Como Timón y Pumba, dos animales de distintas especies fueron captados juntos por la selva del Amazonas

Un descubrimiento inusual despertó el interés de la comunidad científica: un ocelote (Leopardus pardalis) y una zarigüeya fueron filmados mientras caminaban juntos por la selva amazónica sin mostrar señales de conflicto. El registro fue realizado por investigadores de la Estación Biológica Cocha Cashu, ubicada en el Parque Nacional del Manu, en el sureste de Perú, hace algunos meses. Ante el inesperado caso, investigadores publicaron un reciente estudio con sus conclusiones sobre el hecho.
Este suceso, considerado altamente inusual por especialistas en comportamiento animal, contradice lo que se espera de la relación natural entre ambas especies, donde el ocelote es un carnívoro y la zarigüeya, potencial presa. Sin embargo, las imágenes captadas ofrecen una visión distinta.
Registro fortuito en cámaras trampa
El evento fue registrado por cámaras trampa colocadas originalmente para monitorear aves. En las imágenes, el ocelote camina por un sendero selvático junto a una zarigüeya, sin mostrar actitudes agresivas ni signos de acecho. En lugar de una escena de caza, los animales se desplazaban lado a lado, en lo que parecía una marcha sincronizada.
El comportamiento llamó la atención de los investigadores, quienes inicialmente pensaron que el felino podría estar preparando un ataque.
Sin embargo, minutos después, la misma pareja fue registrada mientras regresaba por el sendero, todavía sin evidencia de agresión. Esta reiteración del comportamiento motivó la revisión de otras grabaciones.
Más casos similares en la Amazonía
Tras consultar con colegas de otros programas de monitoreo en la Amazonía, los investigadores descubrieron tres registros adicionales que mostraban interacciones similares: ocelotes y zarigüeyas que caminaban próximos entre sí, sin señales de hostilidad o caza. Estos registros independientes reforzaron la idea de que se trata de un patrón conductual y no de un caso aislado.
La rareza del comportamiento motivó el diseño de un experimento específico para explorar posibles razones detrás de esta asociación.
Experimento olfativo con resultados reveladores
Para investigar la dinámica de esta interacción, los científicos desarrollaron una prueba basada en estímulos olfativos. Colocaron tiras de tela impregnadas con tres tipos de olores: uno con aroma de ocelote, otro con olor de puma y una tercera sin ningún aroma como control.
Durante el periodo de observación, se registró que los zorrillos (otros pequeños mamíferos de la región) se acercaron en 12 ocasiones a la tela con olor a ocelote, mostrándose interesados: la olieron intensamente e incluso se frotaron contra ella. En cambio, la tela con olor a puma fue visitada solo una vez y sin interacción significativa.
El experimento sugiere que algunas especies podrían sentirse atraídas por el olor de ciertos depredadores, lo que plantea nuevas preguntas sobre la función de los compuestos químicos en las relaciones interespecie.
Hipótesis en desarrollo sobre una posible cooperación
A partir de estos hallazgos, los científicos plantearon varias hipótesis para explicar la aparente tolerancia entre el ocelote y la zarigüeya:
Hipótesis de protección mutua: las zarigüeyas del género Didelphis son conocidas por su resistencia al veneno de algunas serpientes. Esta característica podría ser aprovechada por el ocelote, que carece de dicha inmunidad, para buscar así protección al permanecer cerca de la zarigüeya.Camuflaje olfativo por parte de la zarigüeya: es posible que la zarigüeya se acerque intencionalmente al ocelote para impregnarse de su olor. Esta estrategia podría reducir el riesgo de ser detectada por otros depredadores, que evitarían al ocelote.Estrategia de caza del ocelote: el fuerte olor corporal de la zarigüeya podría funcionar como señuelo para atraer o confundir a otras presas, lo que facilita la caza al felino.
Cada una de estas hipótesis es evaluada por los investigadores, quienes advierten que se necesita más evidencia para confirmar la naturaleza y los beneficios de esta relación.
Un fenómeno sin precedentes documentado por la ciencia
Según los autores del estudio, hasta la fecha no se habían registrado asociaciones similares entre estas dos especies en la literatura científica. La posibilidad de una interacción tolerante —o incluso cooperativa— entre un depredador y una posible presa representa un caso singular en los estudios sobre fauna amazónica.
“Hasta donde sabemos, nunca se había reportado una asociación tan intrigante entre ocelotes y zarigüeyas, ni era conocida previamente por la ciencia. Ya sea relacionada con estrategias de caza, camuflaje olfativo, ambos, o por otras razones, la posibilidad de beneficios mutuos entre estas dos especies plantea interrogantes intrigantes sobre las causas y la dinámica de esta asociación”, señalaron los científicos.
