el fin de semana, lo que complicó todo justo en el momento de mayor demanda”, explicaron en TGS. “Estamos encendiendo más máquinas desde San Martín para mejorar la inyección hacia Churrón y toda esa zona. Esta noche ya debería comenzar a normalizarse la situación”, agregaron.
De los 270.000 usuarios residenciales de gas en Mar del Plata, alrededor de 650 presentaron reclamos en Camuzzi, aunque se estima que hay miles más sin servicio. “Los cortes de suministro se producen por acción del regulador, un dispositivo ubicado en los nichos de gas que, al detectar baja presión en la red, interrumpe el ingreso a la vivienda como medida de seguridad”, explicó la distribuidora.
A diferencia de la electricidad, el gas no puede reconectarse de manera automática. Cada medidor debe ser revisado y habilitado individualmente por personal técnico autorizado, debido al riesgo de fugas.
Un sistema en tensión
La semana más fría en los últimos 34 años volvió a exponer la fragilidad del sistema energético. Este año, las temperaturas extremas en todo el país provocaron un aumento del 25% en el consumo de gas en comparación con el invierno pasado.
A diferencia del petróleo, el consumo residencial de gas varía según la estación: durante el invierno, la demanda se quintuplica, y el volumen total consumido en el país pasa de 130 a casi 190 millones de metros cúbicos diarios. Este total incluye también el consumo de las centrales térmicas, industrias y estaciones de GNC, que mantienen una demanda más estable a lo largo del año.
Para enfrentar estos picos invernales, el sistema energético recurre a tres estrategias principales:
1. Importaciones de GNL. Se incrementan las compras de gas natural licuado (GNL), que llega en buques al puerto de Escobar. Estas importaciones continuarán en los próximos años, pese al crecimiento sostenido de Vaca Muerta, porque resulta antieconómico construir gasoductos para una demanda que solo se da durante tres meses.
2. Sustitución de gas por combustibles líquidos. En la generación eléctrica se reemplaza el gas por alternativas más costosas y contaminantes, como el gasoil y el fueloil. Esto incrementa el costo de la electricidad, que en invierno puede llegar a duplicarse en relación con el resto del año.
3. Cortes programados. Las distribuidoras interrumpen el suministro de forma selectiva. Esto afecta no solo a estaciones de GNC, sino también a industrias y a exportaciones a Chile, en forma preventiva.
Hasta el miércoles por la tarde, los cortes solo habían alcanzado a usuarios con contratos interrumpibles, que aceptan interrupciones para facilitar la gestión del sistema. Pero ante la prolongación de las temperaturas extremas, el Gobierno decidió extender los cortes también a industrias y estaciones de GNC con contratos no interrumpibles.
“La zona más complicada es la cordillerana, aunque también hay problemas en otras localidades ubicadas al final de la red”, señalaron fuentes oficiales.
Las industrias con contratos “firmes, pero con ventana” ya habían sido afectadas entre martes y miércoles. Este tipo de contrato permite a la distribuidora reducir el suministro temporalmente hasta el mínimo técnico necesario para no dañar equipos. Entre los sectores impactados se encuentran el textil, el de bebidas, el maderero y el cerámico.
“El sistema está en emergencia. Hubo complicaciones en las productoras, en los puntos de inyección y en el transporte, todo vinculado a las bajas temperaturas. Desde el lunes, el sistema está muy tensionado. Veremos cómo evoluciona en los próximos días. Si la temperatura sube un poco —como se espera para el fin de semana—, eso podría ayudar a recuperar capacidad. Pero por ahora se consume más gas del que se entrega, y no alcanza. Llevamos muchos, muchos días con temperaturas bajo cero”, describió una fuente del sector.
La crisis también generó cortes de electricidad. El martes por la mañana, la distribuidora Edesur informó mediante un comunicado que, “por problemas en la generación de energía ajenos a la compañía, se llevan a cabo cortes preventivos de suministro en algunos barrios dentro de la zona de concesión”.
Minutos antes de las 22, anoche, la Municipalidad de General Pueyrredón anunció “medidas de emergencia” a través del canal oficial de WhatsApp de Mar del Plata debido a la “excepcional situación” generada por las bajas temperaturas. Decretó el corte total del suministro de gas a estaciones de GNC, industrias, shoppings y centros comerciales, así como el cierre obligatorio de restaurantes y cafés en el turno nocturno.
El comité de crisis conformado por la Municipalidad también resolvió suspender las clases en todos los niveles y turnos del sistema educativo para hoy, y cancelar todas las actividades en espacios deportivos, culturales y en establecimientos de alto consumo de gas, como aquellos con piletas climatizadas.
La situación no tiene precedentes recientes. Hacía al menos 15 años que no se interrumpía el suministro a usuarios con contratos “en firme”, quienes pagan un precio más elevado justamente para no sufrir cortes.
Desde el Gobierno, la Secretaría de Energía advirtió que fue necesario adoptar “medidas extraordinarias” para garantizar el abastecimiento a los usuarios prioritarios del sistema: hogares, hospitales y escuelas.
¿Por qué se llegó a este punto? Según pudo saber LA NACION, el récord en el consumo de gas coincidió con una serie de fallas a lo largo de toda la cadena de suministro, desde la producción hasta el transporte y la distribución.
El Gobierno reconoció que esta coyuntura “vuelve a poner en evidencia los problemas estructurales que arrastra el sistema energético”, producto de la falta de inversión en las últimas dos décadas.
Si bien eso es cierto, la situación se habría agravado por la necesidad oficial de cuidar la caja fiscal. Algunos analistas advierten que hubo demoras en reemplazar el gas por combustibles líquidos —gasoil, fueloil y carbón— en las centrales térmicas, lo cual encareció y tensionó aún más el sistema.
En el plano productivo, las bajas temperaturas afectaron el funcionamiento de algunos yacimientos en Vaca Muerta. El frío paralizó muchas plantas compresoras, esenciales para inyectar el gas en el sistema. La industria señala especialmente los yacimientos La Calera, de Pluspetrol, y Aguada Pichana, de TotalEnergies, que aportaron menos gas del previsto entre el domingo y el lunes.
Como consecuencia, el gasoducto Perito Moreno (exNéstor Kirchner), operado por TGS, estuvo transportando apenas el 70% de su capacidad. “Faltan entre 6 y 7 millones de metros cúbicos diarios de gas neuquino, cuando la capacidad del gasoducto es de 22 millones. Todavía no pudimos identificar con precisión de dónde proviene la caída”, indicaron fuentes oficiales sobre el ducto que conecta Neuquén con Buenos Aires.
El menor volumen de gas también se evidenció en la planta compresora Churrón, cerca de Tandil, desde donde la distribuidora Camuzzi recibe el fluido para abastecer a Mar del Plata. “El sistema no está recibiendo, por parte de terceros, los volúmenes y presiones necesarios para garantizar una prestación normal del servicio”, informó la empresa.
Situaciones similares se registraron días atrás en localidades como Villa La Angostura y San Martín de Los Andes, en Neuquén, y en Lago Puelo y Trevelin, en Chubut.
“Transportamos menos gas porque hubo una menor inyección durante el fin de semana, lo que complicó todo justo en el momento de mayor demanda”, explicaron en TGS. “Estamos encendiendo más máquinas desde San Martín para mejorar la inyección hacia Churrón y toda esa zona. Esta noche ya debería comenzar a normalizarse la situación”, agregaron.
De los 270.000 usuarios residenciales de gas en Mar del Plata, alrededor de 650 presentaron reclamos en Camuzzi, aunque se estima que hay miles más sin servicio. “Los cortes de suministro se producen por acción del regulador, un dispositivo ubicado en los nichos de gas que, al detectar baja presión en la red, interrumpe el ingreso a la vivienda como medida de seguridad”, explicó la distribuidora.
A diferencia de la electricidad, el gas no puede reconectarse de manera automática. Cada medidor debe ser revisado y habilitado individualmente por personal técnico autorizado, debido al riesgo de fugas.
Un sistema en tensión
La semana más fría en los últimos 34 años volvió a exponer la fragilidad del sistema energético. Este año, las temperaturas extremas en todo el país provocaron un aumento del 25% en el consumo de gas en comparación con el invierno pasado.
A diferencia del petróleo, el consumo residencial de gas varía según la estación: durante el invierno, la demanda se quintuplica, y el volumen total consumido en el país pasa de 130 a casi 190 millones de metros cúbicos diarios. Este total incluye también el consumo de las centrales térmicas, industrias y estaciones de GNC, que mantienen una demanda más estable a lo largo del año.
Para enfrentar estos picos invernales, el sistema energético recurre a tres estrategias principales:
1. Importaciones de GNL. Se incrementan las compras de gas natural licuado (GNL), que llega en buques al puerto de Escobar. Estas importaciones continuarán en los próximos años, pese al crecimiento sostenido de Vaca Muerta, porque resulta antieconómico construir gasoductos para una demanda que solo se da durante tres meses.
2. Sustitución de gas por combustibles líquidos. En la generación eléctrica se reemplaza el gas por alternativas más costosas y contaminantes, como el gasoil y el fueloil. Esto incrementa el costo de la electricidad, que en invierno puede llegar a duplicarse en relación con el resto del año.
3. Cortes programados. Las distribuidoras interrumpen el suministro de forma selectiva. Esto afecta no solo a estaciones de GNC, sino también a industrias y a exportaciones a Chile, en forma preventiva.
Hasta el miércoles por la tarde, los cortes solo habían alcanzado a usuarios con contratos interrumpibles, que aceptan interrupciones para facilitar la gestión del sistema. Pero ante la prolongación de las temperaturas extremas, el Gobierno decidió extender los cortes también a industrias y estaciones de GNC con contratos no interrumpibles.
“La zona más complicada es la cordillerana, aunque también hay problemas en otras localidades ubicadas al final de la red”, señalaron fuentes oficiales.
Las industrias con contratos “firmes, pero con ventana” ya habían sido afectadas entre martes y miércoles. Este tipo de contrato permite a la distribuidora reducir el suministro temporalmente hasta el mínimo técnico necesario para no dañar equipos. Entre los sectores impactados se encuentran el textil, el de bebidas, el maderero y el cerámico.
“El sistema está en emergencia. Hubo complicaciones en las productoras, en los puntos de inyección y en el transporte, todo vinculado a las bajas temperaturas. Desde el lunes, el sistema está muy tensionado. Veremos cómo evoluciona en los próximos días. Si la temperatura sube un poco —como se espera para el fin de semana—, eso podría ayudar a recuperar capacidad. Pero por ahora se consume más gas del que se entrega, y no alcanza. Llevamos muchos, muchos días con temperaturas bajo cero”, describió una fuente del sector.
La crisis también generó cortes de electricidad. El martes por la mañana, la distribuidora Edesur informó mediante un comunicado que, “por problemas en la generación de energía ajenos a la compañía, se llevan a cabo cortes preventivos de suministro en algunos barrios dentro de la zona de concesión”.
Una ola polar sin precedentes puso al límite la red de gas; la Municipalidad de General Pueyrredón decretó el corte total del suministro de gas a estaciones de GNC, industrias, shoppings y centros comerciales, así como el cierre obligatorio de restaurantes y cafés en el turno nocturno LA NACION