Por Elim Johana Alonso Dorado
Un descubrimiento inusual despertó el interés de la comunidad científica: un ocelote (Leopardus pardalis) y una zarigüeya fueron filmados mientras caminaban juntos por la selva amazónica sin mostrar señales de conflicto. El registro fue realizado por investigadores de la Estación Biológica Cocha Cashu, ubicada en el Parque Nacional del Manu, en el sureste de Perú, hace algunos meses. Ante el inesperado caso, investigadores publicaron un reciente estudio con sus conclusiones sobre el hecho.
Este suceso, considerado altamente inusual por especialistas en comportamiento animal, contradice lo que se espera de la relación natural entre ambas especies, donde el ocelote es un carnívoro y la zarigüeya, potencial presa. Sin embargo, las imágenes captadas ofrecen una visión distinta.
Registro fortuito en cámaras trampa
El evento fue registrado por cámaras trampa colocadas originalmente para monitorear aves. En las imágenes, el ocelote camina por un sendero selvático junto a una zarigüeya, sin mostrar actitudes agresivas ni signos de acecho. En lugar de una escena de caza, los animales se desplazaban lado a lado, en lo que parecía una marcha sincronizada.
El comportamiento llamó la atención de los investigadores, quienes inicialmente pensaron que el felino podría estar preparando un ataque.
Sin embargo, minutos después, la misma pareja fue registrada mientras regresaba por el sendero, todavía sin evidencia de agresión. Esta reiteración del comportamiento motivó la revisión de otras grabaciones.
Más casos similares en la Amazonía
Tras consultar con colegas de otros programas de monitoreo en la Amazonía, los investigadores descubrieron tres registros adicionales que mostraban interacciones similares: ocelotes y zarigüeyas que caminaban próximos entre sí, sin señales de hostilidad o caza. Estos registros independientes reforzaron la idea de que se trata de un patrón conductual y no de un caso aislado.
La rareza del comportamiento motivó el diseño de un experimento específico para explorar posibles razones detrás de esta asociación.
Experimento olfativo con resultados reveladores
Para investigar la dinámica de esta interacción, los científicos desarrollaron una prueba basada en estímulos olfativos. Colocaron tiras de tela impregnadas con tres tipos de olores: uno con aroma de ocelote, otro con olor de puma y una tercera sin ningún aroma como control.
Durante el periodo de observación, se registró que los zorrillos (otros pequeños mamíferos de la región) se acercaron en 12 ocasiones a la tela con olor a ocelote, mostrándose interesados: la olieron intensamente e incluso se frotaron contra ella. En cambio, la tela con olor a puma fue visitada solo una vez y sin interacción significativa.
El experimento sugiere que algunas especies podrían sentirse atraídas por el olor de ciertos depredadores, lo que plantea nuevas preguntas sobre la función de los compuestos químicos en las relaciones interespecie.
Hipótesis en desarrollo sobre una posible cooperación
A partir de estos hallazgos, los científicos plantearon varias hipótesis para explicar la aparente tolerancia entre el ocelote y la zarigüeya:
Hipótesis de protección mutua: las zarigüeyas del género Didelphis son conocidas por su resistencia al veneno de algunas serpientes. Esta característica podría ser aprovechada por el ocelote, que carece de dicha inmunidad, para buscar así protección al permanecer cerca de la zarigüeya.Camuflaje olfativo por parte de la zarigüeya: es posible que la zarigüeya se acerque intencionalmente al ocelote para impregnarse de su olor. Esta estrategia podría reducir el riesgo de ser detectada por otros depredadores, que evitarían al ocelote.Estrategia de caza del ocelote: el fuerte olor corporal de la zarigüeya podría funcionar como señuelo para atraer o confundir a otras presas, lo que facilita la caza al felino.
Cada una de estas hipótesis es evaluada por los investigadores, quienes advierten que se necesita más evidencia para confirmar la naturaleza y los beneficios de esta relación.
Un fenómeno sin precedentes documentado por la ciencia
Según los autores del estudio, hasta la fecha no se habían registrado asociaciones similares entre estas dos especies en la literatura científica. La posibilidad de una interacción tolerante —o incluso cooperativa— entre un depredador y una posible presa representa un caso singular en los estudios sobre fauna amazónica.
“Hasta donde sabemos, nunca se había reportado una asociación tan intrigante entre ocelotes y zarigüeyas, ni era conocida previamente por la ciencia. Ya sea relacionada con estrategias de caza, camuflaje olfativo, ambos, o por otras razones, la posibilidad de beneficios mutuos entre estas dos especies plantea interrogantes intrigantes sobre las causas y la dinámica de esta asociación”, señalaron los científicos.
Por Elim Johana Alonso Dorado
Investigadores documentaron una posible asociación interespecie sin precedentes en la selva del sureste peruano; los detalles LA NACION